viernes, 24 de febrero de 2012

Lucha antinarco, útil para destruir alternativas de izquierda: De Sousa

El científico social portugués señala que militarizar la vida civil crea una atmósfera de hostilidad
 
Demonizar a un candidato como López Obrador puede provenir también de EU, advierte
Karina Avilés
 
Periódico La Jornada
Viernes 24 de febrero de 2012, p. 7
Boaventura de Sousa Santos afirma que la lucha contra el narcotráfico es muy funcional para destruir todas las posibilidades de una alternativa de izquierda en el continente, porque al militarizar la vida civil se crea de inmediato una atmósfera hostil hacia todo aquello que signifique una organización colectiva de resistencia.
El portugués, una de las figuras clave en los estudios de las democracias, cuya trayectoria está marcada por su cercanía con los movimientos organizadores y participativos del Foro Mundial Social, sostiene que la demonización en contra de un candidato alternativo, en este caso de Andrés Manuel López Obrador, puede parecer basada en fuerzas nacionales, pero no hay que olvidar que la interferencia de Estados Unidos en México es muy fuerte. El imperialismo estadunidense, advierte, no quiere correr ningún riesgo.
De visita en México para ofrecer un ciclo de conferencias, el científico social observa que la lucha contra el narcotráfico, como lo fue el embate contra el comunismo y aún es la campaña contra el terrorismo, parten del mismo objetivo, que es bajar los mínimos éticos de la política para permitir que se hagan cosas que de otra manera no se podrían hacer: violaciones brutales de los derechos humanos, corrupciones también brutales. De modo que la lucha contra el narcotráfico es muy útil para permitir una impunidad que deslegitima totalmente al Estado.
En plática con La Jornada, el autor de Democratizar la democracia: los caminos de la democracia participativa, hace una reflexión sobre tópicos que van desde el crimen organizado, los medios de comunicación, las expresiones de rebelión en el mundo y las democracias. Esto, como parte de un gran entramado en el que reflexiona sobre los nuevos horizontes del mundo.
Hoy día, diagnostica, se vive un momento que caracteriza como posinstitucional. Esto es, las instituciones ya no cubren las aspiraciones de la gente, sobre todo las de los jóvenes, quienes se manifiestan de diferentes maneras en varios países.
Estamos en un periodo transicional en el que las instituciones viejas ya no sirven y las nuevas todavía no han llegado o están emergiendo, subraya. Ello explica los movimientos y presencias colectivas de rebelión en algunos países de Europa y del mundo árabe que, si bien son distintos, tienen un punto de convergencia que el estudioso destaca: todos surgen como movimientos pacíficos y en defensa de una democracia verdadera que choca brutalmente con las realidades democráticas de los países.
Así, avizora el umbral de una nueva rebelión global en el sentido de que se organiza para resistir, para mostrar un inconformismo frente a un statu quo que es excluyente, injusto y cruel, porque ha traicionado las aspiraciones de quienes las tenían.

Foto
Boaventura de Sousa, durante la entrevistaFoto Francisco Olvera

 
En este contexto, De Sousa Santos advierte que la democracia representantiva no sirve porque es totalmente impotente ante la dictadura de los mercados financieros. Por ejemplo, la crisis europea ha mostrado la debilidad de la democracia para enfrentar a los poderes fácticos y Europa hoy está gobernada por virreyes que pertenecen a la misma empresa llamada Goldman Sachs (banco de inversiones estadunidense)”.
En el horizonte observa que pasaremos de los modelos de democracia representativa a otros que combinen esta última con la democracia participativa y las nuevas tecnologías de información. Otra de las dimensiones de la resistencia de nuestro tiempo, añade, es el de la autonomía, y México ha tenido una presencia muy fuerte en ello con el autonomismo zapatista.
De Sousa Santos considera que en México la generación de una gran conciencia política se podría crear con la otra campaña. Sin embargo, dice, ésta no ha sido aprovechada hasta ahora para renovar la política partidaria. Lo que se observa en este país, señala, es que existen movimientos sociales que no se unen, que no se articulan con una propuesta política con capacidad de gobierno. Y cuando no hay una movilización social, las cosas quedan en manos de los intereses de los medios de comunicación que pueden demonizar o destruir una propuesta. Ejemplo de ello es lo último que se ha señalado en contra de López Obrador, en el sentido de que las personas que conformarían su gabinete –de llegar a la Presidencia– son en su mayoría ancianos.
Si es que el candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, va a la delantera de las preferencias electorales, se explica de acuerdo con su análisis por lo siguiente: Cuando las expectativas son negativas, se piensa que lo mejor es el statu quo; que es mejor lo que tenemos porque lo que viene es futuro. Y la crisis de la izquierda es ésa, que siempre ha prosperado a través de la idea de que el statu quo es malo, añade.
Sin embargo, enfatiza, el gran problema radica en que el dinero es el que cada vez más comanda toda la democracia. Los medios de comunicación son un elemento en un engranaje mucho más vasto del control financiero de la democracia.
Ahora todo se compra y todo se vende, porque el mercado económico se ha fusionado con el mercado político a través de algo que va mucho más allá de la compra de votos: se compran opiniones, artículos, periódicos, se inventan o se destruyen candidatos, alerta.
El capitalismo financiero –que además es de casino, porque no crea riqueza– es una red que corroe a la democracia desde dentro. La democracia está siendo destruida por una plutocracia, sintetiza.

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