miércoles, 20 de enero de 2016

Moreira, ¿estocada al corazón de la dictadura mexicana?


Por: Jaime Avilés (@Desfiladero132)
19 de enero de 2016.- Kate del Castillo por aquí, Kate del Castillo por allá, Kate del Castillo por arriba, Kate del Castillo, Kate del Castillo, Kate del Castillo: la maquinaria propagandística exprime hora tras hora, día tras día, el caso Chapo-Penn-Kate para seguir controlando las portadas de todos los diarios, la prédica de las chachalacas radiofónicas y de las pantallas televisivas para minimizar la captura de Humberto Moreira, una estocada al corazón de la dictadura de Peña Nieto.
Joaquín López-Dóriga y Ciro Gómez Leyva en sus primerísimos tuits del pasado viernes 15 de enero, coincidieron al “informar” que el ex gobernador de Coahuila (2005-2011) y ex presidente del PRI (marzo-diciembre de 2011), Humberto Moreira Valdés, había sido detenido en el aeropuerto de Madrid por “problemas migratorios”. Minutos después, desde un sótano de Los Pinos, para distraernos, se filtró en redes sociales que Andrés Manuel López Obrador había sufrido un infarto y estaba hospitalizado en el DF.
Patrañas. AMLO proseguía su gira por Oaxaca –César Yáñez, su vocero, contrarrestó el rumor de inmediato– y Moreira, como las redes sociales ya lo habían universalizado, estaba a disposición de la Audiencia Española, por “malversación y blanqueo (sic) de caudales públicos, cohecho y pertenencia a una organización criminal” (¿el PRI?), porque durante 2013, en diversas operaciones bancarias, movió unos 200 mil euros (una suma ridícula para un hampón de su estatura) de Estados Unidos a España.
Entre 2007 y 2011, cuando Moreira era gobernador de Coahuila, el cártel de los Zetas introdujo a Estados Unidos al menos 20 toneladas de cocaína por la ciudad fronteriza de Piedras Negras, que le redituaron utilidades por 730 millones de dólares, de acuerdo con una investigación de Juan Alberto Cedillo, que el semanario Proceso publicó en su edición del pasado 27 de diciembre.
Los datos fueron suministrados, en abril de 2014, por un ex operador de los Zetas, llamado Héctor Moreno Villanueva, alias El Negro, al fiscal Douglas W. Garden de las Cortes de Texas. Según su testimonio, la droga, bajo la protección de funcionarios a las órdenes de Moreira, iba de Piedras Negras, Coahuila a Eagle Pass, Texas, de donde seguía su viaje a Dallas. Estamos hablando de un solo cruce fronterizo.
Moreira cayó en Madrid exactamente una semana después de la recaptura del Chapo en Sinaloa. La antevíspera de la detención de Moreira, todos, absolutamente todos los opinócratas de Milenio (Marín, Aguilar Camín, Castañeda, López-Dóriga y los demás, valga la reiteración: todos) dedicaron sus columnas a explicarnos con manzanitas que el Chapo es el peor ser humano del mundo, que sus actividades son infernales y diabólicas (parece redundancia: no lo es) y que por todo ello Sean Penn y Kate del Castillo merecen la horca, después la guillotina y que sus cabezas sean exhibidas en el Zócalo clavadas en picas.
Desde el miércoles pasado no he abierto las nuevas páginas de Milenio y no sé, lo juro, si los arriba citados también asumieron la responsabilidad coral de ilustrar a sus lectores acerca de cómo la alianza Moreira-Zetas convirtió a Coahuila en un lugar tan espantoso y aterrador como muchos otros estados de México en los que Felipe Calderón (2006-2012) diezmó a la población civil mediante el asesinato, la desaparición forzada y el desplazamiento de cientos de miles de personas que tenían la mala suerte de vivir en lugares bajo los cuales hay yacimientos de gas natural, tarea monstruosa que prosigue sin despeinarse ni dejar de sonreír Peña Nieto.
¿Cuántos predios abandonados, bajo los cuales hay gas, pertenecen hoy a la familia Moreira y a sus compañeros de partido? A eso, esperemos sin hacernos ilusiones, deberá conducir lo que a partir del próximo viernes se ventile en la Audiencia Española y, con el favor de Zeus, sustentará con evidencias lo que decenas de millones de personas en el planeta, no sólo en México, sabemos: respaldada por el PRI, el PAN, el PRD, el Verde, Televisa, Tv Azteca y los dueños de todo, la dictadura mexicana es una peligrosísima organización criminal que año tras año exporta toneladas de drogas a los grandes centros de consumo de la Tierra.
México no tiene elementos propios para derrotar este flagelo, llamado ayer “gobierno de Felipe Calderón”, hoy “gobierno de Peña Nieto”, mañana “gobierno de Margarita Zavala”, etcétera. No hay aquí instituciones que pongan freno a los poderes fácticos. Repudio generalizado sí que lo hay, deseos masivos de cambio profundo sobran, dirigentes capaces de encabezar la transformación del país, desde luego que los tenemos, pero nada ni nadie parece capaz de demoler esta dictadura en las actuales condiciones. Quizá el caso Moreira nos esté diciendo, como pasó en Chile con el arresto de Pinochet en Londres, que la justicia vendrá de afuera algún día.
Pasando a otros temas, el día de ayer, Kate del Castillo…

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