domingo, 7 de diciembre de 2014

A Angélica Rivera no se le puede denostar porque tiene dinero, afirma Rosario Robles

Se ataca a la mujer por sus determinaciones personales, dice
La gaviota, entregando despensas
Georgina Saldierna
 
Periódico La Jornada
Domingo 7 de diciembre de 2014, p. 10
La secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, salió ayer en defensa de la esposa del presidente Enrique Peña Nieto, Angélica Rivera, al señalar que no se puede permitir que se le denoste porque ha sido exitosa y tiene dinero. ¿Cómo una mujer, si eso nada más se le da a los hombres?, exclamó ante las asistentes al seminario El empoderamiento de la mujer para la Transformación de México, que organizó el PRI.
En noviembre pasado, Rivera aseguró que en 25 años de trabajo logró un patrimonio que le permitió adquirir la llamada casa blanca, cuyo valor es de 86 millones de pesos y está a nombre de una compañía que forma parte del Grupo Higa, beneficiado con contratos gubernamentales, lo que generó un escándalo en el país.
Sin embargo, sus explicaciones no convencieron a la ciudadanía y se puso en duda su veracidad. La ex perredista Robles Berlanga se refirió ayer al tema, pero lo ubicó en el debate de género y no como un asunto que tiene que ver con transparencia y rendición de cuentas del Ejecutivo federal y su cónyuge.
En un hotel de Polanco, donde se realizó el seminario, la secretaria de Desarrollo Social señaló que en el ámbito político a las mujeres se les ataca no por sus decisiones políticas, sino por sus determinaciones personales. Puso su caso de ejemplo y sin mencionar al empresario Carlos Ahumada, con quien estuvo ligada cuando era dirigente del PRD, subrayó: Me ha tocado enfrentar ataques... por mis relaciones privadas. Recalcó que eso no sucede con los hombres.
Como parte de su argumentación, expuso que durante la discusión de la Ley General sobre los Derechos de los Niños y Adolescentes, en donde se incluía un apartado que garantizaba los derechos sexuales de los menores, se atacó a la senadora Diva Gastélum. Pero los mensajes que recibía no eran por su posición política, sino que la denostaban personalmente.
“Eso no lo podemos permitir –subrayó–, como tampoco se puede permitir que se denoste a la primera dama porque ha sido exitosa y tiene dinero”.
Agregó que las mujeres están en condiciones de debatir políticamente, pero es muy difícil cuando son atacadas en lo personal. Uno se cae, pero véanme, aquí estoy; nos podemos caer, pero nos sabemos levantar, remató en la sesión de preguntas y respuestas.

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