domingo, 14 de marzo de 2010

Nueva política, vieja política

El despertar


José Agustín Ortiz Pinchetti
Doña Eloína Osorio Clavel, de Tlancualtican, en la mixteca poblana, acudirá hoy a una evaluación regional con Andrés Manuel en la ciudad de Izúcar de Matamoros. También lo harán unos 200 activistas de 40 municipios. Eloína es una mujer recia, luchadora en distintas causas. Se incorporó al obradorismo hace muchos meses. La gente la respeta por su claridad política. Explica en su comité la injusticia en las cargas fiscales. Don Alfonso Rodríguez Varela es un comerciante de Atencingo, hermosa región cañera. Está en el movimiento después de vencer ciertas resistencias y tiene gran poder de convocatoria en la región. Él también irá hoy a Izúcar. No podrá hacerlo Luz del Carmen García, de Tehuitzingo, a pesar de su activismo entusiasta, porque este día en su pueblo se celebra el centenario de un levantamiento precursor de la Revolución. Luz del Carmen es una misionera católica que ha organizado 10 comités en su región. Trabajar en la áspera serranía mixteca moviéndose de un pueblo a otro es difícil. Se trata de una zona pobre, limítrofe con Morelos y Guerrero.

Los activistas que acudirán a la reunión con Andrés Manuel tienen que pagar su propio transporte, y muchos pierden un día de trabajo (la mayoría trabaja siete días de la semana). Ninguno espera un cargo electoral ni una chamba; incluso renuncian por escrito a esas ventajas para poder entrar al movimiento.
“Lo que los mueve a acudir a la reunión de Izúcar es la voluntad de salvar a México”, explica un maestro de Acatlán, también activista. “Y también la oportunidad de ver y hablar con AMLO”, quien parece mantener intacto su liderazgo entre cientos de miles de poblanos, a pesar de las descalificaciones.

Mientras, en el Distrito Federal, los presidentes nacionales del PAN, César Nava, y del PRI, Beatriz Paredes, se insultaron mutuamente “en la más alta tribuna del país”. Aludieron a un oscuro pacto antialianzas en el estado de México que se firmó a cambio de aumentar los impuestos a la población. En el debate tachonado de injurias intervinieron políticos con más de 25 años como legisladores o en chambas administrativas. Al final se entendieron: “son aves del mismo plumaje”. Los obradoristas de la mixteca tienen que trabajar duramente para ganarse el pan. Cualquiera de los protagonistas del combate verbal gana en un mes más que Eloína, Alfonso, Luz del Carmen en tres años. Pero unos y otros son políticos; es decir, hacen política. Unos son “idealistas”, “románticos”, “soñadores”. En cambio, la gente de San Lázaro se concentra en una sola, apasionada vocación: escalar, escalar, escalar.

jaorpin@yahoo.com.mx

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