Al Gobierno mexicano no le interesa independizarse económicamente de Estados Unidos, al contrario: prefiere negociar la dignidad de los mexicanos bajo la mesa para salvar lo que se pueda de esa dependencia económica, los acuerdos y tratados, coincidieron analistas.

Ciudad de México, 12 de febrero (SinEmbargo).– México requiere de una segunda independencia, pero la clase política que gobierna actualmente es incapaz de reestructurar la economía del país para evitar depender, como lo hace hoy, de Estados Unidos, dijeron expertos consultados por SinEmbargo.
Luis Videgaray Caso, titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), negocia la dignidad de México con Donald Trump, Presidente de Estados Unidos, afirmaron, y a pesar de los insultos del magnate y desprecios hacia el pueblo mexicano, el Canciller lo que busca es salvar lo que pueda del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la relación bilateral.
“La nueva independencia es ya no depender del comercio con los vínculos que tenemos con Estados Unidos. Lo que tiene que desarrollarse es una economía de mercado interno, pero hemos dependido mucho del Tratado de Libre Comercio. Nos hace falta una reestructuración de la economía mexicana, de la industria, de la agricultura, de tal manera que podamos prescindir de un acuerdo como el que tenemos con Estados Unidos”, dijo José Antonio Crespo Mendoza, politólogo del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
A finales de enero, Lorenzo Meyer Cossío, historiador e investigador de El Colegio de México (Colmex), dijo a SinEmbargo: “Dentro de algunos años, tal vez le pongamos una estatua a Trump: es el padre de nuestra segunda Independencia”.
Crespo Mendoza afirmó que la clase política que hoy gobierna a México no está buscando esa “nueva independencia”, sino al contrario, busca preservar a toda costa lo que se tenía con Estados Unidos hasta la llegada de Trump al poder.
“No están buscando reestructurar la economía mexicana, están buscando mantener en TLC, el comercio, tan ventajosamente como sea posible para México”, dijo.
Ivonne Acuña Murillo, académica del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana, precisó que esa segunda independencia debería darse por necesidad, debido a que ahora Estados Unidos “nos desprecia”.
“Pero están negociando debajo del agua, no sabemos qué se está hablando y nos enteramos sólo lo que nos quieren decir. No sabemos lo que están negociando”, recriminó.
La académica coincidió con Crespo Mendoza en que el Gobierno de México no puede liderar una segunda independencia, pues no cuenta con una estrategia clara para enfrentar a Donald Trump. Las autoridades mexicanos sólo responden con medidas reactivas, pero no con un proyecto que contrarreste las acciones que el Presidente de Estados Unidos ya emprendió contra su vecino del sur, explicó.
“Ellos debieron encabezar esta segunda independencia, pero son los mismos grupos en el poder, llevan décadas y no lo han hecho. Debimos diversificar los mercados, pero los gobiernos han preferido pactar con Estados Unidos como un hermano menor. ¿Cómo es posible que nos vendan gasolina ellos a nosotros? ¿Cómo es posible que nos vendan maíz blanco, cuando nuestro país es el origen del maíz?”, planteó.
NEGOCIACIONES A COSTA DE LA DIGNIDAD DE MÉXICO
A mediados de enero, unos días antes de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, Tony Payán, director del Centro de Estudios sobre México del Baker Institute for Public Policy de la Universidad de Rice, en Estados Unidos, dijo en entrevista con SinEmbargo que la actitud del Gobierno de México ante la nueva adminsitración en Washington era de “pégame pero no me dejes”.
“La actitud del Gobierno mexicano es casi ‘pégame pero no me dejes’. Me parece que se muestra demasiado conciliadora y servil, pero considero que no existe en este momento en México una clase de hombres de Estado y de estrategas que puedan comenzar a tomar medidas serias en política monetaria, económica, diplomática con otras naciones para reducir la importancia de la relación de Estados Unidos”, aclaró Payán.
El investigador también dijo que el Gobierno de Enrique Peña Nieto “no alcanza a dimensionar la realidad de la posición geoestratégica de México. No tienen un plan claro para dar respuesta ni siquiera a lo que Trump va a proponer, mucho menos una alternativa a Estados Unidos”.
José Antonio Crespo coincidió con Payán y dijo que Videgaray Caso parece estar dispuesto a aceptar “lo que sea” con tal de sacar adelante un acuerdo con el país vecino del norte.
“No sé hasta dónde están dispuestos a llegar. No sé si van a tomar en cuenta los valores de dignidad nacional, de autorespeto. Hasta ahora parece que no. Sobre todo Videgaray que parece dispuesto a aceptar lo que sea con tal de sacar adelante un acuerdo. Dice que no, pero en los hechos parece que no le importan los insultos, las humillaciones, la falta de respeto con tal de seguir la negociación, hasta dónde se pueda el tratado actual”, dijo.
Videgaray negocia a espaldas del pueblo de México con esa actitud de “pégame pero no me dejes”, recalcó Crespo.
“Cuando se decidió que ya no se iba a la visita fue porque Trump la canceló, no porque Enrique Peña Nieto la haya cancelado. Trump ya no dejó opción, no sabemos si de no haber realizado Trump ese tuit, Peña Nieto hubiera ido a la visita que tenía programa para el 31 de enero. Sí hay la impresión de que el Gobierno de Mexico está en una posición de debilidad, de complacencia, de aceptar la falta de respeto con tal de continuar las pláticas”, agregó.
Crespo recordó el tuit que Donald Trump escribió el 26 de enero en su cuenta de Twitter, previo a la visita que se tenía programada de Peña Nieto a Washington: “Estados Unidos tiene un déficit comercial de 60 billones de dólares con México. Ha sido un acuerdo unilateral desde el inicio del TLCAN con un número masivo de empresas y puestos de trabajo [que se] perdieron. Si México no está dispuesto a pagar por el muro, sería mejor cancelar la próxima reunión”.
Luego de ese tuit, el Presidente mexicano anunció que cancelaba su viaje. Sin embargo, un día antes había refrendado la reunión a pesar del llamado de especialistas y de miembros de la oposición a cancelar el encuentro por el anuncio de la construcción del muro.
Crespo Mendoza añadió que la posición del Gobierno mexicano debe ser, sobre todo, un llamado a conservar la dignidad de los mexicanos.
“No cerrar toda posibilidad de negociar, pero exigir condiciones claras, de equidad, un discurso de respeto a México, que le permita preservar su dignidad nacional, de lo contrario no tiene sentido sentarse a la mesa, continuar las negociaciones, porque en esas condiciones podemos seguir perdiendo. Es importante la dignidad, el respeto. Para la mayoría de los ciudadanos es algo que se tiene que tomar en cuenta, no se puede tirar a la basura con tal de de sacar un acuerdo. En condiciones de falta de respeto más vale ni siquiera continuar las negociaciones”, consideró.
Héctor Quintanar Pérez, politólogo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), concluyó que esa “segunda independencia de México”, actualmente es imposible, sin embargo, explicó:
“Considero muy difícil que eso suceda con esta clase política, porque estas élites están educadas a base de esa tendencia, de la dependencia de Estados Unidos. Se considera al desarrollo de la nación como algo obsoleto. El PRI, que durante décadas fue el gran semillero del nacionalismo, es ahora uno de los precursores de la destrucción de esas instituciones”, criticó.