jueves, 4 de septiembre de 2014

Panistas acusan a Preciado de intentar sobornarlos para que apoyaran reformas

José María Martínez asegura que su coordinador le ofreció 500 mil pesos

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Jorge Luis Preciado y Emilio Gamboa, coordinadores de los senadores panistas y priístas, respectivamente, y Héctor Larios el lunes pasado, durante la sesión de Congreso General en San LázaroFoto Carlos Ramos Mamahua
Andrea Becerril y Víctor Ballinas
 
Periódico La Jornada
Jueves 4 de septiembre de 2014, p. 13
Un nuevo escándalo se suscitó en el grupo parlamentario del Partido Acción Nacional (PAN) en el Senado: su coordinador, Jorge Luis Preciado, fue acusado por integrantes de la bancada de ofrecer sobornos a cambio de votos para la aprobación de nombramientos y reformas que interesaban al tricolor.
La mayoría de legisladores delblanquiazul decidió demandar la intervención de su dirigente nacional, Gustavo Madero.
La confrontación se dio durante la reunión previa a la sesión de ayer. Preciado decidió remover, en ausencia, al senador José María Martínez de la vicepresidencia del grupo parlamentario, con el argumento de que no asistía a las reuniones de trabajo, pero el aludido llegó después y dio otra versión.
De acuerdo con una veintena de legisladores que asistieron a ese encuentro a puerta cerrada, Martínez denunció que a principios de diciembre pasado, cuando se discutía la reforma político electoral, Preciado trató de sobornarlo y le ofreció medio millón de pesos –“aquí está tuNavidad”, le habría dicho– a fin de que aceptara retirar las reservas que había presentado, ya que al Partido Revolucionario Institucional (PRI) le urgía que fuera avalada, para pasar al tema energético.
Martínez recalcó que por eso decidió ausentarse de las reuniones del grupo parlamentario. Preciado rechazó los señalamientos, acusó que todo era una calumnia y una reacción por haberlo removido del cargo.
Se dio una fuerte discusión entre ambos, que subió aún más de tono cuando Martín Orozco, senador por Aguascalientes, afirmó que Preciado trató de sobornarlo también a él y le ofreció organizarle una fiesta con prostitutas.
Orozco añadió que le pareció que pretendía tenderle una celada, por lo que puso al tanto de la situación a Gustavo Madero. En ese momento había llegado ya la mayoría de los integrantes de la bancada y Preciado insistía en que todo eran mentiras. Varias voces se alzaron a la vez, hasta llegar a una gritería.
La senadora Adriana Dávila llamó al orden a sus compañeros. Orozco propuso que se pidiera la intervención de Madero, mediante una misiva que firmaran la mayoría de los legisladores inconformes, pero Ernesto Ruffo intervino y dijo que nada de cartas, que lo mejor era que buscaran directamente al presidente del partido, quien debe resolver la situación y el descontento que priva en la bancada.
Antes de esa discusión, el senador Roberto Gil Zuarth expresó la molestia de los integrantes del grupo de Ernesto Cordero por la actuación de Preciado. Denunció que el PAN había cedido todo en el Senado al aceptar que la dirección de administración, que estuvo en manos de Acción Nacional, pasara de nuevo al PRI.
Lo anterior, en alusión a que será alguien afín a los priístas quien releve a Rodolfo Noble San Román, quien acaba de dejar esa dirección.
Los senadores afines a Gustavo Madero también están descontentos por la decisión de Preciado de avalar que el PRD presidiera el Senado, toda vez que Héctor Larios había hecho fuerte campaña interna y tenía el respaldo de 23 legisladores para asumir ese cargo.
No fue posible hablar ni con Martínez ni con Preciado del enfrentamiento y las acusaciones de soborno.
El coordinador se escabulló por la tarde de una reunión de la Junta de Coordinación Política, con el fin de no toparse con los reporteros. Por la mañana sostuvo que sus actividades como empresario constructor no le impiden cumplir con su responsabilidad legislativa.
Agregó que está en espera del permiso para construir en su natal Colima el hotel conocido como Castillo de Montitlán y que el proyecto para otro motel, en esa misma entidad, está detenido desde 2011.
En entrevista aparte, el priísta Emilio Gamboa dijo desconocer el tema. Agregó que de ser cierto que se pretendió sobornar a un senador sería intolerable.
Espero que no haya pasado, porque no es la costumbre que se actué así en el Senado.

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