lunes, 4 de enero de 2010

Izquierda y derecha

Bernardo Bátiz V.

Es un hecho notable que en nuestro tiempo, después de siglos de discusiones, acercamiento y alejamientos, de luchas cruentas e incruentas, otra vez en la encrucijada de hoy, el dilema que se presenta a los ciudadanos, a los partidos, a todo mundo, es ¿por cuál tendencia inclinarse, a cuál apoyar, a la izquierda o a la derecha? Lo cierto es que ambas líneas políticas tienen zonas cambiantes, de frontera, que no acaban de definirse o se definen de distinta manera según la época y el espacio en que se dan.

Dos ejemplos de nuestros días, uno en Estados Unidos y otro en México, deben ser motivo de reflexión sobre esta polarización de la política, de la economía y de la vida social. Las interrogantes son las referidas, ¿por quién inclinarse y a quién apoyar?, pero hay una más: saber si es posible una posición de centro; si el viejo concepto escolástico y más atrás en el tiempo, aristotélico, del justo medio es dable y puede servir para evitar catástrofes y luchas interminables.

El primer ejemplo es el de Barack Obama, presidente del país que por antonomasia es el campeón del sistema capitalista, defiende simultáneamente dos políticas de su gobierno que en la distinción, digamos clásica de izquierda y derecha serían incompatibles.

Por un lado, levanta con tesón la bandera del destino manifiesto, ahora extendida al mundo entero, y a pesar de su premio Nobel de la Paz envía más soldados al Medio Oriente y confirma para su país el papel de policía del mundo.

Por otro lado, propone, y parece que logrará sacar adelante, una propuesta que cabría perfectamente en una definición de izquierda; me refiero al seguro médico universal, que choca frontalmente con los grandes negocios y las poderosas empresas hospitalarias, los laboratorios y las marcas de medicinas de patente.

El tema fue tratado en forma genial por el cineasta estadunidense Michael Moore, critico feroz, tanto de la vida social de su país como de la actitud de su gobierno; en un documental bien informado, cáustico y certero, desnuda al sistema de seguridad social privada de Estados Unidos. Una de sus mejores escenas es la entrevista a un leguleyo que con cinismo confiesa que su trabajo consiste en encontrar en el historial de los asegurados o en la letra chiquita de los contratos de seguro, fórmulas para no pagar a los clientes de las aseguradoras, así estos hayan sido puntuales en el pago de las primas. La escena inicial es la de un trabajador que muestra una mano a la que le falta un dedo y con buen humor confiesa que perdió tres de ellos en un accidente de trabajo, pero que su seguro sólo le alcanzó para que le rescataran dos.

Parece que el presidente Obama se saldrá con la suya; fue una propuesta de campaña y, con el apoyo de los demócratas, sacará adelante su proyecto de ley.

El otro ejemplo que destaca la imprecisión circunstancial de los conceptos de izquierda y derecha, es un libro publicado en México, de varios autores, con un titulo sin duda revolucionario y exigente: ¡Los pobres no pueden esperar! Este libro, publicado por dos organismos de la Iglesia católica –Cáritas Mexicana IAP y Centro Lindavista–, con el apoyo de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, es un llamado a modificar urgentemente la situación de pobreza extrema de una gran cantidad de compatriotas. Es un llamado, como lo dice la presentación de la obra, escrita por el obispo de Nuevo Laredo, Gustavo Rodríguez Vega, presidente de Cáritas e integrante del Secretariado Social del Episcopado Mexicano, al diálogo y a la acción.
La Iglesia católica, ciertamente, a través de la historia ha sido frecuentemente defensora de los pobres y de los oprimidos frente a los poderosos, pero también sus prelados se han puesto en no pocas ocasiones del lado de los opresores.

En la discusión y disputa políticas de nuestros días en México, sectores católicos importantes, olvidando doctrinas evangélicas claras, defienden a ultranza el sistema capitalista, en especial el libre mercado, ponen a la empresa como institución angular de la sociedad y al dinero como la medida básica del estatus de las personas; esta actitud necesariamente nos hace pensar en el relato bíblico de la adoración del becerro de oro.

El tema es amplio y debemos acercarnos a él con prudencia y buena fe; Estados Unidos es de derecha, pero Barack Obama sostiene un punto clave de la justicia social: el seguro universal; la Iglesia es frecuentemente colocada a la derecha, pero cuenta, y en México lo podemos constatar, con numerosos prelados que abiertamente se ponen del lado de los pobres y de una mejor distribución de la riqueza. Al final de 2009 apareció el libro al que me refiero.

Además de la presentación y la introducción, tiene tres capítulos: el primero, escrito por el presbítero de Huetamo, Michoacán, Armando Flores Navarro, es Una mirada creyente sobre los pobres a la luz de la doctrina social de la Iglesia. El segundo capítulo es Una mirada a la estructura nacional de pobreza y desigualdad, con muchos datos objetivos y estadísticas bien fundadas, escrito por el licenciado Rogelio Gómez Hermosillo, presidente de Alianza Cívica y sociólogo de profesión.

Finalmente, el último capítulo, contiene las propuestas y conclusiones; fue elaborado por un equipo muy amplio de discusión y se denomina Emprender juntos un caminar de esperanza y compromiso.

Los dos hechos muy concretos del año que recién expiró, nos indican que no podemos cerrarnos ciegamente en la polarización sin matices; que es necesario abrir nuestra razón y nuestra conciencia, para buscar más allá del enfrentamiento y la ruptura, caminos de diálogo, de convencimiento y de fraternidad. Es el espíritu navideño y de fiestas de fin de año que aún perdura.

jusbbv@hotmail.com

Cuentos de horror y el ABC de la ley


A Puerta Cerrada
2010-01-04
gomezalce@aol.com

• 2010: Vivir Mejor
• Episodios…

Pocas veces un necio tiene talento, mi estimado, pero nunca buen juicio.


Volátil inicio de año con las acostumbradas y consistentes acciones de ligereza de este (des)gobierno (des)encabezado por Felipe Calderón, quien en medio del shock financiero del célebre “catarrito” presentó con bombo y platillo hace casi 12 meses 25 medidas espectaculares que formaron parte del simulado Acuerdo Nacional a favor de la Economía Familiar y el Empleo, mediante el cual se (montó el inconfundible circo mediático) pretendió hacerle frente a la emocionante adversidad generada por la crisis económica. Ahí, orgulloso Felipe informaba de su cuento sobre el congelamiento de los precios de las gasolinas y del gas LP…

Cuento, my friend, que como suele suceder con el discurso y las promesas presidenciales resultaron ser otra ficción. Una bola rápida de mentiras para salir al paso del desastre de la crisis que, of course, vino de fuera. Cuento pero de horror que se acumula a su colección capitaneada por su mentado slogan de campaña sobre el presidente del empleo.

Y donde figura la presumida estrategia contra el organizado crimen que desde la declarada guerra de este (des)gobierno… que pone los muertos para que las drogas no lleguen… a Estados Unidos, la violencia se ha disparado en forma alarmante, acompañada de una descomunal dosis de impunidad, de un total descontrol y de una ola de corrupción.

Con nada que celebrar, Calderón inicia su cuarto año con una población agraviada con las medidas económicas anunciadas y con la aplicación del engendro fiscal del PRI, PVEM y PAN. La cuesta de enero es aún más delicada sumada a la estupenda novedad sobre los impunes gasolinazos suministrados por el Cordero de Hacienda, que pretenden ayudar a paliar el hoyo negro de las finanzas públicas a costa de millones de mexicanos y qué tanto es tantito…

Y como era de esperarse, amable lector, el alza de precios entró rápidamente en acción desencadenando la reacción de la incoherencia federal sobre lo que sucedía, por ejemplo, con el precio de la tortilla. Una vez más el gymboree (con minúsculas) muestra y demuestra descoordinación, incompetencia, torpeza y confusión ante acontecimientos que son detonadores de un descontento social que con el paso de los meses activa la mecha de la molestia que se viene coronando con episodios imperdonables de impunidad.

Episodios que venden la brutal imagen de Felipe con su violento Vive México y con el botón de un crimen que desgarró el ánimo de la sociedad. Una tragedia que le dio la vuelta al mundo y que seis meses después demostró que aquí no hay un Estado de Derecho sino un derecho del Estado para arropar, proteger y cubrir el poder de los apellidos. La nula aplicación de la ley para los responsables y dueños de una guardería en Hermosillo, Sonora, donde embodegaron a pequeños indefensos que murieron quemados vivos. Quemados vivos por la negligencia, descuido, desidia y abandono. 49 niños.

Tragedia que parece ser olvidada por los medios de intoxicación masiva, cuyo tiempo dedicado para dar a conocer los detalles de una personalidad frívola como Alejandra Guzmán y su balconeado trasero demuestra sin cortapisas su decrepitud y complicidad para salvaguardar el interés de una singular cúpula. Tragedia que consternó presentando no sólo las fallas del IMSS en su esquema de subrogación de guarderías que develó el distintivo tráfico de influencias de una decadente clase política sino la constante vulnerabilidad de los más desprotegidos…

Esos que vieron con horror cómo salieron libres todos los detenidos, todos los eslabones más débiles de la cadena (del retrete) de criminales en el imperdonable episodio de la guardería ABC.

Ése que por sí sólo demuestra que en este (des)gobierno la única ley que vale es la del más poderoso. La del más influyente. La del intocable.

La ley que, parajodas del calderón de la vida, incluye también la protección del nombre del hombre de Forbes. Del nombre de uno de los hombres de la revista Time. De ese hombre chaparrito que con su cártel suministra el mercado más grande del mundo, cuyas autoridades también están infiltradas, y que han diagnosticado a México, my friend, como un foco rojo que tintinea emocionado ante la convulsión de este 2010.

¡Felicidades!

Equilibrios. Hernández.


Equilibrios. Hernández.


Desplumados. Rocha.


La Policía Federal provocó el enfrentamiento: Esparza



El dirigente del SME aseguró que la policía fue la culpable del enfrentamiento entre trabajadores de la CFE y ex trabajadores de Luz y Fuerza del Centro en la subestación de Teotihuacán.

Lun, 04/01/2010 - 11:07

Martín Esparza responde a preguntas de los medios de comunicación. Foto: Ulises LópezCiudad de México.- El líder del Sindicato Mexicano de Electricistas, Martín Esparza, aseguró que fue la Policía Federal quien provocó el enfrentamiento con sus agremiados e integrantes de la Comisión Federal de Electricidad en la subestación de San Juan de Teotihuacan.

Esparza mencionó que sus agremiados mantienen un plantón en uno de los extremos de la subestación y no en la puerta como se había mencionado y fue allí a donde llegó la Policía Federal a provocar y se generó el enfrentamiento. Dijo que incluso la policía disparó al aire para tratar de controlar la situación.

Martín Esparza anunció que buscará reunirse con los cinco notables para continuar con las negociaciones en la Secretaría de Gobernación, por lo que explicó que tratará de realizar una reunión para esta semana.

Reiteró que tratará de que los 20 mil ex trabajadores de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro que no se han liquidado puedan ser recontratados.

En conferencia de prensa en compañía del diputado federal del PT, Gerardo Fernández Noroña, anunciaron que harán una movilización este 6 de enero en Palacio Nacional, donde pretenden llevarle “un regalo de reyes” a Felipe Calderón.

La negociación secreta Calderón-Gurría

* La negociación secreta Calderón-Gurría
* Secretario de OCDE listo para Hacienda

* Abuso de poder del Angel Exterminador
Oficio de Papel
Columna semanal del periodista Miguel Badillo


Felipe Calderón dudó en nombrar en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público a su hombre de confianza, Ernesto Cordero. Al interior de esa dependencia y en la oficina de la Presidencia de la República se corrió la versión de que el mandatario había pensado en una maniobra con fines políticos que le permitiera al mismo tiempo mirar hacia el 2012 y cubrir el hueco que se abría con el nombramiento de Agustín Carstens en el Banco de México. Todo al mismo tiempo. Fue así como Calderón habría propuesto a José Ángel Gurría hacerse cargo de la Secretaría de Hacienda ahora que el secretario general de la Organización para la Cooperación y del Desarrollo Económico (OCDE) tiene que dejar ese puesto en el 2011.

Una jugada muy parecida a la del expresidente Ernesto Zedillo Ponce de León cuando nombró a Gurría en Hacienda y logró que la economía, aún después de la crisis crediticia y del rescate del Fobaproa, creciera a una tasa cercana al 7 por ciento, una dinámica histórica para la economía mexicana. Al mismo tiempo, Calderón buscaba adelantarse a cualquier propuesta que el PRI le hiciera a Gurría –por cierto militante de esa organización política– al presentarse las elecciones del 2012.

El problema de lo que pretendió ser una maniobra inteligente de parte de Felipe Calderón, a quien desde que llegó a la Presidencia no se le conoce una sola jugada política que le haya funcionado, fue que Gurría, quien en los últimos meses no ha hecho otra cosa en sus discursos que encontrar el ángulo positivo a los planes y propuestas del presidente Calderón, condicionó cualquier posibilidad de aceptar la propuesta panista a varios puntos, entre ellos la revisión de la política cambiara, es decir soltar el peso al libre juego del mercado y en consecuencia una inmediata devaluación ante el dólar, y apuntalar el crecimiento de la economía con varios sectores estratégicos.

Así, de tajo, tomar varias medidas radicales que pondrían en riesgo, de no resultar exitosa, el escaso capital político con el que aún cuenta la administración calderonista. Además, con el monetarista Carstens en el Banco de México, autónomo al menos en el papel, difícilmente podrían meter las manos en el régimen cambiario que se aplica en el país, aunque se asegure que se trata de un esquema de libre flotación.
Seguramente, desconfiado como es, Calderón sólo vio en la contrapropuesta de Gurría un caballo de Troya que amenazaba las aspiraciones del PAN de permanecer al frente del Poder Ejecutivo. La respuesta presidencial fue simplemente: “No” a las condiciones del secretario general de la OCDE.

Pero José Angel Gurría tiene otros intereses y ya se frota las manos para salir de la OCDE en 2011 y perfilarse a la Secretaría de Hacienda una vez que el PRI gane la Presidencia de la República. Economista, priista, excanciller y exsecretario de Hacienda, a Gurría se le reconoce que fue el único responsable de las finanzas públicas del país que logró un periodo de crecimiento superior al 6 por ciento en más de tres décadas, aunque también es cierto que su expediente acumulado en Hacienda no está del todo limpio o, más bien, es un cochinero lo que allí dejó.

Para recordar su pasado en Hacienda, esta columna así lo documentó después de que la revista británica The Economist señaló que el secretario general de la OCDE había incurrido en dispendio de recursos del organismo, tuvo un manejo poco transparente, así como prácticas de nepotismo al contratar a su hija para trabajar en el órgano que hoy preside, práctica que en gobiernos mexicanos es muy común a pesar de nuestra Ley Federal de Responsabilidades para los Servidores Públicos, pero que en países desarrollados es muy criticada y prohibida.

De inmediato el dirigente de la OCDE aceptó que sí lo había hecho y con cinismo respondió que estaba dentro del marco de normas que se aplican a funcionarios internacionales. La hija del exsecretario mexicano estuvo empleada en la Dirección de Educación de la OCDE y tras el aviso que recibió Gurría, y para “evitar controversias”, le pidió que renunciara. Esa fue la explicación del directivo de ese órgano integrado por países ricos y por México.

Pero la crítica de la publicación inglesa fue más allá, y afirmó que el ex secretario de Hacienda mexicano mueve al organismo en “aguas peligrosas”, pues “los eventos internos de la organización sugieren una falta de reglas y prácticas modernas”, y cita como prueba una carta que envió la delegación canadiense el pasado 4 de abril en la que manifiesta su preocupación por la falta de una competencia transparente para llenar “ciertas vacantes”. Sin mencionar fuentes, el texto también indica que figuras de alto rango, entre ellas “embajadores de la OCDE en países del norte de Europa”, están preocupadas por el rumbo de la organización con “una figura tan exuberante” en el timón del organismo que reúne a 30 de los países más industrializados, enfocados a promover mejores prácticas de gobierno.

Agrega que sólo la restauración del departamento de 480 metros cuadrados del alto directivo de la OCDE en el barrio 16 de París, que en principio tenía un costo de 600 mil euros (casi nueve millones de pesos), terminó en 733 mil euros (casi 11 millones de pesos), más 300 mil euros que fueron desviados a otros presupuestos.

Gurría se defendió y dijo que esto era una venganza y un “ataque” a su figura y un “bosquejo de una mezcla de indirectas, chismes y verdades parciales”, pues en semanas anteriores acusó a Gran Bretaña de haber incumplido “las mejores prácticas” con respecto a la transparencia en una operación de venta de aviones a Arabia Saudita; pero lo cierto es que al exsecretario de Hacienda se le olvidó que la OCDE no es un organismo público mexicano y que allá no puede actuar con tanta impunidad como lo hizo en México cuando su partido, el PRI, ocupó la Presidencia de la República.

Para recordar su pasado, baste decir que siendo titular de la SHCP, Gurría utilizó los beneficios fiscales que observaba la legislación y otros extralegales para beneficiar a sus amigos, empresarios, políticos y, sobre todo, a la familia de su jefe, el presidente de la República, Ernesto Zedillo Ponce de León.

En documentos oficiales de la Secretaría de Hacienda en poder de Oficio de papel, y según versiones de exservidores públicos, en 1998 José Ángel Gurría otorgó un trato preferencial a los hermanos de su jefe el presidente Ernesto Zedillo, de nombres Rodolfo, Verónica Crystela y Luis Eduardo, así como a su empresa Grupo Intecon, para liquidar extemporáneamente impuestos que por ley debieron enterar al fisco entre 1991 y 1996.

En los primeros días del gobierno foxista, al que llamaban el zar anticorrupción Francisco Barrio prometió que realizaría una exhaustiva investigación del caso y que, de haber elementos, aplicaría la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos a todos aquellos, incluido el exsecretario Gurría, que hubieran participado en las supuestas anomalías. Pero obviamente esto nunca se cumplió a pesar de las pruebas que había de la corrupción del gobierno para encubrir evasiones fiscales de la familia presidencial. Esta era la forma de gobernar de los priistas, muy parecida a los dos gobiernos panistas que ya tienen enfurecida a la población.

Inmovilizado, el contralor Barrio pidió ayuda al entonces secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, para investigar a la familia Zedillo Ponce de León, pero su petición fue rechazada y le negaron las pruebas de cómo su antecesor José Ángel Gurría benefició ilegalmente a la empresa de los hermanos Zedillo.
En información publicada en esta columna en diciembre del 2000, se dio cuenta de la explicación que el arquitecto Rodolfo Zedillo, hermano de Ernesto y presidente del Grupo Intecon, hacía a Oficio de papel sobre los beneficios fiscales que recibieron por parte de José Angel Gurría cuando su hermano era el presidente de la República.

En aquella ocasión Rodolfo Zedillo decía que “no había recibido un trato preferencial de la Secretaría de Hacienda en la liquidación de sus adeudos fiscales”, sin embargo reconocía haber incurrido en retrasos de obligaciones tributarias “por causas externas a las propias empresas”. Y agregaba que los adeudos fiscales fueron liquidados con “cargos muy sustanciales en apego a la ley”. Es más, agregaba, “jamás he recibido un trato especial de autoridad alguna y que, por el contrario, las autoridades han sido especialmente cuidadosas con mi familia para que ésta cumpla con el pago de sus impuestos”.

Sin embargo, las pruebas en poder de este columnista que se guardan aún en viejos archivos señalan otra cosa: las cuatro empresas de la familia del expresidente: Integración del Sistemas para la Construcción, Conductores Eléctricos de México, Promociones Electro Iris e Inmobiliaria y Constructora Gegaza, acumularon deudas y recargos por impuestos no pagados al gobierno federal hasta por 15 millones 275 mil 343 pesos, entre los años 1991 y 1996.

Para resolver este problema antes que su pariente dejara la Presidencia de la República, el arquitecto Rodolfo Zedillo llegó a un arreglo con las autoridades de Hacienda que estaban bajo las órdenes de su hermano el presidente, por lo que en mayo de 1998 logró que mediante el pago de 8 millones 103 mil 779 pesos quedaran liquidados sus créditos fiscales, lo que le significó una disminución de más de 7 millones de pesos.

Según la tarjeta informativa que el exsubsecretario de Ingresos, Tomás Ruiz, le envió al secretario José Ángel Gurría, el SAT también les autorizó a las empresas de la familia Zedillo incorporarse a los convenios del Programa de Apoyo Fiscal, que les permitió pagar en una sola exhibición el saldo de los adeudos y los relevó de las obligaciones de presentar la garantía del interés fiscal y, por si eso fuera poco, los créditos que les otorgó Hacienda no fueron garantizados y al final les condonó las multas. Nada distinto del abuso de poder y tráfico de influencias cometido por otras familias como López Portillo, De la Madrid, Salinas de Gortari, Fox-Sahagún y, sólo hay que esperar, Calderón.

Cada uno de los créditos fiscales que las autoridades hacendarias les fincaron por las omisiones en que incurrieron los Zedillo al no pagar las contribuciones de sus cuatro empresas, se encontraba sin garantía alguna, lo que es contrario a las disposiciones fiscales, pues el espíritu de toda norma tributaria es en el fondo salvaguardar el interés fiscal, mismo que debe ser garantizado a plenitud en todos los créditos que las autoridades hacendarias determinen, situación que en el caso de las empresas de Rodolfo Zedillo no se cumplió por razones poco claras, lo que denota un trato preferencial del fisco federal a favor del hermano del expresidente de la República.

Estas irregularidades de la familia Zedillo, en complicidad con el exsecretario José Ángel Gurría y otros funcionarios, dicen que fueron ajenas a Ernesto Zedillo Ponce de León cuando despachaba en Los Pinos y, al más puro estilo del expresidente Vicente Fox, dijo que nunca se enteró de que sus hermanitos evadían al fisco y cuando tuvo conocimiento de ello ordenó a su empleado Gurría que los obligara a pagar, pero en pequeñas facilidades y mediante la condonación de las multas, algo que todos los demás mexicanos nunca gozaron.

Así, José Angel Gurría o El Angel Exterminador como se le conocía, si regresa a la SHCP cuando el PRI llegue al poder en 2012, seguramente volverá al abuso de poder y el tráfico de influencias para beneficiar a amigos, parientes y funcionarios. Por ahora esa responsabilidad recae en el titular de la Hacienda, Ernesto Cordero, quien una vez más le cubrirá las espaldas a Calderón como lo hizo en la Secretaría de Energía o durante la campaña presidencial o desde la Sedesol. No puede negarse, entonces, que Cordero le ha sido leal a los intereses de su presidente, pero lo que necesita este país son funcionarios que le guarden lealtad sólo al Estado.
oficiodepapel@contralinea.com.mx

Autoritarismo económico



Carlos Acosta Córdova


Ante la peor crisis económica de la historia reciente, el gobierno de Felipe Calderón no ha reaccionado eficazmente. La ausencia de un manejo profesional de la economía y las finanzas públicas, además de una evidente falta de sensibilidad social, han ocasionado que su administración recurra a las alzas generalizadas de impuestos y de precios. Como ya se prevé, esto disparará la inflación, y aunado al desempleo seguirá golpeando a las familias más pobres. El reto del nuevo secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, es enorme y todo indica que no tiene los tamaños para superarlo.


Aún no se muestra públicamente. No se conocen todavía sus atributos como secretario de Hacienda. Pero Ernesto Cordero Arroyo –en el cargo desde el 9 de diciembre– ya dio indicios del sello que dará a su gestión.

Dos aumentos, en ocho días, a la gasolina magna, el combustible de mayor consumo en el país, y el aval a un incremento en los salarios mínimos que será nulificado por la inflación prevista para este año, demuestran que no le temblará la mano para afectar a la economía de las familias, ni respetará ofertas presidenciales ni compromisos con el Congreso.

Al más puro estilo del priismo autoritario, Cordero Arroyo –primer panista en ese cargo, actuario de profesión– optó por el clásico sabadazo y con la gente de vacaciones, para aumentar las gasolinas. El sábado 19 de diciembre la Magna pasó de 7.72 pesos a 7.77; el sábado 26, a 7.80 pesos el litro. Ocho centavos en ocho días.

Aunque en realidad serán 16 centavos en 15 días porque, a última hora, y apremiada por el descontento generalizado, el enojo de los legisladores y la presión de los medios, la Secretaría de Hacienda tuvo que dar la cara, en una “conferencia de prensa” en la que no se permitieron preguntas. Estuvo a cargo del subsecretario de Ingresos, José Antonio Meade, para anunciar un nuevo aumento a la Magna, pero también a la Premium y al diesel.

Unos 10 millones de jóvenes truncan sus estudios por carencias económicas




Calculan que la deserción escolar en bachillerato y universidad se sitúa en 13 por ciento

Otro de los factores para abandonar las aulas es la falta de estímulos para seguir la instrucción


Entre los jóvenes de 16 a 18 años, poco más de 35 por ciento truncó sus estudios en educación básica. En la imagen aparecen estudiantes del IPN en una marcha realizada en la ciudad de MéxicoFoto José Carlo González
Karina Avilés

Periódico La Jornada
Lunes 4 de enero de 2010, p. 31
Actualmente hay cerca de 10 millones de jóvenes en edad de asistir al bachillerato y a la universidad, que no lo hacen por falta de recursos económicos, porque truncaron su educación a temprana edad o porque no quisieron continuar con sus estudios, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Educación Pública (SEP).

Tan sólo en edad de acudir a la educación media superior existen 6.6 millones de jóvenes. De ellos, 37 por ciento, esto es, 2.4 millones, están fuera del sistema, mientras que 63 por ciento, es decir, 4.15 millones, sí tienen acceso a este nivel educativo.

Para el año que empieza, la SEP tiene proyectado alcanzar 65 por ciento de cobertura mediante la apertura de 110 mil espacios en dicho nivel. Para ello anunció que en este 2010 pondrá en marcha 320 nuevos bachilleratos en el país –120 federales y 200 en cooperación con las autoridades educativas de los estados–, además de rehabilitar 4 mil 500 planteles.

De acuerdo con la Subsecretaría de Educación Media Superior (SEMS), la deserción escolar, que ha sido el talón de Aquiles en este sistema, se sitúa en 13 por ciento, luego de que en 2006 alcanzó 17 por ciento.

En el sector de jóvenes de 16 a 18 años de edad, poco más de 35 por ciento truncó sus estudios en educación básica y menos de 5 por ciento asiste ya sea a la primaria o a la secundaria para concluir con los estudios mínimos, según estadísticas de la Subsecretaría de Educación Superior (SES).

Entre tanto, los jóvenes de 19 a 23 años en edad que deberían acudir al nivel profesional ascienden a cerca de 10 millones. La gran mayoría de ellos, 75 por ciento, que representan 7.5 millones de jóvenes, no acude a una institución de estudios superiores. Lo anterior obedece, entre otras causas, a que no terminaron la primaria, la secundaria o la preparatoria o incluso, si concluyeron esta última, no continuaron adelante, según la SES.
Con base en la encuesta más reciente del Instituto Mexicano de la Juventud existen dos razones principales por la que los jóvenes abandonan sus estudios: por la escasez de recursos o porque no desean continuar su enseñanza.

Por otra parte, quien toma la decisión de que los jóvenes comiencen a trabajar es la familia, con 48.2 por ciento. Aunque en ellos existe gran responsabilidad hacia sus hogares, ya que más de 80 por ciento contribuyen económicamente en sus núcleos familiares.

Actualmente la cobertura en el nivel superior es de 27.6 por ciento, lo que significa que 2 millones 900 jóvenes sí ejercen este derecho. Sin embargo, son los jóvenes de los estratos socioeconómicos más bajos quienes son víctimas de la inequidad y no tienen acceso, en su gran mayoría, a dicha garantía.

Estadísticas de la SES indican que sólo 4.9 por ciento de los jóvenes entre 19 y 23 años pertenecientes al primer nivel de ingreso, es decir, al sector más pobre, asisten a una institución de educación superior, en tanto 58 por ciento de quienes se ubican en el décimo nivel, esto es, el de los más ricos, acude al nivel profesional.

En los pasados tres ciclos, apunta la SES, la matrícula en educación superior aumentó en 317 mil estudiantes, lo cual es “importante, pero no suficiente”. El abatimiento de este “rezago histórico” en materia de cobertura implica la realización de “enormes inversiones, espacios de calidad y número suficiente de egresados de la educación media superior”.

Integrantes del SME se enfrentan a trabajadores de la CFE en Teotihuacán


Protestan contra la contratación de empresas particulares para brindar el servicio de luz

La empresa federal interpone denuncia en la PGR por los delitos de daños en propiedad ajena y motín

Policías federales resguardan la subestación eléctrica de Teotihuacán, tras el enfrentamientoFoto Javier Salinas
René Ramón
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 4 de enero de 2010, p. 7
Teotihuacán. Méx., 3 de enero. Integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) se enfrentaron al personal de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que labora en las instalaciones de Luz y Fuerza del Centro (LFC) en este municipio y policías federales que las resguardan.

La riña se suscitó el mediodía del domingo, cuando aproximadamente 150 sindicalizados de LFC trataron de impedir a las cuadrillas de la CFE que salieran de la subestación, y los policías federales quisieron replegarlos.

En el incidente resultaron lesionados tres miembros del SME, tres policías y el camarógrafo de Tv Azteca José Luis Ruiz Alvarado, pero no hubo detenidos. Más tarde 100 elementos de la Agencia de Seguridad Estatal (ASE), apoyados por 30 efectivos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal, llegaron a controlar la situación.

Según la versión de la ASE, los sindicalistas lanzaron todo tipo de objetos a los trabajadores de la CFE y los policías federales, para luego corretear al camarógrafo Ruiz Alvarado cuando comenzó a realizar sus tomas, y apedrear –hasta romperle varios cristales– el vehículo particular donde éste quiso resguardarse.

Personal de la Secretaría de Gobernación también llegó y ofreció dialogar con los integrantes del SME, pero ellos advirtieron que no permitirán a la CFE contratar empresas particulares para brindar el servicio de energía eléctrica en la región.

El camarógrafo Ruiz Alvarado recibió una pedrada en la mano izquierda y denunció los hechos ante el Ministerio Público del fuero común. También presentó querella Francisco Rodríguez Sánchez, agente de información de la ASE, por el robo de su teléfono celular y otro equipo de radiocomunicación.

Apolinar Granillo, apoderado legal de la CFE, denunció a los sindicalistas ante la subdelegación de la Procuraduría General de la República (PGR) en el municipio de Texcoco, por los presuntos delitos de daño en propiedad ajena y motín.

Retiro de prestación a jubilados

Jubilados de LFC denunciaron que sin previo aviso les retiraron los 700 kilovatios (Kw) de electricidad que bimestralmente recibían como prestación, lo cual incrementó demasiado el costo de su recibo.
Expresaron, con documentos en la mano, que recibieron las primeras facturas de la CFE con cobros que sobrepasan los mil 500 pesos, cuando pagaban hasta 300 como máximo, al incluírseles, además, un incremento de tarifa.

Por ejemplo, Fernando Vázquez Gutiérrez recibió en la primera factura que le envió la CFE, que abarca el periodo del 15 de septiembre al 17 de noviembre, un cargo por mil 761 pesos, cuando el último que le envió LFC, con fecha de expedición 23 de septiembre, fue de 83 pesos. Entonces consumió 807 Kw, a los cuales se restaron los 700 de la prestación y por el resto pagó esa cantidad.

A partir de su experiencia como jefe del grupo de contabilidad de sucursal y que tenía, entre otros encargos, refacturar, encontró cobros indebidos en su recibo, como uno de 605.94 pesos, derivado de la aplicación de una tarifa de 1.90 pesos por Kw, cuando entonces, dijo, se debía aplicar la de 0.667 pesos.

Encontró que al quitarle la prestación de los 700 Kw bimestrales le generaron un costo extra de 925.39 pesos, y que en su factura no anotaron la lectura actual del medidor, sino simplemente se puso “estimada”, lo que traerá nuevos problemas al hacer las próximas facturaciones, porque no se podrá comparar la actual con la anterior para determinar el consumo real y de allí sacar el pago correcto, como corresponde”.

Le promediaron un consumo de 12.82 Kw por día. Según sus cálculos, por bimestre sería de 769. Aplicando la prestación que se supone se les respetaría pese al decreto de extinción de LFC, debió quedar con un rebase de 69, que, cobrados a 1.90 pesos (establecidos por la CFE), más IVA, le generaría un costo de 151 pesos, y no de mil 761 como le tasaron.

Con información de Alma Muñoz

La crisis sigue, ¿y los cambios?


Editorial EL UNIVERSAL

04 de enero de 2010


2010-01-04
La recesión económica en México terminó. ¿Eso qué significa? Que el país rompió su racha de tres trimestres de contracción en el Producto Interno Bruto, pero el dato, que suena muy importante en términos macroeconómicos, tiene poca relevancia para el grueso de la población que ve el incremento de los precios en productos y servicios sin que sus ingresos, o las posibilidades de empleo, compensen las pérdidas.

No es que el final de la recesión sea una noticia despreciable, lo lamentable más bien es que esa recuperación se deba a la obvia inercia que sigue después de tocar fondo en una crisis y no por audaces políticas públicas en favor del ingreso de las familias o reformas legislativas de gran calado que impulsen la recaudación fiscal y la inversión pública y privada en los sectores clave.

Los pronósticos más optimistas calculan que el país podría crecer 3% en 2010, un impulso que alcanzaría para generar, según los expertos, 241 mil empleos, apenas poco más de la mitad de los 400 mil que se perdieron en 2009; a ello se debe sumar el millón de jóvenes que cada año se suman a la Población Económicamente Activa. Es decir, con todo y crecimiento apenas se alcanzará a resarcir una mínima parte del daño ocasionado por la crisis. Si agregamos a este panorama la posibilidad de una inflación superior al 5% y la continuación de la tan anunciada agonía de Petróleos Mexicanos, nos enfrentamos ante un deterioro intolerable en las condiciones de vida de la mayoría de la gente.

Hay que exponer este escenario pesimista no para caldear aún más los ánimos de la población en contra de los partidos políticos, responsables de la catástrofe por el inmovilismo que los ha caracterizado desde hace más de una década, sino para forzarlos a ver la urgencia de realizar los cambios profundos en el año del Bicentenario de la Independencia.

Frente a la renovación de 15 gubernaturas y elecciones parlamentarias en varios estados más, no será el mejor momento político para ampliar la base gravable, eliminar privilegios de la burocracia o desacralizar el sector energético, pero la alternativa —la administración un país sumido en la pobreza y el resentimiento— implica mayor riesgo.

Entre otras cosas, 2009 fue el año en que los políticos desperdiciaron otra oportunidad para realizar reformas de fondo que sólo son posibles en periodos de inflexión o de crisis; sin embargo, la ventana de oportunidad todavía no se cierra.

La recesión terminó, pero la crisis continúa, ¿qué mejor argumento para enfrentar a los intereses que lastran nuestro desarrollo que el de la necesidad de sacar a un país de la inanición?