domingo, 13 de febrero de 2011

Convocatoria estudiantil :

Todos los juguetes-Hernández

NI NOTICIA NI RUMOR: ¡SÓLO LA NETA! Manu Dornbierer


SATIRICOSAS- Manú Dornbierer- 12-2-11

El alcoholismo de Felipe Calderón no es un rumor, es del conocimiento público y tampoco es noticia porque hace mucho que se conoce. Los panistas de cepa te dicen que lo heredó de su padre. No es una “campaña de López Obrador” , como piensan los del chismarajo llamado Tercer Grado que se erigieron en Gran Jurado, de Carmen Aristegui, la más profunda y veraz analista política mexicana en medios electrónicos. El incidente de Carmen Aristegui con MVS -Noticias le hizo decir al Peje una tontería respecto a la trascendencia del chupe : “Es algo personal”. Y no, no lo es. El alcoholismo arruina todo a su alrededor , y si ese rededor es un país, pues las consecuencias están a la vista.

Uno de los “tercergradistas”, conocido en el sureste , en donde no tienen pelos en la lengua, como “la p… de Calderón” , dijo otra de a libra: “No veo a un periodista norteamericano preguntar si el presidente Obama consume drogas o no”. Pues no lee mucho. En ese pequeño Gran Jurado que organizó Televisa sólo mostraron un poco de clase Denise Maerker, a la que la pusieron a hablar de otra cosa, y Adela Micha, que se sorprendió, con cierta lógica, por la defensa de Carmen a sus “despedidores” que intercambiaron el prestigio que dio a su estación por el espejismo de 2.5 mega hertz, que no pueden obtener por la vía recta. Los muchos radioescuchas y televidentes que estamos encantados con Carmen les pedimos que reflexionen … El espurio es un gran envilecedor, pero cada día más mexicanos resistimos ¿o no?

Sólo se pudo permitir la pequeña elegancia de reconocer que Carmen “es una buena periodista”, Bernardo Gómez, el jefe del Gran Chisme que no análisis, vicepresidente de Televisa, muy relacionado con el Cisen , glorioso inventor de la ley Televisa al que Santiago Creel, secretario de Gobernación de Fox, le regaló para su amigo Emilio Jean_ al que B.G ha protegido desde un conocido accidente carretero cuando eran jóvenes_ la franquicia de “Casas de Juego” , prohibidas en México, para que luego lo dejara colgado de la brocha y lo borrara de su pantalla, a favor del candidato Calderón. El que no pudo esconder la envidia que le provoca Aristegui e intentó descalificarla fue el connotado misógino al que le faltan lo que a ella le sobran , Ciro Gómez Leyva.

Igual se vió de pena ajena lo que dijo en redes sociales , aunque no está en Televisa sino en la pésima “Imagen” de Olegario , Pedro Ferriz , quien por cierto también me corrió a mí en 1988 de esa estación de los Vargas a la que me había invitado, eso por órdenes del entonces candidato Salinas. Pero dejemos hablar a Carmen para que le conteste a Carlos Marín que “no ve” a un periodista gringo preguntar a Obama si consume drogas (algo que hace el 60% de sus compatriotas) y se escandaliza porque ella haya preguntado al sacrosanto espurio si empina o no el codo en exceso. Entresaco este párrafo ad hoc de lo que expresó C.A. en su conferencia de prensa:

“¿No tuvo Bill Clinton que hablar del semen depositado en el vestido azul de una muchacha ante una audiencia de millones de personas? ¿No acaso el estado de salud de Dylma Roussef fue motivo de debate público antes de llegar a ser la presidenta de Brasil? ¿Acaso no son las francachelas y excesos de Silvio Berlusconi materia del debate nacional? ¿Por qué en México los empresarios de los medios pueden ser sometidos a presiones indebidas para que silencien a sus comunicadores? ¿Por qué la sociedad mexicana se tiene que conformar con una sola visión de las cosas? ¿Por qué fatalmente tenemos que vivir con la existencia de un duopolio televisivo que no sólo envilece las pantallas con programas denigrantes y nocivos como los de reciente estreno, sino que es ya en sí mismo un poder que ha dañado la vida democrática nacional? ¿Por qué México está entrampado en una espiral de degradación e infamia sin que hagamos nada al respecto? ¿Por qué seguimos dejándolos conducir de esta manera al país? ¿Qué clase de democracia es esta que por un comentario editorial, que irritó al gobernante, se le corta la cabeza a quien opinó? ¿Por qué desde el poder político pueden llevar las cosas al extremo, escalando el conflicto, deliberadamente, hasta lograr hacerle las cosas imposibles tanto al empresario como al periodista ocasionando la ruptura?

Asimismo recuperemos la parte esencial de la conferencia:

“El pasado viernes 4 de febrero, en mi libre derecho a la expresión formulé un comentario editorial que aludía a un incontrovertible hecho noticioso. A raíz de lo ocurrido en la Cámara de Diputados el día anterior, cuando un grupo de legisladores exhibió una manta con la foto de Felipe Calderón con los ojos enrojecidos en la que se leía: “¿Tú dejarías a un borracho conducir tu auto? ¿No, Verdad? ¿Y por qué lo dejas conducir el país? , naturalmente se produjo una gran rispidez que orilló a suspender la sesión en el recinto legislativo. Había ahí ya una historia que contar a nuestras audiencias. Mi compañero Omar Aguilar presentó con gran profesionalismo ese hecho noticioso con pulcritud, con claridad y con suficiencia, jamás ocultó ni la manta, ni el contenido de la manta, ni a los autores de la manta, ni truqueo nada para que televidentes y radioescuchas no se enteraran de lo que decía la manta. No trampeó a nadie y presentó al público, como el público merecía, todas las expresiones que en diferentes sentidos se emitieron al respecto. Nuestro auditorio quedó perfectamente informado del acontecimiento y con elementos suficientes para hacer su propia valoración. La información presentada me sirvió a mí de base para formular el citado comentario editorial: “Dejemos a un lado la caricatura, tomemos el asunto con seriedad”, e hice algunas otras consideraciones, terminé con un cuestionamiento formal a las autoridades: “¿Tiene o no problemas de alcoholismo el presidente de la República?”

Yo no tengo manera de corroborarlo pero, si fuera el caso, sería algo delicado que debiéramos saber. No hay nada de ofensivo en la interrogante, especialmente si se trata de algo que, de existir, afectaría por su naturaleza la toma de decisiones que impactan en todo momento a millones de personas en el país. El comentario editorial cerraba diciendo que el tema –y dada su exposición pública a través de la manta de los legisladores – merecía una respuesta seria, formal y oficial de la propia Presidencia de la República. La Presidencia no respondió a la periodista, de inmediato exigió a los dueños –que no a la periodista- una disculpa pública inmediata por tremenda osadía. Demostró con ello un grado de irritabilidad e intolerancia que por sí mismas hablan de algún tipo de problemática, que por supuesto, también deben ser analizadas. Reconozco que el cuestionamiento era duro, pero de ningún modo injurioso o difamatorio, tampoco se transgredía en ningún punto al código de ética que ha sido aludido. Era simple y llanamente la formulación de una pregunta válida. Pregunta hecha por una periodista cuya intención quedaba perfectamente delimitada.

El estado de salud y grado de equilibrio de un mandatario, por supuesto que es un asunto de claro interés público. La sociedad mexicana tiene derecho a saber con certeza, sin ofensas, sin caricaturizaciones sobre las condiciones de salud de quien ha tomado y seguirá tomando todos los días decisiones gravísimas que impactan sobre el destino de una nación. Y vaya que sí ha impactado el destino de la nación las decisiones tomadas desde Los Pinos en este sexenio. El motivo de mi despido, se dijo, fue haberme negado a ofrecer una disculpa y transgredir el código de ética, cosa que es falsa y se convirtió sólo en una coartada. En este momento no sólo no rectifico, ni me disculpo, porque no hay nada que disculpar; por el contrario, ratifico la pertinencia de que la presidencia de la República se manifieste al respecto. Lamento si personalmente que el presidente y su familia se hayan sentido ofendidos por el cuestionamiento. No hay en la formulación de mi pregunta ninguna intención o ánimo de ofender. Lamento que ellos se sientan ofendidos, pero aún así, la pregunta sigue vigente.

El ejercicio del poder hace que las figuras públicas sean sujetas de escrutinios e interrogantes a los que no estarían sujetas otras personas por razón, precisamente, de sus responsabilidades y del impacto de sus decisiones. En una democracia esto forma parte del juego”.

La pregunta es: ¿Cómo es que pudieron elevar, desde Los Pinos, el grado de exigencia pidiendo casi la humillación por un hecho absolutamente sobredimensionado? ¿Cómo es que a un empresario a quien tenemos como decente lo llevaron a comportarse de esta manera? ¿Cómo pudieron lograr que se sintiera obligado a tal punto como para exigirme la lectura de una carta –obviamente no escrita por mí, en términos que me eran ajenos y que por supuesto no empataban con lo que dicta mi conciencia- para calmar la ira presidencial? (…) Y concluye Carmen : “La Asociación Mexicana de Derecho a la Información, a la que pertenezco y que preside el maestro Raúl Trejo Delarbre ha dicho que la salida nuestra del aire es una pésima noticia para la sociedad mexicana. La decisión tomada es desafortunada para todos. “Pierde MVS, cuya independencia editorial queda en entredicho debido a la suspensión de este espacio; pierde la periodista y su amplia audiencia. Pierde la Presidencia de la República, de donde surgieron las exigencias para que Carmen Aristegui se disculpara por el comentario que hizo el viernes 4 de febrero”.

Hay que exigirle a Calderón que si no es culpable de tu despido , Carmen, te coloque en el IMER, RADIO PUBLICA, que es excelente y que dé la orden de respetar absolutamente tu libertad de expresión, en el entendimiento que Estado y gobierno no son lo mismo. Los ciudadanos mexicanos tenemos el derecho a que el Estado nos proteja contra las veleidades de los gobiernos en turno, sólo en turno.

PD. Tienes el apoyo y afecto de los mexicanos que no están envilecidos. Bien que mal los tiempos son mejores: Cuando me sucedió algo equivalente en 1991 con Raúl Salinas de Gortari que fue personalmente al Excelsior de Regino Días Redondo a pedir mi cabeza por haber dicho que los Salinas Brothers querían apropiarse del Hipódromo de las Américas, casi me mete a la cárcel por “calumnia” el procurador de entonces Ignacio Morales Lechuga. Los que me defendieron se podían contar con los dedos de una mano María Victoria Llamas y el escultor Feliciano Béjar . Y entre los políticos, Hank González que le ordenó al Excelsior que me volviera a instalar (por supuesto me rehusé) tras explicarme “que no es correcto debilitar al presidente Salinas ahora que lucha por el Tratado d e Libre Comercio “ y Pepe Ruiz Massieu, que me aseguró que “mis cuñados son muy simpáticos”. Tanto que … ya vimos… Mi amigo Jesús González Schmal, el único aún en mucha vida afortunadamente. Después, cuando Zedillo metió al bote a Raúl , amables colegas como Joaquín López Dóriga, mi vecino y amigo, querían una entrevista en tele para celebrar que años antes yo hubiera tenido razón al dudar de la honestidad de Raúl Salinas , lo que Margarita Michelena consideró “otra de las infamias de Manú”.

Carmen Aristegui Víctor Orozco


¿Es Felipe Calderón responsable del despido de Carmen Aristegui y de la clausura de su espacio informativo, entre los de mayor audiencia y credibilidad en el país? Una encuesta en las redes sociales realizada por varios periodistas dice que casi el 90 por ciento de los mexicanos opina que sí y poco más de 1 por ciento que no. (Entre éstos últimos se encuentran Gustavo Madero y César Nava, dirigente formal del PAN el primero e influyente diputado de este partido el segundo). ¿Cumplió Aristegui con la ética periodística al preguntar públicamente si el Presidente padece de alcoholismo y pedir a su oficina que responda a un cuestionamiento persistente desde hace años? ¿Constituye la cancelación del noticiero un ataque a la libertad de prensa? Igual, una abrumadora mayoría de los ciudadanos piensa que sí. (Entre la casi infinitesimal minoría que responde negativamente se encuentra Pedro Ferriz de Con, cuyo noticiario es el reverso del de Aristegui por lo que hace a prestigio y credibilidad). Si continuamos formulando las preguntas a compañeros de trabajo, de aulas, a servidores públicos, periodistas, es casi seguro que la alineación será aproximadamente la misma: encontraremos quizá a unos cuantos altos funcionarios del gobierno aceptando la versión de la Presidencia de la República y del empresario dueño de la concesión que corrió a la comunicadora y al resto afirmando que desde Los Pinos emanó la orden que violenta la libertad de expresión en México. La misma opinión sustentan de forma unánime –al menos los que alcancé a mirar– los medios internacionales.

El “asunto Aristegui” como lo llamó el vocero del grupo MVS, plantea varios temas de pertinencia en el México del siglo XXI. El primero se refiere a la fragilidad que regresa en algunas de nuestras instituciones, construidas con mucho trabajo y empeños sangrientos a largo de dos siglos. Jesús Reyes Heroles escribió hace más de media centuria que la libertad de prensa, –como llamaron los primeros reclamos y textos constitucionales a la libertad de expresión–, fue la hija que ayudó a parir a la madre, esto es, a la libertad de conciencia, porque sólo a fuerza del penoso ejercicio que hicieron de ella heroicos periodistas, (destacadamente Francisco Zarco) es que se conquistó la segunda, con la expedición de la ley que garantizaba la libertad de cultos en México al final de la Guerra de Reforma. Sin embargo, esta hija combativa y arrogante, no ha podido nunca sentarse a desempeñar su benéfico trabajo con tranquilidad y sin el recelo –el susirio dicen en Chihuahua– de recibir en cualquier momento un mandoble de los que ejercen el poder. Es más, éstos se aferran a mantenerla confinada, libre pero sólo en el área previamente diseñada y cercada, a la manera de un campo de prisión. Tal es lo que representa este sistema por virtud del cual el Estado otorga concesiones a los grandes empresarios y éstos se reservan el derecho de decidir qué periodistas pueden publicar o hablar en los medios, colocando el grueso de ellos su buena relación con los titulares del gobierno por encima del derecho que tiene el público a informarse y de recibir la diversidad de criterios, así como la del comunicador a decir su convicción con libertad. En el caso de Carmen Aristegui, los dueños de la empresa prefirieron sacrificar a su periodista estrella, antes que poner en peligro los papeles de la nueva concesión para explotar el espacio radioeléctrico, todavía en el escritorio del Presidente. Así que, prestos, aceptaron la sugerencia-orden para propinar el machetazo a dos de los derechos salvaguardados por las cartas internacionales, el de información y el de expresión.

Un segundo tema del affaire, (que puede llegar tan lejos como el clásico caso Dreyfus en la preguerra europea) es el discernir si un hipotético padecimiento del principal funcionario estatal del país es asunto público o privado. Aristegui se resolvió por la primera de las opciones, como creo que es el caso de cualquier persona sensata. En efecto, no tengo porque demandarle al vecino que aclare si es o no dipsómano, como se comenta en el barrio, pero sí a saber si la persona que toma en este país decisiones que afectan a todos, lo hace con pleno uso de sus facultades. ¿Por qué razón? Pues por la sencilla de que desde hace años periodistas y otras figuras públicas (primero el ex dirigente panista Carlos Castillo Peraza, otro, el presidenciable priísta Manlio Fabio Beltrones: “Calderón es, además, un alcohólico que puede estar queriendo colocar a otro como él”) han venido difundiendo la presunta y desmedida afición a las bebidas embriagantes del actual presidente. En casi todos los círculos se ha propagado la misma especie. ¿Es verdad o no lo es? Aristegui lo único que hizo fue recoger la inquietud al formularla pública y directamente, con lo cual hizo al país un gran servicio, porque casi todo el mundo conviene en que no es prudente para un país tener en la oficina presidencial a un alcohólico y por ello, el titular debe dejar claro cuál es su condición.

Encontré dos argumentos para defender a Calderón. Uno que parece convincente reprueba a la periodista porque lanza una acusación y pretende obligar al acusado a probar su inocencia. No es de ninguna manera el caso, pues no está imputando nada, sino pidiendo aclaraciones y no se trata de “un asunto entre particulares” como despectivamente lo afirma César Nava, sino del deber asumido por quien ejerce una función pública, la del más alto rango en la República, de precisar ante los ciudadanos que los dichos y afirmaciones sobre su alcoholismo carecen de fundamento, aunque sea sólo para que los mexicanos tengamos una preocupación menos. (Ya con la imparable ola de sangre nos basta y sobra). Andrés Pascoe, un joven editorialista, radical crítico de Aristegui, nos proporcionó otra insólita razón a favor del Presidente: “Me van a perdonar, pero muchísima gente toma sus mejores decisiones borracha”. Es poco probable que encuentre adherentes a su tesis, pues se conocen de sobra los estragos que hace el alcohol en el entendimiento. Aristegui afirma que su despido es producto de un berrinche presidencial, y todo parece indicar que tiene razón, pues es tan desmesurada la orden y tan desconsiderada con la opinión pública, que da lugar a otra pregunta: ¿La giró estando borracho?

La muerte de los jóvenes Hesiquio Trevizo Bencomo

“Tal parece ser la paradoja, una de tantas, de nuestro hoy. Vamos de sorpresa en sorpresa, como si fueran abriéndose sucesivas nuevas ventanas en el acontecer diario. El domingo, nuestro Diario sentaba en primera página el dato según el cual el 40% de los jóvenes entre 12 y 19 años, en Juárez, ni estudia ni trabaja. El dato es tremendo, hasta por razones biológicas y, por ello, es arriesgado. De corroborarse tal cifra, el futuro de ciudad Juárez se torna más incierto y pone entre paréntesis los planes de desarrollo y las políticas públicas.

El dato es arriesgado, digo, porque habría que conocer los métodos de medición y el resultado total, siempre aproximado, que arrojaría. Sin embargo, el dato llama poderosamente la atención y ha de ser atendido. A este problema van unidos problemas de índole familiar, laboral y de escolaridad; en fin, problemas sociales de primera importancia ligados vitalmente al futuro de la comunidad. Tal vez, aquí convenga citar la denuncia de un sociólogo español para el cual el verdadero problema que enfrenta su país es el problema educativo, cuya importancia ha ido perdiéndose detrás de la problemática que llena el mundo de la noticia. Lo mismo podemos decir de nosotros. El mundo de la noticia nos da el dato bruto de la violencia enardecida y hemos de tomarnos el tiempo necesario para procesarlo. Cierto, no somos un país con bases estadísticas confiables”. Esto lo escribí para El Diario el 15.02.09; la entrega se titulaba Inmaduros para la vida. En realidad se destacaba lo contrario: maduros para morir. Los sucesos de estos días confirman que el mal ha progresado agravándose.



A dos años de distancia.

Preocupa el número de menores asesinados en esta frontera, es el título a ocho columnas de El Diario de Juárez. (09.02.11) Los numerosos homicidios de jóvenes en esta ciudad, muchos de ellos menores de 18 años, no sólo dan menos expectativas de vida a ese sector de la sociedad sino que el bono demográfico que ellos representan para la población va en declive, opinaron representantes de diversos sectores sociales, y añade: Los comentarios se dan luego de que tan solo el fin de semana pasado 7 menores de edad, dentro de 13 y 17 años fueron asesinados en distintos hechos, y de que en lo que va del año son 18 menores en total los que han sido víctimas de homicidio doloso. Fue especialmente impactante el asesinato de los 3 jóvenes en un lote de autos de la Av. Gómez Morín el menor de los cuales contaba sólo con 15 años. Este viernes, en el asesinato de un policía municipal, la nota refiere como posibles autores a menores de edad.

Además del infinito dolor de sus familias, sufrimiento inútil y evitable que pone de manifiesto el derrumbe social, estos hechos denuncian la situación extrema por la que va atravesando nuestra sociedad, nuestra Patria, e incluso, nuestro Continente. Se trata de una juventud ante la cual, no sólo el futuro se muestra oscuro y amenazador, sino que también se ha cerrado el horizonte de los valores humanos y cristianos, como se ha paralizado el proceso de la civilización; se trata de un conglomerado que no tiene puntos referenciales, que se ahoga en el simple materialismo de la vida tal como le es presentada, aún con cierto grado de escolaridad. Además de esta tragedia, de estas pérdidas irreparables que merman la potencia social, están también del otro lado “los otros jóvenes”, también menores de edad muchas veces, que empuñan las armas para matar a otros jóvenes como ellos. En este ámbito de destrucción están también los miles y miles de jóvenes atrapados en ese callejón sin salida que son las adicciones, el alcohol y el sexualismo activado prematuramente que se concreta en la maternidad prematura y por ello sin posibilidad de sustento ni material ni psicológico.

Es claro, también, que en ese ámbito pesa mucho el déficit educacional en cantidad y calidad, la falta de empleo, la pobreza y el discurso oficial optimista que canta la bonanza de la macroeconomía; está también la algarabía política, la lucha por el poder, el desdibujamiento de las plataformas ideológicas de los partidos en la búsqueda del poder y está el coste estratosférico de la política nacional. Están las políticas sociales del gobierno erráticas, incompleta y de relumbrón, poniendo “curitas” en heridas mortales. También está entre nosotros el hombre más rico del mundo que ha dicho que la caridad no sirve de nada porque no genera empleos, empleos que le generarán a él mucha más riqueza. Y muchos de nuestros jóvenes siguen atrapados en el paréntesis de la muerte. Pero sería injusta una falsa generalización; existen muchos jóvenes que luchan por mantener la vertical, que luchan por mantener el rumbo de sus vidas, que estudian, que trabajan. Entonces tenemos que trabajar en dos frentes, ayudar a los que están atrapados y fortalecer a los que están amenazados; a esto deberían encaminarse los esfuerzos de todas las entidades verdaderamente vivas en nuestra sociedad haciendo a un lado protagonismos y la mezcla de intereses mezquinos.

La muerte de los jóvenes.

Esta semana celebré en mi comunidad el primer aniversario del asesinato del joven Jesús A. Duarte. El fue asesinado cuando viajaba en su automóvil con su padre y su pequeño hijo. Tres generaciones. Al ir conduciendo escuchaban la radio y rieron por la ocurrencia de un locutor. Al lado caminaba otra camioneta cuyos conductores, al verlos reír, se sintieron ofendidos y le gritaron a Jesús, muy al estilo: De qué te ríes güey; él le contestó, de nada güey, no hay lío. Sin mediar más palabras, accionaron las armas y lo asesinaron. El sobreviviente refiere que eran «niños» los que dispararon. Por esos días escribí un artículo para este espacio titulado: ¡Cuidado, no se ría ¡El infierno son los otros, decía Sartre. Algo hay de verdad en ello. Pero estos sucesos muestran, con su vigencia y actualidad permanentes, con su reiteración cotidiana y el aumento en la insensibilidad y crueldad, que el mal está arraigado muy profundamente en nuestra sociedad, y en última instancia, en nuestro corazón. Creo que está anidado a una profundidad a donde no llega ninguna sociología, ninguna psicología por profunda que se autodenomine. Se trata del hombre enfermo. Y la tragedia es precisamente que no lo vemos así y estamos dando medicamentos ligeros para un cáncer. Estamos ciegos, como los personajes de una novela de Saramago.

La muerte de los jóvenes es siempre desconcertante, aún siendo una muerte natural, no violenta. La interrupción abrupta de la vida, que se nos antoja en flor, hace que el absurdo de la muerte sea todavía mayor. Las religiones y filosofías religiosas han enfrentado este problema tan desconcertante. Pero cuando la muerte de los jóvenes es el resultado de la violencia, de la estupidez humana, de la guerra, de enlistar como soldados o sicarios a niños y jóvenes, el hecho toma dimensiones de escándalo. Esto revela que nuestros jóvenes en el Continente están desprotegidos, abandonados a su suerte, viviendo en la desesperación, en donde son presa fácil del crimen. La circunstancia se aúna con la inclinación del hombre a la violencia. ¿Pecado original o genoma?, es un artículo pendiente.

Educación integral

El hombre no es sólo un ser frágil y necesitado de amor, también está poseído por una inclinación a la agresividad. Por lo tanto, representa potencialmente una amenaza para los demás. Y ahí la importancia de la educación que asigna unos límites a los impulsos agresivos del hombre. ¿Cuáles serán esos límites? Freud, dentro de su pansexualismo, habla de la necesidad de considerar algunos diques psíquicos para estructurar a los individuos y permitirles encontrar una especie de equilibrio ante la violencia de sus impulsos. No podemos dar rienda suelta a la ira, por ejemplo; la ira es un pecado capital porque de ella derivan otros muchos pecados, causa mucho sufrimiento y este pecado está presente en la mayoría de los casos dentro de las relaciones familiares. Por ello Freud apelaba a una especie de equilibrio ante la violencia de los impulsos y señalaba tres: el pudor, la repugnancia y la compasión.

El pudor permitiría encausar la voluntar irreprimible de desvalorarlo todo, el pudor debería impulsar el sentir vergüenza de determinados actos y conductas, el pudor como virtud es un principio de continencia que lleva la responsabilidad de nuestros actos. El pudor tiene qué con el propio cuerpo, con el lenguaje, con lo visual; el pudor es una salvaguarda de la intimidad inviolable. ¿Sería demasiado decir que formamos una generación que ha perdido el pudor? La repugnancia sería restringir la tendencia a sobrevalorar el objeto del deseo; para ganar 3 mil pesos, ¿no siento repugnancia en degollar a un prójimo? Y la compasión sería esencial para contener la agresividad y la crueldad. No dejan de admirare estos psicólogos que toman prestado del cristianismo los conceptos y luego pasan por atrás de Cristo. No necesitamos apelar a esta teoría freudiana para entenderlo, para entender lo erróneo de la conducta humana y la necesidad de la contención, nos bastaría con conocer más de nuestra fe cristiana, de lo que son los pecados capitales y las virtudes opuestas a ellos que permiten al hombre sobreponerse a la tendencia caótica de los instintos. Pero como quiera que sea, lo que señala Freud es cierto: la absoluta falta de pudor impulsa a cometer las peores acciones y a exhibirlas buscando un escarnio público. El verdadero estado de nuestra cultura lo encontramos en el título del reciente libro en el que se publican, entre otras, la foto del cadáver de Marilyn Monroe, titulado: Cadáveres exquisitos. La falta de pudor está detrás de las dosis masivas de pornografía que estamos consumiendo y nos envenenan. Es la desvalorización total de la sexualidad humana. Pudor, repugnancia ante determinadas acciones y compasión, es algo que se ha perdido en gran medida.

El mismo Freud explica que la crueldad es cosa enteramente natural en el carácter infantil…. La capacidad de compadecerse se desarrolla relativamente tarde. El marqués de Sade iba más lejos: “La crueldad lejos de ser un vicio es el primer sentimiento que imprime en nosotros la naturaleza; el niño rompe su juguete, muerde la teta de su nodriza y estrangula al gatito, mucho antes de entrar en edad de varazón”. Freud, en cambio, señala la necesidad de contrarrestar esta pulsión para permitir que el niño se vuelva humano y civilizado. Pero Freud no desarrolló más estas intuiciones. Es evidente que se requiere un proceso ininterrumpido de educación que, comenzando en el hogar, primera, fundamental e insustituible escuela de humanidad, y continuando en las demás estructuras educativas, y en la promoción social de los valores, ayude al hombre a superar los instintos destructivos. Todo esto nos lleva a la conclusión del grave déficit educativo y moral en que se desarrolla nuestra sociedad, es lo que está detrás del hecho de que sean tantos jóvenes, incluso niños, los que estén matando y muriendo. El proyecto obligatorio de la educación en toda sociedad, el proceso de civilización que hace viable a una sociedad, está destruido. Solamente así es posible todo lo que estamos viendo.

¡Queridos Jóvenes¡

En su viaje a Brasil, B. XVI pronunció un mensaje de especial relevancia para los jóvenes, (10.05.07) en el estadio de Pacaembu en Sao Paulo. Los jóvenes nos preocupan a todos, lo estamos viendo en nuestra ciudad y en el mundo. Muchos de ellos luchan en circunstancias desfavorables por la integridad de su vida y la certeza de su futuro. Conocemos los peligros más inmediatos, las adicciones, el alcohol, y la violencia que esto acarrea; la promoción de un sexualismo activado prematuramente y, por ello, fuera de control; sabemos lo que significa para la vida de nuestros jóvenes la falta de oportunidades que cierra su horizonte, sabemos lo que significa para su vida en ciernes el grave problema de inestabilidad familiar y las heridas que causa, a veces para toda la vida. En nuestro estado se ha reportado un incremento en los suicidios juveniles y se habla de la soledad en nuestros adolescentes. Hay especialistas que hablan de una «sociedad de huérfanos», es decir, de jóvenes y niños abandonados en su proceso de crecimiento, de jóvenes y niños espiritual y religiosamente abandonados. A estos jóvenes el Papa dirigió un hermoso mensaje invitándolos a que, no obstante, las dificultades que la vida trae consigo, asuman la responsabilidad de su propia vida. El Papa comentó para ellos el pasaje evangélico del joven que se acerca a Jesús para preguntarle ¿Qué debo hacer para lograr la vida eterna? Aquel joven no pregunta por la simple materialidad de la vida, sino por la vida eterna. Comparto con mis lectores unos fragmentos del mensaje: “Muchas veces sentimos temblar nuestro corazones de pastores, constatando la situación de nuestro tiempo. Oímos hablar de los miedos de la juventud de hoy. Nos revelan un enorme déficit de esperanza: miedo de morir, en un momento en que la vida se está abriendo y busca encontrar el propio camino de realización; miedo de sobrar, por no descubrir el sentido de la vida; y miedo de quedar desconectado delante de la deslumbrante rapidez de los acontecimientos y de las comunicaciones”.[..] “Como en el evangelio, tenéis una pregunta importante que hacer a Jesús: ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna? Se trata de la vida, la vida que, en vosotros, es exuberante y bella. ¿Qué hacer con ella? ¿Cómo vivirla plenamente? La vida os trasciende. En otras palabras, queremos vivir y no morir. [..] La pregunta del evangelio no contempla sólo el futuro. No se trata sólo de lo que pasará después de la muerte. Hay por el contrario, un compromiso con el presente aquí y ahora, que debe garantizar autenticidad y consecuentemente el futuro. En una palabra, la pregunta cuestiona el sentido de la vida: ¿qué debo hacer para que mi vida tenga sentido? O sea: ¿cómo debo vivir para cosechar plenamente los frutos de la vida? O más aún: ¿qué debo hacer para que mi vida no trascurra inútilmente? [..] En este momento me dirijo nuevamente a vosotros, jóvenes de Brasil y América Latina. El joven del evangelio tenía una experiencia de la bondad y por tanto de Dios. Y vosotros, queridos jóvenes, ¿ya descubristeis lo que es bueno? ¿Seguís los mandamientos del Señor? ¿Descubristeis que éste es el verdadero y único camino hacia la felicidad? [..] Podéis ser protagonistas de una sociedad nueva si buscáis poner en práctica la vivencia real inspirada en los valores universales, pero también el empeño personal de formación humana y espiritual es de vital importancia. Un hombre o una mujer no preparados para los desafíos reales de una correcta interpretación de la vida cristiana en su medio ambiente, será presa fácil de todos los asaltos del materialismo y del laicismo, cada vez más activos en todos los niveles”.

Y uno se pregunta: ¿tocó, o no, el Papa, la realidad? ¿No será llegado el momento en que los medios han de preguntarse si están empeñados en la construcción de un mundo mejor, en la promoción de la vida? El desastre social, ¿no será el reflejo del desastre moral en nuestra sociedad? Hay que leer completos los mensajes del Papa en su viaje a América Latina. Bien vale la pena”.

Muy al final de su vida, Fedya, (F. Dostoievski), confiesa a su esposa, como desengañado, luego de haber recorrido, en la vida y en la novela, todas las rutas tormentosas de hombre: No he logrado entender el misterio del hombre. El hombre se aleja cada vez más de Dios. ¿A dónde irá a parar?

Marchando por Aristegui. Álvaro Cueva

Ojo por ojo

 
Hay tanta inconformidad sobre tantas cosas en este país que a cada rato hay marchas en diferentes ciudades sobre cualquier cantidad de conflictos, pero las de Kalimba y Carmen destacan porque su origen no es el mismo, es mediático.



Ilustración: Mario Fuantos
Pues será el sereno pero muchas personas, en diferentes puntos del país, salieron ayer a marchar para apoyar a Carmen Aristegui.
¿Cuándo había visto usted que alguien hiciera una manifestación para exigir la recontratación de una periodista en México?
Y mire que aquí han desaparecido comunicadores, programas, periódicos, sistemas noticiosos, estaciones de radio y canales de televisión.
Le guste o no, lo de ayer fue histórico y a mí me llama mucho la atención porque es la segunda vez en lo poco que va de este 2011 que veo una marcha por un escándalo mediático.
La primera fue con Kalimba. ¿Se acuerda?
Lo primero que me viene a la mente es el inmenso poder de los medios de comunicación.
Lo que pasa en ellos ya es tan importante como lo que pasa en los partidos políticos, en los sindicatos y en los grandes temas de seguridad nacional.
La gente no está viendo a los medios como organizaciones públicas o privadas donde hay reglas, contrataciones y despidos, los está viendo como un poder donde se cometen justicias e injusticias.
Esto es más delicado de lo que parece porque si el público está reaccionando así, es porque los medios se han portado así.
Lo de Carmen es la consecuencia de la acumulación de muchos estímulos y esto tiene que encender un foco rojo porque de las marchas sabatinas a las manifestaciones de violencia hay sólo un paso.
No se trata de decir: la gente marcha por Kalimba y Aristegui, y no por las muertas de Juárez o por Marisela Escobedo, porque no es cierto.
Hay tanta inconformidad sobre tantas cosas en este país que a cada rato hay marchas en diferentes ciudades sobre cualquier cantidad de conflictos, pero las de Kalimba y Carmen destacan inmediatamente porque su origen no es el mismo, es mediático.
Quedémonos, por favor, sólo con el caso Aristegui.
¿Qué está pasando aquí? A Carmen no la asesinaron, no la secuestraron, no la golpearon ni le han hecho la mitad de las barbaridades que le han hecho a otros periodistas mexicanos.
¿Qué tiene ella que no tienen los demás? ¿Por qué la ex conductora de MVS Noticias ha generado todo este escándalo y todo este fenómeno de pasiones desbordadas a favor y en contra?
¿Por qué? ¿Por qué si, además, no es la primera vez que la sacan del aire? ¡Por qué!
Primero, porque yo creo que este caso se genera en un momento en que los mexicanos estamos muy hartos de muchas cosas y, por lo mismo, sumamente irritables.
Segundo, porque miles de personas se identifican genuinamente o con Carmen, o con sus ideas, o con su lucha o con lo que le pasó. Están en su derecho.
Tercero, porque al comienzo de todo esto, todavía ni Carmen, ni MVS, ni Presidencia ni nadie decía nada, y ya había cientos de especulaciones en las redes sociales.
Cuarto, porque MVS Noticias con Carmen Aristegui era un espacio único en toda la radio mexicana, un noticiario importante, fuerte, poderoso, que marcaba agenda, que contrapunteaba.
Quinto, porque el nicho de audiencia de Carmen, que es bastante numeroso, sin ella, a esa hora, no tiene adónde ir. Qué pena tener que decirlo pero en México, a pesar de tantas opciones, el concierto de voces no es sinfónico, es de cámara.
Sexto, porque en esta historia, para variar, se cometieron imperdonables errores de comunicación. ¡De no creerse!
Séptimo, porque todas las explicaciones que se han dado alrededor de la salida de Carmen han sido absurdas. Cualquier persona común y corriente que mira la tele o que escucha la radio conoce cuestionamientos peores a los que la señora Aristegui hizo en el último de sus programas.
Y octavo, porque el gremio periodístico mexicano, en general, en lugar de ayudar al entendimiento de este caso, lo he empantanado más con ataques, defensas, temores, teorías, proyecciones, silencios, especulaciones y hasta compitiendo contra él.
¿Qué va a pasar aquí? Lo de siempre. Carmen y su equipo volverán al aire mañana, pasado o en dos años, en MVS o en cualquier otra parte, todo el mundo va a hacer como si aquí no hubiera pasado nada y las personas que peor se han expresado de ella van a ser las primeras en celebrarla y en colgarse de sus notas.
Lo he visto muchas veces. Es como un modelo, como un pavoroso modelo mediático nacional. Sólo que ahora con marchas, con marchas como las de ayer. ¿O usted qué cree que pase?
¡Atrévase a opinar!

Nos hundimos o emergemos. José Agustín Ortiz Pinchetti

El Despertar

Un grupo de lectores me acusa de catastrofista y otro de excesivamente optimista. Les daré el gusto a ambos. Soy catastrofista porque creo que el régimen actual está en peligro de colapsar, aunque no lo deseo, y espero que sus altas reservas financieras lo impidan. Sin embargo, hay signos amenazantes: 1) La minoría dominante carece de creatividad. Se ha replegado a un egoísmo suicida y a la codicia; esto ha conducido a una corrupción en gran escala. 2) Las masas no se sienten representadas por la elite. Hay una caída constante de la aceptación de la Presidencia y de los demás órganos de gobierno. La esperanza de la democracia ha sido burlada y los partidos, en grave descomposición, no parecen interesarse en los ciudadanos más que a la hora del voto. 3) El gobierno no garantiza la paz pública ni la seguridad. El 69 por ciento opina que las cosas salieron ya de su control. Ni puede rectificar la política económica ni ganar la guerra contra el narcotráfico. 4) Cada día perdemos autodeterminación. Muchas decisiones tienen que ser consultadas con el gobierno de Estados Unidos. 5) Las cosas se van a calentar en 2012. No habrá crecimiento y aumentarán el desempleo y la carestía. Las penurias incrementarán las demandas populares. El gobierno perderá la poca fuerza que tiene. Puede provocarse un crack.

Del lado optimista podemos decir: 1) Que ha crecido la conciencia y la politización. La gente no acepta las versiones oficiales, rechaza enérgicamente lo que no puede entender o lo que considera injusto o dañino. La respuesta popular al cese de Carmen Aristegui es un botón de muestra. 2) Se ha producido una revolución silenciosa que empezó en los años 60, se incrementó en los 80 y va en aumento. Para contener el poder de la gente han sido necesarios enormes fraudes electorales, pero la presión no disminuye. Parte mayoritaria de la población ha pasado de ser súbditos a ciudadanos cada vez más participativos y conscientes. 3) El estancamiento económico se ha vuelto una incitación poderosa. Millones han emigrado a Estados Unidos, donde muchos triunfan a pesar de las adversidades. El flujo de sus remesas mantiene a flote nuestra economía. Millones que se han quedado sin empleo pasan a la economía informal y con gran ímpetu prosperan o medran.
En fin, la población ha madurado, se ha politizado y el régimen parece entrar en una etapa de resquebrajamiento. Nuestra gente ama la vida y su disfrute y renueva sus trabajos cada día diciendo: “hay que echarle ganas”. La partidocracia y la oligarquía no pueden responder a tan grande vitalidad. Es evidente que conforme avancen los meses esta tensión dramática entre dos polos va a aumentar. Por favor, lectores, saquen sus propias conclusiones y les informo que descansarán de esta columna dos semanas: nos vemos aquí mismo el 6 de marzo.

joseaorpin@hotmail.com

“Respuesta firme” al injerencismo de EU y Francia, exige Narro

“Se requiere demandar respeto a nuestra soberanía”, asegura
A la relación con ambos países la debe caracterizar la división de poderes, dice
El rector critica la “ligereza” de comentarios que ignoran la realidad nacional
Qué más firmeza puede haber, si enfrentamos con carácter los desafíos: Blake

El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro, advirtió que se requiere una respuesta “mucho más firme” del gobierno federal frente a las actitudes injerencistas mostradas por Estados Unidos y Francia en días recientes.

“No es nada más invocando la sensibilidad de otros mandatarios; se requiere demandar respeto a nuestro país, a nuestra autonomía y soberanía”, recalcó.

Al pedirle su opinión sobre las declaraciones recientes de la secretaria de Seguridad Interior de Estados Unidos, Janet Napolitano, y otros funcionarios de alto nivel de ese país, que han hablado de supuestos nexos de los cárteles de la droga con grupos terroristas y han expresado interés por tener mayor participación en el combate al crimen organizado, Narro reprobó “la ligereza” de esos comentarios.

“Me preocupa enormemente el que se puedan confundir situaciones o que se ignoren realidades” que tienen que ver con asuntos que afectan a los mexicanos, como la violencia provocada por las bandas del narcotráfico.

Agregó que siempre se espera del conjunto de las naciones respeto a la situación que vive cada país. “Un mundo tan interconectado, tan globalizado como el que nos ha tocado vivir, requiere y reclama comprensión a los problemas, y más cuando se trata de vecinos”, apuntó.

El rector de la UNAM recordó que es pública su postura de inconformidad sobre la forma en que se ha tratado de resolver la violencia causada por el narcotráfico, problema que requiere un tratamiento integral. Consideró que Estados Unidos debe aceptar su responsabilidad, ya que la mayor parte de la droga va a su territorio, pero las armas “vienen hacia acá”.

Corresponsabilidad

Las sociedades y los gobiernos “tenemos que ser corresponsables”, en lugar de generar “comentarios o hipótesis que no se corresponden para nada con la realidad” mexicana.

El rector José Narro asistió a una comida con la que se festejó el cumpleaños de la diputada panista Josefina Vázquez MotaFoto Carlos Cisneros
Resaltó que el gobierno federal debería tener una postura “mucho más firme” respecto a Estados Unidos y Francia.

Se refirió a las amenazas del gobierno de Nicolas Sarkozy de tomar medidas contra México por la reciente resolución judicial que negó amparo a la francesa Florence Cassez, sentenciada a 60 años de prisión por participar en una banda de secuestradores.

Recalcó que hay una relación intensa con Francia, a la que debe caracterizar el respeto a la división de poderes y a la estructura de los gobiernos.

Estudiantes caídos durante ataque en Ecuador no eran de las FARC

México en Wikileaks
Calderón ordenó vigilar más de cerca a las FARC aquí, indican reportes diplomáticos
EU confirmó que los mexicanos que Colombia mató en Sucumbíos no eran de la guerrilla
Foto
Protesta ante la embajada de Colombia en México, en febrero de 2009Foto José Antonio López

Gabriela Fonseca
 
Periódico La Jornada
Domingo 13 de febrero de 2011, p. 3
Carecen de base las acusaciones de que Lucía Morett y los estudiantes mexicanos asesinados el 1º de marzo de 2008 por militares colombianos en Sucumbíos, Ecuador, fueran contactos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en México o que recibieran entrenamiento por parte de esa guerrilla, se afirma en un cable diplomático emitido por la embajada de Estados Unidos aquí, fechado el 28 de marzo de 2008. El despacho descarta incluso versiones de que Raúl Reyes, dirigente de las FARC muerto también en el ataque colombiano al país vecino, tuviese en su poder una computadora con datos sobre un cargamento de droga que la guerrilla habría enviado a un cártel mexicano.
El autor del cable –uno de los casi 3 mil textos referidos a México y que fueron entregados por Wikileaks a La Jornada– afirma que la presencia de los estudiantes mexicanos –Verónica Natalia Velázquez Ramírez, Soren Ulises Avilés Ángeles, Juan González del Castillo y Fernando Franco Delgado, quienes murieron en el ataque nocturno por aire y tierra que lanzó el gobierno de Álvaro Uribe en territorio de Ecuador, así como Lucía Morett, quien resultó herida– iban a asistir a un congreso bolivariano de grupos latinoamericanos de izquierda y que quisieron visitar el campamento de las FARC en Sucumbíos.
El autor del reporte anota que, si bien hay evidencia de que la guerrilla colombiana mantiene una esporádica actividad transaccional de armas y drogas en territorio mexicano, aparentemente su principal ocupación coyuntural es efectuar discretas labores ideológicas en un sector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Otros informes confidenciales del Departamento de Estado afirman que durante dicho conflicto bilateral por el ataque referido, el viceministro del Exterior del gobierno del presidente Rafael Correa, José Valencia, se entrevistó con el jefe adjunto de la misión estadunidense en Quito, para asegurarle que, a pesar de la retórica del mandatario, Ecuador estaba muy interesado en conservar sus nexos con Estados Unidos.
Documento noforn
En un comentario diplomático de Estados Unidos (clasificado como noforn, es decir, vedado para extranjeros) se señaló que el público mexicano expresó indignación por el fallecimiento de cuatro connacionales durante el ataque en Sucumbíos. Oficialmente, el presidente Felipe Calderón ha sido cauteloso al rechazar discretamente el ataque colombiano en territorio ecuatoriano, pero ha dedicado tiempo a promover la reconciliación entre los dos países sudamericanos.
Opina que los mexicanos tienen una concepción relativamente benigna de las FARC. Un funcionario no identificado de la Secretaría de Relaciones Exteriores declaró a personal diplomático que la guerrilla surgió de una izquierda legítima en Sudamérica y que hay una base histórica para su existencia.
Pese a estas consideraciones, afirma el documento, el presidente Calderón ha demostrado la suficiente preocupación como para encargar a sus elementos de inteligencia vigilar con más celo las actividades de las FARC en México.
El documento, en su parte informativa, señala que hay una afinidad entre la extrema izquierda mexicana y miembros de las FARC que promueven que mexicanos respalden la causa de la guerrilla colombiana, directa o indirectamente.
Aunque la atención que los medios locales dedicaron a los cuatro mexicanos muertos en Ecuador relanzó la sospecha de que las FARC estuvieran involucradas con cárteles del narco mexicano, la embajada admite que, si bien se sabe que la guerrilla colombiana provee de cocaína a cárteles mexicanos, no existe evidencia de que esa guerrilla haya establecido una presencia criminal en México.
Se consigna que Morett y los otros estudiantes iban a asistir a un congreso bolivariano de grupos latinoamericanos de izquierda y que quisieron visitar la base de las FARC en Sucumbíos. Se agrega que no tienen fundamento las acusaciones de que Morett era el principal nexo de las FARC en México, ni de que ella y sus compañeros recibían entrenamiento de la guerrilla.
El documento oficial recuerda que México invitó a la organización armada colombiana a abrir una oficina política en la capital en 1992, pues además de la percepción benigna que los mexicanos tenían de la guerrilla, existía la intención oficial de mediar en el conflicto interno colombiano en el marco de una estrategia regional.
En 2001, el colombiano Carlos Ariel Charry Guzmán fue arrestado en México acusado de ser intermediario para la venta de drogas y armas al cártel de los Arellano Félix. La agencia antidrogas y otras autoridades estadunidenses no abrieron causas contra miembros de las FARC o la organización en su conjunto debido a esto.
La actitud de Bogotá hacia la tolerancia mexicana a las FARC se endureció al año siguiente y el entonces presidente colombiano, Andrés Pastrana, pidió al gobierno mexicano cerrar la oficina de las FARC tras la ruptura de las negociaciones emprendidas en 2002.
Dicha oficina se mudó, entonces, a Cuba, y en 2003 la embajada colombiana en México aseguró que la guerrilla seguía sus actividades en este territorio; años después Bogotá acusó a las FARC de vínculos con el grupo armado local Ejército Popular Revolucionario, si bien el Centro de Investigación y Seguridad Nacional descartó estos supuestos nexos.
Los despachos estadunidense descartaron versiones de que el asesinado líder de las FARC, Raúl Reyes, tuviera en su poder una computadora con información sobre un cargamento de droga que la guerrilla habría enviado a un cártel mexicano. Reyes murió en el ataque del 1º de marzo de 2008.
Ecuador, antiestadunidense, pero sólo en público
Tras el ataque de Sucumbíos, el gobierno del presidente Rafael Correa rompió relaciones con su par colombiano, a la sazón, Álvaro Uribe. Correa manifestó que podrían restablecerse los nexos, pero que recuperar la confianza en el país vecino sería más difícil. Correa hizo sus comentarios más antiestadunidenses el 8 de marzo, al criticar el apoyo que Washington dio a Colombia, señala el cable diplomático del 13 de marzo de 2008.
El mandatario ecuatoriano habló así ante el Grupo de Río, y aseveró que el ataque colombiano contra su país fue una masacre premeditada, y Colombia debía aceptar la ayuda de otros países de la región para solucionar el conflicto interno, en vez de recurrir a la guerra preventiva, que es un retorno del imperialismo.
El despacho afirma que el gobierno de Quito moderó en privado sus ataques contra Washington, pues el viceministro del Exterior, José Valencia, se entrevistó con el jefe adjunto de la misión estadunidense en Bogotá, Jefferson Brown, y le aseguró que Quito reconocía los recientes acontecimientos y la retórica de Correa, pero que, sin embargo, Ecuador consideraba muy valiosos sus nexos con Estados Unidos, y que el gobierno quería trabajar con el fin de evitar que se dañaran de manera permanente.
Valencia solicitó un encuentro formal con la representante en funciones de la Organización de Estados Americanos (OEA), Giselle López, quien posteriormente se reunió con Correa y luego sostuvo consultas políticas con el cuerpo diplomático estadunidense en Quito. López, quien trabajó durante 18 años para la OEA en Ecuador, enfatizó que Colombia debía admitir que violó la soberanía ecuatoriana para solucionar el conflicto bilateral, concluye el documento.
En la edición digital de La Jornada hay una sección especial dedicada al tema de los despachos diplomáticos filtrados, que incluye los vínculos a los cables, videos, sitios de Internet relacionados y archivo histórico, entre otros.

El Sello del Sexenio: Intolerancia, Violencia y Censura Contra Periodistas en México y Fuera

Posted on 12 febrero, 2011 by Arturo Loría | Velvet Boy| 1 comentario
Jenaro Villamil

Los cuatro años del gobierno de Felipe Calderón se caracterizan no sólo por haber colocado a México como uno de los países más violentos para ejercer el periodismo –junto con Irak y Pakistán-, según Reporteros sin Fronteras, sino por una creciente intolerancia y métodos de presión contra informadores nacionales y extranjeros que no se ajustan a la versión que quieren difundir desde Los Pinos.

Por lo menos cuatro corresponsales franceses radicados en México han recibido presiones del embajador mexicano Carlos del Río Icaza, quien ha enviado sendas cartas de protesta a las salas de redacción de sus respectivos medios desde que en 2008 se tensaron las relaciones bilaterales a raíz del caso de Florence Cassez, la ciudadana acusada de formar parte de una banda de secuestradores y cuya inocencia ha sido defendida por el gobierno de Nicolas Sarkozy.

Anne Vigna, autora del libro Fábrica de Culpables, relató a Proceso que en 2008 las presiones de Del Río, a través de Eduardo del Río, responsable de prensa de la embajada mexicana provocaron que la redacción de L’ Fígaro, la suspendiera como su corresponsal en nuestro país.

“Después de publicar tres artículos en L’Figaro documentando las irregularidades del caso, como el testimonio del jardinero de la famosa cabaña que dijo que nunca hubo nadie secuestrado en esa casa, la embajada mexicana habló con el editor de mi revista.

“Argumentaron que yo mentía. Utilizaron el testimonio de Ezquiel, quien dijo que sí reconocía a Florence y el de otras víctimas, para que se modificara la cobertura”, relata Vigna.

Otro caso es el de Patrice Gouy, corresponsal en México de Radio France Internacional durante los últimos 17 años, quien confirmó a Proceso que hace dos años la oficina del embajador De Icaza lo acusó de “poca imparcialidad” diciendo que defendía a Florence Cassez.

“En la radio no les hicieron caso. En otra revista en la que colaboraba, mi redactor en jefe, Mireille Lemaresquier, invitó a comer a Eduardo del Río, jefe de prensa de la embajada, y le defendió mi trabajo. A partir de ese momento, no hubo más interferencias”, rememoró Gouy.

No sólo el polémico caso de Cassez ha generado continuas presiones de la embajada mexicana en Francia. También la cobertura en torno a la violencia generada por la guerra contra el narcotráfico del gobierno calderonista ha merecido cartas a las redacciones.

Una entrevista con la periodista Anabel Hernández, autora del libro Los Señores del Narco, publicada en L’ Express por Léonore Mahieux provocó una airada protesta del embajador De Icaza.

Diplomáticos Propagandistas

El activismo del cuerpo diplomático mexicano en las salas de redacción de medios extranjeros se agudizó desde que el pasado 7 de enero el presidente Felipe Calderón convocó a embajadores y cónsules a “dimensionar” y “poner en perspectiva” las versiones publicadas sobre los efectos de la lucha contra el crimen organizado.

“Yo no digo que neguemos que hay un problema, pero también es importante que ustedes, embajadores y cónsules, puedan ponerlo también en perspectiva”, afirmó Calderón durante la vigésimo segunda reunión anual con los miembros del Servicio Exterior Mexicano.

“¿Qué es lo que es importante decir de México?”, se preguntó Calderón. “Tenemos un problema, sí, pero lo estamos combatiendo y lo vamos a resolver. Y que también hay que recordar, y ustedes lo pueden observar en muchos países, el valor y la decisión con la que México está atacando este problema, también han generado reconocimiento en la arena internacional”, abundó el primer mandatario.

Calderón dio “línea” sobre el contenido propagandístico de lo que se debe decir: el número de muertos en México “es consecuencia de la acción homicida de los criminales, no de la acción del gobierno, porque son precisamente los criminales quienes están atentando contra la vida, la seguridad y la tranquilidad de los mexicanos”.

Y repitió la frase que se ha convertido en mensaje de justificación constante, incluso ante la impunidad prevaleciente en la mayoría de los 66 homicidios contra comunicadores cometidos desde el 2000: “los responsables de la violencia son precisamente los violentos y eso no podemos perderlo de perspectiva en nuestra tarea diplomática”.

Tomando al pie de la letra la orden presidencial, la canciller mexicana Patricia Espinosa ha salido en conferencia de prensa a increpar las versiones que no responden al guión que Los Pinos desea divulgar en el mundo y, especialmente, en Estados Unidos.

Apenas el 9 de febrero, Espinosa regañó al subsecretario del Pentágono, Joseph W. Westphal, quien sostuvo la posibilidad de que el crimen organizado se transforme en una “insurgencia” y llegue a tomar el poder en el gobierno. El mismo funcionario había rectificado antes su declaración.

“Lo que nuestra opinión indica es que no hay, lamentablemente, siempre la información adecuada sobre lo que verdaderamente está ocurriendo en México. Estos incidentes, tan lamentables, deben llevar a que los funcionarios se abstengan a hacer declaraciones y hacer opiniones sin contar con todos los elementos del caso”, advirtió Espinosa.

“De verdad resulta penosa una declaración de este tipo y después la corrección, pero nos parece que es muy correcto que lo hayan hecho”, concedió la titular de Relaciones Exteriores.

“Si se Portan Bien”

El tono admonitorio que ha prevalecido en la oficina de Comunicación Social del gobierno calderonista fue revelado por el periodista y conductor radiofónico José Gutiérrez Vivó, en diciembre de 2006, al inicio del sexenio, cuando relató el siguiente mensaje que le transmitió Maximiliano Cortázar, entonces vocero de Los Pinos:

“Díganle al señor Gutiérrez Vivó que está castigada su empresa, que vamos a observar lo que hace y cómo lo hace, que no nos importa que difunda información del señor Calderón y que si se porta bien, cuando estemos en la Presidencia le dará una audiencia para llegar a un arreglo”.

En entrevista con Proceso, Gutiérrez Vivó recordó que la tensión con Los Pinos provino desde que el ex presidente Vicente Fox le reprochó haberse vuelto “perredista” y su último vocero, Rubén Aguilar, le advirtió:

“Sé que a los nuevos asesores jóvenes y poco expertos que tiene Felipe no les gustas. Te ofrezco reunirte con ellos para comer y para que mejore la percepción de ellos hacia ti” (Proceso, No. 1571).

Esta percepción nunca mejoró y las presiones contra Gutiérrez Vivó se incrementaron hasta llegar a la asfixia de su estación de radio, del periódico Monitor, en medio de un largo litigio con el Grupo Radio Centro, al que el conductor ha acusado insistentemente de incumplir con el laudo favorable.

Lo que sucedió con Gutiérrez Vivó marcó un estilo durante el sexenio. Desde los mensajes de presión hasta la utilización de la publicidad oficial como mecanismo de presión han sido constantes.

Contra Proceso se ordenó un boicot publicitario desde Los Pinos, en represalia por la cobertura crítica de la revista. Esta orden se hizo extensiva, en octubre de 2009, contra todas las demás revistas del país (Proceso, No. 1718).

La suspensión discrecional de la publicidad oficial y el acoso judicial fueron condenados por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en su recomendación 57/2009, en referencia al caso de la revista Contralínea.

La CNDH afirmó que la poca claridad en la contratación de espacios publicitarios “vulnera los derechos de igualdad, a la seguridad jurídica y, por supuesto, a la libertad de expresión y en agravio de los periodistas y directivos de los medios de comunicación, en este caso de la revista Contralínea”.

Violencia e Impunidad

En su informe de agosto de 2010 la relatora especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Catalina Botero, y el relator especial de las Naciones Unidas en la misma materia, Frank La Rue, consignaron que desde 2000 hasta julio de 2010 se reportan 64 periodistas asesinados en México. Tan sólo en 2008 ocurrieron 29 asesinatos y 5 desapariciones.

“Las cifras reportadas, así como la información adicional recibida permiten afirmar que desde el año 2000 México es el país más peligroso para ejercer el periodismo en las Américas”, subrayó el informe.

Los relatores identificaron los estados de Chihuahua, Coahuila, Durango, Guerrero, Michoacán, Nuevo León, Sinaloa y Tamaulipas con “una fuerte presencia del crimen organizado”, donde “la autocensura ha alcanzado niveles tan dramáticos que la prensa local se ha visto obligada a silenciarse”.

El informe adviertió que no se puede responsabilizar sólo al crimen organizado del clima prevaleciente de amenaza a la prensa. “El Estado tiene además la obligación de investigar, juzgar y, en su caso, sancionar a los autores de dicha violencia, aún cuando las personas responsables no sean agentes estatales”, sentenciaron.

Enumeraron los siguientes crímenes a periodistas que se mantienen impunes, ocurridos durante este sexenio: el reportero Amado Ramírez, corresponsal de Televisa, asesinado en abril de 2007; las radiolocutoras comunitarias Teresa Bautista Merino y Felícitas Martínez Sánchez, asesinadas en abril de 2008; Amado Rodríguez Carreón, reportero de El Diario de Ciudad Juárez, ultimado en noviembre de 2008; Eliseo Barrón Hernández, reportero de La Opinión, asesinado en mayo de 2009; Valentín Valdés Espinosa, reportero de Zócalo de Saltillo, asesinado el 8 de enero de 2010; y el crimen de José Luis Romero, periodista del noticiero radial Línea Directa, ocurrido el 16 de enero de 2010.

El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) agregó los crímenes de Luis Carlos Santiago, de El Diario de Ciudad Juárez, ocurrido el 16 de septiembre de 2010, y el de Carlos Alberto Guajardo Romero, de Expresso Matamoros, ocurrido el 5 de noviembre de 2010.

La organización Reporteros sin Frontera realizó un recuento de agresiones entre 2007 y 2010 y registró 21 ataques a medios de comunicación. Tan sólo en 2010 hubo 12 atentados, la mayoría en Nuevo León, Tamaulipas, Guerrero y Sinaloa.

La Decena Trágica, febrero de 1913





La Decena Trágica fue un periodo de poco más de diez días en el que un grupo de sublevados se levantaron en armas contra el gobierno de Francisco I. Madero.

Este episodio culminó con el asesinato del presidente Madero y el vicepresidente Pino Suárez y la ascensión a la presidencia de Victoriano Huerta.

La difícil presidencia de Madero

Francisco I. MaderoEn 1910 Francisco I. Madero reunió su fuerza revolucionaria del impulso de haber sido el iniciador del movimiento armado y de representar a todos aquellos que querían derrocar al dictador. Sin embargo para 1913, una vez depuesto el enemigo (Díaz), Madero perdió buena parte del enorme apoyo que alguna vez tuvo. Su impopularidad se debió a que, cuando éste subió a la Presidencia, había muchas expectativas de revolucionarios radicales, de campesinos y de obreros en torno a las medidas que tomaría su gobierno.

La posición moderada y conciliadora con los porfiristas que Madero adoptó desalentó a quienes esperaban que la revolución traería consigo transformaciones radicales. Muchos revolucionarios se sintieron defraudados y traicionados por Madero y le declararon la guerra (como Emiliano Zapata mediante el Plan de Ayala). Durante los quince meses que duró su gobierno, Madero enfrentó múltiples problemas: rebeliones armadas, huelgas, conspiraciones e intrigas contrarrevolucionarias. Entre aquellos que se sublevaron contra su gobierno estuvieron Bernardo Reyes, ministro de guerra durante el porfiriato y Félix Díaz, sobrino de Porfirio Díaz. Ambas rebeliones fracasaron y Madero encarceló a los rebeldes, perdonándoles la vida.

Además de las rebeliones, la prensa de oposición atacó constantemente al presidente e influyó de manera decisiva en incitar la desconfianza de la opinión pública al régimen. También se opusieron al gobierno los senadores, los terratenientes y los intereses extranjeros. El maderismo no satisfacía los intereses económicos de los Estados Unidos y todo el año de 1912 el presidente William Taft, a través de su embajador Henry Lane Wilson, amenazó y atacó al gobierno de Madero por diferentes medios.

Se inicia la sublevación

Así, cuando el 9 de febrero de 1913 la Escuela Militar de Aspirantes de Tlalpan y la tropa del cuartel de Tacubaya se levantaron en armas contra el gobierno, no se tomó la noticia con mucha sorpresa. Hasta entonces, la ciudad de México había permanecido lejana al campo de batalla y, por primera vez durante la contienda, conoció la muerte de civiles en sus calles, los gritos de los heridos, el retumbar de cañones y la lluvia de balas de ametralladoras.

Una de las primeras maniobras de los sublevados, al mando de los generales porfiristas Gregorio Ruiz y Manuel Mondragón, fue liberar de sus prisiones a Félix Díaz y Bernardo Reyes. Los rebeldes se dirigieron al Palacio Nacional, defendido por el general Lauro Villar. En uno de los primeros combates murió Bernardo Reyes y Díaz y Mondragón se refugiaron en La Ciudadela. Mientras tanto, el presidente Madero salió del Castillo de Chapultepec rumbo al Palacio Nacional, escoltado por cadetes del Colegio Militar y en compañía de algunos secretarios de estado y amigos (Marcha de la Lealtad). Durante un pausa que hizo frente al Teatro de Bellas Artes, el presidente cometió un error lamentable: nombró comandante militar de la plaza a Victoriano Huerta, en sustitución del general Villar, que había sido herido durante el combate.

Al llegar a Palacio, Madero organizó la defensa, mandó llamar a varios cuerpos militares (de Tlalpan, de San Juan Teotihuacán, de Chalco, de Toluca ) y el propio presidente decidió ir a Cuernavaca a traer a Felipe Ángeles y sus fuerzas. Huerta, mientras tanto, perdía tiempo en detrimento del gobierno pues había entrado en tratos con los sublevados y se había sumado a la conspiración.


El Pacto de la Embajada

Finalmente, el 17 de febrero, Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez fueron hechos prisioneros. Mientras tanto, el embajador Henry Lane Wilson intrigaba en contra del gobierno mandando insinuaciones de que sólo se podría evitar la intervención armada de los Estados Unidos con la renuncia de Madero. El papel de Wilson durante este episodio fue deplorable: hacía ostentación ante miembros del cuerpo diplomático de conocer los proyectos desleales de Huerta y notificó al Departamento de Estado de Estados Unidos que los rebeldes habían aprehendido al presidente y vicepresidente hora y media antes de que esto sucediera.

Cuando Madero y Pino Suárez fueron hechos prisioneros, Wilson ofreció a Huerta y a Díaz el edificio de la embajada norteamericana para que llegaran a acuerdos finales, en lo que se llamó el Pacto de la Embajada. En este pacto se desconocía al gobierno de Madero y se establecía que Huerta asumiría la presidencia provisional antes de 72 horas, con un gabinete integrado por reyistas y felicistas; que Félix Díaz no tendría ningún cargo para poder contender en las elecciones; que notificarían a los gobiernos extranjeros el cese del ejecutivo anterior y el fin de las hostilidades.

Al Pacto de la Embajada siguió la tortura y asesinato de Gustavo A. Madero, hermano del presidente. Después se presentaron las renuncias del presidente y vicepresidente ante un Congreso reunido en sesión extraordinaria. Este nombró presidente a Pedro Lascuráin, ministro de Relaciones Exteriores con Madero, quien a su vez renunció y nombró presidente a Victoriano Huerta.

Desde su aprehensión, Madero y Pino Suárez permanecieron en el Palacio Nacional, esperando en vano un tren que los conduciría al puerto de Veracruz, de donde se embarcarían a Cuba, al exilio. De nada sirvieron las gestiones de sus familiares, amigos, los ministros de Cuba, Chile y Japón, ante Wilson para que hiciera valer la influencia que tenía sobre Huerta, ya que el embajador les respondió que él, como diplomático, no podía interferir en los asuntos internos de México.


Fin de la Decena Trágica

El general Aureliano Blanquet dió órdenes, confirmadas por Huerta y Mondragón, para que la noche del 22 de febrero se trasladara a Madero y Pino Suárez a la Penitenciaría de Lecumberri. En el trayecto se simuló un ataque y los prisioneros fueron asesinados. La ciudad se levantó con la noticia "Ya mataron a Madero" y aunque la primera reacción fue de indignación, la mayoría de los habitantes de la capital se alegraron del cese de hostilidades, se lanzaron jubilosos a las calles, adornaron las fachadas de sus casas y, en unión de la prensa, ensalzaron a los vencedores y condenaron a los caídos.

La tranquilidad volvió a la ciudad de México. La alta burguesía, integrada por terratenientes, banqueros, comerciantes e industriales, vio el fin de aquellos días de horror con beneplácito, como la mayoría de la gente, y con la confianza de que el nuevo gobierno restablecería las condiciones políticas, sociales y económicas en las que habían prosperado. Sin embargo, pronto vieron que este gobierno no sería como esperaban.


Victoriano Huerta se instaló en el Palacio Nacional el 20 de febrero de 1913 y permaneció en la presidencia 17 meses pues el usurpador se las arregló para disolver la fuerza de Félix Díaz, a quien nombró embajador en Japón. El gobierno huertista fue dictatorial a partir del 10 de octubre de 1913, cuando disolvió el Congreso de la Unión. Durante esta dictadura, la vida en la ciudad se militarizó y muchos ciudadanos, maderistas o no, fueron torturados o asesinados. Pero pronto surgió un nuevo líder revolucionario en pie de lucha contra el huertismo, el gobernador de Coahuila Venustiano Carranza.