sábado, 21 de diciembre de 2013

Anarquistas y colectivo estudiantil se disputan el auditorio Che Guevara de la UNAM


La Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Foto: Alejandro Saldívar
La Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
Foto: Alejandro Saldívar
MÉXICO, D.F. (apro).- Un grupo de presuntos anarquistas arrebataron el control del auditorio Che Guevara de la Facultad de Filosofía de la UNAM a colectivos estudiantiles que lo resguardaba desde hace cuatro años.
A las 3:30 horas del pasado jueves, alrededor de 30 personas irrumpieron en el auditorio donde se encontraba un integrante de la Coordinación del Auditorio ‘Che’ Guevara, que agrupa a varios colectivos, y lo obligaron a salir.
En un comunicado, las “individualidades y colectivos anarquistas” reivindicaron la acción y señalaron que decidieron “reabrir” el espacio, debido a que “fue cerrado de manera brutal por un grupo de personas que, sin más, se declaran los amos y dueños” del mismo, obstaculizando con ello cualquier uso “sin su previa autorización, coordinación o censura”.
“Desde nuestra postura, afín al anarquismo, es primordial el ataque a la propiedad privada desde este momento, aquí y ahora. Creemos necesaria la liberación de este y todos los espacios posibles para el uso común, haciéndolo con prácticas acordes a nuestro pensamiento, repudiando con asco cualquier actitud déspota, autoritaria, vertical y vanguardista.
“Nosotros no creemos ni fomentamos la necesidad de líderes o cabecillas o coordinadores que nos digan cómo hacer las cosas o que den el ‘visto bueno’ a lo que hacemos”, señalan en su comunicado que firman como Individuxs anarquistas, Colectivo Veneno Negro.
Según el colectivo, no tienen la pretensión de privatizar o coordinar el auditorio.
La Coordinación del Auditorio Che Guevara también emitió un comunicado en el que señaló que fueron desalojados por la fuerza por un grupo de unos 30 individuos que a su paso dañaron puertas, infraestructura y material que estaba al interior del auditorio.
Hicieron hincapié en que la situación no es resultado del desacuerdo entre colectivos u organizaciones por formas de trabajo distintas, “es en esencia el ataque a un espacio que ha servido al más amplio movimiento social y una nueva
provocación para que las autoridades intenten retomarlo”.
El Auditorio Che Guevara, sostienen, es un espacio que históricamente está en constante disputa, “asediado por las autoridades universitarias y por el Estado” porque tiene presencia política desde los años sesenta y desde entonces ha sido “fundamental” para el movimiento estudiantil, afirman.
“Como organizaciones e individuos hemos trabajado en la parte central del Auditorio Che Guevara desde hace cuatro años, y nuestro objetivo ha sido defender éste como un espacio político”, justifican.
Por eso, afirman, es que las medidas de seguridad que se mantienen en el auditorio tienen “la lógica de salvaguardar el espacio tanto de grupos auspiciados por las autoridades como de individuos que anteriormente hacían uso del espacio para drogarse y realizar fiestas, lucrando con el auditorio, hechos que desvirtuaron el fin político del mismo”.
Las autoridades, afirman, utilizaron esos argumentos para retomar el control del auditorio en 2009 y “ante estos hechos respondimos organizadamente sumándonos al resguardo del Auditorio Che Guevara, con el fin de sumar trabajo político y cultural, es decir la verdadera esencia del espacio”.
Ante los argumentos vertidos por los anarquistas, en el sentido de que se han adueñado del auditorio desde hace cuatro años, afirman que éste ha permanecido abierto a la comunidad estudiantil, a las organizaciones sociales y al pueblo en general porque han reivindicado el espacio para el movimiento social.
En los cuatro años que han resguardado el espacio, afirman, lo han defendido como un espacio político, no como salón de fiestas o antro. Ha sido sede de foros, mesas redondas, encuentros, talleres, teatro, danza, cine entre otros y se mantiene como un espacio libre de drogas, alcohol y tabaco.
Asimismo, dicen, ha sido remodelado en la medida de sus posibilidades.
Por ello consideraron que el objetivo de la “toma” y de las “difamaciones” de los anarquistas es aislar a las organizaciones e individuos que trabajan en el auditorio, “haciéndole el trabajo más fácil al Estado para reprimirnos”.
Hicieron un llamado a las organizaciones estudiantiles, populares, sociales, así como a los intelectuales y profesores que han participado en los foros, mesas redondas, encuentros y movilizaciones a pronunciarse en contra de un hecho que “atenta contra el uso del espacio como un vínculo entre la comunidad universitaria y el pueblo organizado”.

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