viernes, 5 de marzo de 2010

Astillero


Los abajo renunciantes
Firmas infractoras
¿El último en enterarse?
Más del padrón migrante
Julio Hernández López


Cuando menos cuatro de cinco altos personajes de la política mexicana deberían estar en este momento con la renuncia en la mano luego que se ha confirmado la existencia de un pacto de invasivas y mutilantes implicaciones electorales en el estado de México y de lesiones fiscales para los ciudadanos del resto del país.
Firmado en un protocolo privado, el texto, vergonzosamente demostrativo de las políticas de tianguis comicial, coloca en situación muy comprometida a funcionarios como lo son dos secretarios encargados de gobernabilidades (el federal y el asentado en Toluca), quienes utilizaron recursos, tiempo y representatividad públicas para avalar asuntos de la vida interna de los partidos y también afecta a los otros dos implicados, quienes formalmente dirigen los comités nacionales de sus organizaciones (la priísta Paredes y el panista Nava) y con tales investiduras restringidas excedieron las facultades estatutarias que les corresponden al haber comprometido por sí mismos, sin aval de ningún órgano de gobierno partidista, lo que en su momento deberían decidir los militantes en asambleas, convenciones u otros mecanismos de participación electiva.
Gómez Mont, de por sí muy debilitado por la farsa de su renuncia al PAN con la que quiso eximir de responsabilidades a su jefe Calderón, queda ahora exhibido como torpe suscriptor, ¡a título de testigo de honor!, de un contrato de turbias inhibiciones electorales en la tierra del Divo de 2012, quien, hasta eso, evitó mancharse personalmente las manos con la tinta de un arreglo de esas desproporciones y envió como representante a su secretario de gobierno, aunque a fin de cuentas el jefe del cártel del Copete ha asumido el texto antialianzas como propio e incluso analiza la posibilidad de exigir su cumplimiento, aunque sea para efectos propagandísticos. De los dirigentes partidistas, la tlaxcalteca ha encarado el asunto como si lo más normal fuera el cambalache de apoyos legislativos de tres colores para sacar adelante propuestas calderónicas lesivas para la población a cuenta de abstenciones aliancísticas que así estarían favoreciendo a un adelantado precandidato presidencial como lo es el sucesor de Arturo Montiel Rojas. Y Cesarín Nava, el trastabillante mayordomo de la casa blanquiazul que el jefe de jefes, Jefelipe, ha instalado obviamente nomás para cumplir órdenes, primero quiso escurrir el bulto, negando la existencia de los papeles firmados, hasta que anoche hubo de aceptar que siempre sí había convenios y rúbricas estampadas.
Cuatro sospechosos comunes a los que ha de agregarse un quinto involucrado que sin embargo pretende hacerse el que la virgen de la desmemoria y la ignorancia le habla. He ahí al presunto presidente de México que no sabe lo que hacen su segundo al mando, el sacrificado Gómez-Mont; el dirigente nacional de su partido (al que le tiene prohibido respirar sin avisarle en cada intento), la lideresa formal de la organización encaminada a devolver el dinosaurismo a Los Pinos y el representante del principal precandidato a ese regreso tricolor. En política dicen que un secreto entre tres ya es mítin y aquí eran cuatro y había documentos firmados con copias en poder de cada uno de los participantes, pero ¡Calderón jura y perjura que él se enteró mucho después, semanas, casi un par de meses más tarde! ¿Puede alguien así ejercer, haiga sido como haiga sido, el puesto de máximo mando institucional de un país en crisis profunda, sangrienta, convulsa? Grave sería que Calderón estuviera mintiendo a la nación respecto de un hecho que infama, pero aún peor sería si de verdad la política estuviera fluyendo en términos tan comprometedores sin que el supuesto capitán (pirata) estuviera informado.
El poder real del PRI queda demostrado en este episodio de infantilismo en que dos entes principales del presunto gobierno felipense aceptan estampar su firma en un pacto reprobable que el IFE o el tribunal electoral deberían analizar en cuanto a alcances infractores punibles. El secretario de gobernación y el “líder” del partido en el gobierno se sometieron gráficamente a las exigencias del poder verdadero, el tricolor. En cambio, Ulises Ruiz, otro de los involucrados en este supermercado electoral, se aferró a los viejos estilos mafiosos, dejando todo a la palabra del luego desmentido y abandonado secretario de ¿gobernación? PRI todopoderoso que anoche se concentró para fiesta de cumpleaños en el Jalisco que cree recuperará a la salida del monaguillo Emilio González.
Pero aquí se denunció ayer el surgimiento de evidencias sobre modalidades novedosas de fraude en comicios: el padrón migrante. Panistas potosinos consiguieron una grabación en la que un huasteco narra la manera como priístas veracruzanos “enganchan” votantes de otras entidades para que vayan a sufragar por los candidatos de Fidel Herrera. Un jalisciense, Alfonso Bon Caligari, relató a esta columna que en noviembre pasado, en la colonia Paseos del Valle, de Tonalá, hubo promoción priísta en algunos domicilios para otorgar cien pesos por dar copia de la credencial de elector, ofreciendo luego un viaje redondo a Veracruz, una visita en enero a un acuario y, estando en el padrón electoral de aquella entidad, 500 pesos por persona. Les advirtieron que dos días antes de las elecciones pasarían en camiones turísticos para llevar a los empadronados a Veracruz a votar por los candidatos de Fidel Herrera y les darían 500 pesos más, ya emitido el voto. Al frente del grupo promotor estaba una veracruzana llamada Judith Parrasal. Denuncias similares se han dado en Tabasco (ya presentadas ante el IFE y la fiscalía de delitos electorales).
Y, mientras el más reciente escándalo del difunto Maciel estremece al conservadurismo mexicano justamente cuando éste pretendía potenciar la guerra santa contra los matrimonios de personas del mismo sexo que ayer comenzaron a tramitarse como triunfo histórico de la tolerancia en la capital del país, ¡feliz fin de semana, con la foto de Calderón en Los Pinos con la copa en la mano!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

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