domingo, 17 de enero de 2010

Yo tampoco le creo a fecal...



Opiniones y Comentarios

Julio Ricardo Blanchet Cruz
16 enero 2010
jrbc@diariolibertad.org.mx

Tal vez pensando que aún son los tiempos en que bastaba su palabra para que una muerte por violación se convirtiera en un deceso por gastritis; y la gente se lo creyera (a fuerzas)…

Sin dejar de tomar en cuenta que para el Director General del IMSS la diabetes es una epidemia. Y que para el hoy Gobernador del Banco de México, don Agustín Carstens, la debacle económica que sufrimos era apenas un “catarrito”…

Don Felipe del $agrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa, se disfrazó de químico fármaco-biólogo (con bata blanca y toda la cosa; como cuando se disfrazó de General de cinco estrellas y le declaró la guerra al narco) y dictaminó que la vacuna contra la influenza es totalmente segura…

Pero nadie le creyó, aunque uniendo la acción a la palabra, él y su señora esposa, doña Margarita, se dejaron aplicar la vacuna que, según los malpensados que nunca faltan, solo era agua bidestilada…

Lo escandaloso del caso, es que el asunto de las vacunas lo ligan con el temblor en Haití, “Aunque Usted no lo crea”, que según algunos, por descabellado que parezca, fue producto, no de un movimiento natural de La Madre Tierra, sino provocado por el hombre y unas ondas de especial vibración…

En un experimento que, habiéndose salido de control, provocó el sismo que acabó con Haití. Que quizá conservando el mismo nombre, sea nuevamente colonizado y cambie de propietarios…

Que seguramente serán quienes lo reconstruyan, conservando a sus habitantes como mano de obra y gente de segunda…

Y aunque en lo personal no me es extraña la perversidad del hombre en ninguna de sus medidas, pues siendo capaz de destruirse a sí mismo es perfectamente capaz de destruir todo lo que se le ponga enfrente…

Tengo serias reticencias para aceptar que tenemos el poder suficiente como para igualar la fuerza de un terremoto…

Pero semejantes ondas destructoras hacen recordar las trompetas derribadoras de murallas que don Jehová hizo sonar para que su Pueblo Escogido pudiera matar a los palestinos y quedarse con sus mujeres y sus tierras…

Y todo como parte de una supuesta campaña para deshacerse de los “estómagos inútiles”…

¡De fantasía! Pero dicen que es verdad…

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.

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