jueves, 28 de octubre de 2010

El Chamizal, Orgullo Nacional en Abandono en Ciudad Juarez - Erick Falcon


El Chamizal, Territorio Sin Aprovechar

Erick Falcon

A más de 40 años de que Estados Unidos entregara ‘El Chamizal’ a México, en lo que fue el fin de una polémica internacional que duró un siglo, la mitad de las 333 hectáreas de la zona permanece desaprovechada o se encuentra en desuso.
Gran parte del territorio luce deteriorado o completamente diferente-en palabras de quienes dieron forma al actual Parque Conmemorativo- a los fines culturales que la sociedad juarense contemplaba que se dedicaría el territorio que se reintegró a este país en 1967.

“Desgraciadamente tengo la impresión de que a pesar de ser el primer territorio regresado bajo la soberanía de la nación más poderosa del mundo, y después de más de 100 años de litigio por parte de un país débil como el nuestro, los juarenses no hemos sabido aprovechar ese soporte cultural que nos da identidad, y que la gran mayoría no conoce”, afirmó Andrés Carbajal Casas, quien fuera ingeniero residente general de la obra del Parque Conmemorativo ‘El Chamizal’.

El territorio fue reintegrado a México el 28 de octubre de 1967 en una ceremonia efectuada en el Monumento Conmemorativo de El Chamizal en esta ciudad, donde los presidentes Gustavo Díaz Ordaz y Lyndon B. Johnson firmaron el documento que constató la transferencia del territorio a México, terminando una disputa de 102 años que inició en 1865 con un reclamo diplomático del entonces mandatario Benito Juárez.
Durante la reintegración del predio al territorio nacional, los presidentes Adolfo López Mateos y Díaz Ordaz y el entonces gobernador de Chihuahua, Óscar Flores Sánchez, se comprometieron con Manuel L. Cardona, presidente de la Sociedad Chihuahuense de Estudios Históricos y René Mascareñas Miranda, en representación de la población juarense, a asegurar que ‘El Chamizal’ sería destinado únicamente al ámbito educativo, cultural y deportivo, expresó Francisco Ochoa Cunningham, asesor técnico de la Junta Federal de Mejoras Materiales, dependencia que se encargó de construir el Parque y Monumento que ahora existen en ese terreno.
Ochoa y Carbajal dijeron que la zona está ‘descuidada’ y vandalizada, especialmente en el Monumento de Mármol, y no cumple los fines cívico, deportivo, cultural y científico que se asignaron al territorio en la década de 1960. Ochoa mostró a El Diario un documento de una Comisión Intersecretarial que se creó para darle seguimiento al desarrollo de ‘El Chamizal’, pero sólo detalla la creación de los puentes internacionales y del Parque y Monumento, sin ser precisamente un diseño general para el total del territorio.
Es por ello que, a la fecha, la indiferencia mostrada por administraciones federales, estatales y municipales a casi cuatro décadas del reincorporamiento de ‘El Chamizal’, provocó que el territorio luzca distante a lo que se tenía contemplado, ya que nunca se trazó un diseño general o Plan Maestro para el área regresada a México, coincidieron varias fuentes consultadas al respecto.

“No hubo un diseño en sí, pero se definieron directrices”, aseveró Jesús Luévano, secretario general de la sección mexicana de la Comisión Internacional de Límites y Aguas, quien concordó con la versión de Carbajal y Ochoa respecto a los fines culturales, deportivos y educativos a los que la zona se destinaría.

Nazario Martínez Luján, director de la Preparatoria Federal “El Chamizal” expuso que se pretendía que no hubiera oficinas de gobierno en el área, y que bien “pudiera ampliarse un complejo cultural, debido a que es una zona de mucha afluencia de personas”.
Basta un caso para ejemplificar el desinterés y la falta de seguimiento de las autoridades de todos los niveles en desarrollar el territorio. En 1989, la desaparecida Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (SEDUE) otorgó al ayuntamiento de Juárez durante la administración de Gustavo Elizondo la posesión de las 333 hectáreas de ‘El Chamizal.
De acuerdo con archivos periodísticos de 1989, el otrora administrador del proyecto de ‘El Chamizal’, Marte Corona Chávez, declaró a este medio que existía un plan para reforestar el parque, instalar una ciclopista, un campo de golf con nueve hoyos, tres zoológicos, restaurantes y una pista de patinaje de hielo, además de juegos ecológicos; nada de esto se aprecia en la actualidad.

“Lo que había era una gran coyuntura que pienso que no se supo aprovechar. El discurso del gobierno decía que había que convertirlo en el territorio ejemplar del país.. es una pena que los encargados de promover eso no sientan el orgullo de que, iniciado por Juárez, culminado por López Mateos, y materializado por Díaz Ordaz, nos hayan regresado 333 hectáreas a la soberanía nacional”, dijo Carbajal.

Además, y pese a que en el ‘El Chamizal’ se encuentra el principal parque de la ciudad, y presupone uno de los pocos espacios abiertos significativos, el potencial total del territorio reincorporado ha sido “desaprovechado”, consideró Pedro Cital Beltrán, subdirector técnico del Instituto Municipal de Investigación y Planeación (IMIP), y agregó que aún así se tienen pueden mejorar, incorporar y regular de mejor manera más actividades culturales y artísticas si se instala una mejor infraestructura.

‘Al menos un tercio del territorio lo ocupan oficinas de gobierno’

La realidad dista mucho de esa visión original que se contemplaba para ‘El Chamizal’ en 1967.
Pese al uso exclusivamente cultural, deportivo y educativo contemplado para la zona, en el predio se encuentran actualmente los edificios gubernamentales de la actual Presidencia Municipal con un estacionamiento para vehículos municipales, así como la sección mexicana de la Comisión Internacional de Límites y Aguas, el Departamento de Servicios Públicos Municipales, Alumbrado Público, Control de Tráfico y la Dirección de Transporte Público.
Asimismo, se ubican ahí los terrenos de la Feria, entregados en comodato a la Iniciativa Privada, los corralones de Aduana y un espacio dedicado al estacionamiento de vehículos de Limpia, además de las instalaciones de Recaudación de Rentas y Registro Civil, que anterior a la entrega eran las oficinas del Servicio de Inmigración y Naturalización de Estados Unidos, que en conjunto con los terrenos de instituciones educativas forman más de 90 hectáreas de la superficie de ‘El Chamizal’, según consta en archivos periodísticos que datan de 1989.
Para dar idea de la extensión de la zona, el territorio comienza en el poniente, a unos metros del nacimiento de la calle Plata, y se da hasta el paso a desnivel en la Avenida Pérez Serna donde nace el Boulevard Cuatro Siglos. El límite sur lo marcan los ‘hoyos’ del ‘Chamizal’, que se encuentran a ras de la avenida Malecón, que era donde se localizaba el cauce antiguo del río, de acuerdo con información topográfica oficial de hace más de 40 años.
Aparte de otras obras posteriores de menor importancia, es muy poco lo que se ha hecho además de lo que se construyó en la década de 1960, expresó Carbajal. Junto con el parque conmemorativo, quizá lo único que destaca dentro de los protocolos asignados para el terreno son el Instituto de Ciencias Sociales y Administrativas de la UACJ, la presencia de la Preparatoria Federal “El Chamizal”, y el Parque y Monumento Conmemorativo, además del Museo que se encuentra en el interior del Parque.

“Hay instalaciones para los transportistas. Están los corralones de la chatarra que recoge la Aduana… ¿ése es el territorio histórico del Chamizal?”, mencionó Andrés Carbajal, actual delegado de la Junta Central de Agua y Saneamiento, e indicó que más allá de la fuerza cultural de la Megabandera, el Monumento de Mármol, la preparatoria, ICSA y la Biblioteca Central, “las únicas hectáreas [de Juárez] que tienen una dimensión mundial, con un alto valor político, histórico y social, no han recibido el impulso ni el dimensionamiento esperado”.

Y agregó: “Si lo que hace falta a esta ciudad es fortalecer su identidad con base en elementos históricos y culturales, pues ahí está el destino de esa superficie, Hay que sacar de ahí lo que puede estar en otra parte, como las oficinas de gobierno, y hay que poner más cultura. Baeza dijo en su informe que él estaba decidido a convertir a Juárez en la capital cultural del estado. Seguramente todos le tomamos la palabra”.

IMIP considera elaborar Plan Maestro para regenerar la zona

El desaprovechamiento de la zona motivó a investigadores del IMIP a desarrollar un análisis para ver que tipo de actividades son compatibles con el área, además de ver cuáles no deben de ejercerse ahí, así como estudios para mejorar los flujos vehiculares, peatonales y de las áreas de convivencia.

“Se han hecho diferentes estudios y análisis sobre el territorio y hemos planteado la necesidad incluso de hacer un Plan Maestro para esa zona a partir del valor histórico y simbólico que representa para Juárez, pero también por las actividades y el aprovechamiento que le da en términos de espacio público abierto y recreacional y de convivencia”, dijo el subdirector técnico del IMIP, Pedro Cital Beltrán, entrevistado en octubre del 2005.

Y agregó: “Hemos hecho estudios y análisis específicos para una zona, como los ‘hoyos’ o el terreno que ocupa la Feria, o en general análisis de mejoramiento del flujo vehicular y de las calles, así como de creación de infraestructura para los camiones en la ruta de carga, que sería cuestión de incorporarlos al Plan que menciono”.
Expuso que hay una afluencia de visitantes y una cantidad de instalaciones deportivas, pero está “desaprovechado el potencial”, aunque aseguró que se pueden mejorar y regular de mejor manera los campos deportivos existentes e incorporar más actividades culturales y artísticas si se instala una mejor infraestructura.
Indicó que El IMIP no ha formulado aún un Plan Maestro para El Chamizal, ya que se debe someter el proyecto primero al Consejo Deliberativo del organismo, y una vez que se apruebe, se tendrán que buscar recursos para incorporarlo al plan de trabajo de la institución.
El Plan tentativamente determinaría los tipos de actividades deportivas, culturales y recreativas compatibles con el área, así como la magnitud que puedan tener, explicó.

‘Miles de paseños desplazados aún tienen reacciones encontradas’

Magdalena Peralta, de 74 años, nunca se imaginó que a la mañana siguiente luego de 14 años después de haber emigrado de Fresnillo, Zacatecas, a El Paso, Texas, su casa súbitamente se encontraba de nuevo en territorio mexicano, como en un viaje del Mago de Oz.
La respuesta la encontraría en los periódicos del 19 de julio de 1963: Peralta, que en ese entonces tenía 26 años, se convirtió en una de los cinco mil paseños que fueron desplazados de sus viviendas por el gobierno federal estadunidense para darle cumplimiento a lo dispuesto por la Convención para la solución del problema del Chamizal, que se firmó en la Ciudad de México el 29 de agosto de 1963.

“Nosotros vivíamos en la calle Río Linda, la última calle de El Paso hacia el río, y nos salimos en un día de Acción de Gracias, creo. Yo me sentía muy enojada porque no sabía que pasaría, ni dónde íbamos a vivir”, comentó Peralta, que sin embargo dijo haber sido feliz eventualmente luego de la mudanza.

Una casa nueva con varios rosales vistosos valuada en nueve mil dólares, pagada con los fondos que le daría el gobierno, convencieron a la madre de Peralta de abandonar su casa, que el gobierno le compró al mismo precio de su anterior residencia, que era de siete mil dólares.
No obstante, varios paseños que recuerdan el ser desplazados de sus casa aún enojados, relató Jerónimo Meléndez, párroco de la Iglesia San Ignacio de Loyola en el Segundo Barrio de la vecina ciudad, a quien dijo que a muchos de sus feligreses les pudo la mudanza obligada, e inclusive un libro fue escrito por la autora María Trillo sobre las experiencias de los desplazados, persona a quien este medio no pudo contactar debido a que se encontraba fuera de la ciudad en donde reside.
Asimismo, dijo el padre, pese a que se redujo la inseguridad de la zona del Corte de Córdova, y se convirtió en un sitio pacífico, ahora el ‘Chamizal National Memorial’, el territorio cedido a México no ha sido bien empleado, ya que “sólo plantaron árboles, pero Juárez sigue siendo un lugar peligroso”.
El gobierno federal de EU gastó aproximadamente 27 millones de dólares para comprar los terrenos residenciales que habían de ser entregados a México, además de los predios que se reservaron para construir los puentes internacionales y de ferrocarriles y el canal Franklin, de acuerdo con un documento interno del Departamento de Estado con fecha del 14 de abril de 1964.
A los residentes desplazados se les dio hasta 25 por ciento más del valor real de la casa en el mercado inmobiliario para compensar “por gastos y otras pérdidas y daños ocurridos” por la reintegración de ‘El Chamizal’ a México, como consta en un comunicado oficial de la sección estadunidense de CILA. Sin embargo, no todas las casas expropiadas fueron demolidas, comentó Andrés Carbajal, ingeniero de la Junta Federal de Mejoras Materiales en ese entonces.

“Era una colonia importante, deben haber sido más de mil viviendas, a mi me tocó recibirlas todas, la gente de manera disciplinada salió de sus casas, sacó sus muebles, se sellaron las casas”, dijo Carbajal sobre la entrega de las residencias de El Paso.

“Esas casas alguien, no se de qué manera, las vendió, como eran construcciones de madera, alguien se las ingenió para montarlas sobre ‘trailers’ y se llevaron a otros lugares en Juárez, no se demolieron, se vendieron como en 1968”, explicó el ingeniero.

‘100 años y un día extra de dificultades’

El conflicto de ‘El Chamizal’ se remonta a 1866, cuando el Jefe Político del Distrito Bravos en la entonces Villa Paso del Norte envió el oficio 113 fechado del 17 de octubre de ese año al gobernador del estado de Chihuahua, con la queja de que “la falsedad del terreno en que corre el río ha hecho que con el transcurso del tiempo haya cambiado de corrientes”.
Esta fue sólo una de varias ocasiones registradas entre 1853 y 1866 que el Río Bravo desviaba tierras mexicanas hacia territorio estadunidense, de acuerdo con récords históricos del siglo diecinueve.
El reclamo no fue el único efectuado ese año. En 1866, el ciudadano juarense Pedro Y. García, que heredó de su abuelo parte de los terrenos de ‘El Chamizal’, notificó al presidente Benito Juárez, quien se encontraba en exilio en esta ciudad, de los efectos del desvío del cauce del río, al quedar la propiedad de García en territorio estadunidense.
Alertado por la situación, el gobierno del presidente Juárez envió un documento al Ministro mexicano en Washington, D.C., Matías Romero, para que expusiera al gobierno estadunidense “las dificultades que están ocurriendo por la variación del cauce del Río Grande (Bravo) cerca de la villa Paso del Norte”.
Tuvieron que transcurrir 44 años hasta que un laudo arbitral en 1911 deliberó el dominio de México sobre la parte media sur del cauce del río Bravo como existía en 1852, y de EUA el territorio del cauce medio del río como estaba en 1864, laudo que los estadounidense rechazaron puesto que era físicamente imposible determinar en ese entonces el curso del río en 1864, por lo que el asunto continúo sin resolverse.
Fue hasta junio de 1962 cuando los presidentes de México y EUA, Adolfo López Mateos y John F. Kennedy, acordaron resolver el problema del Chamizal, sentando las bases para la entrega simbólica del territorio en 1964 en esta ciudad por parte del presidente interino Lyndon B. Johnson, que ocupó el puesto tras el asesinato de Kennedy.
Ochoa Cunningham narró un episodio desconocido de esa entrega. Debido a una tardanza del mandatario estadunidense en llegar al puente de Santa Fe en la avenida Juárez, los funcionarios del gabinete de López Mateos dijeron que había expirado la hora prevista para esperar a Jonson.
A esto, el presidente mexicano respondió: “Si hemos esperado 100 años para que nos devuelvan El Chamizal, ¿por qué no esperar otro rato más?”.
Sin embargo, la entrega física del territorio no se dio hasta el 28 de octubre de 1967, en una ceremonia efectuada en el Monumento del Chamizal entre los presidentes Jonson y Gustavo Díaz Ordaz en medio de un fuerte operativo de seguridad del FBI y agentes del Estado Mayor Presidencial.
Un análisis contenido en un reporte desclasificado de la CIA estadunidense con fecha del 12 de octubre determinó que las fuerzas policiacas mexicanas en Juárez “podrían evitar cualquier tipo de incidentes” pero externaba el riesgo de un intento de asesinato por parte de un fanático.
El documento detalla que al realizar eventos populares, el Partido Revolucionario Institucional tendía a concentrar a sus miembros adherentes y juveniles por motivos de seguridad.
De preocupación para la CIA eran los elementos locales del Partido Comunista Mexicano y la Alianza Cívica Democrática, además de los estudiantes de la Escuela de Agricultura, muchos de los cuales fueron detenidos o notificados por las autoridades locales, según detalla el documento secreto.
La preocupación principal era que algún fanático izquierdista intentara asesinar al presidente Jonson, quien se encontraría “descubierto ante el público durante la caravana en automóvil por las relativamente estrechas calles”.
Sin embargo, se suscitó otro tipo de percance, narraron Ochoa y Carbajal. Uno de los funcionarios del Distrito Federal ordenó que se abrieran los tanques de cloración instaladazos en la fuente, pese a las advertencias de que no se hiciera, lo que provocó que el agua cristalina recién extraída de los pozos del Chamizal se hiciera ‘chocolatosa’ al oxidarse el manganeso que contiene el agua de esa zona y volverse de color café rojizo 24 horas antes de la ceremonia de entrega.
Varias propuestas improvisadas surgieron en medio de la desesperación ante el hecho de que se había arruinado el escenario de la ceremonia, que provocó una reacción ‘fulminante’ del presidente Díaz Ordaz. La decisión tomada por Ochoa Cunningham fue la de buscar un producto químico en El Paso que acelerara el proceso de oxidación, sulfato de aluminio, y por consiguiente, la sedimentación de las partículas de manganeso para que se depositaran en el fondo.
Un ingeniero paseño facilitó su equipo de limpieza de albercas para aspirar las partículas de metal en el agua y para las 08:00 horas de la mañana, la fuente lucía limpia de nuevo, lo cual salvó al presidente Díaz Ordaz de una penosa situación con su homólogo estadunidense.
Fue así como luego de 101 años, México reincorporó 148 héctareas de El Chamizal, 78 del Corte de Córdova y 106 al este del Corte como compensación, para totalizar 333 héctareas que volvieron a ser parte del territorio nacional en 1967.

“Si eso no tiene valor, si eso no fortalece a mis hijos y a mis nietos, y es en vano el esfuerzo de mis antepasados como mexicano, a mí me da mucha tristeza que las nuevas generaciones son conozcan esto, que no se les haya enseñado”, finalizó Carbajal.

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