sábado, 6 de junio de 2009

La “crisis que vino de fuera”, como eufemísticamente llaman el gobierno y su partido al origen del problema, tomó carta de naturalización mexicana

Serpientes y Escaleras
Salvador García Soto
06 de junio de 2009

Lejos de la agenda electoral y de los afanes de lucimiento mediático del gobierno, la verdadera emergencia para México no es la lucha militarizada contra el narcotráfico; tampoco la acallada —que no superada— epidemia de influenza. El desastre real e inmediato para los mexicanos está en la caída brutal de la economía, una recesión que se agudiza y que toma proporciones devastadoras en el hundimiento de la producción nacional, el crecimiento del desempleo, la pérdida de reservas, divisas e inversiones, una inminente y fuerte devaluación del peso y la drástica reducción de las finanzas públicas.

La “crisis que vino de fuera”, como eufemísticamente llaman el gobierno y su partido al origen del problema, tomó carta de naturalización mexicana; se acrecentó por las debilidades estructurales de la economía local y se profundizó por los equivocados cálculos que de ella hicieron de las autoridades y por la falta de medidas audaces para enfrentar la emergencia.

El cálculo oficial de -5.5% en la caída del PIB es totalmente rebasado por los pronósticos de expertos y analistas nacionales internacionales, que estiman que llegará hasta -7.5% la caída del PIB, incluso por encima de la crisis del 95, la peor de la época contemporánea. México se colocaría así como el país más afectado en todo el mundo por la actual recesión mundial que tuvo su origen en Estados Unidos. Ningún país decrecerá tanto como el nuestro este año. ¿Por qué?




Encabezando la lista de las economías más dañadas por esta crisis mundial, sólo Singapur acompañará a México, pero la nación asiática es casi seguro que se recupere completamente en 2010, mientras que para nosotros el panorama no es tan halagüeño, por más que el presidente Calderón y su secretario de Hacienda se empeñen en decir que “ya pasó lo peor” y que viene una recuperación que sólo ellos perciben.




Incluso varios países de Latinoamérica, con economías menos fuertes que la mexicana, como Perú, Argentina, Colombia o Ecuador, por citar algunos ejemplos, decrecerán menos y serán menos afectados por la crisis mundial. ¿Por qué seremos uno de los países más dañados del mundo si se supone que teníamos una economía sólida y finanzas fuertes y sanas antes de la crisis? ¿Qué pasó con el tan cacareado “blindaje” de la economía mexicana del que tanto se ufanaron el secretario Agustín Carstens y el propio Presidente?




El nivel de desempleo se estima que llegará a finales de este año a cifras nunca vista en el México contemporáneo; si ya el INEGI reconoce oficialmente 2 millones 400 mil desempleados en la actualidad, las estimaciones más realistas hablan de que se perderán en los próximos meses hasta un millón de empleos por el cierre de empresas y la quiebra de negocios.




Para colmo, las cuatro principales fuentes de ingresos se han caído al mismo tiempo. Los ingresos petroleros decrecieron en los últimos meses y la caída de 36% reconocida por Hacienda no se recuperará pronto por dos razones: un precio del petróleo que se quedará por los 60 dólares y la tendencia a la baja en la extracción del principal yacimiento nacional, Cantarell.




Se derrumbaron también los ingresos fiscales. La caída del ISR ha sido hasta de 32.7%, lo cual sería normal en una recesión en la que cae la producción. Pero también la recaudación del IVA baja hasta en 30% según estimaciones no oficiales, lo que significa que la recesión también pega cada vez más fuerte en el consumo.




El turismo, nuestra segunda fuente de recursos, también se hundió. La epidemia de influenza y el manejo mediático y sobrerreaccionado que hicieron de ella los gobiernos federal y del DF dejó herido de muerte a otro de los motores de la economía. La caída de los ingresos por turismo ocurre al mismo tiempo que se caen el envío de remesas de mexicanos desde EU; hasta abril la disminución en esos recursos, que mantienen la economía de familias de amplias zonas del país, era de 15% y se estima que seguirá a la baja.




Decía el martes el gobernador del Banxico, Guillermo Ortiz, que esta crisis exhibió “la vulnerabilidad de la economía mexicana” al desnudar una deficiente recaudación fiscal y otras flaquezas internas. ¿No hablaba siempre el secretario de Hacienda de una economía robusta, sólida, blindada y fuerte? ¿Era entonces fuerte o vulnerable la economía nacional frente a esta crisis? A juzgar por los efectos que ha tenido y por el tristemente célebre pronóstico del “catarrito” que hizo en su momento Carstens, está claro quién dijo la verdad y quién mintió o manipuló la realidad económica.




Primero fue la influenza, ahora son el narco y los espectaculares operativos para detener a políticos y policías corruptos, efectivos distractores con los que se intenta tapar el desastre histórico que sufre nuestra economía; pero la realidad nos está alcanzando y conforme pase el cortoplacista interés electoral que obsesiona al gobierno y a su partido, el bajón será inevitable y la pregunta obligada es: ¿cómo van a enfrentar eso si se están peleando con todos sus aliados políticos por ganar 10 o 15 diputados más?

NOTAS INDISCRETAS... Con el sello de la casa y para que no se dude dónde brillan las estrellas, el gran final de la telenovela estelar del Canal 2, programada para el 14 de junio, tendrá una locación muy particular. Los personajes de Silvia Navarro y Fernando Colunga contraerán matrimonio para cerrar la historia —como en todo culebrón— pero no lo harán en cualquier iglesia que aparezca como simple escenario, sino que se irán a casar a la catedral de Toluca, la misma donde el gobernador Enrique Peña Nieto suele aparecer en todos sus actos personales religiosos. Todo con cargo al erario y en una de ésas hasta aparecen invitados al gran final el gobernador y su carismática gaviota… Tres días después de que tuvo que autodeclararse “inhabilitado mental”, Miguel de la Madrid fue recibido en Los Pinos. En una comida privada con el presidente Calderón, al ex mandatario que unas horas antes había dicho que ya no procesaba se le vio tranquilo y conversador, mientras que el actual hizo gala de cortesía política… Empezó la cuenta regresiva de los 30 días antes de las elecciones del 5 de julio y con ello los operadores de Los Pinos tendrían que empezar a reconstruir los puentes de diálogo y negociación que fueron dinamitados por los misiles de la campaña de Germán Martínez. Si no lo hacen, el 6 de julio puede comenzar una pesadilla para el gobierno, que se enfrentaría a una Cámara de Diputados sembrada de minas y resentimientos de campaña… Los dados no dudan. Escalera. Buena semana.

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