miércoles, 2 de septiembre de 2009

Calderón, en segunda fila


Proceso.com

DANIEL LIZáRRAGA Y JENARO VILLAMIL
La nueva realidad política del país hizo ver al presidente Felipe Calderón cuán sometido estará en la segunda mitad de su gobierno. La desmesurada estrategia publicitaria de Los Pinos, en vísperas del tercer informe, fue aplastada por la mayoría del PRI en la Cámara de Diputados. La suspensión de la ceremonia, que Calderón y sus colaboradores planearon realizar en Palacio Nacional la mañana del 1 de septiembre, fue apenas una muestra del nuevo escenario político: en el futuro inmediato, el poder no va a estar en la residencia presidencial, sino en el Palacio Legislativo.
La nueva bancada del PRI en la Cámara de Diputados demostró el peso político que dejará caer sobre el gobierno federal: en tan sólo 12 horas aniquiló la estrategia mediática para el tercer informe de labores del presidente Felipe Calderón, cuyo acto principal pretendía ser un magno festejo dentro de Palacio Nacional este 1 de septiembre.
Diseñada con al menos tres meses de anticipación por un equipo de Los Pinos integrado por la Oficina de la Presidencia, el área de Imagen y Mensaje Gubernamental, así como la dirección de Comunicación Social y el Estado Mayor Presidencial, la campaña de propaganda se derrumbó de manera estrepitosa porque a alguien se le ocurrió programar el acto en Palacio Nacional a las 9:00 horas del mismo 1 de septiembre, es decir, sin que aún estuviera oficialmente instalado el Congreso de la Unión.
Ante este error, el coordinador de los priistas en la Cámara de Diputados, Francisco Rojas, contraatacó en los medios de comunicación, alegando una serie de violaciones legales constitucionales y a la Ley Orgánica del Congreso General. Los efectos de su denuncia fueron creciendo hasta hacer recular a Felipe Calderón de su intento por festejar sus tres años de gobierno en Palacio Nacional.
El desinfle
La fuerza del PRI tiene al menos tres expresiones evidentes: ocupará 230 curules de las 500 disponibles en la Cámara de Diputados, lo que obligará a Calderón a negociar con ellos cualquier iniciativa de ley; uno de sus aspirantes a jefe del Ejecutivo, el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, encabeza las encuestas, y su coordinador parlamentario, Francisco Rojas, goza de la confianza del expresidente Carlos Salinas de Gortari.
Sin embargo, la Presidencia de la República pareció ignorarlo y desde el pasado lunes 24 de agosto inició una intensa campaña en radio y televisión para difundir cuatro spots sobre lo que se considera en los círculos oficiales como los mayores logros de Calderón: economía, infraestructura, salud y seguridad pública.
Los Pinos echó la casa por la ventana: este año, el gobierno federal dispone de mil 800 millones de pesos para servicios de comunicación y publicidad, equivalente a todo lo que la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) pudo invertir en programas para combatir la pobreza en Sinaloa, por ejemplo. Aun más, esos mismos recursos representan el doble de lo ejercido por la administración de Calderón durante todo 2008 para los mismos rubros (Proceso 1704).
Actualmente existen contratos vigentes con compañías productoras especializadas en documentales y en cinematografía como Lomas Postproducción, Pop Films y Corazón Films. Según consta en contratos vigentes hasta 2010, estas empresas ganaron licitaciones para producir spots con la imagen del presidente Calderón a cuadro por alrededor de 63 millones 941 mil 980 pesos. Esta bolsa, erogada directamente por la Presidencia, es independiente de los gastos destinados a servicios de comunicación y publicidad.
No obstante, las cosas no salieron como las tenía planeadas el equipo de Los Pinos.
Entre el miércoles 26 y el viernes 28 de agosto, un grupo de al menos 21 diputados de la próxima LXI Legislatura fue invitado formalmente por Los Pinos para asistir a la ceremonia que encabezaría Felipe Calderón a las 9:00 horas en Palacio Nacional. Las invitaciones fueron entregadas a domicilio.
En este grupo de privilegiados estuvieron Sebastián Lerdo de Tejada, Francisco Rojas, Beatriz Paredes, Felipe Solís Acero y Erick Rubio Bartell. Al resto de los legisladores priistas, la invitación les llegó por correo electrónico. Los mensajes fueron enviados desde la Subsecretaría de Gobierno de la Secretaría de Gobernación, encabezada por el panista Manuel Minjares.
“Esas no son las formas”, alegó la mayoría de los diputados del PRI durante la sesión plenaria que sostuvieron la mañana del jueves 27 de agosto en San Lázaro para discutir el borrador del nuevo reglamento interno de la fracción legislativa.
En ese momento, los priistas acordaron formar una comisión para protestar ante Gobernación, integrada por el coordinador parlamentario, Francisco Rojas; el experimentado César Augusto Santiago, y Jorge Carlos Ramírez Marín, cercano a la dirigente nacional Beatriz Paredes.
Esos tres legisladores se reunieron con el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, la noche del jueves 27 de agosto. Durante esa charla privada, los priistas recordaron al funcionario panista que el artículo 69 de la Constitución es muy claro: en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso, el presidente presentará por escrito un informe del estado que guarda la administración pública.
La comisión priista alegó, además, que la apertura de las sesiones se realizará a las 17:00 horas del 1 de septiembre, y no antes. Los futuros diputados pidieron a Gómez Mont cumplir con las leyes. La cita a las 9:00 horas en Palacio Nacional, el mismo 1 de septiembre, sería una violación a la Carta Magna.
“Esas fueron las precisiones que se hicieron y lo que finalmente llevó a la Secretaría de Gobernación a ceñirse a la Constitución y a anunciar la posposición de dicho acto”, comentó Ramírez Marín, según consta en una nota informativa entregada a los diputados de su partido.
Bombardeo mediático
Ajenos a lo que acontecía en San Lázaro, habitantes de la Ciudad de México empezaron a recibir llamadas telefónicas en las que una voz –indistintamente hombre o mujer– describía los “logros” del gobierno de Felipe Calderón en materia de seguridad pública o infraestructura.
El bombardeo era incesante. Los spots aparecieron, al mismo tiempo, en televisión abierta, en los canales de mayor audiencia: el 2 de Televisa y el 13 de Televisión Azteca.
La Presidencia tenía meses preparándose para este momento. Para ello se apoyó no sólo en empresas profesionales en la producción de spots, sino también en otro grupo de compañías que, mediante encuestas y sondeos de opinión, trataba de establecer qué imagen tiene Calderón, así como sus puntos fuertes y debilidades.
Por ejemplo, una de las empresas más socorridas por el mandatario, De la Riva Información Estratégica, ha obtenido al menos cuatro contratos entre 2007 y 2009. De acuerdo con los registros en el Portal de Obligaciones de Transparencia, administrado por el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI), su trabajo se ha dedicado a proyectos de test publicitarios; al reclutamiento de grupos de enfoque para analizar la imagen presidencial y, sobre todo, a la aplicación de encuestas sobre la crisis económica. El monto: 4 millones 351 mil 237 pesos.
Según los contratos, esos resultados son utilizados para la toma de decisiones y el diseño de estrategias, como el contenido de los spots en los que ha aparecido a cuadro Felipe Calderón.
Mientras los mensajes del mandatario sobre su tercer informe de labores estaban al aire, los diputados del PRI discutían qué hacer el próximo 1 de septiembre. Las opciones: no ir a la ceremonia de Palacio Nacional, formar una comisión integrada por los coordinadores estatales o que sólo asistieran los coordinadores parlamentarios en la Cámara de Diputados y en el Senado, es decir, Francisco Rojas y Manlio Fabio Beltrones, así como la dirigente nacional, Beatriz Paredes.
El diputado César Augusto Santiago dijo estar de acuerdo con no asistir al informe. “Por mí, que no vaya nadie”, comentó a la prensa. La mayoría de los legisladores de la bancada del Estado de México apoyó que se formara una comisión integrada por los coordinadores de los estados, pero no prosperó: varios aún no escogen a sus representantes.
En la plenaria, los legisladores cercanos a Beatriz Paredes expusieron que, si la Presidencia de la República había pospuesto el evento en Palacio Nacional, lo correcto sería que asistiera una comisión de al menos 20 legisladores cuando hubiera una nueva fecha para el festejo.
No obstante, los priistas finalmente optaron por darle un voto de confianza al coordinador, Francisco Rojas, para que decidiera junto con su homólogo del Senado, Manlio Fabio Beltrones, la participación de su bancada en el tercer informe de Gobierno.
–¿El grupo parlamentario va a asistir al informe? –se le preguntó a Francisco Rojas, al final de la plenaria del viernes.
–Al informe vamos a ir, pero al informe que se va a presentar el día 1 de septiembre a las cinco de la tarde –respondió.
Derroche
En la estrategia de marketing político de Los Pinos no estaba previsto un escenario de enfrentamiento. Tan es así, que programaron “el mensaje” de Calderón en Palacio Nacional ocho horas antes de la instalación oficial de la nueva Cámara de Diputados.
Alejandra Sota, coordinadora de Estrategia y Mensaje Gubernamental, fue la encargada de fijar las líneas del discurso, ahora pospuesto. Según los reporteros que cubrieron la reciente gira de Calderón por Sudamérica, ella aprovechó los tiempos libres en la agenda presidencial para definir los temas.
La preparación de los spots se encargó a Jordi Iñesta, director general de Imagen, Publicidad y Medios. Por otro lado, los secretarios de Estado debieron estar en permanente contacto con la jefa de la Oficina de la Presidencia, Patricia Flores, así como con Sofía Frech, coordinadora de Proyectos Especiales.
Dentro de este estrecho círculo que protege la imagen de Calderón se ha contratado asesorías políticas a cargo de empresas privadas. El monto de los pagos efectuados a estas compañías desde 2007 asciende a 23 millones 642 mil 876 pesos, según consta en los registros públicos disponibles.
Los contratos más frecuentes son en estrategia y análisis político, en manejo de medios de comunicación, en campañas publicitarias, en tecnología y acceso a internet, en comportamiento de los medios de comunicación, en diseño de imagen presidencial y en elaboración de agenda mediática.
Por ejemplo, la Presidencia pagó 6 millones 348 mil pesos a la empresa Varela, Maldonado y Asociados en dos contratos para asesorías en estrategia gubernamental y análisis político. Otra compañía, Imaginaria Casa de Publicidad, cobró 5 millones 672 mil pesos por capacitar a los funcionarios de Los Pinos en análisis político, así como en diseño y contenido de campañas publicitarias.
Entre 2007 y 2009, los servidores públicos de Los Pinos fueron capacitados por la empresa Información Sistemática XXI para que pudieran diseñar estrategias gubernamentales, análisis políticos y una agenda mediática.
De hecho, la administración de Felipe Calderón desembolsó 8 mil 779 millones 548 mil pesos en publicidad institucional durante dos años y tres meses de gestión, de acuerdo con cifras publicadas en la más reciente edición de la revista Etcétera.
Comparado con el sexenio de Vicente Fox, el gasto se incrementó 228.57%. Tanto Calderón como su predecesor destinaron la mayor parte de esos recursos públicos a anunciarse en televisión (28.75%), particularmente en Televisa y en Televisión Azteca.
Felipe Calderón ha privilegiado a la televisión para difundir sus mensajes, así como sus informes de gobierno. En contraste, sólo ha dado una conferencia de prensa en Los Pinos. El resto de las ocasiones que ha atendido preguntas de los reporteros ha sido en el extranjero, en visitas oficiales o en Los Pinos, acompañado de los mandatarios visitantes.
Eso sí, los contratos por asesorías privadas en materia política, el pago de encuestas y grupos de enfoque, así como la producción de spots para promover la imagen de Felipe Calderón, ha costado al erario no menos de 241 millones 470 mil 238 pesos.
Presidencia no emitió información respecto de cuál oficina o qué funcionario de Los Pinos autorizó que el festejo de Calderón se hiciera antes de entregar el informe y de que se instalara la Cámara de Diputados.
Postergación imprecisa
Hasta el cierre de edición, la única versión oficial de Los Pinos sobre el informe es que la celebración en Palacio Nacional se postergó a una fecha y horario aún sin definir. A su vez, la Secretaría de Gobernación asumió la tarea de notificar que su titular, Fernando Gómez Mont, será el encargado de entregar el informe por escrito ante el Congreso de la Unión la tarde de este 1 de septiembre en San Lázaro.
En los casi tres años que van de su administración, Felipe Calderón sólo ha estado 13 minutos en la Cámara de Diputados para entregar informes de gobierno. La única vez que, personalmente, dejó en manos de la Mesa Directiva de la Cámara de Dipu­tados dos gruesos legajos sobre el estado que guarda la administración pública fue el 1 de septiembre de 2007.
“Hago entrega, señor presidente, en este acto, y pido a usted se sirva dar cuenta de su contenido a las señoras y señores legisladores y dar por cumplida esta obligación constitucional”, dijo Calderón en aquella ocasión.
“Reitero mi respeto y consideración absolutos a los legisladores del Congreso y quedo a la espera y a las órdenes de lo que este honorable Congreso determine para tener un diálogo directo sobre el estado que guarda el país”, agregó.
Esas son las únicas palabras que ha pronunciado en el Congreso con motivo de un informe de Gobierno. A diferencia de lo que pretendieron organizar ahora, Calderón ofreció un mensaje en Palacio Nacional el 2 de septiembre de 2007 ante más de mil invitados.
La mayor parte de su auditorio era de servidores públicos, con lo que pareció inau­gurar un nuevo ritual. Aquella ocasión, Calderón pronunció un discurso de 34 minutos y en 23 ocasiones fue interrumpido con aplausos y ovaciones. El mensaje fue transmitido por radio y televisión a todo el país.
Calderón ya no regresó a San Lázaro. El 1 de septiembre de 2008, el entonces secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, entregó el informe por escrito. El acto no duró más de cinco minutos. Esa vez no hubo festejo en Palacio Nacional. l

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