jueves, 5 de junio de 2014

Deceso de obrero desata revuelta en Coahuila



5 DE JUNIO DE 2014 
DESTACADO

MÉXICO, D.F., (apro).- La muerte de Margarito Juárez Victoria desató una revuelta de obreros que participan en la construcción del nuevo Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) femenil en el ejido Paredón, ubicado a 85 kilómetros de Saltillo, Coahuila.
La noche de ayer, alrededor de mil 200 trabajadores se amotinaron en el lugar y tomaron como rehén a Brenda, una pasante de Medicina, a quien acusaron de negligencia y la responsabilizaron de la muerte de su compañero.
“Margarito Juárez Victoria, de 45 años, era de Puebla. Él se sintió mal, acudió con la encargada del departamento médico y ella simplemente lo inyectó y lo mandó a dormir a su cama, no le prestó atención, minutos después ya había muerto”, refirió Rolando al diario Zócalo de Saltillo.
Las autoridades ministeriales recibieron el reporte del deceso alrededor de las 19:00 horas de ayer, cuando elementos de la Policía Municipal arribaron a la construcción del Cefereso y por la reja se enteraron de la situación, ya que no les permitieron el acceso.
Mientras mantenían cautiva a Brenda –a quien amenazaron con linchar, pero finalmente fue rescatada por elementos del Grupo de Armas y Tácticas Especiales (GATE) y del Ejército–, los trabajadores exigieron mejores condiciones de trabajo.
Movidos por el dolor, la ira y la injusticia, volcaron la carroza de una empresa funeraria que arribó al Cefereso para llevarse el cadáver de Margarito, y la incendiaron.
Durante la violenta manifestación también causaron destrozos en la enfermería y varios salones, así como en la malla ciclónica del penal en construcción, y destruyeron dos transformadores.
Decenas de proyectiles volaron por los aires y se impactaron en el edificio de consulta y en una camioneta estacionada en el sitio, de acuerdo con información publicada por Zócalo.
De inmediato se activó el Código Rojo que alertó a todas las fuerzas policiales del sureste del estado y, luego de recibir el reporte, elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) se aproximaron al lugar, pero les impidieron el paso. Cuando intentaron acceder con el uso de la fuerza, los soldados fueron agredidos con piedras, pero finalmente lograron entrar y sacaron sana y salva a la pasante de Medicina.
Alrededor de las 23:45 horas agentes del GATE y un contingente de la Sedena y de la Policía estatal tomaron el control del penal. Los trabajadores se escondieron en sus dormitorios y se negaron a proporcionar información sobre los autores de la revuelta.
Los obreros del centro penitenciario denunciaron que la empresa Tradeco Infraestructura, responsable de la construcción, los mantiene trabajando 12 horas diarias, por un salario de mil pesos semanales, y en ocasiones sólo les depositan a la mitad.
Esas injusticias y la muerte de Margarito encendieron los ánimos de los obreros.
“Qué esperaban, ya fueron muchas, no nos dan de comer, dormimos hacinados, no nos pagan lo acordado, comemos alimento en mal estado y el servicio médico es inexistente. Tarde o temprano esto pasaría”, dijo uno de los trabajadores originarios de los estados Chiapas, Puebla, Estado de México, Durango y Chihuahua principalmente.
“La constructora Tradeco Infraestructura nos contrató, nos dijo que nos pagaría mil pesos por semana, que nos alimentaría, que tendríamos todo y hasta la fecha seguimos esperando”, expresó otro de los manifestantes.
Según los inconformes, son obligados a comer a un costado de las letrinas, y cuando un trabajador ha manifestado inconformidad, la empresa simplemente lo ignora y espera que sencillamente abandone el campamento para no pagar lo conducente.
“Cuando necesitamos recurrir a la clínica, nosotros debemos de poner de nuestra bolsa, no tenemos medio de transporte, y cuando regresamos, tenemos que caminar de Paredón hasta el campamento y son 13 kilómetros de terracería”, detalló Juan García, quien se desempeña como albañil en la mega obra.
Los obreros aseguraron que además de Margarito Juárez, cuatro personas más perdieron la vida anteriormente en el campamento y otras tres se encuentran desaparecidas.
Sobre la pasante a quien responsabilizaron de la muerte de su compañero, uno de los manifestantes puntualizó: “Brenda es como se llama la persona esta, no cuenta con cédula profesional, no sabe qué receta, aquí lejos de todo, y ella no nos atiende”.
Zócalo informó que el campamento Alfalfa fue asegurado por la policía sin que se informara sobre personas detenidas, en tanto que las autoridades ordenaron el traslado del cuerpo de Margarito al Servicio Médico Forense (Semefo) para practicarle la necropsia de ley.

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