domingo, 12 de mayo de 2013

Calderón y Mouriño, la mina de oro española


En los expedientes del caso Nóos, en España, se expone la manera en que el yerno del rey Juan Carlos de Borbón, Iñaki­ Urdangarín, utilizó su parentesco y el acceso a la agenda real para vender información privilegiada a empresarios. El anzuelo era la promesa de facilitarles el acceso al mercado mexicano a través de Felipe Calderón, entonces presidente, y de su secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño. Aunque oficialmente no se concretó ningún acuerdo a través de Urdangarín, inquieta comprobar que exfuncionarios calderonistas han sido contratados por consorcios de aquel país.

MADRID.- La ruptura de Iñaki Urdangarín y su socio Diego Torres abrió la posibilidad de que se ventilaran en los tribunales españoles documentos confidenciales que prueban el tráfico de influencias al que recurrió Urdangarín, yerno del rey Juan Carlos de Borbón y duque consorte de Palma, al abrirles oportunidades de negocio a inversionistas españoles con su intercesión ante el gobierno mexicano.
Iñaki proporcionó información privilegiada a sus clientes por anticipado, para lo cual aprovechó su acceso a la agenda de la casa real, en particular sobre los encuentros que el monarca tendría con Felipe Calderón durante la visita de Estado que el entonces presidente mexicano hizo a España en junio de 2008.
El informe Oportunidades de negocio en México. Informe de resultados de las primeras gestiones realizadas por D. Iñaki Urdangarín, del que este semanario obtuvo una copia, consta de 30 páginas y está fechado el 7 de marzo de 2008. Ahora está en manos del juez Pedro Castro, quien instruye el proceso judicial del llamado caso Nóos, por el instituto y la consultora del mismo nombre con que operaba el yerno del rey.
Ahora ese texto sirve para documentar que las “puertas” para que los inversionistas españoles entraran al país eran directamente el presidente Felipe Calderón y su mano derecha, Juan Camilo Mouriño.
Para resaltar el valor de sus gestiones, Urdangarín se jactó de la buena relación que su suegro, el rey Juan Carlos, mantenía con Calderón. Así lo describe en su informe, que envió a su cliente Eugenio Calabuig Gimeno, propietario de Aguas de Valencia (Agval):
“Según nuestros colaboradores en el país, los grandes proyectos de agua pública, desarrollos turísticos y energía eólica en México se promueven principalmente a nivel federal y, por tanto, la puerta es el mismo presidente de México, Felipe Calderón, con quien la Casa Real tiene muy buenas relaciones desde su visita a España el año pasado (2007). Está previsto un nuevo encuentro con él en pocos meses en la Zarzuela” (el palacio donde reside la familia real).
Y enlista los contactos clave para el éxito de sus operaciones: “El hombre de mayor confianza del presidente es el Lic. Juan Camilo Mouriño, quien fuera jefe de la Oficina de la Presidencia de la República y hoy secretario de Gobernación”.
En “el siguiente nivel de contactos” menciona al entonces director de la Comisión Nacional del Agua, José Luis Luege Tamargo; la secretaria de Energía, Georgina Kessel; el secretario de Turismo, Rodolfo Elizondo, y el titular del Fonatur, Miguel Gómez Mont Urueta.
Quien le aportó esa información a Urdangarín sobre el papel de Mouriño fue Alicia Guajardo Alatorre, directora general de NeoCity, consultoría financiera y de lobby con sede en San Pedro Garza García, Nuevo León.
En un informe impreso en papel membretado de dicha firma y fechado el 26 de febrero de 2008, ella se dirige al consejero de Telefónica Internacional Urdangarín y le plantea que si los inversionistas españoles “están interesados en México”, “la puerta sería el mismo presidente” Calderón.
Añade que “el hombre de mayor confianza del presidente es el Lic. Juan Camilo Mouriño, quien fuera jefe de la Oficina de la Presidencia de la Republica y hoy secretario de Gobernación. El Lic. Mouriño es, además de joven y muy preparado, de origen español, por lo que puede significar una ventaja si se accesa a través de él” (sic). Y explica: “Él me conoce de una visita que llevé a cabo con el presidente de México en enero de 2007”.
Según el currículum que subió a una página de egresados del Tec de Monterrey, Guajardo es una arquitecta y exfuncionaria del gobierno de Nuevo León, en cuyas manos ha estado la planeación del desarrollo urbano de la capital del estado. En el informe citado, ella le sugiere a Urdangarín iniciar una ronda de contactos y reu­niones con siete gobernadores y con el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, en cuyas entidades se impulsaban grandes proyectos hidráulicos.
El primer mencionado en el documento es el entonces gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto. Guajardo ofrece sus datos de contacto, así como los de su secretario particular, Erwin M. Lino Zárate, y del secretario de Agua y Obra Pública de la entidad, David Korenfeld Federman.
Peña Nieto fue uno de los gobernadores que acudió a España invitado por Calderón para formar parte de su comitiva en el viaje que realizó del 11 al 14 de junio de 2008.
Enseguida la arquitecta aporta los datos de los gobernadores y funcionarios clave en Jalisco, Guanajuato, Tabasco y Nayarit. Después propone: “Si requieren de socios nacionales que ya estén involucrados en los proyectos, también podríamos apoyarlos con contactos de iniciativa privada”.
Abunda: “Con este primer comunicado considero se podrá apoyar a los inversionistas que mencionas y poder en un futuro cercano establecer posibilidades de colaboración”. Como posdata, la consultora le enfatiza a Urdangarín: “Te pido discreción en el manejo de la información de este documento y cuenta conmigo con relación a la confidencialidad de la información”.
Este escrito y los contratos de prestación de servicios de consultoría internacional del duque, el pago que recibió a través de una sociedad irlandesa en un banco en Suiza (375 mil euros) y fotografías oficiales del encuentro de Calderón y Margarita Zavala con la familia real, en las que aparecen Urdangarín y su esposa, la infanta Cristina, forman parte del expediente que Manuel González Peeters, abogado defensor de Diego Torres, presentó al juez en un juicio por presunta malversación de fondos públicos de las comunidades valenciana y balear y delitos contra la hacienda pública. Los acusados son Torres y Urdangarín.
Una fuente jurídica explica a Proceso que este escrito no tiene implicaciones judiciales para los funcionarios del gobierno de Calderón, sino que pretende probar que, pese a las advertencias de la casa real,­ el duque de Palma nunca dejó los negocios privados, incluso cuando ya no era socio de Torres.

Los contactos

Tal como Urdangarín les comunicó a sus clientes tres meses antes, Felipe Calderón y su esposa Margarita Zavala fueron recibidos oficialmente en el palacio real de El Pardo el 11 de junio de 2008 y después almorzaron en el palacio de La Zarzuela con los reyes Juan Carlos y Sofía, así como con el heredero Felipe de Borbón, su esposa Letizia y los duques de Palma: la infanta Cristina y Urdangarín.
De acuerdo con el protocolo, por tratarse de una visita de Estado el avión de México fue escoltado por dos aparatos caza del Ejército del Aire al entrar en el espacio aéreo español. El hecho fue amplificado por los reporteros de la comitiva de Calderón como una deferencia especial.
González Peeters dice en su escrito: “Según la página oficial de la Casa Real, el 11 de junio de 2008 tuvo lugar un almuerzo ofrecido a uno de los que aparece como persona a contactar imprescindiblemente, interviniendo en el acto-ágape, entre otros, Iñaki Urdangarín y su esposa, tal resulta de la fotografía que se acompaña”. E ironiza: “Seguro que es una coincidencia, ¿o no?”.
Felipe Calderón aprovechó ese viaje oficial para hacer una agresiva promoción de una mayor apertura de México a nuevas inversiones españolas, sobre todo en su Plan Nacional de Infraestructuras, estimado entonces en más de 30 mil millones de euros, que incluía la construcción de carreteras, puertos, desarrollos hidráulicos y de generación de energías renovables.
Pese a las reticencias que encontraba entonces en México, Calderón ofreció en España abrir el sector energético, en particular Petróleos Mexicanos, lo que le ganó aplausos entre las autoridades y los inversionistas hispanos.
En la cena de gala que Juan Carlos ofreció en el Palacio Real –a la que fueron invitados los dueños de grandes grupos empresariales de España y de México–, el monarca agradeció a Calderón “la cálida acogida de México a las empresas españolas” y la “gran colaboración que ha prestado en la lucha contra el azote del terrorismo”.
Calderón respondió con un discurso en el que calificó a España de “aliado vigoroso” y “socio estratégico para el desarrollo de México”. Terminaron la velada en uno de los salones reales, cantando música ranchera con Pepe Aguilar.

Puertas giratorias

Érica González, investigadora del Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL), dice en entrevista que la expansión de las trasnacionales españolas está fincada en la “alta capacidad de influencia que ejercen entre sí el poder económico y el poder político; es una confluencia de intereses”.
Recuerda que el gobierno español y su Ministerio de Asuntos Exteriores, así como el rey Juan Carlos, le dan importancia primordial al impulso de las trasnacionales en el extranjero e incluso en los viajes oficiales siempre se incluye una delegación de empresarios que buscan nuevos mercados.
OMAL tiene una posición crítica sobre la responsabilidad corporativa que las empresas españolas ponen en práctica en los países más pobres. González dice que una de las herramientas más utilizadas por los consorcios para controlar los mercados son las llamadas “puertas giratorias”, es decir, el paso de ejecutivos del sector privado a las actividades políticas o viceversa, a fin de utilizar sus influencias políticas y su agenda de contactos internacionales para conseguir ventajas.
El caso más reciente es el nombramiento de la exsecretaria de Energía de Calderón, Georgina Kessel, como consejera independiente de su consejo de administración. Ella dejó la dirección del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) apenas en diciembre pasado.
Beneficiaria de la apertura del sector eléctrico mexicano durante el calderonismo, Iberdrola es la mayor productora privada de energía en México (con 14.5% de la electricidad), pero sus proyectos eólicos en Oaxaca y Puebla están empantanados en polémicas y denuncias. Al anunciar la llegada de Kessel, la empresa publicó en su portal: “En México (Iberdrola) estará atenta a las nuevas oportunidades que puedan surgir derivadas de una mayor apertura del sector energético que fomente la colaboración público-privada”.
Otros integrantes del círculo de Calderón también fueron fichados por empresas españolas: su cuñado Juan Ignacio Zavala entró en enero de 2007 como asesor en el Grupo Prisa y ha sido gerente de la edición global del diario El País.
Asimismo el abogado Javier Quijano –esposo de Mónica Zavala, hermana de Margarita–, socio del despacho Quijano, Cortina y De la Torre en la Ciudad de México, pasó a formar parte del “superbufete” MA Abogados en Madrid, producto de la fusión de los despachos de José María Michavila y Ángel Aceves, exministros del Justicia y del Interior del ultraconservador José María Aznar. Se le considera una firma clave en la asesoría para la “internacionalización” de las empresas españolas, y el periodista Fernando Garea lo describió como “el despacho de los milagros”.
El pasado jueves 9, 16 días después que los medios españoles publicaron las gestiones de Urdangarín con Calderón, en México se supo que el Senado de la República recibió una propuesta de la Secretaría de Relaciones Exteriores para que se le otorgara a Calderón el permiso de recibir del gobierno de España la condecoración de la Orden del Mérito Civil en grado de Collar.

“El conseguidor”

En la declaración que el propietario de Agval, Eugenio Calabuig Gimeno, rindió en el Grupo de Delincuencia Económica y Delitos Tecnológicos de la policía el 7 de marzo de 2012, afirma que no concretó acuerdos con Urdangarín para invertir en México.
Así lo pudo corroborar este semanario en informes gubernamentales sobre las empresas españolas asentadas en México, en Compranet y en el Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos.
Según el empresario, desde finales de 2007 y principios de 2008 realizó varias  reuniones con Urdangarín y otros intermediarios, como Miguel Zorío, en las que el duque de Palma le ofreció sus servicios “para hacer cualquier negocio que pudiera salir, siempre a nivel internacional, nunca en Europa”.
Por tales asesorías de negocios en el extranjero, Calabuig pagó 375 mil euros a una sociedad irlandesa encabezada por Robert Cockx, “a través de una cuenta en Suiza”.
El expediente del abogado González Peeters incluye el contrato por los servicios del duque y una nota manuscrita de su secretaria, Julita Cuquerella, en la que se indica un número de cuenta de un banco suizo. “Me pide que te copie el siguiente número de cuenta, que tú ya sabes para qué es”, le dice Cuquerella a Calabuig de parte de Urdangarín.
El empresario alegó ante la policía que el dinero que pagó a esta sociedad era “por los honorarios” de Urdangarín y del intermediario José María Treviño, y que firmó porque “se fiaba” del “yerno del rey”, quien además era “directivo de Telefónica”.
Eduardo Inda, periodista del diario El Mundo y autor del libro Urdangarín en la corte del rey Juan Carlos, sostiene que no son los únicos intentos del yerno del monarca para amarrar negocios en México.
Según los informes de la Fiscalía Anticorrupción de España, entre 2005 y 2006 Urdangarín viajó a México como presidente de su Instituto Nóos para intentar vender al gobierno mexicano, que entonces encabezaba Vicente Fox, un proyecto de asesoría en materias deportiva y alimentaria a través de un foro de promoción turística, como lo describió Inda a El Universal, el pasado 23 de febrero.
Urdangarín hizo el contacto con el secretario mexicano de Turismo a través de Ximena Caraza, entonces responsable del Consejo de Promoción Turística en México y actual responsable de Proméxico. “Viajaron con la intención de vender este cuento chino al gobierno mexicano”, pero según Inda el secretario se dio cuenta de que el duque “no era un personaje de fiar”.
En aquel entonces el titular de Turismo era Rodolfo Elizondo, uno de los contactos que NeoCity le dio al duque para impulsar proyectos en las principales playas mexicanas. En el informe arriba mencionado, Alicia Guajardo Alatorre le escribió a Urdangarín: “Rodolfo está relacionado con grupos del norte del país, por lo que podemos referenciar algunos nombres para la obtención de la reunión con él”.

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