lunes, 12 de enero de 2009

Calderón y Obama. Fausto Hernéndez Ponte.

"El sisteme le impondría a (Barack) Obama límites a cualquier cambio indeseado".

Sheldon S. Wolin.

I

Como sabríase, Felipe Calderón se reunirá el lunes 12 del mes que corre con Barack Obama, quien, como también supónese del dominio público, es el Presidente Electo de Estados Unidos. Será el primer encuentro entre ambos.

Empero, dicho encuentro tiene ya, a priori, mucho de sucedido previsiblemente privado y no oficial, o de Estadoi ya que el señor Obama asumirá su investdura el próximo 20 de enero.

Posteriormente, en esa visita a Washington, la capital de EU, don Felipé visitaría al mandario saliente, George W. Bush, para "despedirse" de éste, según anunció aquél ante embajadores y cónsulos de México.

Ambas visitas acusan connotaciones que no escaparían a muchos mexicanos, pues son aquellas expresión que antojaríase fiel del verismo político --o "realpolitik"-- del poder y la relación bilateral de México y EU.

. Esa relación es, documentadeamente, de dependencia y subordinación de México con respecto a EU en lo económico --financiero, bursátil, bancario, comercial, industrial y, no se diga, político y sociocultural.

Dado esa realidad geopolítica, la reunión --causales y efectos-- de don Barack y don Felipe queda inserta en el contexto de la dependencia y la subordinación, independientemente de las convenciones de la cortesía.

Cierto. Es obvio que el señor Obama tiene conciencia planea de la importancia estratégicaq de México en el esquema de losd intereses estratégicos estadunidenses, más aun en el entorno de crisis global.

II

Y es que, en efecto, México es lo que en la teorías científicas de la dependencfia --desde las figuras del colonialismo e imperialismo bajo guisas variopintas-- es zona de influencia. Coloquialmente es un patio trasero.

Pero gústele o no a no pocos mexicanos, esa es la condición tristísima de México vis-a-vis EU. Patio trasero implica la condición de provincia, anexión de hecho o, si se quiere, protectorado también de facto.

En los cen6áculos del poder real --el del capital de los grandes consorcios trasnacionales-- y sus operadores en el andamiaje político al servicio de aquél, México es para EU un "mercado de ida y vuelta".

Esa descripción calificativa describe no sin crudeza y cinismo una realidad insoslayable: México provee de 2materias primas --petróleo y mano de obra semiesclava, sobre todo-- y las divisas del mercado de consumidores.

Y ello es posible gracias, precisamente, al entreguismo de los presidentes Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo y Vicente Fox --quien se confeso públicamente amante de EU--, emblematizado en el TLCAN.

Éste Tratado de Libre Comercio de la América del Norte es uno de los instrumentos que formaliza la dependencia institucional del Estado mexicano respecto al estadunidense, dominado éste por el poder real.

En ese entorno, don Felipe acude a su cita con don Barack desprovisto de una noción clara y, ergo, sin enfoque preciso de los intereses estratégicos verdaderos del Estado mexicano; es decir, del país, de México.

III

Hágase la salvedad que por Estado mexicano entiéndese a la organización política de la sociedad que conforman los habitantes del país, siendo ésta, preciso cabría reiterarlo, el elemento constitutivo más impoirtante de aquél.

Otros elementos constitutivos son, según Rawls, la soberanía --casi tan antigua como el concepto mismo de Estado--, el territorio y, de igual importancia, el poder político. Esos elementos sufren descomposición.

Y ello constituye un añadido crucial al contexto dentro del cual el señor Calderón se reunirá con el Presidente Electo estadunidense. Sólo una carta fuerte llevará el mexicano.

Y esa carta fuerte es de dudosísima naturaleza: el llamado "voto mexicano", parte del "voto latino" o "hispánico" y de las minortías étnicas que influyó enormenente en el desenlace electoral que favoreció al señor Obama.

Esa carta fuerte no es tal; es una falacia, pues implica falsamente que don Felipe o los intereses de poder que él representa promovieron ni influyeron en que los mexicanos en EU votasen a favor de don Barack.

Los mexicanos en EU no votan; carecen de ese derecho. Los que votan son los estadunidenses de ascendencia mexicana, sobre quienes el gobierno calderonista o el propio don Felipe no tienen influencia alguna.

Si el michoacano aspíra a cobrarle al hawaiiano esa factura espuria, pensaríase que don Felipe o está mal aconsejado o simplemente aspira a sorprender a don Barack; éste conoce bien la dinámica del voto mexicano.

La otra carta fuerte de don Felipe sería la de la migración mexicana a EU, pero no le lleva al señor Obama propuesta concreta alguna. Pero es posible que le arranque a éste la promesa de no renegociar el TLCAN.

ffponte@gmail.com

Glosario:

Rawls, John (1921-2002): filósofo estadunidense y profesor de filosofía política en la Universiodad de Harvard; autor de Teoría de la justicia; Liberalismo político (ya clásicos), Justicia de los pueblos, entre otros. Se le copnsidera uno de los filósofos políticos más importantes del siglo XX. Sus teorías del Estado se sustentan sobre una interpretación del contractualismo social. Ssus l.ibros influyeron en Bill Clinton y, ahora, Barack Obama.

Vis-a-vis: cara a cara.

Wolin, Sheldon S. (1922-): Profesor emérito de ciencia política de la Universidad de Princeton; ensayista de política contemporánea, autor de varios libros (Política y visión; La revuelta de los estudiantes de Berkeley; Presencia del pasado; Denocracia, Inc.: democracia manejada; Socialismo y democracia; Democracia, S. A., entre otros). Lector asiduo de Wolin es Barack Obama.

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