lunes, 28 de noviembre de 2016

Crece convicción de que comercio exterior e inversión extranjera destruyen empleos

Hasta en países desarrollados hay descontento, advierte Cepal
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Susana González
 
Periódico La Jornada
Lunes 28 de noviembre de 2016, p. 36
La hiperglobalización ha causado insatisfacción generalizada entre los habitantes de varios países, incluidos los más desarrollados, y crecen tanto los cuestionamientos sobre los beneficios del comercio exterior y la inversión de empresas extranjeras como la convicción de que ambos destruyen empleos y disminuyen salarios, advirtió la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
En las últimas tres décadas la desigualdad global disminuyó, pero aumentó la desigualdad interna en la mayoría de los países, sobre todo en los desarrollados. Hubo fuertes ganancias en los siete deciles más bajos del mundo y también en el más rico, pero los ingresos de las clases trabajadora y media se estancaron, indicó el organismo en su más reciente estudio sobre la inserción internacional de la región, que comenzó a difundir hacer unos días.
Consideró que mientras no se cuente con bienes públicos globalesy mecanismos de coordinación en un sistema internacional se reducirá más el empleo, el crecimiento económico y los gastos en bienestar social, sobre todo en naciones deficitarias, aunque hizo notar que donde más ha aumentado el descontento con la hiperglobalización es entre los trabajadores de los países desarrollados.
La expansión de los flujos comerciales y financieros observada desde la década de los noventa, explicó, se estancó con la crisis financiera de 2008 y 2009, con altos costos sociales y pérdida en niveles de empleo y salario que aún no se recuperan.
Una manifestación del sesgo recesivo de la economía mundial es el bajo dinamismo del comercio en los últimos años. En 2016 el volumen del comercio mundial de bienes apenas crecerá 1.7 por ciento, su menor expansión desde la crisis económica mundial y su quinto año consecutivo de crecimiento por debajo de 3 por ciento. En la historia reciente, la actual etapa de bajo dinamismo no tiene precedente desde los años 80, alertó la Cepal.
Así que, con excepción de los flujos digitales transfronterizos se ha desacelerado el comercio, la inversión extranjera directa y los flujos financieros, que se traducen en alto desempleo y estancamiento de salarios, deterioro de la distribución del ingreso y un creciente descontento en el mundo.
Consideró que prueba de ello es la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, decidida en las urnas mediante un referendo, y la elección presidencial en Estados Unidos donde ganó Donald Trump, además de un crecimiento de los movimientos antiglobalización en varios países, que cuestionan los beneficios del comercio y la inversión de empresas extranjeras.
Así, por ejemplo, mientras 20 por ciento de los entrevistados en 40 países considera que el comercio destruye empleos y disminuye salarios, las cifras se disparan al doble y triple en Estados Unidos, Francia, Italia y Japón.
La Cepal afirmó que el sesgo recesivo de la economía mundial se ha prolongado más de lo anticipado y los desequilibrios aumentan con la expansión del sector financiero, la reducción de China en la demanda mundial y porque las políticas monetarias adoptadas después de la crisis de 2009 tuvieron un impacto menor de lo esperado, al grado que se podría hablar de un agotamiento de la política monetaria como herramienta de estímulo a la demanda.

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