jueves, 21 de octubre de 2010

El PAN en tiempos de Felipe Calderón. Bajo Reserva

| Periodistas EL UNIVERSAL


Cecilia Romero entró directamente en confrontación. Al registrarse como candidata a la dirigencia nacional, habló de un PAN que pierde votos; uno nada democrático, corrompido hasta en sus ideales, en donde “los militantes no eligen a sus candidatos; los candidatos no se deben a los militantes y a veces ni a su partido; los dirigentes no respetan los ideales; los gobernantes emanados del PAN no respetan a los dirigentes ni a los militantes y también hay quienes confunden el quehacer público con el quehacer partidista”. Habló básicamente del PAN en tiempos de Felipe Calderón; los últimos dos dirigentes, César Nava y Germán Martínez, fueron elegidos a lo priísta: sin opositor, por “unanimidad”. Y es el PAN calderonista el que apoya candidatos no panistas, es decir, de alianza. La ex comisionada de Migración hizo oficial su distanciamiento con Los Pinos. Poco agradecida: se sabe que su amistad con el Presidente la mantuvo como funcionaria federal a pesar de su baja calificación para el cargo, y pese a su desempeño. El registro de Cecilia Romero lo firmaron, entre otros, la esposa del líder moral del PAN, Luis H. Álvarez. ¿Y don Luis? Pues bien (quizás mejor), en la otra mesa, en la de la candidatura oficial. Ayer llevó del brazo a Gustavo Madero a su registro para la contienda por la dirigencia panista.

En su estrategia por ganar la candidatura del PAN a la gubernatura de Guanajuato, el ex secretario de Gobierno Gerardo Mosqueda mueve el piso del favorito del mandatario Juan Manuel Oliva: el secretario de Desarrollo Social. Quiere la renuncia de Miguel Márquez Márquez. Hábil, dijo hace unos días que él renunciaba “por coherencia y para transparentar al pie de la letra la precampaña”. Y ahora presiona para que Márquez sea coherente. El paso tres de Mosqueda es claro: brincarse a la dirigencia estatal del PAN y al gobernador, y cerrar con el CEN panista su candidatura. ¿Cómo? Con una encuesta a población abierta. Intenta vender la idea de que se mida la popularidad de él, de Miguel Márquez y de José Ángel Córdova, secretario federal de Salud. En una de esas, gana. Y así Oliva perderá la candidatura para su hijo político; pero se la dejará a su Frankenstein.

“Cometieron un exceso tremendo”, dijo Marcelo Ebrard. Se refería a la protesta que realizaron vecinos que rechazan la construcción de la Supervía Sur-Poniente en la colonia La Malinche del DF. Unos pensaron que hablaba de los diputados federales, de los asambleístas, de los priístas y de los amlistas; otros, que se refería a los perredistas o a los panistas o a los curas. La confusión no es gratuita: el jefe de Gobierno ha hablado de todo en estos días. Es lo malo de su nueva estrategia de posicionamiento nacional…

Apunte final: Parece que el Congreso sí sostendrá el aumento de 7 pesos por cajetilla de cigarros contra los intereses de las riquísimas y poderosísimas tabacaleras. Falta saber qué sucederá cuando empiecen a negociar en lo oscurito

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