miércoles, 15 de octubre de 2014

“Peligra un país que no garantiza la vida de sus muchachos”, alerta Poniatowska


Elena Poniatowska, escritora. Foto: Benjamin Flores
Elena Poniatowska, escritora.
Foto: Benjamin Flores
TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis. (apro).- La escritora Elena Poniatowska se convirtió esta noche en la primera mujer en recibir el honoris causa por la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), donde una vez más la también periodista ratificó su indignación por los 43 jóvenes desaparecidos de Ayotzinapa, Guerrero.
“Un país que no garantiza la vida de sus muchachos está en un grave peligro, un país donde además la guerra contra el narcotráfico cobra una infinidad de víctimas, es una carga de pólvora a punto del estallido”, dijo la autora de Lilus Kikus ante unas mil personas.
En su discurso, Poniatowska destacó su admiración por la obra literaria de la poeta y novelista chiapaneca Rosario Castellanos, la más importante de la literatura mexicana después de Sor Juana Inés de la Cruz, aseveró.
La obra de la chiapaneca, acotó, sigue más viva que nunca, la misma obra que retrató la vida y las costumbres de los pueblos indígenas de Chiapas y su relación con los finqueros.
Luego de recibir el grado de manos del rector Jaime Valls Esponda, Elena Poniatowska reseñó la vida y esperanza de Rosy Gómez Velasco, una mujer indígena chiapaneca que estudió antropología social y ahora cursa su doctorado en el Distrito Federal, en la UNAM.
Poniatowska expuso que Rosalinda Gómez Velasco, tzetzal de 28 años, nacida el 5 de marzo de 1985 en Teopisca, tuvo su primer contacto con los libros en primero de primaria.
Y que, tras emplearse en diversas tiendas de San Cristóbal de las Casas, decidió que, aunque tuviera un buen sueldo, terminaría una carrera universitaria que la sacaría de su estado de pobreza y marginación.
“Es fácil comprender que se siente cerca de la muerte, porque los indígenas la viven todos los días, presencian la muerte entre sus hermanos por abandono y por hambre. También es fácil recordar a otros chavitos y estudiantes pobres como ella, como los 43 normalistas de Ayotzinapa y la escena monstruosa que nos tiene consternados”, deploró Poniatowska.
Dijo que hace unos días Rosy habló con su madre, quien le pidió: “Ya no quiero que estés en el Distrito Federal, ¿qué no estás viendo lo que pasa con los estudiantes?”
“Un país que no garantiza la vida de sus muchachos, está en un grave peligro, un país donde además la guerra contra el narcotráfico cobra una infinidad de víctimas, es una carga de pólvora a punto del estallido, pues no sólo son los balazos los que cercenan la vida, también la rabia puede volverse una carga de dinamita”, alertó la autora de La noche de Tlatelolco y De noche vienes y otras obras.
Poniatowska agradeció el reconocimiento porque “es una digna herencia de los valores a los que Belisario Domínguez consagró su vida, por eso es un alto honor recibirlo, porque don Belisario siempre estuvo al servicio de los más pobres, los olvidados de su estado.
“Esta presea que Chiapas me concede, se la agradezco a Rosario Castellanos, pero también a mi amiga zinacanteca Rosy Gómez Velasco, que apenas se inicia en la academia y se dispone a recibir el apoyo universitario y entrar al mundo del conocimiento al que también tenemos derecho todas las mujeres”, indicó.

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