Platicamos con Bernardo Batiz, el número 2 de la lista de Morena para la Asamblea Constituyente, en su despacho de una zona tranquila en la Condesa, un espacio luminoso y austero donde siempre ha trabajado como litigante. Nos recibió en una pequeña sala de juntas que recibía todo el sol de la mañana y que incluso iba despintando el lomo de una buena colección de libros sobre las leyes mexicanas. Batiz es un político complejo: está en Morena, pero viene del PAN, fue candidato del PRD y procurador del gobierno capitalino. Si se tiene que definir en el espectro ideológico se incomoda porque las categorías ya no sirven, dice. Desconfía de la izquierda y la derecha. Se considera un político que viene de la derecha y que ha avanzado hacia el centro izquierda. Desde su perspectiva, es de izquierda porque defiende derechos sociales y también puede verse como derecha porque defiende los derechos individuales frente al poder. A Morena entró porque coincide con el proyecto y porque lo que buscaba hace mucho en el PAN, cuando era un partido de corte socialcristiano, lo encontró ahora en el partido lopezobradorista. Por eso milita ahí, por eso participa ahora desde esa trinchera para diseñar la Constitución de la Ciudad de México.
¿Por qué necesita la ciudad una Constitución?
La ciudad necesita una Constitución porque es una de las entidades que integra el pacto federal. Son las reglas básicas elementales de división de poderes, de funciones y lo más importante, de límites.
¿Y por qué quiere ser constituyente?
Yo he luchado desde hace muchos años porque esta sea una ciudad con plenos derechos para sus habitantes desde el punto de vista cívico y político. Desde que Obregón y Calles desaparecieron los municipios de la ciudad de México, dijeron con toda claridad, y yo diría que cinismo, que lo hacían para evitar los riesgos de la democracia. ¡Así lo pusieron en la exposición de motivos! Y efectivamente le quitaron derechos cívicos y políticos a los habitantes de esta ciudad. Yo siempre he buscado que los habitantes tengamos plenos derechos, que podamos elegir a nuestros representantes y que ellos no estén sujetos a otros poderes externos.
Ha mencionado derechos y límites. ¿Cuáles son los límites que deben ponerse?
Bueno, primero hay que señalar que ya hay un avance en los derechos recobrados. Antes, el jefe de gobierno era un empleado del Presidente, un integrante de su gabinete. En eso se avanzó. Faltan cosas. Por ejemplo que el gobierno de la ciudad goce de las misma autonomía en materia presupuestal que el resto de los estados. Que la remoción del Jefe de Gobierno que no dependa de poderes federales. El nombramiento del jefe de la policía, la autorización para que el procurador que ahora se va a llamar fiscal.... Que no quede duda de que las autoridades sean autónomas y con facultades similares a los estados.
¿Y cuáles serían los límites?
Los límites son los derechos humanos. Así nacieron, como límites del poder. Son las garantías que tiene el ciudadano de que el poder no va a abusar.
¿Esos derechos están en riesgo?
No sólo están en riesgo sino que han sido atropellados frecuentemente. Ha habido represiones, limitaciones al derecho de libre tránsito, de libre expresión de las ideas.
Vamos a proponer un tribunal que vigile que los derechos individuales y sociales de sectores vulnerables queden garantizados con un proceso judicial.
¿Un tribunal adicional? ¿Además del de Justicia, el Administrativo y la Junta Local?
Sí, sería un tribunal que asegure que los ciudadanos pueden acudir a un juez imparcial a defender los derechos que le va a garantizar la Constitución, esperamos, de la ciudad. Es un tribunal especial, un tribunal especial de defensa de la Constitución local. Pero no será un tribunal autónomo del Poder Judicial. Al contrario, queremos que el tribunal se integre al Poder Judicial.
Hablemos de las dinámicas que habrá en la Asamblea. Usted seguramente tendrá que negociar con políticos muy hábiles, sentarse a la mesa con personajes como Dolores Padierna, como...
¡No, no! Nosotros no vamos a sentarnos en las mesas ni vamos a negociar. Vamos a debatir en el Pleno, y que voten en conciencia como quieran. Queremos rescatar el sistema parlamentario, que está arrumbado. Ahora los coordinadores y las cúpulas se adueñan de la conciencia de sus grupos parlamentarios como accionistas. No vamos a hacer eso, vamos a llevar el sistema parlamentario como debe funcionar.
¿Considera que tendrá buenos rivales parlamentarios?
No sé, he convivido con algunos: Jackson, por ejemplo. A Cecilia Romero la conozco, a Döring. No conozco a muchos más, pero no importa, sus cualidades individuales quedan opacadas por la línea política que adoptaron sus partidos, que fue el Pacto por México. Metieron este asunto de la ciudad al Pacto por México y lo están manejando como una de tantas cosas que ceden a cambio de lo que el sistema quería: petróleo, acabar con derechos laborales, controlar la educación, privatizar la educación.
¿Qué papel cree que jugará el PRD, al que muchos aún ven emparentado con Morena?
Yo vengo del PAN, me salí hace muchos años. Nunca entré al PRD, pero sí fui candidato externo del PRD y procurador de un gobierno perredista que además fue apoyado por otros partidos. Nunca milité en el PRD. Ahora sí milito en Morena, soy fundador. Yo creo que no hay diferencia entre Morena y el PRD, sino entre Morena y todos los partidos. Todos están cooptados por el sistema.
¿Por qué sí entro a militar a Morena?
Porque fue un partido nuevo, porque el proyecto de nación que presentó Andrés Manuel López Obrador me convenció, porque coincido en muchas cosas con lo que se propone Morena. Yo creo en la democracia, en el poder de los ciudadanos, en la justicia social. Desde que fui miembro del PAN me tocó la época en que Efraín González Morfín habló de solidarismo. No era el partido que es ahora, abiertamente neoliberal y proempresarial. Era un partido de corte socialcristiano. Yo no he cambiado esas convicciones y las encontré en Morena.
http://elanden.mx/item-Batiz--del-socialcristianismo-al-centro-izquierda-lopezobradorista20161752
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