miércoles, 22 de febrero de 2012

El sombrero de Cavazos (Peña, Yarrington y Hernández)


Álvaro Cepeda Neri


Dice el refrán que “en el amor y la guerra todo se vale”. Pero donde todo sí se vale es en la política degradada a una lucha a muerte (Francisco I Madero, Venustiano Carranza, Emiliano Zapata, Pancho Villa, Álvaro Obregón… Luis Donaldo Colosio, por citar los más célebres o notorios). Y el calderonismo, con su jefe Felipe Calderón, que controla al Partido Acción Nacional y juega en complicidad con el desgobernador de Sonora, Guillermo Padrés Elías; el de Morelos, Marco Antonio Adame Castillo; de Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas; etcétera, no es la excepción. Don Felipe de Jesús hasta a los de casa persigue implacablemente. A Vicente Fox con doble filo le actualizó una denuncia que el expriísta y ahora perredista exdesgobernador de Zacatecas Ricardo Monreal hizo contra él y Martha Sahagún. Esto para que se alineen y negociar con ellos que si la averiguación se queda abierta, de llegar el Partido Revolucionario Institucional (PRI) o el Partido de la Revolución Democrática, entonces sí hasta los consignarán.
Con más razón Calderón les carga la mano negra que mueve la cuna a los priístas (el góber sonorense ya inició su persecución). Y dicen que en cuanto Enrique Peña Nieto sea ungido candidato del PRI le tiene reservada (junto a su coordinador estrella Luis Videgaray) tremenda exhibida que le costará varios puntos en las encuestas. Ya se le fue a la yugular al exdesgobernador de Coahuila Humberto Moreira (que heredó el cargo de góber a su hermano Rubén). Y en la Procuraduría General de la República (PGR) abrieron expedientes contra los exdesgobernadores Manuel Cavazos Lerma, Tomás Yarrington y Eugenio Hernández Flores. Les apodan en Tamaulipas “los tres cochinitos”, porque como alcancías se hincharon de dinero a la manera del enriquecimiento ilícito.
Dice el subprocurador de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada, Cuitláhuac Salinas, que se les investiga por delitos contra la salud, enriquecimiento ilícito y operaciones (lavado de dinero) con recursos de procedencia ilícita, como nos informa el reportero Gustavo Castillo (La Jornada, 2 de febrero pasado). Peña fue hasta Tamaulipas y puso a Cavazos bajo su amparo y en la lista para candidato a senador (para darle impunidad si Calderón y la PGR no se apuran con la investigación). Yarrington tiene cola (en la que va montado el priísta sonorense Eduardo García Puebla). Y Hernández Flores dejó huellas.
La cuestión es que Cavazos Lerma usa sombrero y no tanto porque esté totalmente calvo, sino porque cuentan que sobre su pelonera se pone toda clase de amuletos, uno de éstos es una pequeña pirámide para las “buenas vibras” y alejar la mala suerte. Al parecer no le funcionó contra Calderón (éste se encomienda a san Judas Tadeo) y por eso está en la mira de la PGR para, al menos, desprestigiarlo y darle un rozón a Peña. El subprocurador ya declaró (tras la “alerta migratoria” que emitió para que estos tres no huyan) que están bajo sospecha, de acuerdo con un testigo protegido quien fue jefe de los Zetas. Peña, Cavazos, Yarrington y Hernández bailarán al son de la PGR y ningún amuleto los salvará de lo que parece maniobra electorera de Calderón (como su ayuda a los tarahumaras), quien hace hasta lo imposible por ponerle piedras en el camino al PRI y su precandidato para que a ningún precio (y esto incluye cualquier cosa) gane las elecciones.
*Periodista

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