martes, 13 de noviembre de 2012

Calderón y su doble herencia criminal

 

 
MÉXICO, D.F. (apro).- Condenado a huir de México tras entregar el poder al PRI de Enrique Peña Nieto, sellados los pactos de impunidad e inmunidad, Felipe Calderón cargará por siempre con la muerte y desaparición de decenas de miles de personas, pero deja también otra criminal herencia: El aumento de mexicanos en pobreza.
Las estimaciones de organismos y expertos ubican en al menos 60 millones de mexicanos en situación de pobreza, más de la mitad de la población del país que en 2006 tenía, según el propio Calderón, 50 millones de pobres y que prometió reducir casi al 50%: 27 millones en total.
Obviamente Calderón mintió, pero ahora que huye a la Universidad de Harvard y creará la Fundación Desarrollo Humano Sustentable, igual a la que presidió y liquidó entre 2004 y 2005 –como publica Proceso–, es preciso recordar esta falsedad, aunque sea un tema a menudo desdeñado, pero que tiene que ver con mexicanos de carne y hueso, con la “eminente dignidad de la persona humana (sic)” que proclama el panismo.
Hay pruebas del falso compromiso: En plena campaña de 2006, Calderón escribió en su libro El hijo desobediente. Notas de campaña, una proyección sobre su gobierno y sus logros:
“Cuando asumí la Presidencia de la República había unos 50 millones de pobres y 22 millones en pobreza extrema. Hoy hay 35 millones de pobres y diez millones en pobreza extrema.”
Es decir, se propuso disminuir a los pobres y los pobres extremos en 27 millones: Quince millones de los primeros y 12 de los segundos.
Conforme al compromiso de Calderón, la reducción de pobres sería de 2.5 millones anuales: Es decir, 208 mil 333 por mes y casi 7 mil diarios. Y los mexicanos en pobreza extrema desaparecerán a razón de 2 millones cada año. O sea, 166 mil 600 cada mes y 5 mil 500 diarios.
Pero Calderón no sólo abatió la pobreza en esa dimensión, sino que la incrementó drásticamente, a tal punto de que cerrará el sexenio con más de 60 millones de personas que no ganan lo suficiente para cubrir necesidades de alimentación y vestido, según el estudio “2012: los retos de México ante el cambio de gobierno”.
El director del Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey (CIEN), Estado de México, José Luis de la Cruz, asegura que uno de cada cuatro pobres en el país se sumó a esta estadística durante el sexenio que ha llegado a su fin.
“El problema es que México no es un país pobre, es un país de pobres”, subraya De la Cruz, una situación provocada por la precarización laboral, la inequidad que existe en la distribución de la riqueza, la existencia de monopolios y oligopolios, y la aplicación de una política económica sin objetivo social.
Y esta no es una imputación de los opositores de Calderón: Las propias cifras de su VI y último informe de gobierno reconocen el aumento de la pobreza en su sexenio, aun cuando sólo toma cifras de 2006 a 2010.
En el Anexo Estadístico del Informe, referido al cuadro “Evolución de la pobreza alimentaria, de capacidades y de patrimonio”, compara: En 2006 había 14.7 millones de personas en pobreza alimentaria, pero en el 2010 llegó a 21 millones 204,441 mexicanos.
El aumento fue de más de 6 millones de personas en pobreza alimentaria, que es la incapacidad para obtener una canasta básica, aun si se hiciera uso de todo el ingreso disponible en el hogar para su compra.
La pobreza patrimonial pasó de 45 millones 502 mil mexicanos en 2006 a 57 millones 707 mil en 2010. Es decir, 12 millones de mexicanos no tuvieron suficiente ingreso para adquirir la canasta alimentaria, así como realizar gastos en salud, vestido, vivienda, transporte y educación.
Y la pobreza de capacidades (es decir, la insuficiencia del ingreso para adquirir la canasta básica y efectuar gastos en salud y educación) creció de 22 millones de mexicanos hace seis años a 29.5 millones en 2010.
Ante estas cifras aberrantes todavía hay quienes se preguntan cómo el Partido Acción Nacional (PAN) perdió la Presidencia de la República y cómo Calderón, un supremo inepto, pretende encabezar una fundación para, según él, generar políticas públicas.
“Me gustaría dedicarme a sistematizar las políticas públicas del desarrollo humano sustentable, es decir, cómo se aborda un problema, qué alternativas hay, cuáles son los costos y los beneficios de una alternativa u otra”, le dijo, el viernes, a la “doctora” Adela Micha.
Daría risa de no ser porque la ineptitud de Calderón ha sido criminal…
Comentarios: delgado@proceso.com.mx y Twitter: @alvaro_delgado

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