domingo, 23 de agosto de 2015

Bronco fantoche y ridículo

Sanders for President: un fenómeno político que contradice ideas preconcebidas en EE UU

DAN LA BOTZ
Miércoles 19 de agosto de 2015

La otra noche, más de 100 000 personas asistieron a un total de 3 500 actos en todos los 50 Estados de la Unión y en el Distrito de Columbia para ver un vídeo de Bernie Sanders y empezar a organizar su campaña por la base. En algunas de las reuniones de diversas partes del país se juntaron hasta 200 personas. Al acto a que asistí yo, en Crown Heights, Brooklyn, acudieron 25 personas, en su mayoría veinteañeras, activistas de ONG que luchan por la justicia social, empleados de medios de comunicación, artistas y algunos estudiantes licenciados. Se trata de jóvenes idealistas que se sienten atraídas por Sanders porque este preconiza una “revolución política” contra los multimillonarios y porque cree en la atención sanitaria universal, en la gratuidad de la enseñanza universitaria y en la mejora de las condiciones de vida de la clase trabajadora. En general, quienes asistieron no tenían interés alguno en el Partido Demócrata y hubo quienes opinaron que habría sido mejor que Sanders se hubiera presentado como candidato independiente.
El organizador del acto comentó que podríamos construir un movimiento de masas y apoderarnos del Partido Demócrata, pero ninguna de las presentes parecía pensar en particular que ello fuera posible o siquiera prestarle interés. Lo que se desprende claramente de los mítines de Sanders es que nadie le apoya porque sea el “mal menor”. Después de todo, esa sería Hillary Clinton. La gente simpatiza con él para manifestar su protesta contra la desigualdad económica y contra el poder del dinero en la política.
Sanders es la expresión política del movimiento Occupy. No tanto un candidato del Partido Demócrata, como la voz de los de abajo.
Un candidato marginal
Cuando Sanders, el senador independiente de Vermont que desde hace tiempo se califica de socialista, anunció a finales de abril que pensaba presentar su candidatura a las primarias del Partido Demócrata de cara a las elecciones presidenciales, nadie tenía ni idea de cuál sería la respuesta. Después de todo, Sanders es senador por el pequeño Estado de Vermont, que tiene una población de apenas 625 000 personas (tan solo Wyoming tiene menos habitantes), prácticamente todas ellas blancas (95,2 %), y cuya ciudad más grande, Burlington (de la que Sanders ha sido alcalde), no es más que una pequeña ciudad de 44 000 habitantes. El nombre de Sanders solo era conocido en su propio Estado y en el vecino, New Hampshire. Si tenía alguna reputación a escala de todo el país, se debía al hecho de que era una rara avis: el único miembro independiente del Congreso y el único cargo público oficial que se calificaba de socialista. Únicamente los progresistas estaban al tanto de sus posicionamientos favorables a los trabajadores en el parlamento. ¿Qué ocurriría si una figura marginal de este tipo fuera candidato presidencial?
Multitudes entusiastas
La respuesta a la candidatura de Sanders ha sido espectacular. Después de varios mítines con cientos o varios miles de asistentes en su propio Estado, Sanders empezó a recorrer el país. En la históricamente progresista ciudad de Madison, en Wisconsin, el pasado 1 de julio, unas 10 000 personas acudieron a escuchar cómo Sanders denunciaba a los multimillonarios y reclamaba una mayor igualdad económica. Tal vez esto era de esperar en una ciudad en que 100 000 trabajadores habían ocupado el capitolio del Estado para oponerse a la legislación antisindical del republicano Scott Walker en 2011. Después de todo, Sanders habló allí a miembros del Partido Demócrata, sindicalistas y profesores y estudiantes de la universidad de Wisconsin. Y la presencia de unas 8 000 personas al mitin de Sanders en Portland, Maine, podía atribuirse al apoyo local a un candidato de Nueva Inglaterra.
¿Sería capaz Sanders de reunir simpatizantes también en los Estados del Medio Oeste, tradicionalmente conservadores? La respuesta a esta pregunta se produjo el 18 de julio, cuando atrajo a una multitud de 11 000 personas en Phoenix, Arizona, y de nuevo el 19 de julio, cuando acudieron 8 000 al mitin que dio en Dallas, Texas. La marea continuó el 26 de julio, cuando logró movilizar a 4 000 en la ciudad relativamente menor de Nueva Orleans, en Luisiana. En todas partes los asistentes a los mítines de Sanders se cuentan por miles; a título comparativo, el mitin más grande que ha dado Hillary Clinton hasta la fecha ha reunido a 5 500 personas en Nueva York, en el mes de junio.
¿Por qué acudió tanta gente a escuchar a un hombre que parecía no ser más que un candidato marginal? Son varios los motivos que lo explican. En primer lugar, muchas personas concuerdan con el mensaje fundamental de Sanders de que los bancos y las grandes empresas se han hecho con el control del sistema político y lo utilizan para sus propios intereses. Estas personas apoyan a Sanders en señal de protesta contra los planes patronales que defienden tanto el Partido Republicano como el Partido Demócrata. Cuando Sanders pregunta al público que “¿por qué vivimos en una sociedad en la que durante los últimos cuarenta años ha estado desapareciendo la clase media en este país y casi toda la riqueza y casi todos los ingresos acaban en manos de los más ricos?”, la gente mueve la cabeza en sentido afirmativo y se pregunta “¿por qué?” La respuesta que propone es el dominio empresarial y el retroceso a golpes del movimiento obrero, con el consiguiente descenso del nivel de vida de los trabajadores.
En segundo lugar, muchos votantes del Partido Demócrata reniegan profundamente de la idea de que Hillary Clinton vaya a convertirse de forma casi automática en la candidata del partido sin que se presente ninguna alternativa política. Los miembros progresistas del Partido Demócrata no quisieran tener que elegir entre dos candidatos neoliberales, sino que se presentara alguien que planteara las cuestiones que les preocupan: el empleo, los salarios, la atención sanitaria, la educación. Cuando la senadora Elizabeth Warren se negó a presentarse, Sanders dio un paso al frente y se convirtió en el campeón de todos los que se sitúan a la izquierda de Clinton.
Los trabajadores, con Bernie
Desde entonces, no solo ha movilizado a mucha gente, sino que también ha tenido muchos aciertos en otros terrenos. Pese a no ser tan conocido en las encuestas como Hillary Clinton, tiene mejores índices de aprobación que otros candidatos de los dos grandes partidos, y la tendencia es ascendente. También cuenta con una nutrida base de seguidores organizados, “Labor for Bernie”, con unos 5 000 sindicalistas de base y líderes locales, además de los pequeños consejos de la AFL-CIO de Vermont y Carolina del Sur. Como dice Larry Cohen, ex presidente del sindicato de trabajadores de la comunicación y actual voluntario de la campaña de Sanders, “nuestro movimiento demuestra con su creciente fortaleza que Bernie comparte nuestros valores y nuestras convicciones. Los trabajadores están hartos de que nada cambie. Esta campaña pretende parar el ataque patronal contra nuestros hijos, nuestro país y las familias trabajadoras.”
Cuando los líderes del sindicato de enseñantes de EE UU –cuyo presidente, Randi Weingarten, aspira al puesto de ministro de Educación– declaró su apoyo a Clinton sin consultar a las bases, cientos de maestros indignados se rebelaron y se apuntaron a la agrupación “Labor for Bernie”. La reacción ha sido tal que la dirección de la AFL-CIO ha decidido posponer su posicionamiento, lo que brindará a Sanders la oportunidad de reforzar su apoyo en el mundo sindical. En cuanto a la capacidad de recaudar fondos, Bernie juega en desventaja con respecto a sus contrincantes, pero las campañas de los principales candidatos no tienen punto de comparación con la de Sanders. Clinton y algunos Republicanos como Jeb Bush cuentan con el apoyo de grandes donantes –bancos, empresas y el 1 % de los superricos–, mientras que Sanders ha recibido principalmente pequeñas donaciones de particulares. En el primer trimestre de 2015, el Republicano Jeb Bush recaudó 103 millones de dólares, Clinton 47,5 millones y Sanders “solamente” 15 millones, una cifra que no deja de ser notable.
Sanders y el movimiento Black Lives Matter
Al principio, Sanders no se decidió a apoyar firmemente al movimiento Black Lives Matter/1 y metió la pata cuando se topó con manifestantes negros como la asociación Netroots Nation en Phoenix, Arizona. En sus primeras declaraciones trató de ponerse del lado de los policías y de la población negra al mismo tiempo, una postura insostenible. El movimiento negro, la continuación de la violencia policial, como el reciente asesinato ocurrido en Cincinnati y, por así decirlo, la realidad misma han obligado a Sanders a decantarse por el movimiento de protesta de los negros. De hecho, Sanders siempre ha combatido con denuedo el racismo y ha defendido los derechos civiles desde su participación en el Congreso de Igualdad Racial y en el Comité de Coordinación Estudiantil No Violento (SNCC) en la década de 1960. En sus intervenciones más recientes reafirma su oposición al racismo y la violencia policial. En Nueva Orleans declaró ante la multitud: “La vida de los negros importa y tenemos que valorarla”.
El problema es que la insistencia de Sanders en la igualdad económica para todos no contemplaba también las cuestiones de racismo, la discriminación, la exclusión y la violencia a que se enfrentan algunas personas. En su programa no se menciona a los afroamericanos y las cuestiones que afectan a los negros no se sitúan en el centro de su política. Pero está cambiando. En una conversación mantenida durante una recepción organizada por dirigentes de la Southern Christian Leadership Conference (SCLC), una de las organizaciones históricas de defensa de los derechos civiles, se pudo apreciar el efecto que tuvo en Sanders el movimiento Black Lives Matter cuando dijo lo siguiente: “Quienquiera que haya visto el reciente vídeo de Sandra Bland se dará cuenta de que por desgracia el racismo está vivo en EE UU”. Se refería a una mujer negra que había sido hallada muerta en una celda de una cárcel de Texas. “Cuando vemos cómo tiran del cabello a una mujer afroamericana para sacarla de su coche, cuando todos sabemos que esto no le habría ocurrido a una mujer blanca de clase media, nos damos cuenta de que hace falta un cambio profundo de la justicia criminal en este país.”
En su intervención ante el conjunto de la SCLC, Sanders habló de “la necesidad de abordar el racismo estructural e institucional que existe en este país y atacar al mismo tiempo vigorosamente el ridículo nivel de ingresos y la desigualdad económica que hace que los muy ricos se enriquezcan todavía más mientras todos los demás –especialmente la comunidad afroamericana y los obreros blancos– se empobrecen cada vez más”. El discurso ante la SCLC –que vale la pena leer/2– demostró el profundo conocimiento y el compromiso de Sanders con la lucha de los negros de EE UU por la justicia racial. Estos discursos y comentarios recientes indican que, en respuesta a las críticas, ha empezado a cambiar, dando mayor importancia a la cuestión de la igualdad racial, aunque, como han señalado algunos seguidores críticos, él y su organización todavía tienen camino que recorrer.
Sanders, el activista sindical
Unos amigos míos, sindicalistas de Vermont, dicen que Sanders no solo apoya a los trabajadores, sino que también aprovechó su cargo de senador para ayudar a los sindicatos y a los trabajadores a organizarse, por ejemplo convocando una reunión con los sindicatos para propugnar la unidad y la lucha por la mejora de las condiciones en su Estado.
Esta actitud de Sanders también se refleja en su campaña. En una entrevista con Katie Couric publicada enYahoo News, Sanders llamó a los estudiantes a organizar una marcha sobre Washington: “Desde mi punto de vista, la única manera de lograr que se aplique un programa que favorezca a las familias trabajadoras es que millones de personas se impliquen activamente en el proceso político. Si un millón de jóvenes marchan sobre Washington y hablan con la dirección de los Republicanos, veremos qué pasa y sabrán a quién votar para resolver la cuestión de la deuda estudiantil. Sabrán a quién votar para que haya universidades públicas y una enseñanza gratuita, así es cómo se conseguirá. Esto ya lo estamos viendo con la cuestión del salario mínimo. ¿Sabéis por qué el salario mínimo está ahora en boca de todos? Porque los trabajadores salen a la calle; así que necesitamos una revolución política, pienso yo, en que la gente se levante y luche y se meta con los intereses de los ricos. Sin esto, ningún presidente, ni siquiera el mejor presidente del mundo, será capaz de hacer nada.”
Si los seguidores de Sanders desean realmente construir un nuevo movimiento social por la justicia económica y racial, deberán hallar la manera de unir el movimiento Black Lives Matter con las bases sindicales y mantenerlos unidos más allá de la campaña de Sanders. Esta unidad del movimiento obrero con los movimientos de los negros y latinos es una aspiración histórica de lo mejor de la izquierda socialista.
La política exterior de Sanders: un gran problema
Para nosotros, radicales de izquierda, la gran debilidad de Sanders reside en su política exterior. Aunque es cierto que votó en contra de la guerra para “liberar” Kuwait (la primera guerra de Iraq) y de nuevo contra la resolución sobre la guerra de Iraq en 2002, por otro lado apoyó los ataques aéreos lanzados por el presidente Bill Clinton sobre Kosovo y la guerra de Afganistán en 2001. Ese mismo año también votó a favor de la “autorización del uso de la fuerza militar contra los terroristas”, la ley que utiliza hoy el presidente Obama para atacar al Estado Islámico en varios países. En 2003 apoyó asimismo una ley que respaldaba la política del presidente George W. Bush en Iraq y su “guerra contra el terrorismo”. Sanders ha votado tantas veces a favor de los presupuestos militares como ha votado en contra. En Oriente Medio se inclina a favor de Israel en contra de Palestina, aunque no sin reservas.
Lo que revela esta actitud es que Sanders no mantiene una postura coherente y de principios contra el imperialismo estadounidense. Mientras su programa propugna una reducción del gasto militar, no propone desmantelar los cientos de bases militares que mantiene EE UU en todo el mundo, poner fin a la “guerra contra el terrorismo”, renunciar al uso de drones, etc. El programa de Sanders ni siquiera menciona al ejército. Aunque se califica de socialista, la política exterior y la política militar de Sanders se ajustan a los propósitos del capitalismo, el militarismo y el imperialismo. La cuestión central para quienes están preocupados por la paz mundial es la región de Oriente Medio (desde Argelia hasta Afganistán); y en esta región su apoyo a Israel, en vez de a los palestinos oprimidos, le sitúa en el lado equivocado. Sanders no es un halcón agresivo como Hillary Clinton, pero tampoco es una paloma de la paz ni un defensor del internacionalismo. A pesar de estas deficiencias de su política exterior y militar, la campaña de Sanders supone un reto para la izquierda.
La izquierda socialista y Sanders
La campaña de Sanders comporta un reto importante a los planteamientos de la extrema izquierda en EE UU. Durante mucho tiempo, diversos grupos socialistas han seguido diferentes estrategias para construir un partido político radical en este país. Algunos grupos de izquierda –en particular el Partido Comunista (PC), los Comités de Correspondencia para la Democracia y el Socialismo (CCDS) y grupos maoístas como la Organización Socialista Camino de Libertad– han trabajado históricamente en el seno del Partido Demócrata y esto no les plantea ningún problema. Esperaban construir un movimiento popular tanto dentro como al margen del partido. Puede que hayan apoyado a Jesse Jackson y a la Coalición Arcoiris en la década de 1980, o a Dennis Kucinch en la de 2000, pero al final estos grupos están llamados a apoyar al candidato oficial de los Demócratas frente al de los Republicanos, negando el voto a candidatos como Ralph Nader y a partidos como los Verdes. Mientras que hoy por hoy impulsan la campaña de Sanders, es probable que el PC y los CCDS acaben apoyando a Hillary Clinton o a quienquiera que resulte nombrado candidato del Partido Demócrata a la elección presidencial.
Los Socialistas Demócratas de América (DSA), una organización fundada originalmente como comité de apoyo por Michael Harrington en 1973, tenía el objetivo estratégico de “realinear” al Partido Demócrata. Según afirma Harrington en su libro Socialism, los socialistas echarían del partido al sector conservador y a los corruptos aparatos de las ciudades, con lo que los sindicatos de trabajadores pasarían a ser el bloque dominante y el Partido Demócrata pasaría a ser en realidad un partido obrero. Los DSA, en colaboración con dirigentes sindicales del sector del automóvil y la Asociación Internacional de Maquinistas, prosiguieron con su estrategia de realineación hasta finales del siglo pasado, cuando quedó claro que a pesar de que el sector más conservador y la mayoría de los aparatos de las ciudades hubieran desaparecido, el Partido Demócrata se encontraba en manos de las grandes empresas y no de los sindicatos. En las últimas elecciones, los DSA no apoyaron a Barack Obama y es muy probable que en las próximas tampoco apoyen a Clinton. Los miembros más jóvenes de los DSA ya no creen que la realineación del Partido Demócrata sea viable.
Algunos otros grupos socialistas, incluida la vieja guardia de los seguidores de Eugene Debs, como el Partido Socialista y varios grupos trotskistas, en general se han opuesto por principio a trabajar en el interior del Partido Demócrata con el argumento de que este es el partido de los bancos y las grandes empresas y de que los trabajadores necesitan su propio partido. Los seguidores de Debs propugnaban la creación de un Partido Socialista, mientras que otros socialistas de esta misma tendencia pensaban que los sindicatos confederados en la AFL-CIO y otros sindicatos deberían abandonar la idea del “mal menor”, romper con el Partido Demócrata y fundar un partido obrero. En 1996 parecía que después de décadas de propugnar la ruptura con el Partido Demócrata, el sueño iba a cumplirse cuando Tony Mazzocchi, un dirigente del sindicato de la industria petrolera, química y nuclear, logró reunir al sindicato unificado de la minería, al de los estibadores y almacenistas, a la federación de funcionarios, al sindicato de trabajadores de la sanidad de California y a otros cientos de grupos locales de distintos sindicatos para fundar el Partido del Trabajo (Labor Party). El problema fue que aunque los citados sindicatos pretendían formar un partido, no querían presentar candidatos que pudieran restar votos al Partido Demócrata, de modo que durante varios años hubo una lucha continua entre dirigentes sindicales y pequeños grupos socialistas en torno a la cuestión de las elecciones, paralizando al partido. Este dejó de funcionar en 2007, aunque por entonces su militancia ya se había reducido a unas pocas agrupaciones locales.
Fracasado el experimento del Partido del Trabajo, algunos activistas se unieron al Partido Verde, fundado en 1984 como federación de varios partidos ecologistas de diversos Estados. Entre la fecha de su creación y las elecciones del año 2000, los Verdes evolucionaron de un partido meramente ecologista a un partido preocupado tanto por cuestiones medioambientales como económicas, sociales y de justicia racial. La influencia del Partido Verde culminó en 2000 con la controvertida campaña del conocido defensor de los consumidores, Ralph Nader, quien obtuvo el 2,7 % de los votos y fue acusado de restar votos al candidato demócrata Al Gore, facilitando así la victoria de George W. Bush. Howie Hawkins, un socialista, se presentó como candidato del Partido Verde en las elecciones a gobernador de Nueva York en 2014, obteniendo el 5 % de los votos. Sanders supera de momento en capacidad de movilización a Jill Stein, la candidata presidencial del Partido Verde para las próximas elecciones, pero ella afirma que mantendrá su candidatura hasta el final.
De todos los grupos de extrema izquierda, la Organización Socialista Internacional ha sido la más crítica y hostil a la campaña de Sanders por motivos incontestables como es su participación en las primarias del Partido Demócrata, su política exterior y sobre todo la convicción de que Sanders será un obstáculo para la construcción de un movimiento y una alternativa política de izquierda independiente. La cuestión es si estas objeciones de principio justifican que no colaboremos estrechamente con los seguidores de Sanders sin perder al mismo tiempo nuestra propia independencia política.
¿Dónde encaja Sanders?
El caso es que la campaña de Sanders no encaja del todo en la categoría histórica de extrema izquierda. Sanders es prácticamente el único político conocido a escala nacional que se autocalifica de socialista democrático y defiende el tipo de política socialdemócrata –sanidad y educación gratuitas, sindicatos fuertes, red de seguridad social universal– como la que se aplicó en los países escandinavos durante décadas. La cuestión del socialismo en EE UU, que comenzó a plantearse a raíz del ataque del Tea Party a la reforma de la sanidad de Obama, ha pasado a formar parte con la campaña de Sanders del debate nacional en sentido amplio. En un país antaño dominado por el anticomunismo, la persecución de los “rojos” y la costumbre de burlarse de los izquierdistas diciéndoles “¡volved a Rusia!”, el socialismo está ahora sobre el tapete, por no decir en el programa.
En cuanto a la cuestión del Partido Demócrata, Sanders ha sido durante toda su carrera política un independiente, pese a presentarse a las primarias de dicho partido, y nunca ha sido hasta ahora miembro del mismo ni ha preconizado una estrategia de realineación del Partido Demócrata. Es un caso muy distinto, por ejemplo, del de la carrera y la estrategia de personas como Jesse Jackson y Dennis Kucinich, quienes se esforzaron sistemáticamente por reformar el Partido Demócrata, mientras que Sanders nunca ha sostenido que pueda ser reformado. Además, los seguidores de Sanders no son en su mayoría gente que esté a favor de votar por el “mal menor”. Apoyan a Sanders precisamente porque aparece como la alternativa al “mal menor” de la elección de Clinton por parte de los dirigentes del Partido Demócrata. Por otro lado, Sanders ha prometido apoyar a Hillary Clinton si finalmente es elegida candidata, entregando con ello en bandeja a sus seguidores al partido controlado por la gran empresa que ellos rechazan.
Vistas las alternativas que ofrecen los Republicanos, como el antisindicalista de derechas Scott Walker o el racista Donald Trump, es probable que la mayoría de seguidores actuales de Bernie Sanders acaben votando por Hillary Clinton en la elección presidencial, pero no lo harán porque Bernie les haya engañado y convencido de votar por Hillary, sino porque temen a los reaccionarios Republicanos. Lo harán simplemente porque todos ellos desean parar los pies a Scott Walker o a cualquier otro Republicano antiobrero, racista o contrario a los derechos de las mujeres.
¿Dónde encajamos nosotros?
Desde luego, esta actitud es una especie de opción por el “mal menor”. Sin embargo, muchos estarán buscando la manera de construir una alternativa política una vez pasadas las primarias. Por eso, algunos militantes de extrema izquierda –miembros de grupos como Alternativa Socialista y Solidaridad– han decidido trabajar junto con los seguidores de Sanders, aunque negándose a ingresar en el Partido Demócrata o a apoyarle. ¿Qué pueden hacer estos grupos –quien esto escribe es miembro de Solidaridad– en el interior y el entorno de esta campaña? Podemos introducir todos los temas –sobre medio ambiente, mujeres, LBGTQ, negros– sobre los que estamos trabajando. Podemos exponer nuestro punto de vista de que mientras la campaña de Bernie Sanders representa un avance fundamentalmente progresista, conducir al movimiento generado hacia el apoyo a la campaña de Clinton sería un error. Y sobre todo, podemos defender que a partir de la campaña hemos de construir un movimiento que forme parte de una nueva era de lucha social en EE UU.
Algunos seguidores de Sanders, cuando el dinero y los medios hayan hecho de Clinton la candidata oficial del Partido Demócrata, podrán salir de esta experiencia tan asqueados con los Demócratas que votarán por la candidata de los Verdes, Jill Stein, o se pondrán a organizar la alternativa obrera con la que la extrema izquierda siempre ha soñado. Es posible que Sanders, quien cuenta ahora 73 años de edad y no tiene nada que perder, trate de lanzar una campaña independiente, cosa muy difícil debido a que los 50 Estados tienen leyes electorales diferentes, o se una o apoye a la candidata de los Verdes. ¿Quién sabe? Solo podemos confiar. Lo que puede conseguir la campaña de Sanders es popularizar un programa de reformas sociales democráticas, profundizar la discusión sobre el socialismo, unir a activistas sindicales, negros, femeninas y LGBTQ en un movimiento suficientemente cohesionado, lleno de energía y dinamismo e ilusión para seguir construyendo algo después de las elecciones. La campaña de Sanders podría contribuir a lanzar un nuevo periodo de movilizaciones y rebeliones sociales con un mayor nivel de conciencia política, y si lo hace será una gran contribución.
Así, aunque siga siendo miembro registrado de los Verdes y tenga previsto hacer campaña a favor de Jill Stein en las elecciones, me he propuesto colaborar con la campaña de Sanders en el periodo de primarias, con la esperanza –que comparto con otros seguidores de Sanders– de que a partir de esta experiencia podamos construir una nueva izquierda más fuerte en EE UU.
30/07/2015
Nota:
1/ “La vida de los negros importa”; se trata de un movimiento masivo de protesta contra los crímenes policiales cometidos en los últimos meses contra jóvenes negros en varias ciudades del país.
2/ Está disponible en inglés en https://berniesanders.com/remarks-senator-sanders-southern-christian-leadership-conference/

Las operaciones de la CIA contra la guerrilla mexicana


15. marzo, 2015  Contralínea

Con 25 años de pertenecer a la Inteligencia cubana y de infiltrar a la CIA en una docena de países y al Departamento de Estado de Estados Unidos, Pedro Aníbal Riera Escalante confirma en entrevista los nombres de los agentes que trabajaban para la agencia en México en las décadas de 1970 y 1980: Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Álvarez, Fernando Gutiérrez Barrios, Miguel Nazar Haro, José Luis Valles, entre otros menos famosos pero que eran eficientes y leales a la compañía estadunidense. Litempo, Lienvoy y Grupo 32, entre las operaciones que la CIA desarrolló en México para acabar con los grupos guerrilleros y disidentes políticos de corte izquierdista. La DFS y, luego, el Cisen prácticamente estaban bajo las órdenes de la inteligencia estadunidense. Riera Escalante está exiliado en España desde hace 4 años, luego de 10 de prisión en su país. El exespía cubano da cuenta de un voluminoso libro con sus memorias

Bajo  la inspiración y formación en los órganos de la seguridad del Estado de la extinta Unión Soviética, los servicios de Inteligencia de Cuba lograron mantener al gobierno de Fidel Castro a flote durante 52 años, enfrentando operaciones militares, paramilitares, guerra sicológica, sabotajes, embargo del gobierno de Estados Unidos, así como a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y las organizaciones de exiliados radicadas en ese país.
Desde las medidas de supresión del abastecimiento de petróleo y la cuota azucarera; la invasión militar de Playa Girón; la promoción y apoyo a grupos paramilitares; la guerra propagandística de Tv y Radio Martí, todo el esfuerzo desarrollado por el gobierno más poderoso de la tierra se ha estrellado contra el escudo de la Inteligencia y Contrainteligencia cubanas.
Aníbal Riera Escalante, con 25 años forjado como oficial de la Dirección de Inteligencia (DI) de Cuba participó en las operaciones de penetración y reclutamiento de agentes de la Agencia Central de Inteligencia estadunidense (CIA, por su sigla en inglés) en las ciudades de Madrid, Luanda, Maputo, Georgetown, Lima, Montevideo, Río de Janeiro, La Paz, Managua, Tokio y México.
De las operaciones de la Estación de la CIA en México durante la Guerra Sucia, el exespía da a conocer los nombres y seudónimos de los agentes de la CIA cooptados por la Inteligencia cubana y de los topos infiltrados en la Agencia entre 1973 y 1993.
Riera se inició en 1973 en Cuba como oficial analista de las actividades de la CIA en México, en el Buró de Información y Análisis del entonces Departamento de Contrainteligencia Exterior de la Dirección General de Inteligencia (DGI), que en 1989 se llamó Dirección de Inteligencia. “Toda la información que obtenía la DGI sobre la CIA en México llegaba a mis manos, así como la información que enviaban las inteligencias amigas: la KGB [Comité para la Seguridad del Estado ruso], la checa y la alemana”, recuerda.
Señala que entre 1974 y 1975 analizó en los archivos de las inteligencias amigas la información sobre las operaciones en los países donde trabajó Phillip Agee y específicamente en México. Agee, exoficial de la CIA y agente de la Dirección de Inteligencia de Cuba, fallecido en 2008, escribió el libro Inside the company, diary of CIA (Dentro de la compañía: diario de la CIA), en el que aportó información invaluable sobre la estructura y funcionamiento de la CIA en México.
Con la información obtenida, dice, actualizaba periódicamente la Estación de la CIA en México, principalmente su estructura, funciones y personal que componía cada uno de los grupos de trabajo, así como sus medios y métodos, los oficiales y la distribución de las oficinas del quinto piso de la embajada estadunidense, donde se ubicaba la Estación CIA México.
A fines de 1973 disminuyó la presión de la CIA contra la embajada y el Centro de Inteligencia cubana en México, compuesto por seis oficiales y un clavista (encargado de cifrar los mensajes), pero 3 años después el trabajo contra la CIA en México tuvo la máxima prioridad por la Inteligencia cubana, a través de su Centro Legal.
“Entre 1976 y 1977 realicé la evaluación del primer agente de juego operativo en México, con seudónimoAquiles II, como parte de la elaboración de la metodología del programa de penetración y reclutamiento de agentes de la CIA, denominado Juegos Operativos (agentes dobles). En 1978 laboré como oficial operativo y después como jefe del Grupo CIA México contra la Estación y la embajada de Estados Unidos hasta 1993. Durante los últimos 8 años (1985-1993) fui jefe del Grupo CIA México.
La Estación CIA era una de las mayores del mundo, dice el exagente, actualmente exiliado en España desde 2011. Detecté a 53 elementos que operaban en México, entre oficiales operativos, oficiales de informes, secretarias y personal de comunicaciones, sin incluir a los oficiales bajo cubierta no oficial, denominados en el argot de la agencia: NOC (Non Oficial Cover). Su presupuesto llegaba a varios millones de dólares.
Por la misma fecha, agrega, la Estación de la CIA en México había desarrollado una gran penetración y control sobre la Dirección Federal de Seguridad (DFS), al mismo tiempo, su propio operativo de vigilancia y chequeo visual sobre sus objetivos, básicamente exoficiales de los servicios de seguridad mexicanos.
En contrapartida, el Centro Legal de Cuba desarrolló la penetración a la Embajada de Estados Unidos mediante el control, la identificación, el estudio y las operaciones de reclutamiento a los oficiales de la CIA asignados a México.
Aspectos principales de este control eran la fotografía de todos los pasajeros que viajaban a Cuba; la vigilancia visual, penetración técnica y chequeo telefónico sobre la Embajada. Ya en 1973, el control sobre los pasajeros hacia y desde Cuba no se hacía tan abierto tomándoles fotos, pero continuaba a través de las operaciones de coordinación de la Estación de la CIA con la DFS, y mediante sus propios agentes que les suministraban los listados de viajeros.
Desde su posición en la Dirección de Inteligencia en La Habana en la década de 1970, Aníbal supo años que Fernando Gutiérrez Barrios jugó un papel determinante en la liberación de Fidel Castro cuando fue detenido en México en 1956 durante su entrenamiento militar para partir en la expedición del yate Granma. “Hace unos años conocí los detalles de esa operación de Gutiérrez Barrios y del inicio de su relación como informante de Fidel Castro. Así se revela en un libro editado por la Oficina del Consejo de Estado de Cuba, [publicado] después de su muerte, en octubre de 2000”, afirma.
En 1956, siendo el jefe de la sección de la DFS encargada de perseguir a Fidel Castro, Gutiérrez Barrios cambió su posición de perseguidor por la de informante, siendo reclutado por Fidel Castro como un valioso agente.
Durante los últimos meses de vida de Fernando Gutiérrez Barrios, siendo senador por Veracruz, salieron a la luz pública las revelaciones del exespía cubano Jorge Masetti, quien recuerda que “el sabuesodel sistema” protegió y avaló las operaciones clandestinas de Cuba en México y cerró los ojos a cuanta acción realizaban durante el gobierno de Luis Echeverría.
En otra de sus facetas, los exguerrilleros sudamericanos recuerdan a Gutiérrez Barrios con cariño, porque evitó que los escuadrones de la muerte de las dictaduras del Cono Sur concretaran planes deejecución contra varios de ellos. Y, en otros casos, intervino para evitar que fueran a la cárcel.
Durante años, continúa, Gutiérrez Barrios fue uno de los contactos principales de la Estación de la CIA en México, amigo de los jefes de la agencia desde la década de 1970; protector de otros, como Edward Palmer, quien al retirarse de México fundó una agencia de protección de personalidades en el Continente; y socio de otros, como Lawrence Sternfield, con quien creó una empresa de agronegocios.
El escritor cubano Luis Báez, vertió en su libro El mérito es vivir declaraciones del oficial de la CIA John Mac Meckples Spiritto, quien estuvo después infiltrado en el Ejército Rebelde y, al triunfo de la Revolución en 1959, participó en la oposición armada; fue detenido por la seguridad, cumplió 20 años de cárcel, se casó y se estableció en Cuba. Posteriormente regresó a Estados Unidos a finales de la década de 1980.
Mac Meckples, nacido en Los Angeles y de padres sicilianos, relató a Báez que durante su seguimiento a Fidel Castro en México, la CIA mantuvo “amplia y estrecha colaboración” con el coronel Leandro Castillo Villegas, director de la Federal de Seguridad (1952-1958); con el subdirector Gilberto Suárez Torres, y con los jefes de grupo Luis Bazet Marín y Fausto Morales Suárez.
Mac Meckples, políglota enrolado en la CIA desde 1946, dijo que la fuga de Castro y su grupo de México “es algo que nunca nos pudimos explicar”. Interrogado por Báez sobre la reacción de sus jefes señaló: “‘Me imagino que se encabronaron. Según esta versión, Gutiérrez Barrios estaba actuando a espaldas de sus jefes y de la CIA. ¿A quién respondía, si no a su acuerdo con el coronel Leandro Castillo Villegas, titular de la DFS?, cuestiona Riera Escalante.
La CIA utilizaba básicamente el reclutamiento sobre la base económica con algunos elementos de compromiso afectivo, utilizando relaciones familiares en Estados Unidos, pero la base fundamental era el reclutamiento económico.
La Inteligencia tiene dos aspectos: la inteligencia humana y la técnica. El defecto básico de la CIA está en la primera, es decir, el reclutamiento de relaciones, es decir, la formación de los oficiales y su capacidad para interpretar y conocer la idiosincrasia, las características y las costumbres de un país determinado.
En el caso del 11 de septiembre de 2001, la CIA reveló su ineficacia al no penetrar a los grupos terroristas para impedir un hecho de esa magnitud, y eso constituye una deficiencia fundamental en un servicio de Inteligencia, que ocasionó la reestructuración total de la Agencia y el despido de su jefe de Contrainteligencia.
 “A través del reclutamiento de agentes dobles, es decir, de agentes de la Inteligencia cubana que estaban en contacto con la CIA, conocíamos qué planes tenían, y a veces nos enterábamos de a quiénes iban a reclutar. Nos adelantábamos en reclutarlos antes que ellos, sobre todo a mexicanos en las diferentes esferas e instituciones del gobierno para obtener la información que sirviera a los fines de la política exterior y la protección del gobierno de Cuba.
 “El reclutamiento de agentes en México se facilitaba porque en el marco legal la figura del espionaje no está claramente delimitada. Un delito de espionaje en México prácticamente no se puede configurar. El peligro de una condena alta por espionaje prácticamente no existe. Lo que puede disuadir a alguien para trabajar para un servicio de Inteligencia extranjero es la sanción que conlleve.
 “Existe también la figura de oficiales ilegales, similares a los cinco oficiales encarcelados en los Estados Unidos pertenecientes a la red Avispa [recién liberados por los acuerdos tomados entre Cuba y Estados Unidos], de los que seguramente había varios ubicados en México, pero yo no los había atendido ni los conocía.
 “Los oficiales ilegales se denominan así porque actúan con una falsa identidad, generalmente no son de nacionalidad cubana, sino de países latinoamericanos; son entrenados cuidadosamente para que interpreten su nuevo papel: dominar su falsa biografía, su vida o fachada, para esconder su personalidad real.”

La CIA y el movimiento estudiantil de 1968

—¿Cuáles fueron las operaciones de la CIA en el movimiento de 1968 en México?
—La CIA operaba a través del programa denominado Litempo 14, cuando Luis Echeverría Álvarez era “agente de confianza” y no “contacto de enlace” de la Estación, según la información secreta entregada por Agee que no fue publicada en su libro. Tuve la tarea de discutir con Agee el cambio de categoría de Echeverría de agente a “contacto de enlace”, disminuyéndole su grado de relación operativa y subordinación a la Estación, lo cual fue ordenado por el entonces presidente Fidel Castro a través del exencargado de relaciones exteriores Carlos Rafael Rodríguez, para evitar problemas con Echeverría, quien había comenzado a mejorar sus relaciones con Cuba a mediados de la década de 1970.
 “Tuve que vencer la resistencia de Agee, que sabía de la implicación y grave responsabilidad del presidente Echeverría y de la CIA en la matanza de los estudiantes en 1968, ya que se negaba a atenuar el grado de subordinación del entonces secretario de Gobernación con la Estación.
 “Philip Agee estuvo asignado a la Estación en México poco antes de las Olimpiadas de 1968 con la fachada de Agregado Olímpico, y tuvo conocimiento del trabajo de la CIA con relación a las manifestaciones estudiantiles y las actividades represivas desarrolladas por el gobierno mexicano apoyadas por la Estación, parte de las cuales están contenidas en el libro del exoficial de la CIA y agente de la Dirección de Inteligencia de Cuba, fallecido en 2008, Inside the company, diary of CIA [Dentro de la compañía: diario de la CIA].
 “El programa Litempo era atendido directamente por Winston Scott, jefe de la Estación de la CIA desde 1956, con la ayuda de Annie Goodpasture, oficial de caso. Incluía la atención como contactos y agentes a altas figuras del gobierno mexicano, como el presidente Gustavo Díaz Ordaz; el secretario de Gobernación, Luis Echeverría Álvarez; Fernando Gutiérrez Barrios, jefe de la Dirección Federal de Seguridad y Luis de la Barreda Moreno, entre otros.
 “Dentro de las Operaciones de Enlace, el programa incluía actividades de apoyo operativo a las Fuerzas de seguridad civil mexicanas para fines de intercambio de inteligencia; operaciones conjuntas y mejoramiento de las funciones de recolección de inteligencia y de seguridad pública. En las operaciones conjuntas con las Fuerzas de seguridad mexicanas se incluían el control de viajes, escuchas telefónicas y la acción represiva.”
—¿A qué se refiere con la colaboración la “acción represiva” como parte de las operaciones conjuntas con los agentes mexicanos?
—El objetivo de la CIA con la penetración de los servicios de seguridad y policiales y simultáneamente las operaciones de Liaison (Enlace) es obtener información sobre los partidos y movimientos de izquierda para neutralizarlos e impedir que se conviertan en una alternativa de gobierno. Esto se concretaba en el suministro de información recolectada por sus agentes de penetración para apoyar a los servicios locales de seguridad en la persecución y encarcelamiento de los opositores al gobierno. De esta manera aumentaban la eficacia de la policía local en la represión. Además, el asesoramiento en interrogatorios y torturas.
 “Los recientes informes de la Comisión de Inteligencia del Senado, sobre las torturas en las cárceles de Irak y en otros países, como dato de interés, debo destacar que uno de los objetivos de reclutamiento era el oficial Brant Bassett, Violín.
“Como resultado de la Operación Lupa obtuvimos una carta de amor de Bassett a su amigo Dusty Foggo, que llegaría a ser el encargado de la construcción de las cárceles secretas en Europa, después de 2001, para interrogar y torturar a los acusados de terrorismo. Dusty Foggo estuvo involucrado en un caso de corrupción por el que cumplió prisión y hace poco salió en libertad. Llegó a ser el jefe de Operaciones de la CIA.”
—¿Qué oficiales de la CIA México y de la Embajada eran los responsables de operar con los agentes mexicanos infiltrados en el gobierno?
—Winston Scott, primer jefe de Estación que llegó a México en 1956 y se mantuvo un tiempo inusual de 13 años; Winston M Scott, 1968-1969; James B Noland, 1969-1971; John R Horton, 1971-1974; Richard A Sampson, 1974-1975 y de 1975 a 1977; Thomas Polgar, 1977-1978; Lawrence M Sternfield, 1978-1980; Stewart D Burton, 1980-1982; Francis C Mcdonald, 1982-1985; Albert D Wedemeyer, 1985-1987; Thomas A Brunton, 1987-1989; James M Olson, 1989-1993; Morton M Palmer, 1993-1998 y 1998-2001; José A Rodríguez, 2001-2003; los demás no recuerdo sus nombres.
 “Además Annie Goodpasture, asistente del jefe de Estación para el Programa Litempo. Robert Feldman quien era el encargado de la Operación Licobra para la penetración del PRI [Partido Revolucionario Institucional] y de la Secretaría de Relaciones Exteriores. También se encargaba de la penetración al Departamento de Investigaciones Políticas y Sociales. Durante el gobierno de Echeverría puedo mencionar los siguientes: John R Horton, jefe de Estación, y entre los oficiales a Paul V Harwood, segundo jefe de Estación.
 “Los oficiales encargados del trabajo contra Cuba en el periodo de 1968 a 2000 eran: Francis Sherry, Joe Piccolo, Daniel Flores, Gerald Jerry Peterson, Lane Nordholm, Richard Santos, Brant Bassett, Clayton L Cowart y Barry Thein.”
—¿Qué funcionarios de la Dirección Federal de Seguridad formaban parte de la CIA?
—Su jefe, Fernando Gutiérrez Barrios, quien se proyectaba amable con el gobierno cubano y hacía gala de su amistad con el presidente Fidel Castro; Miguel Nazar Haro, quien también dirigía a un grupo operativo paralelo, denominado Grupo 32, encargado de la penetración mediante reclutamiento de agentes a la Embajada cubana. Fernando Gutiérrez Barrios fue el perfecto equilibrista para dejar hacer a la CIA y a la DGI en México, sobre todo después de 1969. Fue un represor eficaz que logró frenar los movimientos de izquierda y liquidar los focos de guerrillas. Mantenía buenas relaciones con la CIA y con el gobierno cubano.
—¿Usted tuvo acceso a los archivos de la CIA sobre las organizaciones subversivas de México?
—Tuve conocimiento de prácticamente todas las informaciones brindadas por Philip Agee sobre las organizaciones subversivas de México, en el periodo en que él estuvo ubicado entre 1968 y 1969, como oficial de la Estación CIA, y que tenía acceso por su trabajo a las operaciones contra el Partido Comunista y otros partidos y organizaciones de izquierda, estudiantiles, sindicales.
—¿Qué participación tuvo la CIA en la lucha del régimen contra las organizaciones de izquierda y los grupos guerrilleros?
—La CIA, desde que inició sus operaciones en México y hasta 1993, tuvo un papel muy importante en la lucha para penetrar, controlar y reprimir a todos los objetivos que usted menciona. El papel fundamental de la CIA desde su fundación ha sido el de parar y destruir el ascenso de las organizaciones comunistas, socialistas, de izquierda y revolucionarias en todos sus matices. Asimismo, limitar y obstaculizar la influencia de los países socialistas hasta su desaparición y de la Revolución Cubana.
 “El trabajo de la CIA era desarrollado mediante el reclutamiento e infiltración de agentes dentro de las organizaciones; las operaciones de acción política, propaganda y guerra sicológica dirigidas a crear divisiones y problemas para dificultar, dividir, debilitar o destruir a esas organizaciones. Lo realizaba mediante sus operaciones y de acuerdo al estado de sus relaciones con los servicios de seguridad locales, y el gobierno le informaba sobre los objetivos que consideraban debían ser reprimidos o eliminados.
 “Dentro de las operaciones de apoyo estaba la operación conjunta de las escuchas telefónicas, denominado Lienvoy, que se realizaba en colaboración con la DFS, con capacidad para 40 líneas. La Estación de la CIA aportaba el equipo, la asistencia técnica, los correos y los transcriptores, mientras que los mexicanos realizaban los intercambios de las conexiones y mantenían los puestos de escucha. Además de controlar las líneas de las misiones diplomáticas comunistas y las de los grupos revolucionarios mexicanos.”
—¿Cómo operaba la CIA contra el Partido Comunista, otros partidos, organizaciones sindicales, estudiantiles? ¿Había agentes en estas organizaciones?
—Estos objetivos en la teoría operativa de la CIA son considerados objetivos enemigos y, por tanto, de trabajo de contrainteligencia. Trabajan de dos formas: penetrando las organizaciones mediante el reclutamiento o infiltración de agentes y a través del traslado de información a los servicios locales de seguridad para que sean perseguidos, detenidos o se realicen acciones de acción clandestina diversas, como campañas de desprestigio y de propaganda en sus modalidades enmarcadas en la denominada guerra sicológica.
 “La CIA trabaja también a sus objetivos mediante las llamadas operaciones de apoyo: operaciones de instalación técnica microfónica, telefónica u otras, seguimientos, intercepción de correspondencia; y a partir del surgimiento de internet, como ha trascendido, el mundo está ante un espionaje masivo por parte de la NSA [Agencia de Seguridad Nacional estadunidense] y la CIA, y otros servicios de inteligencia y contrainteligencia.”
—¿Qué relación tuvo la CIA con el Ejército Mexicano en la represión de 1968?
—Winston Scott, entonces jefe de Estación, mantenía una estrecha relación con los servicios de Inteligencia del Ejército Mexicano.
—¿El Ejército y la Marina mexicanos estaban infiltrados por la CIA?
—Probablemente por la Agencia de Inteligencia de la Defensa.

El Grupo 32 de Nazar Haro

En la década de 1970, relata Aníbal en sus memorias, se logró penetrar al denominado Grupo 32 de la CIA, que estaba subordinado a Miguel Nazar Haro, quien después pasaría a ser jefe de la Brigada Blanca, encargada de la represión durante la Guerra Sucia. Este grupo clandestino realizaba diferentes operaciones de interés para la CIA, como vigilancia, chequeo visual, reclutamiento y dirección de agentes contra las embajadas de los países socialistas.
En la Brigada Blanca ingresaría por esos años José Luis Valles, quien después sería jefe de Contrainteligencia del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), que se encargaría del secuestro de Riera Escalante en México en 2000, “por orden de Fidel Castro, a solicitud de Fernando Gutiérrez Barrios”, para deportarlo a Cuba donde estuvo preso varios años.
—¿Qué papel desempeñó Nazar Haro al frente del Grupo 32?
—La DGI no tenía entre sus objetivos de penetración a la Dirección Federal de Seguridad por orden expresa de Fidel Castro, debido a sus buenas relaciones con Fernando Gutiérrez Barrios. Tampoco tenía como objetivo al Cisen. Por ese motivo la información sobre la DFS era muy limitada.
 “Sin embargo, en 1976 la Inteligencia cubana en México reclutó a Robert (su nombre real no lo recuerdo), miembro del llamado Grupo 32, cuyo expediente se lo pasamos a Pavel Yatzcov, asesor del Departamento de Contrainteligencia de la KGB en el Departamento Q-1 de la DGI Cuba, ya que ellos estaban muy interesados en trabajarlo.
 “El agente Robert fue reclutado sobre la base de pagos en efectivo. Aportó información sobre el modus operandi, los objetivos y los integrantes del Grupo 32. Incluso en su expediente yo vi una foto de dicho grupo encabezado por Nazar Haro.
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 “De uno de sus integrantes, de apellido Espadas, comprobamos que tenía relación de trabajo con el oficial de la CIA Donald Paton, quien llevaba muchos años en México, encargado de las operaciones de apoyo Liaison de la Estación con la DFS y otros servicios policiales. En 1978, que fue cuando tuve acceso al expediente, no se encontraba activo y se le trasladó al asesor soviético coronel Pavel Yatzcov, de la KGB, quienes lo trabajarían; no sé qué pasó después.
 “El Grupo 32 tenía otro agente que vivía desde hacía varios años en la colonia Roma del Distrito Federal, un médico cubano que estaba dirigido a los médicos cubanos que viajaban a México para estudiarlos con vistas a su reclutamiento. Fue identificado como Efraín Taché Jalak (X-2). Se decidió realizar su ‘falso reclutamiento’ para desarrollar un doble juego, es decir, hacerle creer que confiábamos en él, cuando el propósito real era comprobar su condición de agente enemigo.
 “A principios de 1978 me hice cargo del caso. Durante 6 años lo contactamos mediante el oficial encargado del trabajo contra la CIA, el cónsul Ciro Mantilla. Se comprobó que Taché tenía estructurado un sistema que cada vez que un médico cubano viajaba a México él lo atendía, le hacía regalos y lo estudiaba. Se acordó que debía entregarnos los informes de estas relaciones. Taché no fue enjuiciado por espionaje, se le dejó regresar a México y se le impuso la obligación de informar una vez al mes de cualquier contacto con cubanos y se le prohibió viajar a Cuba por 2 años. En 1986, estando yo de cónsul en México, se le autorizó a seguir viajando a Cuba y cesó la exigencia de informar sobre sus relaciones.”
—¿A qué agentes mexicanos reclutó usted para infiltrar a la Estación CIA México?
—Entre los agentes mexicanos y de otros países que recluté figuran:
 “Juan Aldama Muciño, seudónimo Buzo. Propuse su reclutamiento siendo jefe del Grupo CIA México, se desarrolló exitosamente y lo atendí como juego operativo [agente doble]. Fue reclutado por la oficial de la CIA, Lane Nordholm y contra ella dirigimos una operación para su reclutamiento, entre 1986 y 1987.
 “Linda Vrom, Laura, ciudadana estadunidense. La introdujimos dentro de la Embajada como profesora de aerobics, dirigida como agente de acceso contra oficiales CIA y en especial en la caracterización de las oficiales CIA Brooke Brummitt y Kathleen Blevins.
 “Arturo Durán, Duarte, empleado de Mail Room de la Embajada de Estados Unidos. A través de él desarrollamos la Operación Lupa. Extrajo cerca de 2 mil cartas de oficiales de la CIA. Su papel fue vital para comprobar la información para intentar el reclutamiento del oficial de la CIA Brant Bassett, Violín, y Brooke Brummitt, secretaria de Richard Kitchen, el segundo jefe de la Estación CIA que atendía el trabajo contra Cuba.
 “Librado Luna, seudónimo Baconao, empleado de la Oficina de Servicios Generales.
 “Rodimiro Camacho Bárcenas, F-246, empleado de la Oficina de Seguridad. Había sido reclutado con anterioridad, lo contacté en 1986 pero se negó. Era empleado mexicano de la Oficina de Seguridad de la Embajada, encargado del procesamiento del personal mexicano que se contrataba, así como de las investigaciones en coordinación con las diferentes policías y servicios de seguridad mexicanos. Fue reclutado a fines de la década de 1970. Proporcionó información sobre el funcionamiento de la Oficina de Seguridad de la Embajada y sus vínculos con la seguridad mexicana. Después se interrumpió el contacto. A mi llegada a México en 1986 realicé un nuevo acercamiento pero él se negó. Según supe después, por información de Barry Thein, oficial de la CIA con el que estuve en contacto en México, en 2000 fue despedido de la Embajada al comprobarse sus vínculos con la Inteligencia cubana; lo cual consta en una resolución del Congreso de la Unión que aprueba las altas y bajas de empleados mexicanos en las embajadas.
 “Evangelina Mendizábal, ministra consejera de la Embajada de Guatemala, con quien establecí una relación de confianza. Ella era lo que en los términos de la DI se denomina Relación de Confianza, una persona que por razones ideológicas coopera con brindar la información política que le solicitamos sobre su país. Era el periodo en que gobernaba Vinicio Cerezo [en Guatemala], la información que nos proporcionaba era respecto a la situación del gobierno respecto a la URNG [Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca]. En ausencia del embajador ella se quedaba al frente por tener el rango de ministra consejera.
 “El embajador Roberto Rodríguez Hernández, actual cónsul general de México en Phoenix, Arizona. Fue secretario particular del subsecretario de Relaciones Exteriores, lo atendía como Relación de Confianza. Proporcionaba información interna de la Secretaría sobre el personal de la Embajada de Estados Unidos que no aparecía en el directorio diplomático. Durante su estancia anterior en Budapest proporcionó información sobre el oficial de la CIA Brant Bassett.
 “Julio Rochón Siri, Sirio, residente uruguayo en México. Lo recluté para dirigirlo en el acercamiento amoroso a la oficial analista de la Estación CIA, Berta, Kathlen Blevins en 1990 sobre base ideológica. Había sido miembro de la Juventud Comunista de Uruguay y había emigrado a México. Había tenido relaciones con Linda Vrom, agente Laura, de nacionalidad estadunidense.
 “Fue dirigido a establecer relaciones amorosas con la oficial analista de alta categoría en la Estación CIA en México, Kathleen Blevins, Berta, a quien conocíamos desde 1972, cuando la identificó Philip Agee, P-103. Después se le puso el seudónimo Pont, cuando estaba ubicada en la Estación de la CIA en Chile, donde también era analista y elaboraba informes en los que se recopilaba lo obtenido a través de las diversas fuentes cuando se desarrollaban las operaciones para el derrocamiento del entonces presidente de Unidad Popular, Salvador Allende.
 “El acercamiento a Kathleen lo realizamos en un conocido Bar de la Zona Rosa en la Ciudad México, donde acudían habitualmente mujeres y hombres solos a establecer relaciones. Coordinamos el ‘encuentro casual’, con Linda, para que llevara a Kathleen, de quien se había hecho amiga, por ser su profesora de aerobic en la Embajada. Sobre Kathleen conocíamos amplia información a través de Linda, incluso recuerdo que grabamos varias conversaciones de ella con Linda, en su apartamento. La información sobre la situación personal la comprobamos y ampliamos a través de sus cartas personales que obtuvimos a través de la Operación Lupa.
 “Berta se enamoró de Sirio, quien en 1991 regresó a cumplir una nueva asignación en el Cuartel General de la CIA y mantuvo la relación con ella por correspondencia. La relación de Berta con Sirio, era una contravención de las reglas de la CIA por tener él la condición de comunista.
 “José de Jesús Gutiérrez Mercado, L-107. Durante 8 años fue agente dentro de la oficina consular y de seguridad de la Embajada de Estados Unidos, de la cual fue separado y lo dirigimos a penetrar al Cisen a nivel de base. Lo dirigí en el reclutamiento de Arturo Durán a nombre del Cisen, es decir bajo tercera bandera, combinado con pago en efectivo. Después de iniciar su reclutamiento, lo concluí interpretando el papel de jefe de José en el Cisen.
 “Sergio Renato Pineda Muñoz, Persa, jefe de la oficina de Prensa Latina en México en 1982-1983. Murió en 1994 en Perú en circunstancias sospechosas. El Centro tenía una opinión negativa de él, influida por información del oficial de la DGI Elías Sarraff (padre de Rolando Sarraff, el oficial de la DI reclutado por la CIA que fue liberado y enviado a Estados Unidos en diciembre pasado). Fue reclutado por la CIA cumpliendo la misión que le dimos desarrollándola exitosamente. Continuó después como jefe de PRELA en Brasil y Perú. No se descarta que la CIA lo haya descubierto como agente de la DI y lo haya eliminado, es una hipótesis que se debe investigar.
 “Marta Solís Campos, Amalia, costarricense-mexicana, esposa del oficial de la DGI de apellido Sinobas. Periodista de la revista Siempre. Una magnífica y eficaz agente de juego operativo, su papel fue clave en el desarrollo de las operaciones de reclutamiento de los oficiales CIA Gerald J Peterson y Lane Nordholm, los cuales no se concluyeron exitosamente por otros motivos. Fue quemada por el mayor de la DGI Florentino Azpillaga, quien desertó en Viena a mediados de 1987.
 “Pedro Monzón Barata, Aquiles II. Fue el primer juego operativo que se desarrolló en México, duró poco, fue mal preparado y dirigido; fue detectado por la CIA y se interrumpió la relación con él en 1975. Fue embajador de Cuba en Malasia y Australia. Es hermano de Mario Monzón Barata, Aquiles, oficial de la DGI expulsado de la misión en la Organización de las Naciones Unidas en 1982 por violar leyes del embargo, y quien murió de un ataque al corazón.
 “Iván Puri, Caney, consejero comercial de la Embajada de Cuba en México entre 1980-1983. Era un agente de juego operativo, es decir, trabajaba para la CIA cumpliendo órdenes de la DGI. Obtuvo información de gran valor sobre los intereses informativos de la CIA. Fue atendido en el Centro Principal en La Habana por Florentino Azpillaga, oficial de la DGI que desertó en 1987. Fue dirigido a la caracterización del oficial de la CIA que lo atendía, con seudónimo Dante, su identidad real era Daniel Flores, de origen mexicano. A través de él obteníamos los intereses informativos de la Estación sobre la actividad comercial de Cuba en México, lo cual era una línea permanente de la CIA, así como los intereses de caracterización de los oficiales de la DGI.
 “Jesús Somohano, Voluntario, mexicano, casado con Serafina Naranjo, también reclutada como agente. Fue utilizado en función del estudio de los oficiales Peterson y Nordholm. La CIA cesó las relaciones con él. Lane Nordholm lo utilizó para caracterizar al vicecónsul y oficial de la DGI Alfonso Santos.”
José Réyez, @jose_contra / Primera parte de cuatro

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Nuevamente Marina ataca a población civil en Culiacán


(23 de agosto, 2015).- Una persona muerta y tres más heridas, dos de ellas de gravedad, fue el saldo de una nueva agresión perpetrada por efectivos de la Marina en contra de la población civil, en Culiacán, Sinaloa.
La agresión se perpetró en el cruce de las calles Cerro San Cayetano y prolongación Jorge Almada, en la colonia Lomas de Guadalupe, medios de comunicación locales dieron a conocer que los elementos llevaban acabo  un operativo en el sector, cuando en uno de los puntos de revisión abrieron fuego a sujetos desconocidos que viajaban en una camioneta Jeep Cherokee.
Ahí se encontraba detenido un vehículo propiedad de la constructora Solorzano donde viajaban 4 personas, las cuales resultaron heridas por las esquirlas. Tras la agresión, se trasladó a la cruz roja a uno de los heridos identificado como Carlos Eduardo Gaytán Ramírez de 20 años, vecino de la colonia Salvador Alvarado.
El joven presentó un disparo en la pierna derecha, por lo que después de ser revisado por médicos de guardia se percataron que había muerto, ya que se desangró.
Los lesionados fueron identificados con  los nombres de Alejandro Cruz Beltrán, de 26 años, vecino de la colonia Salvador Alvarado; Jésus Roberto Solorzano Saldoval, de 47 años, con domicilio en la colonia Los Pinos; Manuel Solorzano Ortiz, de 54 años, del fraccionamiento Colinas del Rey.
Se asegura que aun cuando la policía pidió entrar a inspeccionar la zona, los marinos impidieron el paso a los elementos y les apuntaban con rifles. Dos de los heridos fueron trasladados al IMSS de Culiacán. Uno presenta una herida por esquirla y el otro presenta varios impactos de arma de fuego en el cuerpo.
De acuerdo a los agentes, la acción de los marinos fue incorrecta ya que no esperaron a ninguna autoridad para acordonar el área del ataque a balazos y hacer las diligencias correspondientes.
Aunque ningún representante de la Marina dio una versión de lo sucedido, fue el procurador de Justicia, Marco Antonio Higuera, quien dio a conocer que la Agencia del Ministerio Público Especializado en Homicidios, inició la averiguación previa 112/2015 para investigar la muerte de Carlos Eduardo Gaytán Ruiz, de 20 años de edad.
Este joven, precisó el fiscal, viajaba con Alejandro Cruz Gaytán, en una camioneta Tahoe y cruzó a velocidad inmoderada por el lugar donde se encontraban los marinos, provocando que estos accionaran sus armas lesionando no solo a los ocupantes de la Tahoe, sino a quienes circulaban también en ese momento por el lugar a bordo de un automóvil Chevy, propiedad de la empresa Constructora Solórzano, identificados como Jesús y Manuel Solórzano.
El procurador Higuera Gómez dijo que personal de la Procuraduría acudió al lugar de los hechos para realizar las periciales correspondientes, sin encontrar mayores evidencias, sin embargo, al acudir al lugar, reporteros del medio de comunicación EL DEBATE encontraron 23 casquillos percutidos, calibre .223 para fusil AR 15, además de dos manchas de sangre y material de curación.
Dado que los hechos involucran a personal de la federación, el procurador Higuera Gómez dijo que una vez que concluyan una serie de periciales en curso, estas serán turnadas a la autoridad federal que será la instancia encargada de concluir las investigaciones.
Ante los hechos, la Comisión Estatal de Derechos Humanos inició de oficio una investigación ante la presunción que los marinos incurrieron en violaciones graves en perjuicio de la integridad, la vida y seguridad jurídica de cuatro civiles agredidos a balazos durante el operativo.
El presidente del organismo, Juan José Ríos Estavillo, precisó que las violaciones en las que incurrieron los marinos fueron el derecho a la vida, por haber privado de la misma a Carlos Eduardo Gaytán Ramírez; y por violaciones al derecho a la salud, la seguridad jurídica y a la integridad de las cuatro personas agredidas.

Y Ruffo convalida el juego sucio ... ¿ No que muy honesto ?

ÁLVARO DELGADO
Primer gobernador del PAN, figura emblemática de ese partido y actual senador, Ernesto Ruffo afirma que el actual presidente blanquiazul, Ricardo Anaya, es un ejemplo de honestidad, figura ideal para combatir la corrupción y hasta presidenciable para 2018… a despecho de las acusaciones de que en su campaña el joven protegido de Gustavo Madero usó acarreados y también recursos públicos para comprar votos. “¿Anaya ganó limpiamente?”, se le pregunta. Y responde: “Anaya ganó”.
Con una expresión coloquial, llena de significado, Ricardo Anaya Cortés se conectó con Ernesto Ruffo Appel, el primer gobernador en la historia del Partido Acción Nacional (PAN).
–¡Ruffo, ícono del PAN, estoy rodeado de ratas!
Fue hace unos meses: Ruffo bajaba de un autobús con otros senadores, frente a la Cámara de Diputados, para una reunión binacional México-Cuba, cuando escuchó al coordinador de la diputación del PAN.
–¿Y de quién estaba rodeado Anaya?
–Se refirió en sentido general. Yo quería en ese momento haberle preguntado: “¿Cuáles ratas? ¿Las de dentro o las de afuera del Congreso?”, pero ya no hubo oportunidad.
–¿Se refirió a las ratas del PAN?
–En todos lados hay ratas.
–¿Y qué hay que hacer con las del PAN?
–A las ratas que se vayan encontrando y demostrando, esas tienen que salir del PAN y tienen que ir a la cárcel, si así lo juzgan los jueces.
Crítico de Gustavo Madero y su gestión de cinco años al frente del PAN, en cuyo periodo Anaya ascendió vertiginosamente, Ruffo sorprendió a los panistas cuando repentinamente se volvió prosélito de éste y fue integrado a la planilla que barrió a Javier Corral.
–¿Le da gusto cómo ganó Anaya, con campaña anticipada, uso de recursos públicos, acarreos, compra de votos, como lo denunció Corral?
–Lo que veo es una resolución muy definitiva por el resultado electoral. Todas estas maneras que señalas no me constan. Ninguna. Así que eso debería ser reclamado de manera formal ante el Tribunal Federal Electoral.
–Si no se denuncian esas irregularidades, ¿significa que no ocurrieron?
–No. Hay ruidómetro. Cuando se dice que hay comentarios, hay veces que en radio pasillo, como le llaman, algo lleva y hay que ponerle atención, hay que verificar todo lo que se dice, hay que revisar, ponerle lupa a todas las cosas para que no se vuelva a dar pie a los rumores, al radio pasillo, porque a final de cuentas queda en el aire algo que no es bueno.
–¿Anaya ganó limpiamente?
–Para mí, Anaya ganó.
–¿Limpiamente?
–Yo lo que veo es que dentro del montón de cosas o maneras, el padrón, que yo también lo he objetado desde hace mucho tiempo, tiene muchas cosas que mejorarse, hay que hacer procedimientos para que estos argumentos informales no aparezcan en lo posible.
“El resultado fue 80-16, y no es que me sienta totalmente agradado, pero políticamente es un sentido muy claro que la proporción de las quejas no hubiera cambiado el resultado, de cualquier manera.”
–¿Alguien que gana con corrupción puede ir en contra de la corrupción?
–Sin duda, no, por eso hablo de objetivizar las cosas y no dejarlas a las presunciones, al garete de los vientos.
Madero no, por “moches”
En entrevista con Proceso, la tarde del miércoles 19, el senador Ruffo Appel, con cuyo gobierno en Baja California, entre 1989 y 1995, inició el PAN una era de gobernadores en ese estado que ya superó el cuarto de siglo, confía en Anaya.
–¿Es verdad que usted le pidió a Anaya no nombrar coordinador a Madero?
–Yo el parecer que le di, como opinión, fue que sería mucho mejor políticamente para la imagen de Acción Nacional que al diputado Madero no le tocara representar la coordinación del grupo parlamentario, porque acarrearía precisamente muchas de las cosas por las cuales usted pregunta.
–¿Corrupción?
–Por ejemplo este asunto de los moches en la Cámara de Diputados se dio en esta legislatura que está a punto de terminar, y entonces yo siento que (Madero) debió haber hecho más por aclarar la situación de la bancada de Acción Nacional. Y una de las razones entonces que conversé con Anaya fue exactamente acerca de la transparencia de los actos de Acción Nacional.
El PAN debe buscar reformar la ley que permite los “moches”, y aun cuando no se logre, “de cualquier manera (que) abriera todos sus registros en general del grupo parlamentario y en particular de este asunto”.
Otro tema que acordó con Anaya es transparentar el padrón de militantes. “Yo inventé las credenciales de elector con fotografía. ¿Por qué no hacerlo de nuevo en el PAN? Todo eso lo platiqué con él, y él estuvo de acuerdo totalmente. Y yo dije: ‘¡Ah, bueno! De esa manera sí puedo atender tu invitación’”.
–¿Para usted Anaya sí es de fiar?
–Sí, la persona de Ricardo Anaya. Porque he tenido dos o tres experiencias en lo personal y yo no puedo más que testificar que conmigo ha sido un hombre de palabra y ha coincidido en los puntos de vista que yo le propongo. Entonces digo: “¡Ah, caray! Entonces aquí hay una persona que le puede significar la recuperación institucional al PAN”.
No soy ni seré cómplice
Tras ser gobernador, Ruffo se dedicó a sus negocios; en 2000 se incorporó al gabinete de Vicente Fox. Crítico del deterioro del PAN, adversario de Diego Fernández de Cevallos y de Felipe Calderón, en 2012 apoyó a Josefina Vázquez Mota y llegó a senador por Baja California como primera minoría.
Ruffo está convencido de que Anaya creará un organismo para combatir la corrupción en el PAN y abrirse a organismos ciudadanos para que revisen todos los procesos de ese partido, como el padrón de militantes. “Todo eso lleva un tiempo para que se pueda instrumentar, sin menoscabo de que aparezca un caso objetivo, documentado, ante el que se debe actuar de manera fulminante”.
–Si usted no ve que hay voluntad política de Anaya contra la corrupción, ¿qué va a hacer?
–Sin duda, denunciarlo. Siempre lo he hecho. Si yo aparezco en los medios de comunicación denunciando este tipo de situaciones, el responsable de la conducción de Acción Nacional es el presidente, en este caso Ricardo Anaya.
–¿Usted no va a ser cómplice de él?
–¡Nunca he sido cómplice de nadie!
–¿Ni lo será de Anaya?
–Nunca he sido cómplice de nadie. No tengo por qué referir a persona específica.
Ruffo dice ignorar que el diputado priista Manlio Fabio Beltrones, ya presidente del PRI, entregó al PAN 30 millones de pesos para solventar un “desfalco” de 21 millones, aunque él precisa que se trata de un déficit.
“Una cosa es que se haya gastado de más, y ahora hay que ahorrar de los ingresos para poder compensar ese gasto excesivo, y otra cosa es que se lo hayan robado.”
–¿Sabe usted que esos 30 millones extras los dio Beltrones?
–Lo desconozco.
Para Ruffo, el sólo hecho de que Anaya sea presidente del PAN lo coloca en el elenco de los presidenciables, aunque aclara que su deber es actuar de manera objetiva e imparcial. “Tiene que provocar un ambiente de participación abierta a otras opciones”, dice.
Añade: “Yo veo a un hombre joven capaz e inteligente, pero tenemos que demostrar a los mexicanos que el PAN es digno de recuperar, aunque sea medianamente, la confianza que se tuvo de él, y entonces Ricardo a la cabeza, si logra esos resultados, no tengo duda de que va a ser una opción”.
–Es decir, si lo hace bien, ¿puede ser el candidato presidencial del PAN?
–Puede serlo, es una posibilidad. Todavía no probabilidad. Está en la lista de los posibles…