lunes, 30 de marzo de 2015

Armamentismo peñista contra el Pueblo

Aun cuando México no se encuentra oficialmente en estado de guerra, como ocurría en el sexenio de Felipe Calderón, el gobierno de Enrique Peña Nieto le ha comprado a Estados Unidos equipo bélico por más de mil 300 millones de dólares en menos de un año, al margen de la Iniciativa Mérida. Lo más reciente: un lote de helicópteros artillados provistos de la más nueva tecnología. Según documentos del Pentágono cuya copia tiene Proceso, este equipo ha sido abastecido por el Departamento de Defensa y sus contratistas privados. Jubiloso, lo celebra el Comando Norte de las Fuerzas Armadas estadunidenses.
WASHINGTON.- En el contexto mexicano de agudización de la crisis económica, marcada por la continua devaluación del peso y el anuncio de inminentes recortes al gasto público, y sin que se esté librando oficialmente una guerra armada contra el narcotráfico, el gobierno de Enrique Peña Nieto le compró a Estados Unidos equipo militar por más de mil 300 millones de dólares en menos de un año.
La información sobre este inusual gasto –contenida en documentos cuya copia tiene Proceso– es revelada por reportes del Pentágono, según los cuales dicho gasto casi triplica los poco más de 500 millones de dólares que Washington ha otorgado a México de 2007 a la fecha en equipo y tecnología militar en el ámbito de la Iniciativa Mérida, acuerdo de cooperación contra el narcotráfico y el crimen organizado.
“El año pasado marcó un hito histórico en nuestra relación bilateral en materia de seguridad con México”, dijo jubiloso el almirante William E. Gortney, jefe del Comando Norte (Northcom), al presentar su informe anual ante el Comité de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Senadores del Congreso estadunidense.
“México dio un paso sin precedente al acercarse al Departamento de Defensa para adquirir equipo militar de Estados Unidos por medio del Programa de Ventas Militares. Un paquete de helicópteros UH-60 y vehículos terrestres de movilidad para propósitos múltiples (VTMPM) con un valor total de más de mil millones de dólares, lo que representó un aumento de 100 millones de dólares en compras realizadas en años anteriores”, notificó Gortney al Senado en la audiencia celebrada el jueves 12.
El “hito histórico” al que hacía referencia Gortney son las adquisiciones por mil 346 millones de dólares que hizo el gobierno de Peña Nieto al Pentágono en equipo, tecnología, refacciones y adiestramiento militar por medio de tres operaciones realizadas entre el 21 de abril de 2014 y el pasado martes 17. Esto, sin contar los 15 helicópteros comprados a la empresa texana Textron 10 días antes de la comparecencia ante el Senado del jefe del Northcom.
Según el comunicado 14-10 de la Agencia de Defensa para la Cooperación en Seguridad (DSCA), dependiente del Departamento de Defensa estadunidense y fechado el 21 de abril de 2014, el gobierno de Barack Obama informó al Departamento de Estado acerca de la aprobación de la venta a México de 18 helicópteros UH-60M Black Hawk por alrededor de 680 millones de dólares.
“La propuesta de esta venta contribuirá a los objetivos de política exterior y seguridad nacional de Estados Unidos al ayudar a mejorar la seguridad de un socio estratégico, y tomando en cuenta que México ha sido un socio fuerte en el combate al crimen organizado y a las organizaciones del tráfico de drogas”, añade el comunicado.
Consultado sobre el porqué de estas compras y el eventual destino del material adqurido, el vocero de la Presidencia de la República, Eduardo Sánchez, sólo respondió que todas las adquisiciones se han llevado a cabo “en estricto cumplimiento del Presupuesto de Egresos de la Federación y de las leyes aplicables al caso”.
La política exterior y la seguridad nacional fueron el argumento con el cual el 17 de abril del año pasado el Pentágono notificó y certificó al Congreso federal la venta de dicho equipo al gobierno de Peña Nieto.
Los 18 helicópteros Black Hawk que pidió el gobierno de México al Pentágono están provistos de motores 40T700-GE-701D (36 instalados y cuatro más de refacción) y se les dotó de un sistema de navegación para posicionamiento global (36 instalados y seis de refacción).
Además los helicópteros se artillaron con armas automáticas de alto poder de la clase 36 M134, calibre 7.62 milímetros. La compra de los 18 Black Hawk incluyó cinco sistemas para misiones de planeación, 18 equipos para visión nocturna del tipo AN/AVS-9, una unidad de poder de aviación terrestre, dispositivos de comunicación –entre éstos, radios AN/ARC-210 RT-8100– y sistemas para la identificación de amigos o enemigos.
Esta multimillonaria compra al Pentágono incluyó la garantía de los 18 helicópteros, el adiestramiento para el uso de las aeronaves, equipo de respaldo, la construcción para los hangares, refacciones y manuales; la contratación de mecánicos y técnicos, adiestramiento y supervisión técnica por parte del personal especializado del Departamento de Defensa y de empresas privadas o contratistas que prestan sus servicios al gobierno estadunidense.
“La venta a México de estos helicópteros UH-60M incrementará y fortalecerá de manera significativa su capacidad para proveer respaldo de transporte aéreo a sus Fuerzas Armadas involucradas en operaciones antinarcóticos”, matiza la DSCA.
Las empresas que proveerán servicios a México para los 18 Black Hawk son Sikorsky Aircraft Corporation, de Stratford, Connecticut; y General Electric Aircraft Company, de Lynn, Massachusetts.
“Esto es una inversión sustancial de largo plazo por parte del gobierno de México en términos de equipo, entrenamiento y mantenimiento de Estados Unidos”, anotó Gortney en su reporte ante los senadores.
Contra el crimen organizado
El comunicado numero 14-17 de la DSCA –fechado el 16 de mayo de 2014– anuncia que el Departamento de Estado aprobó la venta al gobierno de Peña Nieto de 3355 VTMPM de la clase M1152 a un precio de 556 millones de dólares aproximadamente. La compra abarcó equipo, refacciones, entrenamiento y respaldo logístico.
Como en el caso de la venta de los 18 Black Hawk, el gobierno de Obama utilizó el argumento del fortalecimiento de la política exterior y de la seguridad nacional de Estados Unidos, así como los compromisos de México en el combate al trasiego de drogas y al crimen organizado, para garantizar la venta del equipo militar.
En una explicación adicional al Capitolio, el Pentágono asegura que con la adquisición de los 3355 VTMPM por parte del gobierno de México, “no se altera el balance de las fuerzas básicas militares en la región” y las Fuerzas Armadas de ese país (México) tendrán “la menor dificultad” en la adaptación y uso de los VTMPM.
La compra de esos vehículos militares incluye los servicios de la compañía contratista del Pentágono AM General, con sede en South Bend, Indiana, y la asistencia técnica tanto de personal de esta empresa como del Departamento de Defensa por un plazo de tres años en territorio mexicano.
Apenas el martes 17 de marzo la DSCA informó que el Departamento de Estado aprobó el pedido del gobierno de México de comprarle al Pentágono otros tres helicópteros Uh-60M Black Hawk, además de equipo, refacciones, entrenamiento y respaldo logístico por unos 110 millones de dólares. El comunicado 15-04 de la DSCA indica que la notificación al Congreso federal estadunidense sobre esta venta se realizó el lunes 16.
El gobierno de Peña Nieto pidió al Departamento de Defensa que los tres Black Hawk tengan una “configuración única”. Por ello la venta incluye seis motores (tres instalados y tres de refacción) de la clase T700-GE-701D y seis sistemas inerciales de navegación para el posicionamiento global modelo 764G.
Están artillados con rifles automáticos de alto poder M134, calibre 7.62 milímetros, poseen tres sistemas de radar infrarrojo para observación directa modelo Star Safire III, tres sistemas de aviación para planeación de misiones y 12 equipos de visión nocturna modelo AN/AVS-9.
El paquete incluye los aditamentos y servicios que se agregaron en la compra de los 18 Black Hawk previos.
Lo único que aclara el Pentágono respecto a la venta de estos tres helicópteros y los 18 que vendió el año pasado, es que los Black Hawk solicitados por el gobierno de Peña Nieto serán utilizados por la Secretaría de Marina-Armada de México (Semar).
Para el caso de los tres últimos Black Hawk, las empresas contratistas del Pentágono que prestarán sus servicios a la Semar son las mismas que trabajan en el mantenimiento y adiestramiento de los 18 helicópteros adquiridos en 2014.
En su testimonio ante el Comité de las Fuerzas Armadas del Senado, Gortney explicó que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Semar son aliados importantes de Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico.
Anotó que en los últimos tres años aumentó 60% el número de operaciones conjuntas para adiestrar a efectivos de las Fuerzas Armadas mexicanas: “El año pasado pudimos interactuar con 3 mil estudiantes mexicanos (militares) y anticipamos que este año serán casi 4 mil”, enfatizó.
El lunes 2 de marzo la firma texana Textron anunció en un comunicado de prensa que vendería 15 helicópteros de transporte Bell modelo 407GXs a la Fuerza Aérea Mexicana (FAM). Indicó que la entrega comenzaría este 2015 y que las aeronaves serían configuradas “para una variedad de misiones públicas”.
Dice el comunicado: “Estamos extremadamente complacidos de proveer a la FAM de aeronaves de alto y confiable manejo”.
La empresa texana presumió de ser “el principal proveedor” de helicópteros de transporte para las Fuerzas Armadas mexicanas, que en 1973 le compraron aparatos Bell 206-B y cuya flota actual incluye las aeronaves modelo 412EP, 212 y 206.
Los 15 Bell 407GXs, según Textron, serán operados por efectivos del Escuadrón 111 de la FAM, con sede en Zapopan, Jalisco.
Proceso se comunicó con la oficina de relaciones públicas de Textron para saber el costo de los 15 helicópteros, pero una portavoz de la firma texana explicó que no podía dar esa información por razones de confidencialidad con sus clientes. “Solicítela al gobierno de México o a la Fuerza Aérea Mexicana. Ellos se la podrían dar”, respondieron a este corresponsal.
Con base en lo declarado en el Capitolio por Gortney –que las compras que hizo al Pentágono el gobierno de Peña Nieto en menos de un año superan en 100 millones de dólares a adquisiciones de ese tipo en años anteriores– Proceso solicitó al Departamento de Defensa dicha información.
Un vocero del Pentágono respondió que esos datos podrían ser obtenidos en el Departamento de Estado. En ésta dependencia federal estadunidense un portavoz explicó que no podía dar a conocer esa información, pues era prerrogativa del gobierno mexicano hacerla pública o no.
Informe sueco
Creada en octubre de 2007 por los entonces presidentes George W. Bush, de Estados Unidos, y Calderón, la Iniciativa Mérida se estableció como un mecanismo de cooperación bilateral para combatir al narcotráfico y al crimen organizado.
Aplicada a partir del año siguiente, después de ser aprobada por el Congreso de Estados Unidos, la Iniciativa Mérida tuvo un financiamiento de ­Washington por 2 mil 300 millones de dólares.
Según el reporte fechado el 8 de abril de 2014 elaborado por el Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos, desde 2008 y hasta el pasado 1 de octubre el gobierno estadunidense había entregado al de México mil 300 millones de dólares, de los 2 mil 300 comprometidos para financiar a la Iniciativa Mérida.
De esos mil 300 millones de dólares –a los cuales hasta la fecha no se ha agregado un dólar más– “unos 500 millones de dólares se entregaron al gobierno de México en equipo, tecnología y entrenamiento militar”, dice el reporte titulado: La Iniciativa Mérida y más.
En resumen, y considerando el posible costo de los 15 helicópteros Bell 407GXs comprados a Textron, el gobierno de Peña Nieto en sólo 11 meses podría haber triplicado el monto que comprometió Estados Unidos para fortalecer la guerra de Calderón.
En 2012 el Instituto Internacional de Estudios para la Paz, con sede en Suecia, publicó el reporte Tendencias en el gasto militar mundial, donde mencionó a México –aún en el sexenio de Calderón– como una de las naciones que más gastaba en defensa.
Aunque el reporte no detallaba a qué países o la nacionalidad de las empresas a las cuales les compraba México el armamento, sí dejó claro que con Calderón la industria de la guerra se llenó los bolsillos.
Según el informe, en 2003 México gastó en equipo militar 3 mil 941 millones de dólares. Un año después desembolsó 3 mil 797; 4 mil 81, en 2005; 4 mil 440, en 2006; 5 mil 13, en 2007; en 2008 subió a 5 mil 19; a 5 mil 689, el año siguiente; 6 mil 203, en 2010; 6 mil 472, en 2011, y en 2012, 7 mil 103 millones de dólares.
La gran diferencia es que Calderón sí tenía plenamente declarada una guerra militarizada al narcotráfico. Peña Nieto, no. Y destaca que el actual presidente se concentra en comprar equipo militar exclusivamente al Pentágono y a empresas estadunidenses.  

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