jueves, 18 de noviembre de 2010

Calderón padece los efectos del "michoacanazo". Bajo Reserva

| Periodistas de EL UNIVERSAL

El presidente Felipe Calderón estuvo ayer en Ciudad Hidalgo, Michoacán; inauguró un hospital regional. Y no tuvo más opción que saludar al alcalde José Luis Ávila Franco; el mismo que el 26 de mayo de 2009, a las 10:30 de la mañana, fue arrestado bajo acusaciones de narcotráfico. Él y otros 34 funcionarios. Ávila Franco es, además, miembro del PAN, el partido de Calderón. El alcalde no sólo recobró su libertad (como los demás), sino que retomó sus obligaciones de presidente municipal. No es la primera vez que el jefe del Ejecutivo federal debe padecer los efectos colaterales del fallido golpe en su tierra. El 21 de octubre se vio obligado a sonreírle a Genaro Guízar, presidente municipal de Apatzingán. Si fuera un solo liberado por esa acción penal fallida, no sería tan duro enfrentar el fracaso. Pero son 11 alcaldes y 24 funcionarios estatales los detenidos en aquella fecha; de 35, 34 ya están libres. ¿Quién metió en este brete al jefe del Ejecutivo? ¿Quién lo hace pasar tan malos ratos? Y en su propia tierra, caray; en donde la familia quiere perpetuar el nombre; en donde hasta su hermana, Luisa María, aspira a ser gobernadora.


Fiel a su estilo, el secretario del Trabajo, Javier Lozano, disparó por Twitter: “Vamos simplificando la discusión: te apuesto esos 196 mil pesos a que NO habrá tal aumento salarial en mi caso. ¿Juega?”. Le respondía a un usuario que le increpó porque los secretarios de Estado ganarían más en 2011. @asesor político respondió a @JLozanoA: “Creo que asuntos públicos y salarios de servidores públicos no deben ser materia de apuestas”. El tuitero citó la Gaceta Parlamentaria que, dijo, habla de un salario de $196,847 netos. Pues si Lozano los iba percibir, ya perdió lo de un mes; y si no, pues ya ganó la apuesta… aunque ahora deberá buscar a @asesor político para que le pague.


Apunte final: Las mexicanas afectadas por la violencia de Ciudad Juárez y el desempleo producto del TLC, que tenían un plantón frente a la Casa Blanca, lograron que el presidente Barack Obama les respondiera y sometiera su caso a revisión. Que no se sepa, porque mañana vuelan a Washington varios millones de mexicanos que se quejan de lo mismo: violencia y desempleo.

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