En febrero pasado, en su columna publicada en El Universal, el periodista Ricardo Raphael reveló un episodio poco conocido: “No fui yo, fue Marcelo. Así cuentan que acusó Miguel Ángel Mancera cuando en Los Pinos le preguntaron quién había filtrado a la prensa los datos sobre la Casa Blanca (de las Lomas), contenidos en el Registro Público de la Propiedad. En su respuesta, el antiguo colaborador de Ebrard se cobró varios agravios viejos. Tuvo la ocurrencia de señalar a su antecesor —un exiliado político en Siberia— como responsable de la improbable conspiración”.
El columnista señala que, desde la Presidencia de la República, “sin cuestionar nada, en ese momento comenzó a fabricarse una venganza con olor a linchamiento. Desde una oficina próxima al Presidente se instruyó para que las investigaciones sobre la Línea 12 del Metro tuvieran consecuencias penales y sus llamas alcanzaran el más alto nivel en el anterior gobierno de la ciudad”.
Raphael recuerda que la comisión que investigaría, desde la Cámara de Diputados, la Línea 12 del Metro, “resultó un instrumento a modo para proceder con la vendetta“.
Sin embargo, el informe de dicha comisión, liderada por priistas, “no se trata de una investigación seria y para muestra un botón: no se recogen en sus páginas las declaraciones de la parte acusada porque ésta nunca fue llamada a comparecer”.
El periodista consideró que “quien haya propuesto desde Los Pinos embarcarse en esta peregrina aventura habría de ser juzgado por su rotunda impericia política: antes de ponerse en marcha la boba venganza, el ex jefe de Gobierno andaba exiliado de la escena pública; pero ahora sus enemigos, amarillos y tricolores confundidos, lo han traído de vuelta”.
El miércoles de esta semana, el Tribunal Electoral revocó el registro de Marcelo como diputado plurinominal de Movimiento Ciudadano, tras lo cual el ex jefe de Gobierno del DF culpó al presidente Enrique Peña Nieto y al PRI, y anunció que acudirá ante la Suprema Corte.
1 comentario:
Antes se decía que las pistolas se sacaban con las manos y se les jalaba con los huevos, Mancera las palabras ahora se articulan en la boca y se sostienen con los huevos no seas rastrero nada peor que un traidor y cobarde
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