jueves, 1 de marzo de 2012

Zorros, lobos, coyotes y mapaches

 


El desafío de Los Zetas al gobierno de Nuevo León. Foto: Fidel Aguilar
El desafío de Los Zetas al gobierno de Nuevo León.
Foto: Fidel Aguilar

 
MÉXICO D.F. (apro).- La fauna electoral está suelta. Entre los partidos y el gobierno corren y se tropiezan zorros, coyotes, lobos, tejones y mapaches. El país se asemeja a la Granja de George Orwell, pero también a la canción de los Tigres del Norte. Napoleón da ordenes sin ton ni son queriendo controlar a la granja, escribe el novelista inglés. La perra anda suelta y nadie la puede atrapar canta el grupo norteño. En medio de este caos quienes ganan son los cazadores que andan tras las presas que huyen pero ya no tienen donde esconderse.
En este año de elecciones todo se mezcla peligrosamente. El crimen organizado es ya un grupo de poder cuyas acciones inciden en las decisiones del gobierno y el Estado, así como en los partidos políticos y sus candidatos. Su poder es hasta ahora incontrolable por las fuerzas del orden, nadie los detiene en sus planes de controlar zonas enteras del país y en apoyar a ciertos candidatos locales a quienes dan dinero para sus campañas sin que alguna autoridad les ponga un alto. Las bandas criminales quieren ser gobierno.
Apenas el lunes pasado se publicaron unas declaraciones de Felipe Calderón en Durango, quien, usando fábulas populares, dijo que en varias comunidades del país se ha puesto “al zorro o al coyote a cuidar el corral de las gallinas”, al reconocer la complicidad entre autoridades y el crimen organizado.
Días antes, en Monterrey, los líderes de Los Zetas colgaron unas mantas en las que declararon su completo dominio en la zona, su contubernio con el gobernador Rodrigo Medina, estableciendo, además, las condiciones para que el próximo presidente de la República negocie con ellos si no quieren ser derrocados.
Firmado por Heriberto Lazcano, El Lazca, y Miguel Treviño, Z-40, la manta decía: “Comunicado al pueblo de México. A la opinión pública. Nuevo León es territorio de Los Zetas y el poder lo demostramos con hechos. Y aunque no les guste, Rodrigo Medina me obedece por que lo apoyamos para llegar a la Gobernatura (sic). O que pensaban que los 20 millones de dólares que entregó el lic. Manuel Quiñones (a) lic. Many cuñado o concuño de Aldo Facsi Zuazua para la campaña de Medina era gratis? O todo lo que pagamos para los gastos de Rodrigo a través de Agustín Serna de la CROC, no lo híbamos (sic) a cobrar?
“Por eso, hago lo que quiero en Nuevo León. Porque me pertenecen y libero a quien yo quiero de los penales y mato de igual manera a los contras del CDG. Acéptenlo, lo único que queda al Gobierno de Calderón y al que venga es pactar con nosotros por que si no los tendremos que derrocar y tomar el poder a la fuerza como hasta ahora”.
Antes de que El Lazca y el Z-40 hicieran pública su amenaza, del penal de Apodaca Los Zetas habían liberado a 29 de los suyos y masacraron a 44 internos relacionados con el Cartel del Golfo, que en otra manta, anunciaron que ayudarían al gobierno del estado a agarrar de nuevo a los zetas prófugos.
Tierra sin más ley que la del crimen organizado, Monterrey es la muestra más clara de lo que podría pasar por otras ciudades del país, entre ellas el Distrito Federal.
Datos de la Procuraduría General de la República señalan que en más de la mitad de los 2 mil 269 municipios que hay en el país se han registrado hechos de violencia producto del narcotráfico, esto es, que la mitad del territorio nacional tiene presencia del crimen organizado y que en algún momento los candidatos a la presidencia de la República tendrán que pisar esos suelos que tienen huella tatuada como señal de pertenencia.
Es un hecho que en ciertas regiones del país ninguna autoridad tiene el control y que ahí la violencia anda suelta sin que nadie pueda amarrarla. Guerrero, Veracruz, Chihuahua, Tamaulipas, Durango, Coahuila, Sonora, Sinaloa, Morelos, Michoacán, Zacatecas y Estado de México, son algunos estados donde las bandas del crimen organizado se disputan el predominio con base en el terror y el salvajismo más primitivo.
La influencia de estos grupos ha alcanzado todos los niveles de gobierno, así como a las fuerzas policiales y militares que ha sido horadada por la corrupción. ¿Quién aguanta un cañonazo de varios miles o millones de dólares?
Todo parece indicar que el aumento del poder económico conlleva al crecimiento del poder político y gubernamental por parte del crimen organizado. Si esta fórmula es válida el poder de las distintas bandas criminales seguirá creciendo para el próximo sexenio y entonces, además de tener a los animales sueltos en la granja (mapaches, tejones, tlacuaches, lobos y coyotes), el próximo gobierno enfrentará una violencia cada vez más despiadada, inmisericorde y salvaje, socavando el poder del Estado y rompiendo el tejido social. Y habrá de pasar mucho tiempo para rehacer la paz social independientemente de quien llegue al gobierno en las elecciones de julio próximo.

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