domingo, 21 de abril de 2013

Peña se debilita y recula. Jaime Avilés






A las cinco y media de la mañana de ayer, la coalición de senadores priístas, panistas y perredistas que apoya a Enrique Peña Nieto, aprobó la reforma en telecomunicaciones  que dio marcha atrás a la pretensión original de bajarle los humos a Televisa. Cuando el gobierno expuso las metas que pretendía alcanzar en este ámbito, Televisa sufrió graves pérdidas (de muchas decenas de millones de dólares) en la Bolsa de Valores de Nueva York.  
    En círculos académicos del sur de la ciudad de México me explicaron que lo que el nuevo gobierno federal quería era regresar a los viejos tiempos “cuando El Tigre Emilio Azcárraga decía que era un soldado del presidente”. La intención, me siguieron diciendo, es que “el presidente deje de ser un empleado de Televisa”.
    Peña, concluyeron mis informantes, pagó por la Presidencia todo el dinero que pidió Televisa. Ahora que llegó al poder “va a meter al Tigre de Peluche (Emilito) en cintura”.
Pues bien, todo indica que esta aspiración desapareció ayer, cuando los senadores del PRIANRD votaron, sin haberla leído, una ley que le aprieta las tuercas a Carlos Slim pero vuelve a concederle plenos poderes a Televisa.
    ¿Qué hizo recular a los hombres del nuevo gabinete de Salinas de Gortari, presidente vitalicio de México por la gracia del FMI? Indudablemente la debilidad que les están haciendo sentir los maestros de los estados del sur del país, dispuestos a todo con tal de revertir la contrarreforma educativa.
    Las gigantescas movilizaciones en Guerrero y Michoacán, a las que podrían añadirse las de Oaxaca y Chiapas e incluso las del Distrito Federal, ya pusieron nerviosos a Peña y al corresponsable de la matanza de Acteal y ahora secretario de Educación, Emilio Chuayffet.
    Los maestros agrupados en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), opositores a Elba Esther Gordillo, ya se dieron cuenta (y están convenciendo a los que militan en el otro bando del sindicato) que la reforma del FMI, (alabada insistentemente por el vocero de la CIA y colaborador de Reforma y Televisa, Andrés Oppenheimer), en realidad es una reforma laboral.
    Sometidos a ella, los maestros de la CNTE y los de Gordillo, perderían su antigüedad laboral, su derecho a la jubilación y a una pensión digna, sus vacaciones pagadas, sus prestaciones y, en suma, su contrato colectivo. La evaluación de sus conocimientos que planea hacerles el gobierno encabezado por un maniquí absolutamente ignorante, es una purga encubierta para despedir a los que no comulgan con la doctrina neoliberal y, en este sentido, es la continuación de una obvia política de contrainsurgencia.
    Elba Esther Gordillo y Felipe Calderón, así como antes lo hizo Fox, emprendieron el desmantelamiento de las escuelas normales rurales, en donde se forman los jóvenes campesinos que perciben e interpretan la miseria que los rodea como una expresión de las  muchas cosas que están mal en México debido a la injusta distribución de la riqueza.
    A finales de la década de los 60, en la Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero, germinó la semilla de los movimientos guerrilleros de Genaro Vázquez y Lucio Cabañas. El temor del FMI a que esta situación se reedite en nuestros días puso en peligro de extinción a esas escuelas pero también explica la contrarreforma educativa, que es al mismo tiempo una reforma laboral, una purga política y una medida contrainsurgente.
    Por otra parte, como uno de los ingredientes más explosivos del descontento en el campo es el hambre, Salinas de Gortari encomendó a Rosario Robles la medieval “cruzada” contra el hambre, que también persigue distintas y ambiciosas metas: regalar comida chatarra de Pepsico, Bimbo, Nestlé y demás, a cinco millones de personas que viven en los 400 municipios más pobres del país.
    Pero a la vez, como lo han señalado diversos analistas, el programa se aplicará bajo cuerda en los 14 estados en donde este año habrá elecciones. Y para que no quepa duda de que el PRI usará el esquema de la compra de votos a cambio de limosnas, el desgobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, organizó una reunión con los delegados de Rosario Robles en aquella entidad, a fin de explicarles cómo deberán usar la cruzada contra el hambre para imponer a sus candidatos.
    Los panistas veracruzanos, que sopesan la gran debilidad política y el desprestigio local y nacional de Duarte de Ochoa (pero no el propio), grabaron esa reunión y filtraron el video a las redes sociales. Y la nave del copetón volvió a cimbrarse por este escándalo que sin embargo ocultaron todos los periódicos.
    Rosario Robles comparecerá el martes ante el Senado para explicar qué estaba haciendo su gente en la mapachera de Duarte de Ochoa. Los legisladores que aún son del PRD pero no se identifican con el Pacto con México sino con Andrés Manuel López Obrador, sin duda habrán de interrogarla acerca del otro pacto: el de la ex amante del gangster argentino Carlos Ahumada con las grandes trasnacionales de la industria alimenticia, en un abanico siniestro que va de Nestlé a Monsanto.
    La Dama de Ahumada asegura que “su” proyecto se inspira en el que Lula aplicó bajo el nombre de Hambre Cero en Brasil. Pero ésta es otra mentira de Robles, porque Lula fijó un límite a las trasnacionales y estimuló a los campesinos a producir sus propios alimentos, algo que la ex maoísta, ex perredista y neosalinista no piensa hacer.
    Alguien escribió por ahí que Salinas de Gortari (perdón, Peña Nieto) empezó con las reformas más “fáciles” (Telecomunicaciones y Educativa) para encarar las más difíciles en el segundo semestre del año, pero su claudicación ante Televisa frente a las protestas de los maestros insinúa que tal vez le dio un palo a otro avispero, el del campo, donde además de los profesores organizados están las Policías Comunitaria y una amplia gama de grupos inconformes.
    Si la bola de nieve continúa creciendo, Peña (perdón, Salinas) tendrá una correlación de fuerzas mucho más desfavorable para intentar la privatización de Pemex y su complemento, la Reforma Fiscal. Como parte de su alianza geopolítica con Estados Unidos y España, Petróleos Mexicanos abrirá sus puertas a los exploradores foráneos y calcula que éstos, de entrada, se apropiarán de 150 mil millones de pesos de la renta petrolera.
    ¿De dónde obtendrá Salinas de Gortari el dinero para parchar ese hoyo? Como bien lo anticipó AMLO: de la Reforma Fiscal, pues al aumentar el IVA de 16 a 19 por ciento a todo (incluyendo alimentos y medicinas) espera recaudar una suma similar a la que obsequiará a los socios de Obama y Rajoy.
    Pero si el director del Banco de México, hace dos meses, recomendó elevar el IVA al 19 por ciento con medicamentos y comida de sopetón, “porque el efecto se nota al principio, luego la gente se acostumbra”, la debilidad política del gobierno se manifestó otra vez cuando Roberto Servitje, el dueño de Bimbo, dijo que un 4 por ciento de IVA a los alimentos sería más que suficiente.
    ¿Lo dijo por temor a que bajaran sus ventas? No: con las toneladas de gansitos que Peña le comprará para cruzarlos con Pepsi en la panza de los niños, qué más le da. Servitje salió a declarar eso a nombre del gobierno, que prevé un rechazo masivo a esa otra cuenta de su rosario de medidas impopulares y, preventivamente, contrainsurgentes. Esta semana también estaré en Twitter, en @Desfiladero 132 por si ocupan

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