martes, 16 de septiembre de 2014

Mancera: de la cumbre al abismo


15 DE SEPTIEMBRE DE 2014 
ANÁLISIS

Miguel Ángel Mancera, jefe de gobierno capitalino. Foto: Octavio Gómez
Miguel Ángel Mancera, jefe de gobierno capitalino.
Foto: Octavio Gómez
MÉXICO, D.F. (apro).- El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, llega a su segundo informe igual que Enrique Peña Nieto: Repudiado por la mayoría de la población.
También igual que Peña, cuando a los ciudadanos se les pregunta cuál ha sido el principal logro de gobierno de Mancera, la respuesta mayoritaria es contundente: “Ninguno”.
No es extraño entonces que el nivel de aprobación de Mancera se ubique, otra vez igual que Peña, en niveles de aprobación inferiores a la mitad: Sólo 44% de los capitalinos avala su gestión, mientras que 53% la rechaza.
De acuerdo con la más reciente encuesta de Buendía y Loredo, para El Universal, publicada el miércoles 10 –a siete días de que rinda su segundo informe, este miércoles 17–, los capitalinos perciben a Mancera rebasado por los problemas de la capital. ¡Inclusive más que Peña!
En efecto, según los resultados de la encuesta del mismo diario sobre Peña, que aquí se analizaron el 25 de agosto (“II Informe: La gente repudia a Peña”), cerca de 66% de los mexicanos considera que el titular del Ejecutivo está rebasado por los problemas, pero este aspecto en el caso de Mancera se eleva a 76%.
El desplome en la percepción de desempeño de Mancera, quien obtuvo el cargo con el respaldo de los partidos de izquierda, ha sido pronunciado y sostenido: En febrero de 2013, cuando cumplió tres meses en el cargo, su aprobación en ese aspecto era de 45 y a septiembre de este año perdió casi la mitad de apoyo: Sólo tiene 26%.
En contraste, Peña ha ido en ascenso: De febrero de 2013, cuando tenía 15 de percepción como gobernante, ha ido ascendiendo hasta 21, sólo cinco puntos debajo de Mancera. Los anuncios del nuevo aeropuerto y las obras de ampliación del Metro, por parte del gobierno federal, podrían generar una voltereta.
Considerando que Mancera arrasó en la elección de 2012 con 63.5% de los votos –algo que nadie, nunca, había logrado en la capital del país–, la ecuación es sencilla: Pasó de la cumbre al abismo.
Y si Mancera no se ha desplomado más –lo que no quiere decir que no suceda– es porque tiene lo que heredó: Los programas sociales, que representan lo único que los habitantes de la Ciudad de México le reconocen como logro.
Dice El Universal: “De la encuesta destaca que la primera mención sobre los logros del jefe de Gobierno es ‘ninguno’ (con 33); en segundo y tercer lugar están el apoyo a personas mayores y continuar con programas sociales de administraciones anteriores, 12 y 8, respectivamente”.
Lo demás es un desastre, en particular la inseguridad y la violencia que, para 51% de los entrevistados, es el principal problema de la capital de la República. Le sigue el programa Hoy no circula y el cierre parcial de la Línea 12 del Metro.
Pero más que aspectos en específico, incluido el aumento al precio del Metro y las incumplidas promesas de mejoramiento del servicio –que cada vez es peor–, el gobierno de Mancera está al garete por la falta de tres factores clave: Proyecto, equipo y liderazgo.
Salvo los programas sociales, en lo sustantivo los mismos desde Andrés Manuel López Obrador, el proyecto sexenal de Mancera es descolorido y más bien parece ser el cabús de Peña, como lo ejemplifican la represión contra movimientos sociales, el favoritismo a grupos empresariales –los inmobiliarios sobre todo– y el solapamiento de poderes fácticos, aun criminales.
Mancera aún está a tiempo de rectificar por puro pragmatismo, que se supone es lo suyo, o simple conveniencia personal: Para no pasar como el más mediocre gobernante electo que ha tenido el Distrito Federal.
Cuauhtémoc Cárdenas inició, en 1997, un ciclo de gobiernos de izquierda en la Ciudad de México que, al paso que va, con él llegaría a su fin para regocijo del priato que acecha y que literalmente ya se apoderó del Zócalo…
Apuntes
Aunque el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Raúl Plascencia, lo dejó impune por la represión y asesinato del niño José Luis Tehuatlie, lo que confirma las complicidades que se dan en la élite del poder, la reputación criminal del expriista Rafael Moreno Valle, gobernador panista de Puebla, no la podrá borrar jamás ni con todo el presupuesto estatal ni su jauría de vocingleros a sueldo…
Comentarios en Twitter: @alvaro_delgado

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