sábado, 20 de diciembre de 2008

Reportaje: El DF, la ciudad de los viejitos felices

Personas de la tercera edad entrevistadas rieron, se enojaron o siguieron de largo. Otras celebraron la entrega de la famosa pastilla azul; uno de ellos, incrédulo, dijo que a él sólo se le “paran las moscas”. Escuchó, se talló las manos, rió y, al final, dijo: “No, a nosotros ya se nos fue el tren”.

Sáb, 20/12/2008 - 05:02

Foto: Claudia Guadarrama México.- Como nunca lo habían sido. De no existir una patología grave, las personas de la tercera edad podrán disfrutar del amor y el sexo con su pareja, sobre todo este último: tener sexo a los 85 o 90 años de edad; todo ello en una ciudad, en un país, donde 55 por ciento de su población mayor de 40 años “es altamente prevalente a tener disfunción eréctil”, manifestó la sexóloga Claudia Rampazo. Muchos la padecen, dijo.

El Gobierno del Distrito Federal distribuirá en breve algunas de las marcas comerciales de pastillas que ayudarán al sexo masculino a recobrar la vitalidad perdida. Con ello los viejos recobrarán el brío de sus años mozos.

En una experiencia inédita a nivel mundial, el Gobierno del DF capacita personal médico para la realización de diagnósticos efectivos. “Será una atención integral para hombres y mujeres; 112 mil hombres son susceptibles de tener problemas de disfunción eréctil y son candidatos a recibir el medicamento”, dijo una fuente de la Secretaría de Salud del GDF.

El tema de la práctica del sexo a esa edad es difícil para los hombres. Ante la pregunta, muchos prefieren reír o simplemente esquivarla y seguir de largo.

—El gobierno distribuirá pastillas para que las personas mayores recuperen o refuercen su capacidad sexual, ¿cuál es su opinión?

—Está bien, yo no lo necesito, además, mi mujer ya está igual que yo —contestó un hombre que dijo tener 77 años.

Se refería, por el ademán de sus manos, a que su esposa tenía su misma edad y físico.

“Yo le entro, estoy puesto y dispuesto, pero me tendré que buscar una muchachona ¡y ya verá lo que es el amanecer!”, dijo un hombre de 82 años.

“¿Qué cree?, que ya no se me para…”, contestó casi enojado otro hombre que aparentemente era mayor que el anterior. Siguió de largo.

Para las especialistas Claudia Rampazo, Ana María Delgado y María Cordero, integrantes de la Asociación Mexicana para la Salud Sexual, AC (AMSSAC), el personal médico tendrá que valorar previamente a los candidatos a recibir algún tipo de pastilla, viagra, cialis o levitra.

La última informó que el gobierno local acudió con ellos por asesoría y capacitación a personal médico, trabajadoras sociales y enfermeras.

Para Delgado, la valoración previa del paciente es muy importante. Sin ella, “la persona a la que se le va a dar el medicamento podría resultar sólo un paliativo, pues no se ataca el problema de fondo”. Afirmó que existen diferentes factores que pueden causar la disfunción eréctil, “no sólo es la edad, pues hay hombres que a los 60 años mantienen una buena actividad sexual”.

En todo caso, las especialistas apuntaron que ese tipo de disfunción, que en opinión de Rampazo ya se le cataloga como una enfermedad, viene por una baja en la testosterona, alrededor de los 40 años; en 80 por ciento aparece por enfermedades de fondo: hipertensión, diabetes mellitus, colesterol, dislipidemia, depresión, alcoholismo y tabaquismo o por problemas psicológicos y sociales, entre otros.

Claudia Rampazo alertó que en México no se realizan buenos diagnósticos para la receta de ese tipo de medicamentos. La prescripción de éstos es al libre albedrío, “ni siquiera toman en cuenta qué tan elevado tienen el colesterol o los triglicéridos; una población con disfunción eréctil de origen psicógeno no ameritaría la medicación”.

El gobierno capitalino, según fuentes de la Secretaría de Salud, estaría iniciando el programa en estos días y se dirige a la población abierta que no cuente con IMSS o ISSSTE y para quien esté inscrito en el programa de gratuidad de la Secretaría de Salud local.

Según la información oficial, el programa no sólo va dirigido a los varones, sino también a las mujeres mayores a quienes se atiende por menopausia, depresión y osteoporosis.

Para María Cordero, este último punto es vital para el buen funcionamiento del programa. Pero mantiene sus dudas. “El gobierno debe implantar el programa en pareja, ¿se va a dar? Es importante cubrir aspectos de la mujer”, consideró.

Explica: “El personal calificado tendrá que decidir quién lo necesita y quién no, pues se piensa que con una pastilla se tendrá la erección en automático y no, antes tendrá que haber un proceso de erotismo, si no, no hay erección”.

Las sexólogas coinciden en señalar que el programa puesto en marcha en este mes repercutirá en la salud en general. “Mejorará la vida sexual, más armónica, más satisfactoria, más autoestima, más calidad y proyectos de vida”, dijo Cordero. “El tener una vida sexualmente placentera ayuda: con uno o más orgasmos a la semana se tiene un efecto de protección cardiovascular”, agregó Rampazo.

Ésta dirige la atención a elementos que debe cubrir el programa del GDF si se quiere tener éxito en su aplicación. “Es alta la disfunción sexual femenina: anorgasmia, deseo sexual bajo y trastornos de la excitación sexual; se necesita el abordaje de ambos, pues la mujer diría: ‘mi esposo tiene erección por la pastilla y no por mí’”.

Llama a la evaluación de la mujer, pues “de nada servirá una excelente erección” si la contraparte tiene otros problemas.

“Sólo se paran las moscas”

“¡¡Nooo, no, no!!, aquí sólo se paran las moscas… pero cómo está eso de la pastilla que dice, platíqueme…”

El hombre, quien dice tener 81 años, descansa en una banca de la Alameda Central. Dice que espera a su novia.

“Pues sólo agarraditos de la mano ,¿qué más se puede hacer? Ya está uno viejo, ya esos tiempos pasaron ¡Le digo que hoy sólo se nos paran las moscas!, y a veces ni eso. Ya uno de viejo ni quién lo tome en cuenta…”

Se le informa sobre el programa del gobierno y la pastilla. Muestra interés. Sonríe. Se talla las manos. Pero, escéptico, suspira: “Ya se nos fue el tren, mi amigo…”.

Feliz, dice otro viejito: “Yo tomo viagra y miré mi músculo… bien por el gobierno, pero ¿pa´qué la regala, mejor que baje precios. Cada detallito que me aviento pues tengo que gastar una lana y pues tengo que juntarla. Que bajen el precio de las medicinas y verá qué felices somos todos”.

El programa divide opiniones entre la tercera edad y ello por la libido que viene. Viene.

Francisco Mejía

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