jueves, 24 de febrero de 2011

DE LENGUA ME COMO UN TACO

El desarrollo progresivo de las ideas del hombre,
ha revelado uno de los más grandes secretos que
nos tenía reservado el universo; gracias al trabajo
reflexivo de los grandes pensadores de la historia,
iniciando con los filósofos presocráticos y
culminando con las capacidades deductivas de
Charles Darwin y Alfred R. Wallace, hoy en día es
de nuestro conocimiento, o cuando menos está al
alcance de nosotros saber, que somos resultado de
la evolución. Procesos evolutivos dieron origen a
la gran diversidad biológica, incluido el Homo
sapiens, y también al gran abismo que existe entre
el lenguaje humano, un lenguaje conceptual y
sobre todo capaz de la abstracción, que se ocupa
no solo de sobrevivir, sino de problemas tan
complejos como ¿qué somos? ¿de dónde venimos?
o ¿hacia dónde vamos?, y las vocalizaciones
emitidas por el mundo animal que, aun siendo
capaces en algunos casos de la abstracción, están
destinadas por entero a la supervivencia y
permanencia de la especie.

Posiblemente, así como en el desarrollo embrionario de un mamífero hay estadios
intermedios, que muestran sorprendentes similitudes con vertebrados inferiores, en el
lenguaje existieron dichos estadios a lo largo de la historia del hombre; que dieron
oportunidad por medio de movimientos, gestos, señas, sonidos y palabras, de establecer
lenguajes y a su vez organizaciones entre individuos; dando la oportunidad de repartir
actividades, de realizar oraciones, cánticos y danzas a sus dioses, hasta la máxima
expresión del hombre reflejada en sinfonías musicales, poesías, pinturas, esculturas y
otras formas de representación artística. Lamentable mente, la evidencia fósil de la otrora
existencia de nuestros ancestros biológicos no nos permite reconocer lo elaborado de su
lenguaje. Pero es interesante preguntarse, en que punto de este proceso evolutivo el
lenguaje se torno en una de las más poderosas herramientas de control social.
En el mundo animal la cosa es simple, los ladridos de un perro en la cuadra, el
sonido del cascabel de una serpiente en el matorral, el piar de las aves del árbol de la
calle, el maullido de un gato en el tejado, los sonidos emitidos por una ballena a grandes
profundidades; son algunas de las formas en que advierten de la presencia de
depredadores, de la disponibilidad de alimento, de fenómenos climáticos, estados
reproductivos y, lo más interesante, ayudan al desarrollo y conservación de sus
respectivas especies. Pero es claro que ante las creaciones simbólicas del hombre, los
lenguajes faunísticos son muy limitados; ¿cómo podríamos comparar la belleza del trinar
de los gorriones con el poderío de los versos homéricos, cuando relatan la lucha de Ulises
frente a los siniestros dioses griegos (que sin duda son más humanos que las más
recientes creaciones teológicas del hombre)? ¿cómo no maravillarnos con las cavilaciones
del Quijote cuando se enfrenta a la hostilidad del mundo, cargado con una simple
armadura y una imaginación deslumbrante? ¿cómo no darse cuenta del poder que tienen
las palabras, cuando su proposito es liberar al hombre y no condenarlo?

Y más allá del valor representativo del lenguaje humano, la formalización de
ciertos lenguajes ha permitido el progreso tecnológico y a su vez dicho progreso se ha
traducido en éxito reproductivo; basta ver la correlación de la explotación demográfica
con la revolución industrial y más recientemente con la revolución tecnológica, producto
de la explotación desenfrenada de los recursos petroleros. Si gracias al lenguaje hemos
construido majestuosos palacios, generado redes de comunicación tan sofisticadas como el
internet, mecanismo de transporte terrestres, marítimos y aereos ¿qué ha pasado con el
lenguaje de nuestra especie en el presente? Es evidente que un buen número de individuos
no entendemos aún gran parte de nuestro lenguaje o simplemente lo obviamos,
demeritamos el significado de las palabras, o las escuchamos tanto que se hicieron
costumbre y vivimos con unas cuantas decenas en la boca. A menudo por radio o
televisión se escuchan discursos de empresarios, presidentes y gentes “agraciadas” por el
nepotismo, con poca preparación o simplemente ficticia, representándonos en cumbres,
congresos, simposios con una trágica aridez de palabras, y peor aún, mal empleadas (baste
como ejemplo contundente los discursos de la lidereza de la educación pública). Dando
como resultado una confusión múltiple entre la audiencia, mostrando desinterés por parte
del pueblo, cansado de burlas y robos en demasía, y a su vez favoreciendo a los poderosos
por dicha acción. Ellos (los que dirigen el rumbo de nuestras vidas) han aprovechado al
máximo nuestra falta de interés por el lenguaje; solo así se entiende que a estas alturas
tantos movimientos sociales, cuyo valor irreprochable radica en la búsqueda de la justicia,
hayan sido caricaturizados por la derecha y que esas ideas absurdas se hayan permeado en
las débiles mentes que componen la mayoría.
Democracia: es una superstición muy difundida, un abuso de la
estadística.
Jorge Luis Borges.
Las palabras son de quien las usa, además de ser gratis, están libres de impuestos y
son de uso público, le pertenecen a quienes las expresan en armonía con sus actos. En
pleno siglo XXI no podemos estar matándonos como sucede, basta de usar las palabras y
accionarlas, no debemos seguir siendo engañados por los nefastos personajes que nos
gobiernan; Democracia parece ser la puta de todo candidato a gobernador, pero ellos y
nosotros debemos aprender que es la Democracia e incluso debatir si lo que realmente
queremos es democracia, para que ya no la usen como pretexto para controlarnos y
aniquilar a quienes reflexionan sobre la realidad que les circunda; porque para ellos,
Democracia significa designar a un trío de opulentos burgueses, uno amarillo, el otro azul y
el otro tricolor, para que con base en una millonaria campaña electoral podamos escoger
en dos minutos, una vez cada seis años, quien es el que va a terminar con nuestro empleo,
subir los impuestos y “rescatar” a los bancos, endeudando de por vida a por lo menos tres
generaciones de mexicanos; Democracia significa utilizar las instituciones que han formado
(a pesar de que en el discurso son resultado de nuestro propio esfuerzo) para asegurarse de
que la elección del pueblo no sea respetada; Democracia significa que no haya ningún
indígena en las camaras representativas del estado; Democracia significa imponer en aras de
un nacionalismo absurdo, el sistema político-económico recientemente fallido de nuestro
vecino del norte, olvidando miles de años de historia y dándole la espalda al campo, lugar
donde se halla la esperanza de la humanidad cuando el “oro negro” se haya agotado.
El mejor argumento en contra de la democracia es una conversación de cinco
minutos
con el votante medio.
Winston Churchill
Y si eso pasa con la democracia ¿qué sucede entonces con la palabra "libertad"? El
gobierno de los Estados Unidos de América, el favorito de los ignorantes, se caracteriza por
sus actos terroristas en defensa de lo que ellos llaman Libertad; según ellos la Libertad
consiste en rendirse a los intereses de las principales corporaciones que rigen de forma
desalmada, en anonimato y cobardemente, la vida de todos y cada uno de los hombres que
habitan este planeta; Libertad significa poder comprar un ferrari para pasear en el boulevard
más importante y opulento de Beverly Hills, con un par de hermosas feminas, cuyo valor
asciende a los 300,000 dolares que invirtieron en cirugías plásticas para lograr el sueño
americano; Libertad significa poder comprar solo para tí el paquete SuperBig que venden en
el Macdonald's (así con mayúscula) del centro histórico de México (así con minúscula),
con el que una familia de cuatro Angoleños podría sobrevivir una semana, y después
tirarlo al bote de basura cuando recuerdes que lo más importante en esta vida es mantener
la línea; Libertad es bombardear a las 2:00 a.m. una isla que se ha sublevado al yugo yanqui,
para después decir “son un peligro para la humanidad”; Libertad es “ofrecer” al pueblo
cubano los “beneficios” que estarán eternamente negados al resto de los inmigrantes
latinoamericanos, otorgándoles contradictoriamente tan solo 20,000 visas anuales, y
obligarlos a regresar si son sorprendidos en su travesía marítima; que han iniciado para
reencontrarse con sus hijos y nietos, secuestrados por el imperio en los 60's1; Libertad es
escenificar un acto terrorista en su propio territorio, matando a su propia gente, para ganar
el apoyo de su pueblo en la invasión de un pequeño país del medio oriente, que
“casualmente” tiene más del 20% de los recursos petroleros del mundo; para ellos, Libertad
es invertir 626,000 millones de dolares2 en armamento y asuntos bélicos (sin contar los
400,000 millones destinados a sus asesinas invasiones en Iraq y Afganistán) y no permitir
el enriquecimiento de uranio que planea llevar a cabo un pequeño país (Irán), que
comprende que el petroleo no es renovable y la única esperanza de progreso consiste en la
energía nuclear.
De hombres de sacrificio necesita la libertad: no de hombres que deshonren
o mermen o abandonen a los que están prontos al sacrificio, al sacrificio
racional y útil, al sacrificio de los de hoy, para la ventura de los de
mañana.
Democracia y Libertad son dos ejemplos de palabras que parecen haber perdido su
significado en manos de la oligarquía, pero no son las únicas; Compañerismo, Camaradería,
Amistad, Hermandad, Valor, Honor, Belleza, Arte, entre otras tantas, son palabras que nos han
arrebatado y que debemos recuperar; para depositarlas en las conciencias de los que hoy
pueden caminar sin darle la mano al hermano que se está muriendo a su lado3.

Notas.
1.- Cabe destacar que Cuba, a pesar de estos
beneficios, es el octavo país en cuanto a
migrantes se refiere. Imagine por un instante
las oleadas de mexicanos, guatemaltecos,
nicaragüenses, haitíanos y latinos de paises
“democráticos y capitalistas” si el gobierno de
los EUA en lugar de criminalizarlos los
“cobijara” como a los cubanos.
2.- Duplican el presupuesto total que destinan
los 192 paises restantes de la ONU.
3.- En este ensayo, como la semántica
tradicional expone, el término "palabra" se
utiliza para referirse a unidades complejas de
significación o entidades conceptuales compuestas.

Por Omar Durán y Jesús Vergara

1 comentario:

Telsa Delf dijo...

¿Y como borras de la mente de miles de ciudadanos que eso no es libertad?