viernes, 7 de agosto de 2009

La columna de Julio Hernández.


Astillero
Felipe se sintió

De Zelaya a Celaya

Presidente de puesto

Julio Hernández López
De Shakespeare a Chespirito: Zelaya se aventuró el pasado miércoles por los caminos de las preguntas existenciales llevadas a las circunstancias electorales mexicanas (Ser, o sentirse: ése es el dilema) y provocó una reacción felipense digna de algún capítulo de humor a pastelazos de los escritos por el justamente incomprendido Roberto Gómez Bolaños. El hondureño de ya famoso sombrero fue impedido ayer de entrevistarse con reporteros por miembros del Estado Mayor Presidencial de México, en una castrense demostración del berrinche que le provocó al licenciado Calderón la manera como el presidente depuesto respondió, el miércoles antes referido, a las rechiflas de un público lopezobradorista al mencionar el nombre, apellidos y presunto título del presidente mexicano de puesto (es decir, de facto; colocado en el puesto).

Ya en el hangar de la Presidencia de la República, listo para salir de México, programado todo para que no se encontrara con Felipe Calderón que dos minutos después llegaría al mismo lugar, procedente de Tamaulipas, los guaruras mexicanos de elite se negaron a abrir una puerta de cristal o a permitir que el visitante extranjero saliera de un recinto para dar las declaraciones postreras de una visita durante la cual el presidente de puesto, Calderón, se esmeró en cumplir con el protocolo y la línea de apapacho político que la Casa Blanca ha establecido para aparentar que se apoya a Manuel Zelaya en el ámbito del trato y la retórica mientras se gana tiempo para que se asienten los golpistas indiscutiblemente tolerados, cuando menos, por las fuerzas reales de gobierno gringo, sobre todo el Pentágono.

El enojo felipista provino de la cita que Zelaya hizo de una frase del dirigente e ideólogo peruano Víctor Raúl Haya de la Torre cuando un reportero le pidió que dijera qué se sentía haber buscado seis veces la presidencia de su país sin haberlo logrado: “... en estos países es mejor sentirse presidente que serlo”, habría respondido el entrevistado. Lo malo para la relación Zelaya-Celaya (es decir, el ocupante actual de Los Pinos como heredero de las formas y estilos revanchistas y pretenciosos de la señora Marta y su esposo) es que esa cita histórica fue hecha luego de una amplia rechifla en el Teatro de la Ciudad cuando el hondureño mencionó a Calderón y su título oficial y, además, Zelaya coronó el pastelazo con el agregado de que “Y eso se lo digo a Andrés Manuel López Obrador, que me está escuchando en diferentes lugares”. Con tales referencias y tal contexto, Zelaya generó las condiciones para que Calderón le disminuya su apoyo. El hondureño, un hombre de derecha al que las circunstancias empujaron a asomarse a la izquierda, experimentó ayer mismo la diferencia entre ser presidente y sentirse presidente, pues la guardia militar de Calderón le hizo parecer desamparado e impotente, llevado al extremo de impedirle los desplazamientos deseados y negarle la posibilidad de hablar con la prensa. Y es que, en realidad, puesto a escoger entre ser o sentirse, Felipe se sintió.


Beatriz Paredes también está entre dos aguas políticas. Es la presidenta formal del comité nacional priísta y, al mismo tiempo, quiere controlar la bancada del partido de tres colores en San Lázaro. El problema es que pretende ejercer ambos mandos al mismo tiempo, aunque en el ámbito de los diputados buscaría hacerlo por medio de un representante, un personaje habilitado. Es decir: quiere ser presidenta del PRI y sentirse coordinadora de los diputados federales del PRI. Pero sus colegas poderosos no desean dejarle tal ambigüedad redituable, sobre todo si se toma en cuenta que la administración de los fondos del partido octogenario ahora resulta especialmente apetitosa, con un notabilísimo incremento de las prerrogativas a partir de los resultados del pasado 5 de julio. O dirigente o coordinadora: ése es el dilema plan-teado por los jefes regionales del PRI, los gobernadores. A ver dónde se sienta doña Beatriz.

¿Ser, o parecer? La Suprema Corta prefirió parecer decidida a investigar el caso de la guardería sonorense ABC, pero habrá de verse si tal elección obedece a criterios justicieros profundos o a mero manejo de imagen y percepción. Daniel Karam, el director general del IMSS, se va especializando en poner falsa buena cara a las desgracias y, así como consideró que las indagaciones de la CNDH no aportaban nada nuevo, ahora dice ver “con buenos ojos” que el poder judicial federal se asome a los expedientes de Hermosillo. Otro buscador de enfoques novedosos es el sentido Felipe, quien ahora endereza su vocación policiaca hacia los ductos de Pemex y su ordeña histórica, deseoso de poner fin, según eso, a una práctica que involucra a ejecutantes directos pero, sobre todo, a funcionarios y políticos poderosos.

Astillas

Ulises Ruiz se ha sostenido en el gobierno de Oaxaca gracias a las complicidades que ha sabido establecer. Entre más problemas crea, más posibilidades de negociación y ganancia tiene. Del fuerte emplazamiento que la APPO le hizo, se pudo zafar gracias a la acción de grupos clandestinos que asesinaron, secuestraron, torturaron, corrompieron y amenazaron, más la debilidad evidente del panista que fue encaramado en Los Pinos, quien no tuvo posibilidades de librarse de ése y otros gobernadores priístas perniciosos y tuvo que hacer alianzas explícitas con Mario Marín y el propio Ruiz, por dar dos ejemplos. Por todo ello, la presencia de López Obrador en aquellas tierras es, sin lugar a dudas, un platillo apetitoso para los provocadores gustos salvajes de Ulises, el gobernador de las manos rojas... Y, mientras vecinos sufren por el desbordamiento de un canal de aguas negras en Ixtapaluca, donde el pasado 16 de abril el gobernador Enrique Peña Nieto inauguró el Colector Cuauhtémoc Bicentenario, con sólo el 60 por ciento de avance y con advertencias técnicas de que habría inundaciones a causa de la forma “precipitada” en que la obra se inauguró, “por intereses políticos”, ¡feliz fin de semana!

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