martes, 4 de septiembre de 2012

Evita JVM cruzar palabra con Calderón en homenaje a fundador de Maseca

 

Vázquez Mota en el homenaje al empresario Roberto González Barrera. Foto: Benjamín Flores.
Vázquez Mota en el homenaje al empresario Roberto González Barrera.
Foto: Benjamín Flores.
MÉXICO, D.F. (apro).- El homenaje póstumo que se rindió esta noche al empresario Roberto González Barrera –fundador del Grupo Maseca y accionista mayoritario del Grupo Financiero Banorte–, reunió a buena parte de la clase política nacional, que se dio cita en el patio central del Museo Nacional de Antropología.
Antes del inicio formal de la ceremonia, encabezada por el presidente Felipe Calderón, las miradas convergieron en una tempranera Josefina Vázquez Mota –excandidata presidencial panista–, que no había hecho aparición pública alguna desde la semana misma de las elecciones del 1 de julio pasado.
Vaya, ni siquiera fue, en la mañana, al acto público donde el presidente emitió un discurso a propósito de su Sexto Informe de Gobierno.
Pero, en la noche, ahí estaba, en la segunda fila, a unos cuantos asientos del presidente Calderón, con quien no cruzó palabra.
En el otro extremo, la archienemiga de Vázquez Mota: la maestra Elba Esther Gordillo, que también acaparó las miradas de los asistentes, unos 500.
Felices, con la sonrisa de oreja a oreja y muy saludadores y apapachadores, Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa Patrón, flamantes coordinadores del PRI en la Cámara de Diputados y el Senado de la República, respectivamente.
Ellos sí, en la primera fila, la del presidente de la República y su esposa Margarita Zavala y los familiares de González Barrera, quien falleció el sábado 25 de agosto.
Eran algo así como la representación del PRI en el homenaje a uno de los empresarios que, justamente, fue de los más beneficiados en la era priista: en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, el Grupo Maseca tuvo una extraordinaria expansión, que ahora lo tiene con presencia en un centenar de países.
Y también en ese gobierno, que reprivatizó los bancos que dos sexenios antes había expropiado José López Portillo, González Barrera se hizo de Banorte.
En ese tiempo, el banco ocupaba el lugar 17 de los 18 bancos que entonces había. Hoy es el tercer banco más importante del país.
Y en buena medida ese crecimiento fue posible porque González Barrera supo hacerse de los servicios de exfuncionarios que, justamente, cobraron notoriedad en el gobierno de Salinas.
Hoy el presidente del consejo de administración del Grupo Financiero Banorte es Guillermo Ortiz Martínez, quien fue el subsecretario de Hacienda encargado de vender los bancos a particulares. Ahí fue donde conoció y trabó una cercana relación con el empresario regiomontano.
Ortiz Martínez después sería secretario de Hacienda con Ernesto Zedillo en la Presidencia, y luego primer gobernador del Banco de México, ya autónomo.
Y el actual director general del grupo financiero es Alejandro Valenzuela del Río, quien siempre estuvo al lado de Guillermo Ortiz cuando fue funcionario. Fue el vocero de la Secretaría de Hacienda cuando la comandaba Ortiz.
Sólo por citar a los dos más altos funcionarios del grupo financiero Banorte.
Llamó mucho la atención la llegada de una solitaria Marta Sahagún, esposa del expresidente Vicente Fox quien no acudió al homenaje al empresario.
Y así como llegó, sin nadie que se le acercara, salió igual en solitario, como fantasma, apenas 30 minutos después de iniciada la ceremonia.
También llegó, pero muy tarde, más de media hora de iniciado el homenaje, el flamante presidente del Senado, el panista Ernesto Cordero Arroyo. Pero como que todavía “no le cae el veinte” de qué significa eso.
No lo reconocieron los elementos del Estado Mayor Presidencial (EMP), ni él les dijo quién era, y por poco lo mandan a las galerías. Hasta que alguien lo rescató, habló con los guardias, y lo condujo a las cercanías de Vázquez Mota.
Relevante fue el encuentro entre el presidente Calderón y Guillermo Ortiz, enemigos desde la época del rescate bancario, el del tristemente célebre Fobaproa que, con recursos públicos, compró la cartera chatarra de los bancos para sanearlos.
Calderón era entonces presidente del PAN y Ortiz secretario de Hacienda, cuyos desencuentros fueron públicos por las candentes negociaciones en la Cámara de Diputados para que se aprobara la compra de aquella cartera chatarra.
Tal fue su distanciamiento que cuando Ortiz quería mantenerse por un periodo más al frente del Banco de México, Calderón no quiso y mandó allí a Agustín Carstens, quien encabeza desde 2010 el banco central.
Pero parece que los odios ya se olvidaron. En el homenaje, se echaron porras mutuas. Más Ortiz, quien reconoció a Calderón haber enfrentado con valor –así dijo– los retos que se le presentaron durante su gobierno.
Hasta dijo que entre González Barrera y Calderón había una gran coincidencia: su gran amor por México. Eso dijo.
Por cierto, también Carstens acudió al homenaje a González Barrera. Y buena parte de los hombres de la banca. Empezando por quien no podía faltar: el presidente del consejo de administración del banco Interacciones, Carlos Hank Rhon, yerno de González Barrera, pues casó con una hija del empresario.
Estuvieron el presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, Guillermo Babatz, y los principales dirigentes de Banamex, Bancomer, HSBC, Scotiabank, entre otros.
Pareció un homenaje de Estado el ofrecido a González Barrera, pues además del presidente de la República, asistió buena parte de su gabinete legal y ampliado.
Los discursos de Alejandro Valenzuela, Guillermo Ortiz, el del presidente de Gruma a nivel global, el de una hija del empresario y el del propio presidente Calderón coincidieron en calificar a Roberto González Barrera como “un gran empresario, un gran mexicano y un gran ser humano”.

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