miércoles, 2 de diciembre de 2009

Con el michoacano FCH empeoraron las condiciones de vida


México SA

Se debe trabajar muchas más horas para comprar lo mismo

Carlos Fernández-Vega
El inquilino de Los Pinos tuvo a bien ofrecer a los mexicanos su versión de cómo le fue en su primer trienio en la residencia oficial, por lo que es justo que los mexicanos sepan cómo les fue a ellos con Felipe Calderón en el mismo lapso.

Así, de acuerdo con el más reciente estudio del Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Facultad de Economía de la UNAM (Poder adquisitivo del salario mínimo, desempleo y aguinaldo en el gobierno de Felipe Calderón: 1 de diciembre de 2006 al 1 de noviembre de 2009; David Lozano Tovar, Mariana Juárez Martínez, Luis Lozano Arredondo y Jaime Vázquez), durante la estancia del michoacano en Los Pinos “se han reducido aún más las condiciones de vida de la clase trabajadora mexicana, a través del análisis del salario en México como una modesta contribución para conocer el proceso de despojo, explotación y represión a que ha sido sometida la clase trabajadora mexicana por parte del capital durante los últimos años. La investigación presenta un balance respecto al precio de la canasta alimenticia recomendable (CAR), el comportamiento de los salarios mínimo nominal y real, del poder adquisitivo del mini ingreso, lo que se puede adquirir de la citada canasta y el tiempo de trabajo necesario para adquirir la misma”.

La CAR es una canasta de alimentos recomendable ponderada para el consumo diario de una familia mexicana conformada por cinco personas: dos adultos, un joven y dos niños. Fue integrada considerando los aspectos nutritivos, culturales, de tradición y económicos. Para cubrir el gasto, las familias trabajadoras tienen que considerar las erogaciones en vivienda, transporte, educación, salud, vestido y calzado, recreación, que no cubre la canasta alimenticia recomendable. Las encuestas son levantadas directamente por el Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM.

Así, el primero de diciembre de 2006 el salario mínimo era de 48.67 pesos diarios (área geográfica A) y el precio de la canasta alimenticia recomendable de 80.83 pesos. En ese entonces se podía comprar 60.21 por ciento de la CAR. Para el primero de noviembre de 2009 con un mini ingreso diario de 54.80 pesos y un precio de 139.85 de la citada canasta, únicamente se adquirió 39.18 por ciento. “Ante lo insuficiente del poder adquisitivo del salario, ¿qué alternativas han asumido las familias trabajadoras en México? El primero de diciembre de 2006 los trabajadores tenían que laborar 13 horas 17 minutos para adquirir la CAR. En cambio, para el primero de noviembre de 2009 tenían que trabajar 20 horas 25 minutos. Actualmente para acceder únicamente a la canasta alimenticia recomendable con un salario mínimo, el trabajador y su familia tienen necesariamente que sumar jornadas laborales diarias de más horas. Y es que con el actual salario mínimo, 17 millones 776 mil personas (41 por ciento de la población económicamente activa en México) no tiene los suficientes ingresos para adquirir la CAR (incluye a la población trabajadora que no percibe ingresos y a los que perciben hasta dos salarios mínimos diarios)”.
Si el modelo neoliberal “pudiese traer consigo algunos beneficios, después de los datos anteriores queda más que claro que no es la clase trabajadora la que los obtiene. Por el contrario, las políticas neoliberales, como está más que documentado, necesitan superexplotar la fuerza de trabajo sumiéndola en las más precarias condiciones. Durante la gestión de Felipe Calderón del primero de diciembre de 2006 al primero de noviembre de 2009, los trabajadores mexicanos tuvieron que incrementar en 7 horas 8 minutos el tiempo de trabajo necesario para adquirir la canasta alimenticia recomendable. En dicho periodo, el incremento acumulado del precio de la canasta alimenticia recomendable ha sido de 73.02 por ciento, mientras el aumento del salario mínimo ha sido de 12.59 por ciento”.

La pérdida del poder adquisitivo del salario es más clara, sobre todo si se compara lo que se podía comprar con un mini ingreso hace 27 años (cuando empezó el actual modelo neoliberal en México) y lo que se puede comprar hoy con Felipe Calderón en Los Pinos: se hace una comparación bajo el supuesto de que un salario mínimo se dedicara íntegramente a la compra de un solo artículo de la canasta alimenticia recomendable, para ver cuánto se puede adquirir del mismo y ejemplificar de forma clara la pérdida del poder adquisitivo del salario mínimo de los trabajadores mexicanos.

El primero de diciembre de 2006, con un salario mínimo de 48.67 pesos se compraban 7.22 kilogramos de tortillas de maíz; el primero de noviembre de 2009, con el salario vigente de 54.80 pesos, sólo 6.08 kilogramos, es decir, 1.14 kilogramos menos. Históricamente, desde la aplicación del modelo neoliberal hace 27 años, los trabajadores mexicanos han dejado de consumir 44.83 kilogramos de tortillas.

De igual forma, el primero de diciembre de 2006 (fecha en la que Felipe Calderón se instaló en Los Pinos) con un salario mínimo de 48.67 pesos se podían comprar 48.67 piezas de pan blanco; al primero de noviembre de 2009, con el salario vigente de 54.80 pesos, sólo se podrían comprar 39.71 piezas, es decir, 8.96 piezas menos. Históricamente, desde la aplicación del modelo neoliberal los trabajadores mexicanos han dejado de consumir 240.29 piezas de pan blanco.

El primero de diciembre de 2006 se podían comprar 5.71 litros de leche pasteurizada; el primero de noviembre de 2009 sólo 4.38 litros, es decir, se han dejado de consumir 1.33 litros. Históricamente, desde la aplicación del modelo neoliberal, los trabajadores mexicanos han dejado de consumir 14.29 litros de leche pasteurizada. De igual forma, cerca de cinco litros de aceite de cártamo y alrededor de 6 kilogramos de huevo.

Por cierto, tal vez porque tenía logros más importantes que celebrar, en su entretenida fiesta dominical en Palacio Nacional Calderón habló y habló, pero ni una sola referencia a la pérdida del poder adquisitivo del salario.

Las rebanadas del pastel

Y de las buenas noticias, la mejor: el Premio Cervantes 2009 al gran José Emilio Pacheco.

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