martes, 26 de octubre de 2010

Un dolor universal Sergio Conde Varela Abogado


Los gritos de dolor de los jóvenes masacrados en Horizontes del Sur de nuestra ciudad, han trascendido no sólo a nivel nacional sino a un ámbito internacional. Por ahí se escribió que se trataba como un exterminio decretado por los nazis contra el pueblo judío.

Lo que es obligado moral y humanamente es la solidaridad que debe haber para las familias que se han quedado sin sus hijos deseándoles que la misericordia de Dios penetre hasta las profundidades de su alma y las llene del consuelo necesario para pasar por los graves efectos de esa espantosa masacre.

Es lamentable que de nuevo se enlute esta frontera. Y más lamentable aún es que no exista respuesta institucional apropiada respecto a ese y otros tipos de crímenes y de actos antisociales que tienen el sello de tratar de que aparezca una apatía desbordante en la cual no se puede hacer nada.

Sin embargo, es tiempo de que la ONU tome cartas en este asunto y las tome en serio porque si no lo hace, esto que no ha sido informado debidamente por los canales oficiales lleva al derrumbamiento de las estructuras mexicanas. Están afectadas la seguridad, la economía, las garantías individuales, la vida, la educación, la política. Cómo va a ser posible que no haya sido perseguido el contrabando de armas o combatido debidamente. Cómo no se han tomado las medidas especificas para estimular al comercio y a la industria y para impedir el éxodo de personas productivas a la vecina ciudad. Nadie del sector oficial se pregunta quién hace el financiamiento para los gastos tumultuosos de las ráfagas de metralleta.

No hay información y menos aún políticas apropiadas para que esto termine.

Los diferentes organismos sociales han levantado su voz, han emprendido marchas pacíficas como lo manda la ley en protesta contra los hechos violentos.

Las voces de comentaristas y maestros universitarios valientemente han señalado con índice de fuego los graves perjuicios que esto causa; los periodistas en foros internacionales han hecho las denuncias puntuales sobre la muerte de sus colegas y ninguna respuesta se ha dado. Por su parte la Iglesia católica ha declarado que la última masacre se origina por las políticas equivocadas emprendidas para resolver el problema.

La sangre de 30 mil personas que ha sido regada sobre México de las cuales más de 7 mil son de personas muertas en Juárez, es el resultado de que el mandamiento divino de “No matarás” no ha sido observado y la tendencia es que no se detiene el furor homicida de quienes no les interesa la vida y eso será de graves consecuencias futuras.

Ojalá y quienes realizan estos actos recapaciten y cambien sus desviadas conductas y las encaminen por los senderos de la paz.

No entienden que la vida se va a imponer sobre la muerte y que no podrán seguir haciendo esas masacres ni matando a humanos como si fueran bichos, sin pagar las consecuencias de sus actos.

Por encima, muy encima de los actos humanos, están los pareceres divinos y estos puntos de vista tienen completamente otra opinión de lo que aquí está pasando.

Este tipo de cosas ha llevado a politólogos como Porfirio Muñoz Ledo a considerar que la ingobernabilidad es una percepción generalizada de la población, por la falta de resultados y por los efectos tan desastrosos que ha producido este complejo fenómeno que tiene que ver mucho con el dinero y muy poco con la justicia.

Han sido muy dolorosos los episodios de Villas de Salvárcar y ahora los hechos de Horizontes del Sur sitúan en el vértice de la violencia a nivel internacional a nuestra querida ciudad.

Realmente se ha producido un dolor universal precisamente como en el primer hecho; han caído muchos jóvenes, sangre nueva derramada por la torpeza, la insensibilidad y la irresponsabilidad de no entender que las cosas tienen todas un rumbo aunque no parezca, pero no es lo mismo la oscuridad que la luz y desde luego que el combate se va a llevar a cabo precisamente contra las potestades tenebrosas y estas van a ser vencidas, si no, al tiempo

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