viernes, 19 de octubre de 2012

Ponencia de Morenaje BJ al Congreso de Morena

Convirtamos a MORENA en un Partido de la clase trabajadora
Contribución a un debate trascendental

Morena Jóvenes y Estudiantes Benito Juárez (Morenaje BJ)

De cara a un próximo Congreso en el Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) se ha abierto un debate acerca del futuro de nuestro movimiento. Algunos compañeros señalan la necesidad de que MORENA se convierta en un Partido; otros, que debe permanecer como asociación civil; Paco Ignacio Taibo II señalan que el MORENA debe convertirse en un movimiento social con registro. Muchos compañeros de base rechazan la idea de la formación de un nuevo Partido ante el sano temor de que el movimiento se burocratice. Nos parece que ninguna de estas opciones es necesariamente excluyente si se las enfoca desde un punto de vista de clase, desde un punto de vista adecuado. Nos parece que un enfoque adecuado implica la lucha por un nuevo Partido-movimiento de la clase trabajadora en nuestro país, cuya punta de lanza puede ser el MORENA.
En primer lugar es necesario aclarar lo que entendemos por Partido. Nos parece que la negativa a construirlo viene muchas veces de la ignorancia sobre su significado. Un Partido es aquella organización que defendiendo ciertos intereses de clase aspira a tomar el poder o, al menos, llegar al gobierno con determinado programa político. En este sentido el MORENA, desde el momento en que lucha por la transformación del país por medio del impulso de un programa que aspira a llevar al gobierno, es un Partido al que le hace falta reconocerse como tal. Evitar repetir el destino del PRD no significa negar la necesidad de un Partido sino no repetir los errores de éste. Si pretendemos evitar terminar como una estructura electorera de colocación de puestos, lo que debemos rechazar no es la necesidad de un Partido sino el programa y los métodos que vuelven inevitable la burocratización. Es necesario un Partido con bases activas y comités de base regulares que sean los que determinen democráticamente las decisiones más importantes, definan el programa, el plan de acción y controlen a sus representantes y eventuales candidatos a puestos de elección popular. El PRD degeneró en una mafia burocrática no porque sea un Partido sino porque la burocracia se encargó de destruir los comités de base, porque no existieron congresos democráticos, porque no se preocupó por la formación política, porque no adoptó decididamente un programa socialista o al menos uno combativo y radical, porque no existió medios de control sobre la burocracia, es decir, medios de destitución y elección inmediatos de sus representantes.
Esta es la historia que no podemos repetir en el Morena. Sin un control desde las bases, la existencia o no de registro no podrá evitar la burocratización y la degeneración de nuestro movimiento. De hecho los arribistas ya están dentro sólo que aún existen comités de base y una vida relativamente activa dentro de los comités de MORENA, ésta es la única base para construir un movimiento sano y democrático. El programa y la formación política es trascendental porque dado el programa tendremos los métodos; a un programa que acepta el capitalismo le corresponden métodos burocráticos. Si adoptamos un programa que no cuestione la existencia del capitalismo estamos aceptando las reglas de éste: el afán por el lucro privado, los intereses individuales, etc.; si luchamos contra el capitalismo y sus consecuencias, tenderemos a adoptar métodos colectivos, basados en la movilización y en la unidad del movimiento obrero. Lo que se debe entender es que la burocratización no es inmanente a un Partido obrero sino a un programa y métodos incorrectos y esto es válido con registro o sin él. Es la tendencia al compromiso sin principios (la burocracia de los Chuchos o de Ebrard, por ejemplo), la visión de cúpula, la búsqueda de puestos como fin en sí mismo lo que puede dar al traste con nuestro movimiento. Es necesario discutir la historia del único Partido que logró evitar la burocratización, por lo menos hasta el asenso del stalinismo, y que logró la toma del Poder por parte de los trabajadores: el partido Bolchevique. No es intención de esta ponencia relatar esta historia sino llamar a su estudio.
Para nosotros  un Partido no es una estructura electoral, esto ocasionó el fortalecimiento de la burocracia del PRD. Un Partido es en primera instancia un programa político, unos métodos y estatutos, hasta las tradiciones que él rescate. En otras palabras, debe ser la conciencia colectiva de una clase, que rescate a lo interno las experiencias de luchas pasadas y pueda brindar, a partir del análisis, una orientación clara a sus militantes de cómo actuar, no sólo en las coyunturas electorales, sino en lo cotidiano.
Un partido de cuadros, de militantes combativos no tiene porqué abandonar las luchas sectoriales como la estudiantil, campesina y sindical, por el contrario las tendría que profundizar. Intervenir, no solo apoyar desde fuera, utilizar toda la estructura organizativa de Morena para hacer que las huelgas obreras triunfen, que los conflictos campesinos se arreglen, que los jóvenes en las escuelas puedan conquistar demandas democráticas.
Para esto se necesitan comités de base activos en cada distrito pero también en cada sector y estos comités tienen que discutir y tener formación política cotidiana, tiene que ser el lugar de donde surja la iniciativa, donde se discutan las propuestas de la dirección y en su caso se enmienden. De esta manera se le puede cerrar el paso a los arribistas y oportunistas. Las bases tienen que controlar a su dirección.
Es importante discutir qué tipo de comités de base necesitamos. No creemos que sea correcto que los comités se estructuren en base a los distritos electorales como si la lógica de la organización fuera puramente electorera. Estos no son espacios organizativos naturales de la población como sí lo son las escuelas, los barrios, las fábricas, los círculos de estudios, etc. Esto es importante porque unos comités vinculados a los espacios de lucha cotidianos permiten de mejor manera vincularse directamente a la lucha de barrio, de las escuelas de los sindicatos democráticos; los mismos activistas de Morena serían activistas de la lucha social del día a día permitiendo la vinculación y el reclutamiento. Como señala Taibo II, una estructura electorera no sólo es inútil para la lucha social sino incluso inútil para las elecciones; en cambio una estructura de base no artificial podría reorientarse fácilmente en los periodos electorales sin centrarse únicamente en ellos.
Las libretas contables del Partido deberían de estar abiertas a cada militante de base, y tendría que haber informes regulares para saber de qué forma se utilizan los recursos. Desde los comités de base pueden surgir ideas para financiar al Partido y no depender de lo que asigne el Estado.
Es verdad que la obtención del registro por parte de MORENA atraerá a toda clase de oportunistas en búsqueda de puestos y jugosos sueldos, pero la única forma de cerrarles la puerta es que las bases de MORENA elijan a candidatos con un historial de lucha, que éstos no se desmarquen del MORENA, que sean controlados por éste y cuyos salarios –al ser elegidos a cargos de elección popular- no sean mayores al salario de un trabajador cualificado; el excedente de sus sueldos debe ir íntegramente a las arcas del movimiento. Estos medios de control –señalados hace mucho tiempo por Lenin- pueden ser un antídoto efectivo contra los arribistas.  
Decíamos al inicio que un enfoque adecuado para abordar el debate sobre el futuro de nuestro movimiento no implica rechazar a MORENA como un movimiento social. Efectivamente: un Partido con un programa basado en la lucha social, la movilización y que espire a superar al capitalismo debe ser, necesariamente, Partido-movimiento, ser un movimiento social. Implica continuar con bases activas y en permanente acción.
Un elemento que debemos subrayar es que un Partido de clase, un Partido de los trabajadores no significa reducir su actividad al terreno puramente electoral. Implica lo contrario, no rechazar ningún método de la lucha social, debe priorizar todo plan de acción que tienda a la unidad de los trabajadores, los campesinos, los estudiantes, los artistas, etc; implica la lucha por el Poder mediante la movilización social viendo en el plano electoral un elemento relativamente secundario cuyo éxito depende de la movilización. Por ejemplo, implica por medios de lucha como la huelga general que, desde nuestro punto de vista, es el paso que le ha faltado dar a nuestro movimiento.
Nos parece que el futuro de nuestro movimiento depende de orientarlo hacia una organización radical, combativa, democrática; hacia la formación de un Partido con un programa de clase. Nos parece que nuestro próximo Congreso puede ser el parteaguas para la consolidación de un movimiento combativo que aspire realmente a transformar de raíz a nuestro país. Invitamos a todos los integrantes del MORENA a discutir de manera fraterna, atenta y profunda estas ideas como todas aquellas que honestamente aspiren a fortalecer a nuestro movimiento, al MORENA y a la lucha de izquierda en nuestro país.

ATENTAMENTE,
Morenaje Benito Juárez
0445528970357, morenajebenitojuarez@gmail.com

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