lunes, 14 de abril de 2014

Desocupadas, una cuarta parte de las viviendas de interés social, advierte BID

El crecimiento de construcciones fue mayor al de la población
Susana González
 
Periódico La Jornada
Lunes 14 de abril de 2014, p. 28
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) advirtió que en México una cuarta parte de las viviendas adquiridas a través de entidades públicas se encuentran desocupadas, ya que a pesar de ser nuevas y subsidiadas, han sido construidas fuera de las ciudades y en algunos casos son de mala calidad. Además, en el último año se duplicó el número de casas embargadas, porque los compradores optaron por mudarse y rentar.
“Esta tendencia a concentrar en la periferia los hogares de escasos recursos –bien sea por la vía informal a través de subdivisiones ilegales, o por la vía formal, mediante subsidios a las viviendas de interés social– tiene efectos perversos en el desarrollo humano, porque no sólo impide la movilidad social sino que afecta el acceso a la educación, seguridad e información”, advirtió en una investigación sobre la vivienda en América Latina.
Uno de los signos más marcados de la inequidad que caracteriza a América Latina y el Caribe se manifiesta en la estructura espacial de las ciudades, afirmó, ya que en la distribución del espacio las élites son ubicadas en una suerte de cono de alto ingreso, que comienza en el centro de la ciudad y se extiende hacia la periferia.
Sostuvo que en México se triplicó el número de hipotecas durante la década pasada, pero el sector más pobre de la población, el del decil uno, no puede cubrir el pago mensual de un crédito privado, y los deciles 2 y 3 tendrían que asignar entre 50 y 80 por ciento de sus ingresos.
Según el BID, por la proliferación de créditos concedidos por instituciones públicas en México, el ritmo de crecimiento de la vivienda ha sido mayor que el de la población. En 2009 (último año del que el BID tiene cifras comparables para la región) se otorgaron 900 mil créditos en México, la mayoría para vivienda nueva, pero la formación de nuevos hogares en ese año ascendió a 600 mil.
En cuanto a la vivienda de alquiler, indicó que no ha crecido tanto como la nueva, pues pasó de 2.5 millones en 1980 a 4 millones en 2010, un incremento de 60 por ciento en 30 años.
El banco destacó que el mundo entero es de propietarios, ya que sin importar el grado de desarrollo económico de una región o país, se registra una alta tasa de propiedad de vivienda: en promedio, siete de cada diez hogares son propietarios de sus viviendas en 81 países de distintas regiones del planeta. En Europa la tasa de propiedad es de 71 por ciento, y en América Latina llega a 64 por ciento y sube en zonas rurales, pero en gran parte es vivienda informal, y México no es la excepción.
Sólo en la ciudad de México la tasa de propiedad creció de 25 a 70 por ciento de 1950 a 2010, en gran parte por la autoconstrucción informal.
Los gobiernos latinoamericanos han tratado de solucionar el costo de la vivienda con políticas para incrementar el acceso a créditos hipotecarios y otorgar subsidios. Los que más han avanzado son Chile y México, cuyo mercado hipotecario ya representa el 20 y 10 por ciento de su PIB, superior al 5.5 por ciento en promedio que registra la región. Pero aún así, acotó el BID, el problema sigue siendo el costo, porque los estratos más pobres no pueden adquirir una vivienda.
Es indudable que no hay persona en el mundo que no haya soñado con tener casa propia, ni político que no haya prometido entregársela, aseveró el BID.

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