jueves, 1 de marzo de 2012

“El Coqueto”: entre el sadismo y la ineptitud de la autoridad



Por: Mar Morales
El pasado 23 de febrero fue detenido y fichado César Armando Librado Legorreta, alias “El Coqueto”, peligroso asesino serial que era buscado por la Procuraduría de Justicia del Estado de México. Se le acusa de haber violado a ocho mujeres y dar muerte a siete de ellas.  Su trabajo como chofer de microbuses le “facilitaba” llevar a cabo los ultrajes.

El sujeto operaba de noche o al amanecer. Su primera víctima tuvo la desfortuna de toparse con él a las 5:30 de la mañana, en junio de 2010. La jovencita de 16 años se dirigía al metro Chapultepec. El Coqueto con engaños desvío la ruta, esperó encontrarse en un pasaje solitario, la amarró al asiento y a violó para después abandonarla en Naucalpan. Es la única sobreviviente de este asesino.

Un año después, en julio de 2011, violó y ahorcó a una mujer de 22 años, de nombre Blanca Magaña Quintero.

Las víctimas posteriores, cuyas edades oscilan entre los 17 y 22 años, fueron sometidas por Librado Legorreta, dejando sus cuerpos abandonados en distintos lugares del Estado de México y DF. A todas las despojaba de sus pertenencias y después se las daba a su esposa “como regalo”.

Según datos de la Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas (CATWLAC), en el Estado de México ocurren en promedio casi 5000 violaciones sexuales por año. En el último año se reportan al menos 60 desapariciones de mujeres que no han sido resueltas.

La fuga del homicida múltiple, ocurrida el pasado 28 de febrero, puso en tela de juicio la capacidad de las autoridades para hacerle frente a esta problemática. Estamos hablando no sólo negligencia o corrupción en el sistema de impartición de justicia en ese estado, nos encontramos ante la falta de sensibilidad de las autoridades para atender, de forma urgente, el inminente problema de la violencia hacia la mujer. Marta Lamas, investigadora, feminista y activista, declaró hoy por la mañana en El Mañanero, programa televisivo y radiofónico que conduce Brozo, que en el Estado de México urge una alerta de género: “Los feminicidios son una realidad en nuestro país”, dijo la feminista.

Pese a que en diciembre del año pasado la Cámara de Diputados tipificó al feminicidio como delito grave, cuyas penas podrían alcanzar hasta 60 años de prisión, para muchos la violencia hacia la mujer sigue siendo “conflicto de parejas” y no se le da la seriedad que amerita. Tampoco se le da a los casos de personas desaparecidas. Con argumentos como “quizá se fugó con el novio” o “anda de pinta”, en muchas ocasiones los familiares que intentan localizar a sus seres queridos viven la peor de las odiseas.

En el caso de las familias de las víctimas de “El Coqueto” , según relatan ellas mismas, la denuncia de la desaparición de las mujeres no tuvo la pronta atención. Amparo Vargas, madre de una de las jovencitas asesinadas, relata su calvario que vivió desde el momento que la muchacha no llegó a su casa.

En entrevista con Enrique Campos, de Foro TV dijo que cuando quiso levantar la denuncia en Tlanepantla tuvo que esperar un día “porque no había sistema”. Su hija desapareció el 26 de noviembre de 2011. A partir de ese momento, junto con familiares y amigos se dan a la tarea de buscarla. Las autoridades fueron muy tajantes al decirle: “quiere encontrarla, búsquela. Nosotros no tenemos carro, no tenemos celulares, no tenemos crédito. Quiere encontrarla, deme un carro, deme un teléfono con crédito y la vamos a apoyar”

Un mes después, el 27 de diciembre, relata la madre que se metió al área de homicidios, algo que le había sido negado porque su hija se encontraba en calidad de desaparecida. Ahí la mujer descubre, al leer los expedientes, que uno de los cuerpos que se encontraba en el Semefo coincidía con las señas de su hija. Fue así como se enfrentó a la terrible realidad: había sido asesinada por El Coqueto.
El día de ayer, la señora Amparo y otras madres de víctimas de El Coqueto, exigieron la renuncia del procurador del Estado de México, Alfredo Castillo, a quien también señalan por su ineptitud en el caso de la niña Paulette Gebara, cuya muerte conmocionó a la sociedad mexicana en mayo de 2010.

Denuncian también no contar con la protección debida por parte de las autoridades.

La fuga de El Coqueto no se debe tomar a la ligera. Un psicópata de esa naturaleza, cuyos testimonios delatan el sadismo con que sometía a sus víctimas y no muestra tener arrepentimiento alguno, evidencia no sólo la incapacidad de las autoridades para dejar caer sobre él un castigo ejemplar. Estamos ante un hecho que involucra la falta de atención inmediata en caso de personas desaparecidas, la falta de recursos humanos y materiales para actuar con prontitud para localizar y aprehender a los delincuentes para darles un castigo ejemplar. Por supuesto, falta mucha sensibilidad en los servidores públicos, que prefieren dejar “hasta la cola” los asuntos que no les afectan a ellos directamente. Los dejo con la reflexión de qué hubiera pasado si desde el primer abuso sexual, en junio de 2010, se hubiera detenido a El Coqueto y dejado en prisión. De haber sucedido esto, se habrían evitado los demás asesinatos y no estaríamos hablando de la fuga de un peligroso criminal, temiendo que ande suelto y esperando – toco madera—que ataque a una mujer más.


@Mar_Morales_


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi amiga sa llamaba blamca elia viviana magaña quintero tenia 28años y era una mujer noble.... Ojala se pudra en el infierno este cretino

Anónimo dijo...

A dos años del fallecimiento de Blanca Elia,descanse se alma inmortal