lunes, 29 de julio de 2013

El boom de las redes sociales: privacidad y nuevos desafíos (Primera parte)


Escrito por  el 27 julio 2013 a las 7:58 pm en DestacadasInternet y redes sociales

Esquema Redes SocialesEl Distrito Federal también es el epicentro del desarrollo de las redes sociales del país. Entre 2010 y 2011, tan sólo la red social más popular, Facebook, registró un crecimiento de 62 por ciento en todo el país y, en especial en la Ciudad de México tuvo un incremento de 70 por ciento hasta llegar a poco más de 20 millones de usuarios en todo el país, de los cuales, casi 7 millones son del Valle de México (Datos de la consultora ComScore y de Facebook Company).
La vicepresidenta de Asuntos Corporativos de Facebook, Marne Levine, durante su reciente visita a la Ciudad de México, en octubre de 2011, destacó que por número de cuentas el Distrito Federal es la tercera ciudad a nivel mundial más importante para esta red social.
Twitter, la otra red social que se ha popularizado entre la población, creció entre 2010 y 2011 a un ritmo de 37 por ciento, alcanzando los 3.3 millones de usuarios en todo el país, de los cuales, el 60 por ciento están en la Ciudad de México (ibid). En presencia de blogs interactivos, México ocupó el sexto lugar a nivel mundial con un promedio de 16 horas 3 minutos de consulta al mes (ibid). Y la nueva red social Google +, creada por la compañía gigante de este consorcio norteamericano, tiene 308 mil 369 usuarios registrados hasta octubre de 2011 en México. El 60 por ciento son cuentas creadas desde el Distrito Federal.
En otras palabras, estamos hablando de una expansión creciente de las redes sociales, englobadas en el término web 2.0 y web 3.0 o “web semántica” en México y, especialmente, en el Distrito Federal.
El término red social es relativamente nuevo. Comenzó a generalizarse entre 2004 y 2005. La web 2.0 es descrita como una plataforma tecnológica que permite la colaboración y autogeneración de contenidos por parte de los usuarios. El término fue utilizado por Dale Dougherty, de O’ Really Media, durante una conferencia sobre la evolución de la world wide web (www). En aquel evento, Dougherty hizo una primera clasificación de las redes sociales:
  • Servicios de publicidad como Google AdScense.
  • Los sitios de servicio fotográfico como Flickr.
  • Los sitios de descargas musicales que utilizaban mp3 como Napster.
  • Los sitios de información personal como los blogs o weblogs. Los sistemas de creación y alojamiento más comunes son Blogger.com, WordPress.com y Windows Live Spaces.
  • Los administradores de contenidos como los wikis, siendo Wikipedia el más conocido y utilizado a nivel mundial. Son contenidos creados por los usuarios que cualquiera puede corregir, agregar, ampliar.
  • Para compartir videos y fotos. Están Youtube, Dailymotion, en el primer caso, así como Flickr, Pikeo.com, Instagram entre otros, que han proliferado en todo el mundo.
  • Noticias y contenidos votados por usuarios. Son las web 2.0 más socorridas y famosas por los buscadores de información, desde la creación de sitios como Menéame.net.
  • Las redes sociales de contactos personales. Las primeras fueron Friendster, MySpace y Hi5 hasta la irrupción de Facebook (con más de mil millones a nivel mundial) que revolucionó esta aplicación y tiene a un nuevo y poderoso competidor: Google +.
  • Archivos de sonido que se distribuyen mediante el sistema de Podcasting. El más conocido es Podcast.com, pero también se crearon Podsonoro.com, Folcast.com, para el mercado de habla hispana.
  • Comunidades móviles de acceso y buscadores 2.0. En el primer caso, la convergencia digital ha permitido que prácticamente todas las grandes compañías de telefonía móvil tengan este servicio. En el segundo caso, hay desde compañías de vuelos hasta de compras, bienes raíces, bancarias y, por supuesto, búsqueda de empleo que utilizan las herramientas tecnológicas.
Para los conocedores de la web 2.0 las características principales de este universo radican en que son, en primer lugar, contenidos generados por el propio usuario, que se basan en la extrema transparencia, es decir, en compartir el máximo de información y minimizar todos los secretos posibles.
Por supuesto, esto ha generado una intensa discusión sobre la protección de los datos personales. En especial, Facebook ha sido la compañía más criticada por los constantes testimonios de usuarios y eventos que confirman cómo se utilizan los datos personales de los usuarios lo mismo para acciones criminales (secuestros, amenazas, extorsiones, suplantación de identidades, trata de personas, prostitución, etc) que para fraudes bancarios o hasta generar prácticas discriminatorias como el bullying.
Facebook ha tenido que enfrentar una ola de críticas y, en algunos países, sanciones por su descuido en materia de privacidad y protección de datos personales. Este año ha introducido algunos elementos para cumplir con los estándares mínimos de protección de datos personales. En este terreno, instituciones como el IFAI y el InfoDF aún tienen mucha tarea pendiente en relación con esta red social tan popularizada.
La póliza de privacidad de Facebook establecía en 2008 el siguiente párrafo:
Nosotros podemos usar información tuya que recopilemos de otras fuentes como periódicos y fuentes de internet como blogs, servicios de mensajería instantánea, desarrolladores de plataforma de Facebook y de otros usuarios de Facebook para completar tu perfil… Al usar Facebook das autorización para que tus datos personales sean transferidos y procesados en Estados Unidos.
A pesar de las múltiples críticas y amenazas de demanda, fue hasta que Google creó la competencia con la red social de Google+ que Facebook decidió modificar algunas configuraciones de privacidad. En agosto de 2011 anunció cambios para evitar que ciertas fotos sean vistas sólo por los contactos que el usuario elija y modificó algunas cláusulas discrecionales que permitían a la compañía utilizar a su conveniencia los datos personales.
El 11 de octubre de 2011 inició el litigio de un usuario australiano que anunció una demanda contra Facebook por almacenar información personal que había sido ya borrada de su cuenta personal. El 5 de noviembre de 2011, Facebook registró un ataque masivo de spam o “correo basura” en las cuentas de millones de usuarios que recibieron imágenes pornográficas o de violencia. El grupo de ciberactivistas Anonymous se deslindó de esta acción, y la propia compañía indicó que estaba investigando a otros posibles atacantes.
El problema del correo basura y la alteración de las cuentas personales de Facebook es un fenómeno creciente. Entre 2008 y 2009, esta red social acusó a Sanford Wallace, considerado el “zar del correo basura” de inundar con mensajes e intervenir las contraseñas de varios usuarios para publicar spam. Algo similar puede ocurrir en estos momentos.
Facebook cuenta con un sistema llamado Facebook Immunity System (FIS) que analiza 650 mil acciones por segundo. Sin embargo, especialistas en informática han señalado que este sistema tiene fallas. Se pueden crear butnets que recolectan información de los integrantes de la red social sin ser detectados por el FIS. Estas acciones tienen implicaciones muy serias para la protección de datos personales.
El grupo ciberactivista Anonymous anunció que en noviembre de 2011 realizaría ataques o “intervenciones” a las páginas de Facebook por estas reiteradas violaciones a la privacidad. Finalmente, el ataque de este grupo que defiende la libertad de expresión y la máxima publicidad de los documentos, con tácticas similares a los hackers, suspendió el ataque a la red social.
Otros desafíos que se presentan en materia de datos personales y la relación con Facebook son las tentaciones de los gobiernos autoritarios por intervenir en aquellas cuentas de usuarios incómodos o que organizan protestas. El 24 de noviembre pasado, las autoridades de Tailandia le pidieron a Facebook que eliminara más de 10 mil sitios que son considerados “ofensivos” para la monarquía de este país. Amenazaron con utilizar la Ley Cibernética de este país que es muy restrictiva en materia de redes sociales.
El escándalo detonado por Edward Snowden, el joven informático que denunció el programa PRISM de interferencia ilegal a las comunicaciones privadas en los correos electrónicos, redes sociales y mensajes en los smartphones abre las compuertas para revisar en este 2013 el futuro de la seguridad y la privacidad en las redes sociales.
En 2009, cinco años después de la creación de Facebook en las aulas de la Universidad de Harvard, se creó otra red social en Estados Unidos: Twitter. El 5 de junio de ese año, Steven Johnson publicó en la revista Time el artículo “¿Cómo cambiará Twitter la forma en que vivimos?”. El autor, cofundador del sitio Outsider.In explicó que las tres principales razones del éxito del sitio eran su estructura de web 2.0, la posibilidad de realizar búsquedas en tiempo real y la facilidad de compartir enlaces.
Estos tres elementos, hacen de Twitter “un cóctel que constituye la alternativa al monopolio de búsqueda de Google”, advirtió Johnson. Pocos le hicieron caso en ese momento. Lo consideraron una exageración. ¿Quién osaba presumir que rivalizaría con el mayor buscador del mundo cibernético en la historia reciente de las redes sociales?
El crecimiento y la expansión acelerada de Twitter, en menos de dos años, parece confirmar lo que pronosticaba Johnson. Tan sólo en 2009 y 2010 pasó de 58 millones a una cifra global de 175 millones de usuarios y se calcula que rebasará los 600 millones en 2013, en los 193 países donde se utiliza esta nueva red social. Más del 50 por ciento de los usuarios de Twitter consultan diariamente esta red, un porcentaje mayor a la de otras, incluyendo Facebook.
La mayor cualidad de Twitter es que permite generar pequeños nodos informativos inmediatos. Al lograr esto, una conversación, un tema, un video, un link hacia un blog o portal informativo, un documento extraído de los archivos secretos de cualquier dependencia pueden involucrar de inmediato a un número tan grande de personas y a nivel global, como tan voluminosa sea la cuenta original y tantas replicaciones o retuits se generen. Un asunto se vuelve Trending Topic de una forma acelerada con estos recursos.
Curiosamente, Twitter se ha vuelto un rival más peligroso para la televisión y la radio, es decir, más para los medios masivos que para Google o Facebook. El hecho de que un usuario tenga un número creciente de seguidores implica que puede tener una audiencia “cautiva” y especializada que no sólo leerá o seguirá los contenidos que difunda sino que los podrá distribuir hacia otras muchas personas.
Twitter combinó tres cosas que lo han convertido en un éxito creciente en usuarios: su estructura de red social (el lenguaje binario), las búsquedas en tiempo simultáneo y la facilidad para compartir los enlaces. No son sólo los famosos 140 caracteres de límite sino la posibilidad de que en ese espacio se puedan divulgar “eventos”, lanzar campañas (a través del uso del hashtag), divulgar información reservada y deliberar con tantas personas como seguidores y temas de interés público se puedan desarrollar.
Más que una red de entretenimiento –como fueron sus antecesoras–, Twitter se está convirtiendo en un nuevo y poderoso mecanismo de deliberación, contrainformación y convocatoria a manifestaciones, como ha ocurrido con el movimiento de los Indignados, en España y Europa, o el de Ocupa Wall Street, en Estados Unidos, o las manifestaciones estudiantiles de Chile.
Este tipo de expresiones ha generado una actitud de nerviosismo y desconocimiento por parte de las autoridades públicas. Los “twitteros” como se clasifica en términos genéricos a los usuarios de esta red social se han convertido en un amenaza para la información y la censura que tratan de imponer autoridades y medios masivos.
En México, la irrupción de Twitter en 2009 coincidió con el agravamiento del fenómeno de violencia generada por la guerra contra y entre los cárteles del crimen organizado. Los gobiernos estatales y federal nunca imaginaron que una red social se transformara en un medio alternativo de información y de deliberación en aquellas ciudades atenazadas por los enfrentamientos entre cárteles de la droga, como ha ocurrido en Monterrey, Veracruz, Tampico, Torreón o Matamoros.
La combinación entre Twitter y Facebook ha provocado una incómoda pareja binaria de información y protesta que ha puesto nerviosos a muchos gobernantes. El desconocimiento de la naturaleza y del lenguaje en las redes sociales ha provocado una ola de actitudes que tienden a criminalizar estos medios.
El gobierno de Veracruz, encabezado por el priista Javier Duarte, tuvo el mal tino de encarcelar en septiembre de 2011, a dos usuarios de Twitter y de Facebook acusándolos de “promover el pánico social”. Formalmente, fueron acusados de “terrorismo equiparado” al promover “rumores falsos”, relativos a unos presuntos enfrentamientos relacionados en las escuelas de educación pública en el puerto mexicano.
La presión nacional e internacional obligó al gobierno estatal a recular, pero se mantiene intacta la tentación autoritaria de controlar lo que, por su naturaleza y dinámica, está pensado para ser una forma de comunicación alternativa y no un medio para “sembrar el terror”.
El domingo 13 de noviembre ocurrió otro caso sintomático en la Ciudad de México. El accidente aéreo que le costó la vida al secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, ocurrido dos días antes, el simbólico 11 de noviembre de 2011 (11-11-11) generó una ola de mensajes en Twitter y en Facebook. Dos usuarios, jóvenes, emitieron algunos mensajes que hacían pensar que sabían de la posibilidad de un atentado. Se trató de las cuentas @Morfo y @Mareoflores. Evidentemente, se trataba de bromas o de predicciones poco afortunadas.
Sin embargo, las autoridades de la Procuraduría General de la República se las tomaron en serio. El domingo fue detenido e interrogado, sin orden de presentación, durante cinco horas el titular de la cuenta @Mareoflores. La justificación de las autoridades es que se trataba de un presunto “testigo” de alguna de las pistas sobre el accidente que le costó la vida a Blake Mora. También se generó una protesta rápida y generalizada entre usuarios de Twitter.
¿Era testigo de algo que las autoridades insistieron que se trató de un accidente y no de un atentado? ¿Cómo supieron las autoridades el domicilio de este joven diseñador que se sumó, como decenas, a las especulaciones generadas ese día?
Si bien fue liberado Mario Flores, la duda sobre la violación a los derechos de privacidad de los usuarios de las redes sociales ha quedado sembrada en México después de los sucesos de Veracruz y la Ciudad de México.
También el peligro de que los cárteles de la droga, coludidos o no con las autoridades policiacas, tengan acceso a las cuentas personales y al domicilio de los usuarios de las redes sociales se ha convertido en una veta preocupante. En Tamaulipas, el 26 de septiembre, fue decapitada la periodista Marisol Macías Castañeda, acusada por divulgar “información delicada” que vinculaba a los cuerpos policiacos con el cártel de los Zetas en su blog y en su cuenta de Twitter.
Continúa mañana.
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