miércoles, 1 de julio de 2009

Soplones y desertores. Javier Ibarrola.

El pasado 12 de junio, la Secretaría de la Defensa Nacional puso a disposición de la Procuraduría General de la República a “diez oficiales subalternos” que supuestamente filtraban información a integrantes de la organización “Guzmán Loera”.Desde luego la dependencia no ha proporcionado mayores datos sobre los detenidos, como tampoco lo ha hecho vía el Instituto Federal de Acceso a la Información.El asunto no es menor, pues se trata de elementos que más allá de calificarse como individuos bien adiestrados, son más bien oficiales con un alto grado de preparación en labores estratégicas, desde luego ligadas al combate al narcotráfico.Es difícil aceptar que personal de esta categoría y en ese número se venda a los grandes cárteles de la droga a no ser que su vida militar haya llegado muy pronto al desencanto y la frustración.Así se entienden los planteamientos que hace a esta columna un oficial del Ejército, que hace tiempo estuvo en constante contacto con quien esto escribe y que siempre se identificó como Desertor Verde Olivo.Sus misivas llegan desde distintos lugares de la República, la más reciente desde Real de Guadalupe y Filo Mayor de la Sierra de Guerrero.En esta ocasión abre su abanico de destinatarios y les hace llegar lo que adelante reproduzco a un nutrido grupo de miembros del Congreso.Así pues, las opiniones y comentarios del Desertor Verde Olivo se reproducen textualmente para evitar equívocos oreclamos.“Desde mi ingreso al H. Colegio Militar, y culminar mi formación de oficial del Ejército Constitucional Mexicano, mi mentalidad siempre se apegó al sentimiento patriota, del juramento a respetar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, las leyes y normas que de esta emanen, así mismo hacerlas cumplir, respetar, como mi enseña tricolor nacional, bajo siempre firme instrucción, de mi instituto armado, en todas las dimensiones de misiones como oficial y comandante, subordinado disciplinadamente a la investidura del alto espíritu de servicio a la nación, pero sobre todo al pueblo, al único que debo mi formación ciudadana militar.“Desgraciadamente, ya durante el servicio activo, existen circunstancias relevantes, con proclividad al bien y el mal, como en todo campo operativo del hombre, y el Ejército no es la excepción, excluyéndolo y separándolo así de mis honorables instructores, de la corrupción de algunos elementos de alto rango que propiciaron en mi espíritu personal miliar, frustración, decepción a culminar mi entonces brillante carrera, siendo un desertor más del verde olivo.“Sigo amando a la institución que me insertó en mi alma verdaderos valores de alto nivel patriótico nacional militar, que los políticos desconocen.“Y que quede claro, que un concepto es el Ejército y otro distinto el que cubre el alto poder civil, representado por enfermos mentales, que asumen al mismo desde la presidencia de la república, que hacen del Ejército una arma personal, para esgrimirla en contra de todo aquel grupo político, asociación obrera, campesina, industrial, que enfrenta a todo abuso de funcionario, cacique, o patrones asociados en intereses comunes de enriquecimiento por esclavitud y explotación, con el gobernante regional en turno o con el propio presidente de la república, quien inmerecidamente está embestido con el rango y mando de comandante supremo de las fuerzas armadas mexicanas, ya que el propio Ejército le confiere un poder ilimitado y peligroso de gran riesgo no calculado políticamente por la nación, cuando además existe un Congreso carente de cohesión y responsabilidad patriótica, contaminado por la alta corrupción, por ambiciones personales y de partido político, que ya estos son demasiados en lastre para el país y un pueblo que muere en el hambre, y que no le aportan nada positivo para el país, pues no tan sólo descuidan los espacios de resguardo a los intereses del pueblo, sino que los negocian en su contra, como toda conquista laboral, para penetrarlos con reformas detractoras que dañan mucho al noble obrero y también buen empresario patronal que ambos todavía sufragan por esos traidores, pagan sus impuestos por ciudadanos sucios que merecen el paredón de fusilamiento o el árbol más grande para la soga del delincuente.“El Ejército retrocede espacios, superados, que difícilmente podrá recuperar, si a esto le adjuntamos que aparte de ser usado como una ‘herramienta’ por el transitorio poder civil, también está siendo secuestrado por mandos mercenarios, copartícipes del gran negocio que es el tráfico de armas y drogas en el que están metidas muchas entidades políticas de pasados y actuales regímenes.”www.fuerzasarmadasmexico.blogspot.comfuerzasarmadas@prodigy.net.mxFecha: 2009-07-01 16:16:42Consulte este artículo en línea en la sección de este colaborador (http://esp.mexico.org/lapalabra/index.php?method=colaborador&idcolaborador=322)Para modificar o eliminar su suscripción, ingrese a http://esp.mexico.org/lapalabra/?method=seleccioncolaboradoresComentarios: webmaster@mexico.orgTodos los derechos reservados. 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