martes, 25 de agosto de 2009

Nueba istoria de Mégico


Astillero
Julio Hernández

No es que las cosas cambien, sino que son diferentes o, mejor explicado, son las mismas, pero de otra manera. Bajo ese nuevo enfoque historiográfico, no es que tres cuartas partes de los profesores que participaron en un examen de conocimientos y habilidades docentes hubieran reprobado, sino que simplemente no pasaron, o quedaron en lugares diferentes, según la epimediólo... perdón, emipedio..., digo, e-pi-de-mió-lo-ga Gordillo que ayer dio un giro a la nomenclatura clásica de males como la tal influenza (que en realidad no es eso, sino influencia), al llamarla AHLNL, en una prodigiosa demostración pública de habilidades de lectura de tercer grado (televisivo).

Nuevas formas de ver y llamar a las cosas: la maestra Elba Esther no se hizo pato, sino que mostró capacidades olímpicas de disociación discursiva en fuga cuando los reporteros le preguntaron “¿Los maestros no tuvieron buen resultado en los exámenes?” y ella contestó: “No, no es un problema de los maestros. Tenemos que replantearnos con mucha seriedad que no se puede educar y formar para el desempleo, entonces hay que reconvertir las normales, lo vengo diciendo desde hace mucho tiempo”. Y el primer yerno de la Sepanal (nueva oficina sindical que funde la Sep del galante Lujambio con el Panal partidista), Fernando González, subsecretario de vergüenzas primarias, explica que no se están sustrayendo contenidos históricos básicos a los educandos, sino que orita es una cosa y luego es otra (ahi más delante), porque ya la versión buena viene en 2011, nomás que en estos momentos de lo que se trata es de una etapa piloto. Luego se hablará de la Conquista y la Colonia, cuando los escolapios hayan creído que tales conceptos se referían a alguna guerra intergaláctica y a un espacio habitacional distinto al barrio y la unidad habitacional pero los sorprendentes historiadores del libro gratuito les asalten intelectualmente para decirles que no era así, según ha de entenderse de lo dicho por el esposo de la hija de la cacique que en los libros del futuro no será tal, sino una piadosa y abnegada mujer que se sacrificó por la Patria acumulando poderes y riqueza que otros dejaban por allí abandonados (en algunos años más, hasta monedas podría haber con la efigie de la heroína –se habla de la mujer que realiza actos prodigiosos, no de la sustancia narcótica–: las elbitas).

Otro personaje que pretende ser lo que sabidamente no es también participó ayer en las Fiestas de la Neohistoria. Antes, en ese espacio habitado por prejuicios del pasado y maledicencias negativas, se decía que las plazas para los maestros de escuelas públicas se conseguían “con una palanca, con una influencia, con un contacto, con un compadre”, pero en el presente de hoy y en el futuro de mañana, ¿qué creen? Que eso se ha erradicado “gracias a la voluntad de los propios maestros de decir: aquí en México las plazas ni se venden, ni se compran, ni se heredan, ni se transan. Las plazas se concursan y entran las mejores y los mejores maestros”. ¡Ayayay, eso sí son cambios, Jelipe, no briznaderas (o sea, filamentos, hebras de humo producido por la lumbre)! El historiador Calderón aceptó que sí, ni modo que no, que antes “se han dado, hay que reconocerlo”, algunos de esos vicios, pero que a partir de ayer nomás ya no. La profa Gordillo aplaudía rete emocionada, a punto de las lágrimas que de haberse producido habrían estado justificadas por el tamaño de la gesta que a golpe de pura voluntad se estaba produciendo en esos momentos. Su secretario particular en la Sepanal, el dulcineo Aldonzo Lujambio, también asentía y festejaba. Viejas nuevas historias de siempre.
Astillas

El arzobispo emérito de Hermosillo, Carlos Quintero Arce, no sólo firma cartas de apoyo a los dueños de la guardería ABC, a quienes considera finísimas personas, sino que hace uso de sacra retórica para tratar de enviar los problemas terrenos a los presuntos dominios de la justicia etérea. En una carta que escribió cinco días después de la tragedia, se dijo conmovido por la manera en que los padres conservan los recuerdos de sus hijos, y “me interesó ver cómo acompañan en el sepelio a las familias y lanzan globos llevados al cielo. Hoy podemos decir realmente que, EL PARAÍSO ESTÁ LLENO DE ÁNGELES SONORENSES (mayúsculas en el original: apunte del astillero sacristán)”. Explicó que “esta tragedia tan grande que hemos sufrido trajo verdadera unidad de todos los que hemos participado de este gran dolor”, y se adhirió a las palabras pronunciadas en una misa especial por el arzobispo José Ulises Macías Salcedo, “quien nos pidió que: ‘ya no lloremos, quiso Dios poner en brazos de María a los niños que perecieron y todos están en el cielo. Son verdaderos Ángeles’”. Así confortados, los hoy solicitantes de justicia no deberían permitirse separaciones ni enconos, pues resulta de maldad “utilizar los sufrimientos que hemos pasado, y la muerte de tantos niños inocentes, con motivos políticos o de venganza contra quienes consideramos culpables. Es cierto que debemos encontrar culpables, es cierto que debemos de cuidar de que no vuelva a suceder otra desgracia semejante, es cierto que debemos de procurar especialmente que las guarderías que existen ahora tengan las facilidades de evacuar a los niños cuando se presenta algún peligro; pero también es cierto que esta tragedia no debe de ser causa de divisiones entre nosotros”. Resignaos, hermanos (con esa misma lógica, ¿para qué buscar justicia terrena en Acteal, si lo que hubo allí no fue una masacre, sino un llamado divino a decenas de indígenas para que pasaran a cumplir nuevos encargos en el cielo, que también ha de estar lleno de ángeles chiapanecos?)... Y, mientras Carlos Salinas de Gortari es electo hoy coordinador a trasmano de los diputados federales priístas entrantes, ¡hasta mañana, con el cinismo en pleno de Emilio Chuayffet que pide una nueva investigación de lo que sucedió en Acteal, cuando él era secretario de gobernación, pues “nadie podemos quedarnos satisfechos con lo que tenemos hasta hoy”!

Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

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