viernes, 18 de julio de 2014

Brasil y China, en asociación estratégica a velocidad inédita

El balance no podría ser más positivo ni el futuro más prometedor, destaca Rousseff

Se pondrá en marcha un plan decenal de cooperación en varios sectores, informa Xi Jinping
Destacan el interés por desarrollar de manera conjunta infraestructura en terceros países
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El presidente chino Xi Jinping, y la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se abrazaron tras la firma de 32 acuerdos bilaterales en el palacio presidencial de Planalto, en BrasiliaFoto Ap
Afp, Ap y Reuters
 
Periódico La Jornada
Viernes 18 de julio de 2014, p. 25
Brasilia, 17 de julio.
Los presidentes de Brasil, Dilma Rousseff, y de China, Xi Jinping, firmaron este jueves 32 acuerdos, algunos claves para fomentar la inversión en infraestructuras y áreas como energía en el país sudamericano.
El balance no podría ser más positivo, ni el futuro más prometedor, declaró la presidenta Rousseff al término de la reunión en Brasilia, cuando describió la relación bilateral de las dos grandes economías emergentes comouna asociación verdaderamente estratégica, que se desarrolla con velocidad inédita.
El presidente Xi Jinping, de gira por Latinoamérica, aseguró que su gobierno se empeñará en la integración con Brasil.China está inclinada a conducir con Brasil la cooperación estratégica en la construcción de ferrocarriles y obras de infraestructura para elevar la cooperación en todos los aspectos, indicó. Subrayó que ambos gobiernos vamos a poner en marcha un plan decenal de cooperaciónen varios sectores.
China es desde 2009 el principal socio comercial de Brasil, desplazando a Estados Unidos, con un comercio bilateral que alcanzó 83 mil 300 millones de dólares en 2013 (con un saldo favorable a Brasil de 8 mil 700 millones), lo que se compara con los 3 mil 200 millones de dólares en 2002. La mayor economía de América Latina es también el mayor socio comercial de China.
Entre los acuerdos están la venta de 60 aviones de la brasileña Embraer a dos compañías chinas, el comienzo de operaciones del nacional Banco do Brasil en Shanghai, y la participación de petroleras chinas en la explotación de yacimientos brasileños.
En infraestructuras suscribieron un memorando de cooperación ferroviariapara facilitar la participación de empresas chinas en una gran ferrovía de acceso al Pacífico, y otros para la futura construcción de una central hidroeléctrica y líneas de transmisión de la gigantesca y polémica hidroeléctrica Belo Monte, en el estado de Pará (noreste de Brasil).
Otros acuerdos apuntan a desarrollar la cooperación entre grandes instituciones financieras para impulsar proyectos de infraestructura, energía y otros en Brasil y África. Entre ellos, una línea de crédito de 5 mil millones de dólares para la minera brasileña Vale.
En la declaración conjunta los mandatarios destacaron su interés en unaactuación conjunta de empresas brasileñas y chinas en proyectos de infraestructura en terceros países, en Sudamérica y en África.
Xi Jinping coincidió con Rousseff en que Brasil y China deben empeñarse por trabajar de forma más coordinada y cercana en foros internacionales como BRICS, el G-20 y las Naciones Unidas en la defensa de los intereses de los países en desarrollo.
Por otro lado, el presidente chino se reunió con 12 jefes de Estado y de gobierno de América Latina, incluidos representantes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), para comenzar la cumbre que inaugura el foro China-Latinoamérica. El encuentro confirma el interés del gigante asiático en esta región rica en materias primas, alimentos y energía. Por su parte, los latinoamericanos buscan mantener y aumentar sus ventas en el enorme mercado chino.
El comercio de China con la región, estimado por Pekín en 261 mil 600 millones de dólares, ha escalado a marchas forzadas. El país asiático es el segundo socio comercial de numerosos países, como Argentina y Cuba, y el primero de Brasil desde 2009.
Brasilia ha albergado un maratón de cumbres y reuniones bilaterales esta semana, que empezaron con el encuentro anual de los líderes del BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica), que sirvió para aprobar la creación de un banco de desarrollo para financiar infraestructuras y un millonario acuerdo de reservas. El miércoles los líderes del BRICS recibieron a sus pares sudamericanos, que concurrieron en pleno a la cumbre en Brasilia.

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