domingo, 9 de mayo de 2010

Con AMLO, sí, construimos sobre la arena…



Federico Arreola09 de Mayo, 2010 -Porque en México el suelo firme, el de roca, ya no existe…



Hace años leí la novela El cazador oculto o el El guardián entre el centeno de J. D. Salinger. Cuando, recientemente, este autor falleció, decidí volver a leerla. Me di tiempo de hacerlo hace unos 10 días, mientras realizaba un viaje largo. La “bajé” de internet y la leí en mi libro electrónico Reader, de Sony. Este domingo intenté usar de nuevo mi juguete. No pude porque la batería se había descargado. Conecté el Reader a mi computadora para pasarle energía de esta manera, y por alguna razón, mientras realizaba tal procedimiento pensé en lo difícil que han sido las cosas para los que, desde 2006, decidimos acompañar a Andrés Manuel López Obrador en su campaña de resistencia civil pacífica. Nos sobran problemas a todos los que en esto andamos. Nos agreden, nos cierran puertas, nos ofenden. Pero, ni hablar, me dije a mí mismo, somos tan insensatos que aceptamos los malos tiempos incluso con alegría.


Esa reflexión me llevó a la frase del psicoanalista Wilhelm Stekel que Salinger cita en El guardián entre el centeno: “Lo que distingue al hombre insensato del sensato es que el primero ansía morir orgullosamente por una causa, mientras que el segundo aspira a vivir humildemente por ella”. Los que nos mantenemos firmes en la resistencia no somos, de plano, razonables. Estamos contra el poder político y económico, y hay que pagar por ello. El precio, naturalmente, es muy alto. Pero nos da igual. Somos tan imprudentes que hasta lo disfrutamos.


No sé si en la Biblia, una obra que nunca he leído y no estoy interesado en leer, pero los cristianos, siempre paradigma de sensatez, advierten con toda claridad acerca de los peligros de construir una casa sobre la arena en vez de hacerlo sobre la piedra.


Dicen los seguidores de Cristo de la persona que adora a esta deidad: “Aquí tienen al hombre sabio y prudente, que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se arrojaron contra aquella casa, pero la casa no se derrumbó, porque tenía los cimientos sobre roca”.


En cambio, del que rechaza a Cristo afirman: “Aquí tienen a un tonto que construyó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se arrojaron contra esa casa: la casa se derrumbó y todo fue un gran desastre”.


Cuando las dificultades son mayores, y en ocasiones son enormes los problemas que enfrentamos los que resistimos buscando construir un sistema democrático en México, me pregunto si ha valido la pena que tantos partidarios de López Obrador, y el mismo López Obrador, hayamos decidido construir sobre la arena y no sobre la roca, es decir, en rebeldía y no protegidos por el poder.


Respondo que no había opción. Porque el suelo mexicano está, en la actualidad, totalmente integrado por la arena de la inestabilidad. En nuestro país la corrupción acabó con la roca de la buena política. Por eso estamos ya, sin lugar a dudas, bien metidos en una terrible guerra civil. En los combates entre las mafias del narcotráfico y las fuerzas armadas ha habido más de 20 mil muertos y la cifra aumenta cada hora. Es una guerra que ha aterrorizado a la población inocente, ha mandado al exilio a los empresarios pudientes y no tienen para cuándo acabar.


Pero, gracias a nuestra necedad de construir una democracia sobre la arena de la corrupción generalizada, no todo está perdido. Es que, así lo creo, en la medida en que persistamos en la insensatez de querer cambiar las cosas, hay esperanza. Una frase más o menos parecida a la del psicoanalista citado por Salinger es esta de George Bernard Shaw: “El hombre razonable se adapta él mismo al mundo; el hombre no razonable persiste intentando adaptar el mundo a él. Por lo tanto todo progreso depende del hombre no razonable”.

López Obrador no es un santo ni un héroe ni tiene virtudes particularmente notables. Es un ciudadano como cualquier otro. Lo menciono porque quiero destacar que si muchos lo seguimos en su lucha no es por fanatismo. Yo lo veo tan criticable como a cualquiera. Y, en lo personal, no comparto su ideología: él es de izquierda, yo de derecha. Pero, hoy por hoy, es el mexicano que encabeza y, sobre todo, organiza a la resistencia en todas las ciudades y pueblos de la República. Solo por eso vale la pena acompañarlo. Aunque el poder se enoje, y agreda. Aunque golpes sea lo único que hayamos obtenido por mantenernos en rebeldía.

El (mal) año de los generales

Asimetrías



FAUSTO FERNÁNDEZ PONTE



“Justicia que no es expedita es injusticia”.

Emilio Krieger

I

Las reformas constitucionales para ampliar y, a la vez, reforzar la protección y, ergo, la defensa de los derechos humanos en México, aprobadas por el Senado de la República hace algunas semanas, fueron respuestas a realidades muy concretas.

Y esas realidades muy concretas se representan en el cúmulo espectacularmente monstruoso de violaciones a los derechos humanos de la población civil causadas por las actuaciones de las Fuerzas Armadas, en particular el Ejército Mexicano.

Esas actuaciones son incontrovertiblemente ilegales, con lo cual se quiere decir que la presencia de las Fuerzas Armadas en las calles de las urbes mexicanas viola una miríada de leyes, empezando con la Constitución Política misma.

Ese hecho -el de la ilegalidad- convierte a los personeros de las Fuerzas Armadas en presuntos delincuentes, condición indigna, por impropia, de la filosofía misma que inspira, o debe inspirar, las potestades reales del garante de la soberanía nacional.

Por supuesto, las Fuerzas Armadas, enseñadas a obedecer y actuar en consecuencia con las premisas fundamentales del arte de la guerra, las de que la mejor defensa es el ataque, son también víctimas de la manipulación política de sus propios comandantes.


Estos comandantes, en particular el supremo, un civil investido espuriamente como Presidente de la República, giran órdenes como si las Fuerzas Armadas hubiesen sido conformadas para fines políticos o de servicio a intereses ajenos al de México.

II

En esas trampas se hallan, precisamente, las Fuerzas Armadas. Expresión elocuente de esa situación coyuntural es la actual y ocurrente. El Ejército se ve forzado a actuar con arreglo a órdenes superiores como una caterva de matachines sin honor.

Esas órdenes del comandante supremo son secuela de imperativos facciosos que nada tienen que ver con la verdadera seguridad nacional, la del bienestar económico y social. Son órdenes giradas por una mafia dominante del poder político del Estado.

Usan, pues, esos facciosos instalados en la investidura presidencial a las Fuerzas Armadas, con la predecible consecuencia: desprestigio y descrédito y deshonor, degradación del concepto mismo de la defensa nacional al inspirar terror.

La salida -como la propone el general secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván- no es la de promulgar leyes a modo para legalizar la impunidad y neutralizar el alcance de las reformas constitucionales en materia de derechos humanos.

No. El Ejército Mexicano está en una trampa, maniatado por la obediencia ciega y su sentido del deber que, utilizado aviesamente por el comandante supremo -jefe de una facción del hampa de la política-, atenta contra la vera razón de ser de aquél: el pueblo.

La noche de los generales es una mala noche; es de pesadillas y, simultáneamente, de insomnios torturadores. Lo que hay que cambiar no es el marco jurídico, sino las trampas de la obediencia ciega, unilateral, lineal, vertical, a un comandante demente.


III

Ello plantea mucho más que reformas a las leyes que eximan a priori de responsabilidades a quienes giran órdenes demenciales y a quienes las acatan sin ponderar sus implicaciones filosóficas -morales, éticas- y, desde luego, prácticas.

Lo que plantea es revisar las trampas en las que se hallan las Fuerzas Armadas, de las que el Ejército Mexicano es el más vulnerable. Éste, si bien tiene por doctrina la de atacar por defensa, también privilegia el discernimiento filosófico del deber.

Y, en esa vena, debe reaccionar bajo las normas del espíritu público. El mejor ejército es aquél que jamás sale a la calle a combatir civiles inermes y desarmados y, por tanto, indefensos, y que discierne las palabras ocultas de sus comandantes de coyuntura.

La patria está en peligro. Más ese peligro no se conjura con soldados en la inconstitucionalidad -a la que se añaden agravantes como violar derechos humanos de la población civil-, sino atacando, políticamente, las causas de dicho peligro.

Y las causas de ese peligro -sin duda enorme, multidimensional- no se localizan en la población civil inerme, temerosa y descontenta, sino en otros ámbitos, los de la forma de organización política y económica antisocial e incluso anti Ejército.

Las Fuerzas Armadas tienen que discernir si sirven a una facción del poder político del Estado o a éste, cuyo elemento constitutivo mayor, principal y más importante es el pueblo. Y a éste se le sirve velando armas por la defensa de sus derechos humanos

Lenguas azules




RAMI SCHWARTZ


No serán buenos para gobernar, pero ¿qué tal para hablar y decir tonterías? Se trata de los panistas, que han demostrado hasta el cansancio su inutilidad, su ineficiencia y su incapacidad pero que siempre la aderezan de declaraciones ofensivas y estúpidas. Y cuando creíamos que Fox pasaría a la historia como el ejemplo más acabado de una lengua desconectada del cerebro y fuera de control llegó Calderón a demostrarnos que decir sandeces es una característica del panismo.


Fox no requiere de mayor introducción: sus barrabasadas son históricas y marcaron un hito y un parteaguas en la historia del país. Nunca había llegado a un puesto tan alto una persona tan ignorante como Vicente Fox y lo hizo patente en todos sus discursos. Cada vez que abría la boca, los caricaturistas y los actores de teatros como el Blanquita estaban de plácemes y en ocasiones, tenían que dejar fuera chistes y cartones de tanto material que les daba el gato con botas.

Las palabras de Fox invariablemente estaban cargadas de ignorancia, cinismo, falta de información y mal uso del lenguaje. Pero Calderón ha agregado a sus declaraciones un ingrediente adicional: el desprecio total por la ciudadanía, el menosprecio por el sufrimiento que él y sus secuaces han impuesto a la sociedad, castigada por una crisis que ya ha dejado dos generaciones perdidas y ya estamos de lleno en la tercera, un crisis que gracias a Calderón, Fox y los que les antecedieron, ha colocado a México como una nación fallida que ha perdido en tonterías cincuenta años de su historia.


En días pasados, Calderón nos regaló otra de sus joyas discursivas, en la que menospreció la muerte de lo que el llama “civiles inocentes”, víctimas de su estrategia para combatir el crimen organizado. “Son realmente los menos”, dijo Calderón ante promotores turísticos participantes en la apertura del simposio Virtuoso y sostuvo que más del 90 por ciento de las ejecuciones asociadas a la guerra contra la delincuencia obedece al choque de grupos del crimen; "ni siquiera es la gran mayoría contra las autoridades mismas, y mucho menos contra civiles; y mucho, mucho menos contra turistas".







Y aquí vale la pena estudiar a fondo esas dos palabras llenas de insensibilidad e ignorancia, al más puro estilo del PAN, “civiles inocentes”. Un muchacho de 18 años, que acaba de alcanzar su mayoría de edad y no puede entrar a la universidad porque fue pésimamente mal educado por las huestes de Elba Esther y su “gremio insaciable”, que no puede encontrar trabajo por el catarrito que devino en neumopulmonía y termina afiliado a una pandilla, es usado como carne de cañón y encontrado decapitado o torturado, como tantos miles de jóvenes en este sexenio, ¿es civil o militar?. Porque hasta donde yo me quedé, solo hay de dos, civiles y militares.

Según Calderón, este joven sería militar del ejército enemigo y por lo tanto su muerte vale pepino. Ese muchacho que hubiese preferido tener una educación o un trabajo remunerado, un coche, su casa y familia e ir de vacaciones a la playa de vez en cuando y que es obligado por las circunstancias a delinquir, se convierte en un ciudadano tan de segunda que su muerte deja de tener importancia.

Ahora, si se trata de un transeúnte en la costera Miguel Alemán que va rumbo a la playa a tomar el sol o un niño en Tamaulipas que va con sus padres a pasar unas horas en el mar, entonces sí se trata de un “civil” aunque su muerte también vale pepino porque en palabras del mismo Calderón, "son realmente los menos".


El Presidente empleó dos veces la expresión "son los menos" para resaltar el hecho de que la inmensa mayoría de las víctimas de la guerra contra el crimen organizado pertenece a las bandas delincuenciales. Y el extremo de ese discurso, que desnuda el alma presidencial, es cuando con la mano en la cintura declara desde Tokio que todo muerto es un posible sicario o pandillero, persona cuya vida no vale gran cosa. Por supuesto, ante tal soberbia y cinismo es imposible que ofrezca disculpas con toda humildad, pues no hay razones para hacerlo.


Lo realmente preocupante del caso es el uso del término civiles. El gobierno ya hizo su clasificación de la sociedad, su nueva casta de clases basada en la cercanía con uno de los dos poderes de la Unión. Está por un lado el poder del narco y del crimen organizado y por el otro el gobierno dentro del cual están militares y policías. Todos los que no estamos afiliados con uno y otro grupo de poder somos civiles inocentes, cuando la realidad es que tanto unos como otros, como todos los mexicanos somos civiles. Si no somos militares, somos civiles, hasta Beltrán Leyva era civil.


Muy peligrosos los narcos, muy peligroso el discurso oficial y el gobierno enemigo, muy peligrosa la ignorancia como forma de gobierno, pero más peligroso aún que haya en México tres castas. La de los criminales que tienen recursos para defenderse por si solos, la del gobierno que se defiende hasta los dientes con nuestros recursos y los civiles inocentes que estamos a la buena de dios, desamparados y encima despreciados por las lenguas azules que ¡ah! como son buenos para decir tonterías pero malos, pésimos, para gobernar.

"Nos quieren desaparecer", denuncian ante AMLO afectados por el sismo en Mexicali


Mexicali, Baja California
Sábado 08 de mayo de 2010
"Nos quieren desaparecer", las cosechas están prácticamente perdidas y no se han recibido los apoyos ofrecidos por autoridades locales y federales para los productores de la llamada zona cero, afectada por sismo que azotó a esta región, denunciaron habitantes, agricultores y ejidatarios del Valle de Mexicali.

Ante Andrés Manuel López Obrador, los afectados por el movimiento telúrico del pasado 4 de abril elevaron su más enérgica protesta por la intención de otorgarles préstamos bancarios en lugar de apoyos por cosechas perdidas, como se prometió originalmente.

Durante un recorrido por la región siniestrada, el presidente legítimo de México escuchó todo tipo de quejas, desde las altas tarifas por consumo de energía eléctrica en la zona norte del país hasta las más 50 mil hectáreas afectadas por el temblor.

Los caminos quedaron desnivelados, brotan aguas sulfurosas del subsuelo que afectan las tierras de riego, se modificaron los niveles de la tierra y las promesas de ayuda del gobierno estatal, legisladores y funcionarios federales han quedado precisamente en promesas incumplidas, subrayaron.

En respuesta, López Obrador expresó su solidaridad con el pueblo damnificado de Mexicali e hizo el compromiso de que senadores y diputados federales del PRD, PT y Convergencia denunciarán en la tribuna legislativa la tragedia y abandono que experimentan los ciudadanos del Valle de Mexicali y presentarán iniciativas para ayudar a toda la población afectada y la puesta en marcha de un programa de rehabilitación de la tierra.

También les recomendó que se organicen y movilicen para que el gobierno espurio de Felipe Calderón voltee a verlos, porque a nivel nacional se sabe muy poco de la tragedia que vive el Valle de Mexicali.

En una entrevista previa a un encuentro con integrantes del Foro Ciudadano de Integración Nacional A.C., el presidente legítimo de los mexicanos dijo a los comunicadores que si bien han informado sobre la tragedia en el Valle de Mexicano, en el ámbito nacional se tiene poco conocimiento del desastre que afecta a un importante número de campesinos y productores de la zona.

“Hay como un cerco informativo y el gobierno espurio se ha desatendido” de cumplir con su responsabilidad, enfatizó y dejó en claro que su presencia en Mexicali está alejada de cualquier tinte electoral. “Así, categórico”, añadió.

Posteriormente expresó a los miembros del Foro Ciudadano de Integración Nacional que “ya chole con los políticos trepadores” que sólo luchan por los cargos públicos.

En cambio, los integrantes de los Comités Municipales del Gobierno Legítimo “aspiramos a un cambio profundo en el país y, por ello, los convoco a hacer historia, a seguir luchando hasta lograr la transformación de la vida pública de México”, aclaró.

Por la tarde, López Obrador sostuvo una reunión de trabajo con los integrantes de los comités municipales de Mexicali. Les pidió trabajar en tres ejes: Aumentar el número de comités, a nivel de colonia, barrio y unidad habitacional, y de afiliados al Gobierno Legítimo, así como repartir casa por casa el periódico Regeneración.

Publicado por asmodeo en 20:48 0 comentarios

Nuevo sismo de 5 grados cerca de Mexicali

Redacción/SDP | 08 de Mayo, 2010 - 13:48

Un sismo de 5 grados tuvo lugar a unos 27 kilómetros al oeste de Mexicali y Caléxico, con epicentro en el sur de California a poca distancia de la frontera.

Un temblor de 5 grados ocurrió en el sur de California y a unos 27 kilómetros de Mexicali a las 11:33 AM, hora local,.

El epicentro habría ocurrido en el lado norteamericano de la frontera al oeste de Calexico.

La información fue dada a conocer por el Servicio Geológico de Estados Unidos. Hasta el momento no se reportan daños ni víctimas.

Místico. Hernández.

Cómo salir de la depresión colectiva

El Despertar


José Agustín Ortiz Pinchetti
Vivimos una depresión colectiva por el impacto de una múltiple crisis. La depresión puede ser no sólo un problema personal, sino un fenómeno social. Un desastre nacional. Puede crear una atmósfera depresogénica. Como la depresión es contagiosa, puede extenderse como epidemia.

Pero la depresión es saludable, tiene un poder creativo. Nos obliga a ver lo que está mal en nosotros y nos impulsa a corregirlo. Salvo que queramos regodearnos en el fracaso, tenemos que afrontarla y superarla.

¿Podemos ser optimistas? Sí, México es una nación poderosa: la séptima economía del mundo; con 2 millones de kilómetros cuadrados, todos los climas y riquezas minerales; inmensos litorales; una frontera de 3 mil kilómetros, con el mayor mercado del planeta; con una población de 107 millones, densa, pero no excesiva; un pueblo joven, trabajador, disciplinado e ingenioso, generoso y noble. Nuestros pasivos: una oligarquía rapaz, maridaje de políticos corruptos y potentados insaciables. Y una casta de administradores que han debilitado voluntariamente nuestra soberanía y han entregado las palancas de control del Estado y la economía a monopolios privados.

La prueba histórica: México se ha levantado del lecho de enfermo agónico. Después del desastroso “periodo formativo”, reyertas civiles, la mutilación del territorio y varias intervenciones extranjeras, fundó el Estado moderno, y después de 20 años de las devastaciones que originó la Revolución, lo reorganizó. De 1932 a 1982 creció 6 por ciento, como ninguna otra nación. “Con frecuencia olvidamos que el México contemporáneo –escribió López Cámara–, cualquiera que sean sus lastres del pasado y sus carencias sociales, ha modificado por completo una realidad que no hace mucho sólo podría presagiar una verdadera catástrofe nacional”.
Para recuperarnos tendremos que completar la transición a la democracia y dejar atrás el neoliberalismo, controlar la corrupción y los monopolios, fortalecer nuestra soberanía para volver a crecer y empezar a repartir.

Para lograrlo necesitamos un agente político, y he aquí una confidencia: cuando me siento deprimido por la decadencia general, me voy a trabajar en la formación de los comités en el movimiento que encabeza AMLO. Al constatar cómo centenares, miles de hombres y mujeres quieren servir sin mayor retribución que trabajo duro, dignidad y capacitación, y cómo se multiplican las células, al grado de que ya son más de 7 mil en una red en toda la República, cualquier desánimo se evapora. Y dígame, amigo lector, ¿usted qué hace para salir de la depresión colectiva?

jaorpin@yahoo.com.mx

Se enfrenta al narco “sin cobardías ni villanías”: Gómez Mont

“México decidió romper la cadena de la corrupción con total respeto a ley", sostuvo el titular de la SG.

La Jornada en línea
Publicado: 08/05/2010 16:22

México, DF. El secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, aseguró que México combate al crimen organizado con respeto a la legalidad, “sin cobardías ni villanías”.

“México ha decidido romper la cadena de la corrupción enfrentándola bajo una democracia y con total respeto a ley (...) con instituciones que garanticen que la justicia se aplique de manera clara, de manera justa, de manera equitativa, y sin cobardías ni villanías", dijo al clausurar el Quinto Congreso Nacional de Defensoría Pública, en Coatzacoalcos, Veracruz.

“Se ha decidido romper los ciclos de corrupción y las relaciones indebidas que durante algún tiempo debilitaron a las instituciones republicanas, y se ha decidido enfrentar y poner del otro lado de la barrera del poder a las organizaciones delincuenciales”, señaló.

Gómez Mont manifestó que en un sistema democrático se debe garantizar la defensa legal, que no esté sometida a ningún órgano del Estado que pudiera debilitarla.

“En una democracia le está prohibida a la autoridad arrasar a una persona sin que haya tenido por lo menos un aliado fundamental que pueda resistir la inercia, aun justa, de un Estado que persigue a alguien por haber cometido un delito”, dijo.

Aseguró que al Estado se le han otorgado facultades de investigación que le obligan a encontrar los elementos probatorios de la culpabilidad de las personas, y a fin de garantizar veracidad y autenticidad en la atribución de privar a alguien de sus derechos, las personas deben contar con una defensa legal.

En este sentido, se pronunció por garantizar la autonomía de los poderes judiciales en México como una forma de consolidar las garantías democráticas para que prevalezcan los fines de justicia, “inclusive sobre el capricho de los poderosos".

Al evento de clausura del Congreso asistieron representantes de 28 entidades federativas y 150 defensores del país, además del gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, y el presidente de la Asociación de la Defensoría Pública Nacional, David Peña González.

(con información de Notimex)