lunes, 16 de diciembre de 2013

En la batalla crucial, la izquierda se quebró

Acampan en el Senado en contra de la reforma energética. Foto: Germán Canseco

Desde siempre, PRD, PT y MC enarbolaron la defensa del petróleo como una de sus banderas. Sin embargo, nada pudieron hacer contra la aprobación de la reforma energética: emprendieron acciones aisladas, sin creatividad y con poca convocatoria. La ausencia obligada de Andrés Manuel López Obrador, el aislamiento autoimpuesto de Morena, los bandazos ideológicos y los reproches debilitaron la protesta contra “la privatización del petróleo” que, según los propios manifestantes, temían desde hace años.

Aunque Martí Batres Guadarrama, presidente nacional del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), calificó como “un éxito” el cerco ciudadano instalado en las inmediaciones del Senado de la República y de la Cámara de Diputados, la realidad es que esta asociación civil no cumplió su objetivo: impedir la aprobación de la reforma energética.
El liderazgo se derrumbó cuando Andrés Manuel López Obrador, dirigente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de Morena, sufrió un infarto el martes 3 que lo mantendrá alejado de la vida pública cuatro semanas.
Batres aseguró que el tabasqueño “estaba en los cercos” y se mantenía al pendiente desde su reposo obligado. “Tenemos líder para rato”, dijo.
El hijo del excandidato presidencial, Andrés Manuel López Beltrán, militante de Morena, tomó el relevo de su padre, acompañó a Batres y recorrió varias veces el cerco ciudadano. Dio discursos en los templetes y luchó para impedir el paso de legisladores. Sin embargo, reconoció que la presencia de su padre hubiera convocado a más personas en los cercos ciudadanos.
–¿Hizo falta? –se le preguntó.
–Pues no. Quizá hubiera sido una movilización más numerosa…
El domingo 1, en el quinto mitin en el Zócalo capitalino, López Obrador había asegurado que estaría presente en todas las acciones de resistencia civil pacífica.
“No me voy a mover” del cerco, dijo, pero su afectación cardiaca le deshizo los planes.

Ni dirigirse la palabra

El 9 de diciembre, el secretario general del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Alejandro Sánchez Camacho; el aspirante a dirigir esta organización, Carlos Sotelo, y el asesor del perredismo Octavio Cervantes se presentaron en el cerco ciudadano del Senado para unirse a Morena en la lucha por la defensa del petróleo. Fueron rechazados.
“La decisión que han tomado Peña Nieto, el PRI y el PAN de entregar a manos privadas un bien nacional exige que las fuerzas progresistas y democráticas construyamos el frente nacional por la defensa de Pemex”, dijo entonces Sánchez Camacho.
En entrevista telefónica con Proceso, el perredista contó que no fue recibido por ningún dirigente de Morena y supo de la negativa cuando Martí Batres habló a los simpatizantes y se desmarcó de la dirigencia del PRD.
“Respecto al PRD me lo han preguntado y les digo con toda claridad: con las bases, sí. Adelante. Con la dirigencia, ¡no!”, exclamó en el mitin nocturno realizado en el parque localizado en el cruce de las avenidas Insurgentes y Reforma.
Batres comentó a Proceso que el desmarque responde a la firma del Pacto por México por parte del dirigente del PRD, Jesús Zambrano, el 2 de diciembre de 2012, junto con el presidente Enrique Peña Nieto y los dirigentes del PRI y el PAN.
Para Batres, el Pacto por México le allanó el camino al gobierno federal para aprobar las reformas que más le interesaban, como la laboral, la fiscal, la hacendaria, la de telecomunicaciones y la energética, así como la política-electoral.
Zambrano, presidente nacional del PRD, rubricó ese acuerdo sin el aval del Consejo Político Nacional ni del Secretariado Nacional –órganos de dirección de ese instituto político–, según denunciaron perredistas.
Sus correligionarios le exigieron que sacara al PRD de ese acuerdo. Le espetaron que sólo había tomado en cuenta a miembros de su corriente Nueva Izquierda –Jesús Ortega y Guadalupe Acosta Naranjo–. Zambrano, sin embargo, se mantuvo en él hasta que el gobierno presentó la reforma energética que, en resumen, permite la soberanía del pueblo mexicano sobre el petróleo y el gas mientras permanezcan en el subsuelo: cuando sean extraídos y manipulados por empresas petroleras extranjeras la utilidad será compartida con el gobierno en turno.
“Todo lo que se hizo en el Pacto por México fue para darle el golpe final, la estocada final al país con la reforma energética. Lo dijimos a tiempo. Por eso pintamos nuestra raya respecto del Pacto por México”, dijo Batres.
Zambrano reviró: “¡Si tienen pretextos para no juntarse pues yo respeto sus decisiones! Son ellos quienes deciden si quieren o no. Nosotros hemos dado muestras de que sí queremos. Nosotros seguiremos luchando por la unidad”.
Para Bertha Luján, secretaria general de Morena, la actitud de los perredistas es para “lavarse la cara” después del desprestigio que les acarreó firmar el Pacto por México.

Debilidad institucionalizada

Los perredistas lucharon contra la privatización del petróleo caminando durante tres días por un carril de la avenida Reforma, junto al Ángel de la Independencia.
El objetivo era andar durante 75 horas, en alegoría a los años transcurridos desde la expropiación petrolera. Iniciaron el martes 10 de diciembre con la corriente Izquierda Democrática Nacional (IDN), siguieron el miércoles con Alianza Democrática Nacional (ADN) y finalizaron el jueves con Foro Nuevo Sol (FNS), Patria Digna y Nueva Izquierda (NI).
Ahí, Zambrano reiteró que su partido no regresará al Pacto por México, aunque en días pasados su homólogo panista, Gustavo Madero, había advertido del fin de ese acuerdo para enero de 2014: ya estarían aprobadas las reformas estructurales malogradas en dos sexenios panistas.
“Si estamos en la lucha, estamos en la lucha. No estamos en la búsqueda de ningún otro acuerdo, y hemos dicho claramente que esta necesidad de unidad y que estas banderas de defensa de la patria no tienen ningún valor de cambio”, indicó Zambrano.
En la caminata participó el fundador del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas, hijo de Lázaro Cárdenas del Río, el presidente que el 18 de marzo de 1938 expropió el petróleo a empresas extranjeras, acto que, entre otros, propició el nacimiento del Partido Acción Nacional (PAN), formado principalmente por empresarios.
–¿Cree que esta lucha necesita a Andrés Manuel López Obrador? –se le preguntó.
–Necesita a todos los mexicanos que se sientan patriotas –contestó Cárdenas.
El jueves 12 de diciembre, los perredistas dejaron de caminar.
Ahí, en el Ángel de la Independencia, el dirigente del PRD en el Estado de México, Hugo de la Rosa, anunció las jornadas de lucha venideras para revertir “la contrarreforma” en julio de 2015, como lo permite la Constitución después de que su partido entregara “2 millones de firmas” exigiendo una consulta ciudadana.
Saúl Escobar, de Patria Digna, dijo que ante la afrenta por la reforma energética convocarán a organizaciones sociales, sindicales, Morena, el Partido del Trabajo, Movimiento Ciudadano, intelectuales y mexicanos organizados para luchar contra esta reforma energética.
“Lo vamos a hacer de muchas maneras. Por las vías legales, por las vías de la movilización ciudadana, por las vías de la resistencia popular, por la vía de la movilización y de la lucha, respetando los derechos de otros, y por la vía pacífica”, aseguró.
El objetivo principal es preparar la consulta popular para 2015 pues, de acuerdo con la senadora perredista Dolores Padierna, es la herramienta jurídica para revertir la reforma energética.
“Vamos a la lucha por esa consulta popular. Vamos a movilizar conciencias, a convencer a todos los mexicanos, a nuestros familiares, a nuestros vecinos, a nuestros compañeros de trabajo, al ciudadano de la calle, a todos los mexicanos para que participen en la consulta”, añadió.

Cercados

El 12 de diciembre, alrededor de las 2:17 de la tarde, Batres clausuró el vallado ciudadano instalado en torno a la Cámara de Diputados para impedir la reforma energética. Acto fallido.
“Los traidores refrendaron su naturaleza traicionera”, enunció después de saber que el destino del recurso natural más importante del país, el petróleo, será propiedad presidencial y de petroleras extranjeras, merced al voto de una mayoría de diputados y senadores.
Al grito de “¡Ni un paso atrás!”, Batres afirmó que la lucha no terminaba clausurando esa barrera, sino que seguiría, llevando a cabo 31 vallas humanas en cada estado de la República.
Los nueve días que los legisladores demoraron en aprobar la reforma energética estuvieron enmarcados por tres cercos: el hecho con enormes rejas en torno a las Cámaras, otro de policías y el de ciudadanos.
El contingente de civiles no rebasó las 300 personas. Durante las cinco noches que pernoctaron en la zona se quedaban pocas decenas.
La estrategia era no desgastar al movimiento que, de manera paralela, busca cumplir con los requisitos para que Morena sea partido político. De acuerdo con Batres tienen 500 mil afiliados.
“A veces nos preguntan ¿por qué no están aquí todos? No. Tenemos que ir paso a paso. Tenemos que ir midiendo cuándo son los momentos. Así es que nos vamos turnando. A veces vienen de unos lugares, después de otros, para tener presencia. El cerco se ha convertido en un punto de referencia contra la privatización del petróleo”, indicó.

El plan: todo cuesta arriba

El 6 de octubre, López Obrador sometió a consulta tres propuestas basadas en la desobediencia civil pacífica, para armar el plan de acción que buscaría desde ese momento frenar la privatización del sector energético y el aumento de impuestos.
El plan fue elaborado con el apoyo de intelectuales, académicos y especialistas, como Elena Poniatowska, Arnaldo Córdova, Hugo Gutiérrez Vega, Laura Esquivel, Carlos Payán, Víctor Flores Olea, Rafael Barajas, Carlos Pellicer, Héctor Vasconcelos y Jorge Eduardo Navarrete, entre otros.
El primer acuerdo ya se cumplió. En el cerco estuvo circulando el mural de la ignominia con el nombre de Todos los diputados y senadores levantadedos que aprobaron la reforma sin conocerla, porque el predictamen se les entregó sólo 24 horas antes.
Lo que sigue es usar las nuevas tecnologías para informar sobre el movimiento. Esta acción está a cargo de Héctor Díaz Polanco, Epigmenio Ibarra y Afrodita Guerrero.
Se promoverá una acción permanente en redes sociales con la mención “EPN traidor a la patria” y el hashtag #EPNTraidorALaPatria. Además de boicotear a las empresas que fueron cómplices de la compra de votos en la elección presidencial de 2012, como Soriana y Monex.
Una vez al mes, cuando se anuncie el aumento a la gasolina, se apagarán las luces de manera masiva, de siete a ocho de la noche.
Además, interpondrán amparos masivos y acciones colectivas para no pagar la electricidad ni los aumentos de impuestos. Ya tienen la justificación y los formatos de amparo que distribuirán el año entrante.
Formarán brigadas para informar a la población “del saqueo de los bienes y recursos de la nación”, y de las personas y grupos de poder involucrados.
Además, construirán una “alianza nacional con organizaciones sociales, políticas y ciudadanas” con el objetivo de echar abajo las reformas aprobadas.
Crearán una comisión de seguimiento de los contratos de utilidad compartida con empresas privadas nacionales y extranjeras, así sean de exploración, explotación, refinación, petroquímica, comercialización o transporte, integrada por Claudia Sheinbaum, Javier Jiménez Espriú y Antonio Gershenson.
Este plan se sometió a votación en las urnas instaladas sobre el Paseo de la Reforma el domingo 6 de octubre.
Al cierre de esta edición, el secretario general del PRD, Alejandro Sánchez Camacho, había lanzado un llamado a la ciudadanía para estar alerta ante la decisión de Peña Nieto de que, a más tardar el domingo 15 de diciembre, la reforma energética estuviera aprobada en al menos 16 congresos estatales.
“Enrique Peña Nieto ha dado la instrucción a los gobernantes de las diversas entidades de la República para que, de aquí al domingo, los congresos locales voten en esa reforma. Se le queman las habas para entregar un bien nacional a las manos privadas y cumplir los compromisos que hizo a las empresas, a los inversionistas extranjeros y nacionales que apoyaron su campaña”, acusó.
Según Camacho, su partido “no está entumido” y luchará para recuperar “la herencia de nuestros abuelos, el petróleo”.

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