viernes, 11 de febrero de 2011

Peña Nieto recuerda Julio Hernández López

Astillero
Victoria de utilería
Disparen misiles
Sarkozy ataca



Retozaba ayer el comandante Calderón en su mundo virtual, victorioso en la fantasía escenográfica que le montaron en Chihuahua para que presenciara un enfrentamiento de a mentiritas entre militares de paso avasallador y narcotraficantes de utilería jefaturados (vaya dechado de imaginación de quienes elaboraron el guión) por “el Padrino” (una narcomanta en el plató decía, no se sabe si con implicaciones zhenliyegonas: “Cuello a todo aquel que ponga dedo a los sardinas y policías: atte. El Padrino”).
Reality show en un campo norteño de la Fuerza Aérea Mexicana desde donde el máximo jefe militar mexicano quiso mostrar a propios y extraños (sobre todo a los gringos, que le andan haciendo extraños gestos) que sí va ganando la “guerra” contra el narcotráfico, aunque sea en términos de fabulación. Foro de cinco estrellas en el que las fuerzas castrenses aplastaban a los malvados miembros de la delincuencia bien organizada en un pueblito hechizo que estaba bajo amenaza del narco (léase el reporte de Claudia Herrera, enviada de La Jornada que normalmente cubre asuntos de Los Pinos y no necesariamente de la sección de espectáculos). Recuperación lúdica de los sueños programáticos, adjudicación de lauros por la vía de la habilitación burocrática, teatralización evasiva y reveladora, mensaje de cartoncillo a los gringos léperos que andan diciendo una y otra vez que el felipismo ha fallado y no puede controlar a los narcos que en una de esas se le trepan hasta la silla de mando, ante lo cual esos mismos estadunidenses no tendrían más remedio que cruzar fronteras para poner orden.
Superman Calderón (según el reporte angustiante de activismo pinolero que bajo orden de su jefe hizo el secretario particular, Roberto Gil, nuevo médico de cabecera y entrenador personal) que luego de montar una yegua y recorrer el Paseo de la Reforma emulando a Francisco I. Madero se trepó ayer a un avión caza F5 y, dando continuidad a su política de juegos de guerra, se acomodó en el asiento de mando, se enjaretó un casco de combate y, jugando, siempre jugando, ordenó: “disparen misiles”, instrucción obviamente incumplida, pues nomás estaba jugando, a la que agregó una especie de disculpa provisional: “No traigo licencia; si no, sí”.
El alter ego de Jack Bauer (el agente federal interpretado por Kiefer Sutherland en la serie de espionaje 24, de la cadena estadunidense Fox), mejor conocido como Felipe Calderón, ha ido cumpliendo sus ensoñaciones en los devastados estudios denominados México: ha desatado una “guerra” que luego rebautizó como lucha, ha usado indumentaria militar oficial aunque haya sido con ciertos problemas de talla, ha montado su búnker supersecreto en la ciudad de México al que ha llamado Comando Central de Inteligencia (“Yo quería todos los juguetes, todo eso, todos los instrumentos necesarios para ser superiores a los criminales”, dijo el ilusionado pequeñuelo a la CBS en noviembre pasado) y ahora ha ascendido al lomo de una yegua y al asiento de un F5. ¡Vamos ganando!
En otro sonoro triunfo de las armas nacionales, la perfidia extranjera fue derrotada en la persona de una francesa que no conforme con estar involucrada con una banda de secuestradores se permitió la ligereza de no demostrar suficiente profesionalismo actoral, e incluso denunciar algunos errorcillos y detalles de producción en el rodaje en que participó a instancias de García Luna Productions, la reconocida firma gubernamental encargada de creaciones y recreaciones. Un tribunal colegiado negó a Florence Cassez su solicitud de echar abajo la sentencia que se le había impuesto de pasar seis décadas en la cárcel por ser copartícipe de secuestros. El golpe, judicialmente definitivo para Cassez, significa también un revés para Nicolás Sarkozy, el presidente de Francia que tomó el caso como un asunto de honor político personal y de su patria y que ha presionado de distintas maneras al encargado de Los Pinos para que se permitiera a la francesa cumplir su condena en su país y conforme a las reglas jurídicas de allá que, entre otras cosas, le habrían permitido formas de libertad condicional. Sarkozy ha hecho saber su enojo absoluto y, según reportes diplomáticos inmediatos, las relaciones entre Francia y México serán afectadas por este caso. ¡Vamos ganando!
En previsión de la guerra que largamente le han anunciado, el cadete Peña Nieto decidió ayer dar un paso al frente y refrescarse la memoria. Años atrás había olvidado las causas de la muerte de su esposa, Mónica Pretelini, cuando sobre el tema le preguntó el incisivo periodista Jorge Ramos para Univisión, como en http://youtu.be/OynEdUe3K5A puede ser visto. Ahora, el mismo Peña Nieto ha enviado al mismo Ramos el mismo expediente clínico cuyos términos no recordaba, con todas las explicaciones médicas y con detalles personales sobre la manera en que asistió y conoció del caso. La súbita preocupación esclarecedora del ahora esposo de la actriz conocida como La gaviota coincide con las versiones de que la artillería blanquiazul prepara acometidas contra quien todavía puntea las encuestas de opinión rumbo a 2012. El propio Peña Nieto, en ese deslinde oportuno en cuanto el presente es un año definitorio en sus aspiraciones presidenciales, habló de las “descalificaciones que, de forma irresponsable, algunos medios empezaron a decir sobre la muerte de mi esposa, desde que se había suicidado, que si habían sido tales causas de su muerte, que si había participado”.
Y, mientras La Suprema, cada vez más Corta de Justicia, se enriquece con la llegada de un ministro Pardo que en realidad está coloreado por el cártel jurídico de los misteriosos aparecedores, y el superinformado Blake dice que no es cierto que Al Qaeda esté en alianza o pueda aliarse con Los Zetas, y los jefes del espionaje gringo dicen ante comisiones de su Congreso que el calderonismo sigue fallando en el combate al narcotráfico y revelan que México ha sido elevado a la categoría uno (lo dicho: ¡vamos ganando!), la más alta en cuanto a preocupaciones estadunidenses, ¡feliz fin de semana!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

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