martes, 8 de marzo de 2011

México 2012 Jorge Ramos Periodista

Miami— El presidente de México, Felipe Calderón, ya va de salida. Le quedan todavía 21 meses en el poder. Pero la contienda –de candidatos y de ideas por reemplazarlo ya comenzó.

Los tiempos se han adelantado. Ya hay un puñado de candidatos de los principales partidos políticos que se han destapado y lo que diga Calderón está dejando de tener importancia.

Lo que importa es lo que diga el que viene.

En México hay un enorme malestar con la dirección del país. Una encuesta de Univision/Parametría concluyó que el 56 por ciento de los mexicanos cree que México va en el “camino equivocado”. Una buena parte de esto es por la violencia, la inseguridad y los abusos en la lucha contra los narcos.

José Miguel Vivanco, director de las Américas de Human Rights Watch, dijo a la prensa que ha habido “abusos generalizados cometidos por las fuerzas de seguridad “de México al combatir el narcotráfico. Vivanco asegura -basado en reportes de la Comisión Nacional de Derechos Humanos- que hay casi 70 casos de graves abusos cometidos por los militares y que, sin embargo, sólo un soldado ha sido sentenciado por violaciones a los derechos humanos.

La tolerancia hacia la política de Calderón contra los narcotraficantes va en declive.

La mitad de los mexicanos (50%) cree que la culpa del narcotráfico es por “la corrupción en México” y no por “los consumidores de droga estadounidenses”(21%), como insiste frecuentemente Calderón.

El próximo presidente de México va a tener que cambiar su estrategia. La de ahora – que ha dejado más de 34 mil muertos en cuatro años- es un fracaso para muchos mexicanos. ¿Hay que negociar con los narcos? Un 46 por ciento de los encuestados prefiere “que no haya violencia en el país aunque exista algo de narcotráfico.”

Un reconocido priísta -cuyo nombre no puedo mencionar porque tuvimos una conversación off the record- me dijo hace tiempo que no había ninguna razón para derramar sangre de mexicanos cuando la droga iba a consumidores norteamericanos. Cierto o no, muchos mexicanos tienen la percepción de que el PRI negoció con los narcos cuando controlaba la presidencia o se hacía de la vista gorda.

Tanto el senador priísta, Manlio Fabio Beltrones, como el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto me dijeron en entrevistas que era absolutamente falso que presidentes del PRI hayan negociado con los narcos. Se trata, según ellos, de una estrategia de sus opositores políticos para disminuir las posibilidades del PRI de recuperar la Presidencia.

Aún así, si las elecciones fueran hoy, la encuesta indica que el partido ganador sería el PRI (49%), seguido por el Partido Acción Nacional (28%) y el Partido de la Revolución Democrática (16%).

El PRI ganaría (55%), incluso, si el PAN y el PRD se unieran en una alianza (45%).

El resurgimiento del PRI tiene muchas explicaciones. Quizás los mexicanos esperan mano dura o un partido negociador. También, a muchos futuros votantes no les tocó vivir durante las siete décadas de autoritarismo, corrupción y censura priísta. Pero hay más. El PRI ha subido debido al desgaste natural del PAN tras dos sexenios en el poder y a las peleas internas del izquierdista PRD.

Los mexicanos esperan, más que un presidente joven, un presidente moderno, abierto, sin nada que esconder. Me sorprendió la soltura con que el presidente Felipe Calderón se manejó durante la conferencia de prensa en la Casa Blanca, hace unos días, junto al mandatario norteamericano, Barack Obama. Hasta pareció que lo disfrutó.

Lo irónico es que Calderón no realiza conferencias de prensa así en México. ¿Por qué no? Calderón sí participa en conferencias de prensa en el exterior pero no en su propio país. Es una doble moral. Es injusto. Es inaceptable.

México es un país revolucionado por las redes sociales. Entre los mexicanos que tienen acceso al Internet, el 64 por ciento ha utilizado Twitter, Facebook, MySpace o algún otro medio de contacto social cibernético. No es de extrañar, por lo tanto, que el 57 por ciento de los encuestados esperen que el nuevo residente de Los Pinos se comunique directamente con sus “seguidores” y “amigos” digitales. Esta es una costumbre que inició el actual mandatario quien twitea regularmente a través de @FelipeCalderon.

Sé que falta mucho para las elecciones presidenciales en México –primero de julio del 2012– pero la violencia y el malestar económico de muchos mexicanos ha adelantado los tiempos políticos. Hay momentos, como este, en que los seis años del período presidencial se antojan demasiado largos. Calderón parece arrastrar al país a un lugar donde nadie quiere ir.

¿Qué tal sólo cinco años para el próximo presidente?

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