domingo, 27 de noviembre de 2016

Adiós, primer mundo .- José Agustín Ortiz Pinchetti



M
éxico pretendió entrar al primer mundo. En realidad lo obligaron. Sucede que hoy, el primer mundo ya no nos quiere. Tendremos que salir y conformarnos en ser lo que somos.
Carlos Salinas fue el autor del proyecto, lo continuaron desde 1994 hasta el momento los gobiernos panistas y priístas. Salinas puede ser acusado de corrupto pero no de carecer de grandes ideas. Después de robarse la elecciones en el 88 decidió incorporar a México a Norteamérica. Jaime Serra, su secretario de Comercio, advirtió: México va a entrar al primer mundo quiera o no quiera, muchos se ilusionaron con aquello de volvernos norteamericanos por la vía corta. No funcionó. Llevamos 30 años de dar tumbos.
La Virgen de Guadalupe nos hizo el milagro de que ganara Donald Trump, furibundo antimexicano que prometió cancelar el Tratado de Libre Comercio y deportar a 7 millones de paisanos. Definitivamente no nos quiere como socios y ni siquiera de vecinos: quiere hacer una muralla enorme, visible desde la Luna, como la de China, para que no podamos pasar a su nación. La beligerancia de Trump se vuelve un desafío que puede despertarnos: a lo mejor se reanima nuestro patriotismo. Es una buena oportunidad para entender que no podemos volvernos una potencia en calidad de protectorado de otra.
Salir del primer mundo va a producir daños, por ejemplo, a las armadoras de coches y los proveedores de autopartes (extranjeros) y a los trabajadores (mexicanos) que ganan 10 veces menos que sus colegas del norte. También a los empresarios estadunidenses que nos exportan 5 mil millones de dólares. ¿Qué va a pasar con avenida Masaryk? ¡Un fragmento del primer mundo! ¿Y con los anuncios en inglés que adornan a nuestras autovías?
No esperemos otros milagros. Hay que inventar un nuevo modelo a la medida de lo que somos, ese sería un buen primer paso. Y votar por una verdadera alternancia dentro de 19 meses sería otra buena decisión.
Twitter: @ortizpinchetti

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