martes, 5 de octubre de 2010

César Nava, emerge la corrupción


Álvaro Delgado



MÉXICO, D.F., 4 de octubre (apro).- Por lo visto el presidente del Partido Acción Nacional (PAN), César Nava, no gastó durante cuatro años en comer, beber, vestirse, alojarse y divertirse, ni siquiera en la manutención de sus tres hijos. Ahorró todos sus ingresos para comprar una casita de 15 millones de pesos en Polanco.

El problema es que ni así, sin gastar nada de todas sus percepciones durante cuatro años, es posible que Nava haya podido reunir el dinero para adquirir el departamento de recién casado en un edificio de lujo que tiene vista al Castillo de Chapultepec.

Aun si el precio de la vivienda de lujo fue de sólo 7.5 millones de pesos, como aseguró Nava a través de un comunicado del PAN, tampoco hay manera de que le salgan las cuentas.

Sus propias cifras lo delatan: Durante casi dos años como secretario particular de Felipe Calderón y un año como diputado federal cobró, sólo en sueldos, poco más de 4.5 millones de pesos.

Y más aún: Al inicio del sexenio, tenía una deuda de 4 millones 100 mil pesos --casi la misma cantidad que ganó en cuatro años-- por haber comprado, en agosto de 2006, una casa donde vivía con su anterior familia.

Así, salvo que se haya sacado la Lotería o el Melate, que haya recibido una multimillonaria herencia o que el gasto lo haya hecho Patricia Sirvent, quien desde el sábado 2 de octubre es su esposa, hay elementos para presumir que Nava adquirió esa propiedad con dinero mal habido.

No es la primera vez que el próximo expresidente del PAN está bajo sospecha de corrupción, particularmente en su gestión como abogado general de Petróleos Mexicanos (Pemex) --empresa donde fluyen comisiones por los multimillonarios contratos--, ni es raro que la facción gobernante incurra en tal conducta.

(Un ejemplo es el manejo que, con la total complacencia de Calderón, hizo Patricia Elizondo no sólo del multimillonario presupuesto para los festejos del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución, sino de la propia administración de Los Pinos, una especie de Afore que disfrutará con su pareja al terminar el sexenio).

Tomando como base las cifras de sus propias declaraciones patrimoniales que Nava aceptó hacer públicas, particularmente la correspondiente a 2007, y los tabuladores de los cargos que ha ocupado, es posible presumir que la compra del departamento en Polanco --que se ha ido poblando de nuevos ricos como él-- es un asunto de corrupción.

En efecto, en sólo cuatro años, Nava pasó de la inopia a la prosperidad, que se inició con la fraudulenta elección de 2006.

En agosto de ese año, cuando ni siquiera el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) había decidido que Calderón era el sucesor de Vicente Fox, Nava vio venir la fortuna y obtuvo un crédito hipotecario por 3 millones 100 mil pesos, que sumó a un “préstamo personal” por un millón de pesos para la compra de una casa.

Es decir, comenzó el 2007 con una deuda de 4 millones 100 mil pesos, sin contar otros adeudos, como las tarjetas de crédito.

Respecto a sus ingresos, el puesto de secretario particular de Calderón era nivel HC2, equivalente a subsecretario de Estado, por lo que su sueldo bruto ascendía a 203 mil 564 pesos y, ya sin impuestos, a 143 mil 314. Durante todo el 2007, percibió en total un millón 719 mil 768 pesos.

Al año siguiente, 2008, Nava sólo cobró un millón 576 mil 454, porque en noviembre de 2008 Calderón lo despidió. En todo caso, en los casi dos años que estuvo en el gobierno pudo ahorrar, sin gastar absolutamente nada, un total de 3 millones 296 mil 222 pesos.

Después, durante diez meses, Nava no trabajó en nada y, en teoría, tampoco tuvo ingresos: De noviembre 2008, cuando fue separado de la secretaría particular por Calderón, a agosto de 2009, cuando comenzó su gestión como presidente del PAN --en sustitución de Germán Martínez, quien hace dinero como gestor o coyote--, sólo hizo campaña como candidato a diputado federal.

En todo caso, Nava sólo cobró un mes de sueldo como presidente del PAN, el de agosto de 2009, porque aseguró que renunciaba a él y su ingreso sólo sería su dieta como diputado federal. Por ese mes cobró, según el tabulador de ese partido, 130 mil 352 pesos con 65 centavos netos.

Como diputado federal, Nava percibe un promedio de 100 mil pesos mensuales, que multiplicados por los 12 meses que lleva como tal, suman un millón 200 mil pesos.

De esta manera, si se suman todos esos ingresos de Nava, de enero de 2007 a septiembre de 2009, el resultado es el siguiente: Cuatro millones 626 mil 574 pesos, apenas medio millón de más al adeudo que tenía cuando comenzó el gobierno de Calderón.

Y hay que insistir: Se trata de una cantidad acumulada sólo en el caso de que Nava no haya gastado absolutamente en nada, ni siquiera en la pensión que, al parecer, destina a los tres hijos que tuvo con María Covadonga Baños Ardavín.

Los números de Nava, en suma, sacan a flote un caso de enriquecimiento inexplicable, un asunto de corrupción.

El tema da para más…



Apuntes



Una perla para que los panistas se sientan orgullosos: En homenaje al décimo aniversario de la muerte de Carlos Castillo Peraza, nace en Guanajuato una central corporativa de taxistas que lleva su nombre. Se trata de la Federación “Carlos Castillo Peraza”, que agrupa a cerca de 2 mil choferes en organizaciones que llevan los nombres de otros próceres del partido oficial: “Manuel Gómez Morín”, “Manuel J. Clouthier”. Ahí caben perfectamente los perredistas que aman a Calderón y que encabezan Jesús Ortega, Jesús Zambrano, Graco Ramírez, Carlos Navarrete…

Comentarios: delgado@proceso.com.mx

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