martes, 5 de agosto de 2014

EU admite que envió jóvenes a Cuba para promover cambios políticos en la isla

Usó como fachada la creación de programas cívicos y de salud por medio de la USAID

El plan continuó incluso tras el arresto del contratista estadunidense Alan Gross en La Habana
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Un programa orquestado en Washington envió en secreto jóvenes de varios países de América Latina a Cuba con la misión de reclutar posibles líderes en movimientos de protesta contra el gobierno de la isla. Este plan comenzó en 2009 y duró al menos dos años, organizado por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional. En la imagen, estudiantes de la Universidad Central Marta Abreu de Santa ClaraFoto Ap
Ap y Afp
 
Periódico La Jornada
Martes 5 de agosto de 2014, p. 28
Washington, 4 de agosto.
Estados Unidos reconoció este lunes que envió jóvenes latinoamericanos a Cuba en un programa para promover la organización social y la democracia en la isla, bajo la apariencia de iniciativas cívicas y de salud.
La agencia de noticias estadunidense Associated Press (Ap) publicó la noche del domingo un reportaje en el que señaló que un programa del gobierno de Barack Obama envió en secreto a jóvenes latinoamericanos a Cuba usando como fachada la creación de programas cívicos y de prevención de salud, con el fin de provocar un cambio político en la isla, en una operación clandestina que puso a los extranjeros en peligro en momentos que un contratista estadunidense había sido arrestado en la isla.
Hay programas en el mundo orientados a desarrollar una sociedad civil más vibrante y capaz, consistente con los programas mundiales de promoción de la democracia. Y obviamente este programa estaba en línea con eso, dijo la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki.
Afirmó que el objetivo era cooperar en temas de interés social en Cuba, pero con independencia del gobierno en La Habana.
El programa, desarrollado por la Agencia del Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) junto con la contratista Creative Associates International, impulsó actividades culturales, limpiezas en las comunidades y siembra de árboles, además de un taller sobre prevención del sida.
En referencia específica al taller sobre el sida, Psaki señaló que sirvió a dos propósitos: promover la organización de la sociedad civil y permitir a las personas el acceso a información que de otra manera no habrían tenido.
La divulgación de información sobre el sida fue el beneficio secundario, apuntó.
La USAID, que no detalló el costo ni la duración exacta del programa, dijo a través de su portavoz Matt Herrick queno es secreto, ni encubierto y que utiliza fondos aprobados por el Congreso.
Pero Psaki señaló que en algunos países como Cuba los programas de la USAID operan de manera discreta para garantizar la seguridad de los involucrados.
Según el reporte, desde 2009 y al menos por dos años la USAID envió una docena de jóvenes de Venezuela, Costa Rica y Perú a las universidades cubanas para reclutar eventuales líderes en movimientos de protesta contra el gobierno cubano. Los jóvenes extranjeros carecían de un adecuado entrenamiento en operaciones clandestinas y de una plan de seguridad mientras realizaban actividades que son ilegales en Cuba.
El programa incluso continuó después de que La Habana arrestó en 2009 al contratista estadunidense Alan Gross, condenado a 15 años de prisión por contrabandear a ese país equipos de espionaje.
Sin embargo, Psaki señaló que la empresa contratista que medió en el proyecto garantizó que tenía en pie los protocolos de seguridad apropiados.
La revelación de este programa ocurre cuatro meses después de que Estados Unidos admitió que implementó un proyecto de red social alternativa en Cuba llamado ZunZuneo o Twitter cubano, utilizando teléfonos celulares, que críticos acusaron de buscar desestabilizar el gobierno comunista en la isla.
Los jóvenes latinoamericanos enviados por la USAID tuvieron un salario, al valor más bajo, de 5.41 dólares la hora.
Para evadir a las autoridades cubanas, los organizadores del programa hicieron que los jóvenes viajeros instalaran contenido, en apariencia inofensivo, en sus computadoras portátiles para ocultar el hecho de que estaban llevando información delicada. También usaron unidades de memoria, que tenían códigos de encriptación, para ocultar sus archivos y enviaron mensajes de correo electrónico encriptados usando un sistema que podría haber generado sospechas.
El objetivo era reclutar universitarios con la meta de, a largo plazo, hacer que se opusieran a su gobierno. Los candidatos potenciales fueron incluidos en listas con su nombre y después evaluaron sus características generales y potencial de liderazgo en una hoja de cálculo.
No está claro si se logró alguno de los objetivos políticos. De hecho, en entrevistas recientes con Ap, los contactos cubanos de los jóvenes dijeron que estaban asombrados de enterarse de que sus amigos extranjeros trabajaban para el gobierno de Estados Unidos.
En septiembre de 2010, Creative Associates cambió su estrategia de enviar extranjeros a Cuba que buscaran a estudiantes universitarios que fueran líderes disidentes, a capacitarlos en liderazgo en la misma Cuba. El cambio consistió en localizarlos, ayudarles a conseguir visas de salida y capacitarlos fuera. Otros beneficiarios en la isla recibirían dinero en efectivo para financiar las actividades de reclutamiento.


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